Capítulo 10
Saori:
Abro los ojos... no está a mi lado, el sol asoma tímidamente por el balcón, son las 8.00 am aproximadamente..., me acerco hacia el centro de la cama, donde queda un ligero hueco, hasta hace poco estaba aquí y aún conserva su olor... su calor.
Siento el rubor adueñarse de mis mejillas, me cubro la cara con la sabana sonriendo cómo una idiota..., tengo mariposas campando a sus anchas por mi estómago, y hormigas recorriéndome la piel..., me estremezco recordando lo sucedido hace unas horas..., me siento más viva que nunca, cómo despertando de un largo sueño, él me ha despertado de la anestesia en la que estaba sumida.
Acaricio mis labios con los dedos, recordando su cuerpo... todo su tacto, las cosas que me hizo y me dijo, las que yo le hice y dije a él, ese cosquilleo vuelve a mi vientre, inundándolo... seré incapaz de no responder a su toque, todo esto es tan nuevo para mí, ha sido dulce, ha sido perverso... ¿cuantas más cosas podrá ser?, he sido su mujer, soy suya y me siento hembra por encima de todo, me estremezco de sólo pensar... sonrío levemente, su parte malvada... también me ama, todo él me ama, jamás imaginé que el amor físico se tradujera en todas estas sensaciones tan maravillosas, no me canso de su tacto..., me siento algo dolorida, y tan cansada... creo que Hypnos vuelve a reclamarme...
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Estoy con los chicos en la cocina, bueno en realidad he sido el primero en aterrizar aquí, les he preparado el desayuno...están hablando de ir al salón habilitado como gimnasio y hacer algo de deporte...
Estoy ahora con el zumo de naranja, una ensalada de frutas cítricas y dulces con Kiwi, naranja, fresas, manzana y plátano, un poco de canela por encima y lista. Unas tostadas, croisants y café, pongo un poco de cada cosa en una bandeja, cubiertos para dos, que ella elija lo que prefiera... y..
- Saga..., Saga... ¡¡Saga, coño!!!- pego un brinco al escuchar a Shura sacarme de mi estado de concentración, le veo mirarme divertido y con una ceja levantada- estabas silbando y canturreando...
- Bueno, es culpa de Camus, ella me lo ha pegado...- sonrío tímidamente- ¿Y Aioria?
- Uy uy uy – se burlan Camus y Afro, riéndose como si no hubiera un mañana
-Aioria ahora que no tiene quien le controle...- se ríe Camus- sigue dormido.
- Te has puesto rojo -añade Mu, sonriéndome de oreja a oreja con felicidad- tienes... ejem, la espalda arañada...
- Anda tira- me dice Shura- más te vale alimentarla bien...
Les dejo en la cocina, escuchando de fondo sus risas y bromeando con el asunto... parece que no lo han tomado mal... y sigo canturreando por el pasillo.
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- ¡¡Espera Saga!! -Afro me llama, me giro con la bandeja en las manos en mitad del pasillo- se acerca y pone una bella rosa amarilla en la bandeja, guiñándome un ojo y sonriendo- estoy feliz Saga, por los dos.
- Gracias- le respondo devolviéndole la sonrisa.
Abro la puerta del dormitorio despacio, la cierro tras de mí. El sol ya se cuela por el balcón. Me acerco a la cama, sin apartar la vista de ella, no recuerdo haber visto a un ángel dormido hasta ahora, bueno ya esta mañana cuando me levanté para preparar el desayuno...lo vi y me costó lo mío moverme de su lado, abrir los ojos y ver su rostro tan pegado al mío, sentir su cuerpo desnudo junto a mí... ha sido el mejor despertar de mi vida, sólo espero que sea el primero de muchos.
Dejo la bandeja en la mesilla y me acerco a ella, sus espesas y largas pestañas hacen sombra en la delicada piel de las mejillas... me mordisqueo el labio inferior... al notar las marcas en la piel expuesta..., he sido yo... soy mas fuerte físicamente, ¿debería tratarla con mas sutileza? Su piel es tan delicada... suave... pero ella no se va a romper entre mis brazos... ahora lo sé, es perfecta, simplemente perfecta.
Acaricio su rostro con las yemas de mis dedos, la respingona nariz, los labios levemente hinchados, su mentón... la curva del cuello... sonrío rememorando la noche anterior sin apartar mi vista de ella, entonces se me ocurre, tomar la rosa de la bandeja, y pasarla por su mentón bajando por el cuello y retirando levemente la sábana dejando su pecho expuesto... pasando la delicada flor por su contorno, y sonriendo al escuchar sus murmullos, aún dormida, emite unos ruiditos deliciosos.
Me acerco a ella, y me recuesto a su lado de perfil... no quiero despertarla pero hay que comer algo... beso sus labios con suavidad, acariciándole el cuello y mi cuerpo se resiente con su tacto.
- ¿Hola, chico malo – me sonríe y derrite a partes iguales- dormiste bien?
- Buenos días, princesa- le ofrezco la flor- dormí de maravilla ¿y tu? – sus mejillas adoptan ese adorable tono rojizo que la hace tan...
- Muy bien -toma la flor y la huele, después la besa-
- ¿No hay beso para mí? -pregunto haciéndome el dolido.
- Para ti... tengo todos los que quieras – me da un beso en los labios, tan ligero que no puedo responderle cómo merece.
-Bueno, señorita... – agarro la bandeja- hay que comer algo- su rojez aumenta al incorporarse y sentarse cuando la sábana resbala, la agarra rápidamente y la sube cubriendo su desnudez.
-Todo se ve delicioso- me dice y sonrío con cara de gato, se ríe guiñándome un ojo- pero todo, todo, todo.
- A ver... - le ofrezco zumo, y fruta de mi tenedor, que ella come con hambre, no puedo dejar de mirar sus labios mientras comemos, creo que me está subiendo la temperatura otra vez, contente Saga.
Desayunamos, bromeando y riendo con recuerdos y chanzas de los últimos años en los que ha estado ausente del santuario.
-Tu preparaste todo esto? - asiento sin dejar de mirarla- ¿hiciste el café? – vuelvo a asentir- Mmm está delicioso, soy más de té, pero creo que te ha salido genial, podría aficionarme a tomarlo por las mañanas- sonríe- ¿los chicos ya se levantaron?
-Lo saben...- le digo asintiendo con la cabeza, y mostrándole la rosa nuevamente, vuelve a ponerse como las amapolas- ¿Preferirías que no lo supieran? - pregunto algo ansioso.
-¡¡No!!- me agarra una mano y la lleva hasta su rostro, acaricia la palma con la mejilla- nunca..., quiero poder tocarte y besarte delante de todos, quiero que lo sepan, además... no sabría ocultarlo- sonríe mientras aparta la bandeja- ¿no quieres dormir un ratito más?, hoy no tenemos prisa- la miro elevando una ceja- O tal vez... ¿prefieres no dormir?
Aparto la sábana deleitándome con su desnudez... ella se tapa como puede, a duras penas, con las manos .
-No te tapes, Dulzura – le digo sin dejar de mirar su cuerpo- eres hermosa.
Se aparta del centro de la cama para hacerme sitio, entonces veo... la mancha, la evidencia de que, la noche anterior, fue su primera vez, y que fue mía igual que yo fui suyo, un sentimiento desconocido me invade el pecho... necesidad de protegerla, no sólo cómo uno de sus caballeros si no cómo hombre, su hombre.
-Ven aquí, pequeña- me acuesto a su lado, tras quitarme el pantalón del pijama y quedar desnudo frente a ella- dime la verdad ¿te duele? -acaricio la parte baja de su vientre, sintiendo el cosquilleo en mis dedos.
- Un poco- me dice ocultando su cara en mi pecho, me siento algo culpable aunque no me arrepiento de nada, acaricio su pelo despacio
- No me voy a romper Saga, pasará...- suspira dulcemente.
-Te diré qué haremos- levanto su cabeza apoyando mis dedos en su mentón para que me mire- te voy a dar un analgésico suave... y voy a mimarte hasta que nos quedemos dormidos, nadie va a molestarnos hoy, y aún es temprano.
Tras darle el analgésico vuelvo a tumbarme a su lado. La abrazo y beso su frente. Comienzo a masajearle los hombros...
-Tienes las manos grandes – sonríe- eres grande – se pone colorada.
-Pues mucho mejor para los masajes- le digo al oído- la tumbo sobre mi y musito un "shhh" muy bajito. Recorro con mis manos su espalda, de arriba hacia abajo, una y otra vez, masajeando los hombros y la base del cuello, también el cuero cabelludo, mientras la escucho suspirar...acurrucándose en mi pecho, apoya una de sus manos en él y me acaricia. Nuevamente esa necesidad de protegerla me asalta. Siento como se va relajando y su respiración se vuelve regular.
Suavemente, me pongo de lado con ella frente a mí, sujetándola por la cintura, respiro su olor... a mujer y a flores, me voy adormilando.
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Siento un cosquilleo agradable cerca de la nariz, aun somnoliento me dejo llevar por esa sensación que recorre ahora mi tabique nasal y se expande hacia mis mejillas, sé que Hypnos me ha soltado y estoy en el mundo de los vivos pero me resisto a abrir los ojos me encanta sentir esto..., también noto cierta fragancia a flores, muy suave, la memoria tiene olfato, sonrío sin poder evitarlo y ronroneo.
Son sus dedos... están acariciando mi rostro... ahora pasan ligeramente sobre mis labios, momento que aprovecho para atrapar uno de ellos con mi boca a la vez que abro un ojo y la miro de soslayo, estoy de lado, tumbado frente a ella que se acerca más a mí.
- Hola dormilón- me sonríe iluminándolo todo- estiro mi brazo libre acercándola más., atrayéndola de la cintura hacia mí. Olisqueo su cabello, me encanta ese aroma a flores suaves.
-Hola, preciosa – beso su frente- Soy un señor mayor, necesito reponerme... ¿Y tú? ¿has dormido bien?.
-Cómo un bebé...- sonríe- y tuve un hermoso sueño...-Sr. mayor.
-Cuéntame... ¿has soñado conmigo? – le sonrío, a buen seguro estoy poniendo cara de tonto.
- Claro que he soñado contigo, pero no te voy a contar todo porque si no... no se cumplirá- sonríe maliciosa, ya me ha picado la curiosidad.
-Eras el chico malo, y yo era un bebé y lloraba asustada- un temblor recorre mi espina dorsal, me siento mal.
- Saori... mejor no me cuentes- no puedo mirarla a los ojos, no en este momento..., está acariciando mi cabello, me obliga a mirarla.
- Al momento yo era adulta y tu entonces empezaste a ser malo de verdad y no querías darme mi biberón- su mirada se ha vuelto turbia por decirlo suavemente, se está mordiendo los labios en un gesto totalmente lascivo- asique tuve que cogerlo yo misma.
- Ahhh, bruja me estabas tomando el pelo -para cuando vengo a darme cuenta sus manos están ya en "su biberón", sin poderlo remediar se me suben los colores al rostro y los vapores también.
- Saori- beso sus labios suavemente, mientras noto sus manos en mi erección, ¿otra vez? caramba con mi amiguito - no podemos... no debes, es demasiado... estás dolorida.
- Yo no debo, lo entiendo- me besa también- pero tu sí puedes... y yo quiero mi biberón- dicho esto se mete bajo las sábanas y comienza a besar toda mi longitud ... haciéndome gemir sonoramente.
Debemos estar dando el espectáculo, sólo espero que los chicos estén entrenando o bailando o que sé yo para que no se enteren...
Acaricio su trasero perfecto ya que casi se ha tumbado con los pies en la almohada..., que niña ésta..., me vuelve loco de remate, ya he perdido unas cuantas tuercas... y lo bien que se le da a la condenada con el poco tiempo que lleva.
¿Cómo lo logra, si a pesar de su falta de pericia sólo con mirarla me enciendo?, puedo pasar perfectamente sin sexo, mirándonos o mimándonos, sin necesidad de que haya un contacto lascivo, me siento completo compartiendo su espacio... pero si encima me toca o me lame cómo está haciéndolo ahora... ¿me habré vuelto adicto a esto?, pongo los ojos en blanco porque se siente deliciosamente rico. Ufff.
Sujeto su cabeza con suavidad, mientras gimo, no puedo evitarlo... me hace volar, no sé apartarme de ella, estaría perdido sin ella... muevo las caderas con suavidad no quiero... no necesito, en este momento, nada violento ni rápido, prefiero dejarme llevar con suavidad hacia dónde ella desea llevarme con sus caricias lentas, con su lengua húmeda y suave... sus labios. En cuanto me recupere responderé igualmente, su interior está dolorido, lo sé pero no habrá dolor al besar esa parte tan dulce de su anatomía ni al enterrar mi lengua en ella, oh... sí, cómo deseo escuchar sus gemidos tiernos, probar su néctar, saber que me responde con esa intensidad. Sólo de recordarlo me pongo más duro... mucho más. Ahora sé que mi deseo no se satisface si no es a través del suyo, necesito saber que disfruta tanto o más que yo, sospecho que ella siente algo similar, y está claro que esto es algo mucho más profundo que simplemente sexo, yo sé que la amo... me hace sentir infinidad de cosas que yo ni sabía que podía sentir...
¿Cuánto puede equivocarse un hombre?, se me hizo el milagro de ser disculpado, perdonado y amado... no sé que sentir cuando la escucho decir te amo, tal vez debería pensar menos pero no lo puedo evitar, incluso me atreví a liberar a "Arlés" en medio de nuestra primera vez, su primera vez... salió de mí sin que yo me diera cuenta... , ni siquiera lo percibí, la deseó y ella a él, nos consentimos mutuamente también en esa ocasión... "Nos", quizás debo empezar a asumir, la profundidad de esto que ha llegado a tocarme el corazón, incluso ha llegado hasta mi parte más oscura. Él... también la ama.
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Caigo derrotado una vez más..., puede que esto no sea sano pero es lo mejor que he probado nunca..., rendido, cansado pero tan satisfecho, recostado en la almohada mirando el techo con los ojos abiertos, una lágrima, por el esfuerzo, cae hacia mis sienes necesito que me abrace, que me consienta y me mime, no sé... estoy muy mimosón ahora.
Sale de debajo de las sábanas resoplando... y riéndose, no puedo apartar mi mirada de ella ¿esto será normal?.
- Estás delicioso – le sonrío al oírla hablarme así- ¿te lo han dicho alguna vez? – niego con la cabeza-
- Nunca nadie me ha hecho lo que tu- la miro fijamente.
- ¿Nunca? – parece muy sorprendida- No lo puedo creer- se acerca a mi rostro y me besa, sabe a mí – vuelvo a sonreírle.
-Llegar hasta aquí- pongo su mano sobre mi corazón- y sanarlo.
Se incorpora apoyándose en la almohada, me tiende los brazos y yo me acerco a ella cómo un gatito, ronroneando, me acoge en su pecho acariciando mi nuca, pasea sus dedos por mi cabello, también siento sus manos por mi espalda y hombros..., es una sensación maravillosa, estar agotado tras una sesión de sexo... y que te cuiden, yo me dejo envolver por su calor y me siento cómo si hubiera llegado a mi hogar tras un larguísimo y agotador viaje. Así con mi cabeza apoyada en su pecho dejándome acariciar, y relajándome.
-¿Sabes algo?- me dice al oído sin dejar de acariciar mi cabello- He vivido tantas cosas en mis reencarnaciones..., tu pudiste acabar con ésta, de forma muy rápida, y en cambio... me haces feliz, sí, Saga, tú me haces feliz, y yo haré todo lo posible porque también lo seas- besa mi sien y yo... sólo atino a suspirar, me siento tan... diferente, todo ha cambiado tanto, sin salir de mi dormitorio.
- En dos días... será el cambio de Afro y Mu – ella permanece en silencio- ¿y después que?.
- Enfrentaremos esto Saga, los chicos ya lo saben, Shion lo sospecha, todos nos vieron besarnos pero aún así lo haremos oficial... bueno si tu quieres, claro. -la callo con un beso-
- Por supuesto que quiero, pero algo me preocupa... -ella me mira intrigada- mi otra parte, o yo mismo no lo sé... ¿qué haremos?, me preocupa que pueda aparecer frente a los demás, frente al Patriarca, en medio de una reunión o no sé...- pone su mano sobre mi boca.
- No te preocupes, algo me dice que si decide aparecer no lo hará frente a todos, sino cuando tu y yo estemos solitos ... ya sabes – me habla con mucha complicidad- y será bienvenido si desea aparecer- me hace sonreír, me parece increíble que yo pueda estar sonriendo así, con este tema.
- ¿Has pensado cuando volveremos? - ahora es ella quien suspira- hay que ir organizando algunas cosas, el avión privado, avisar en Grecia, no quiero ni imaginar lo que va a ser esto...
- Amor... no te preocupes, cuando estén listos para volver lo haremos, Camus se queda aquí, Aioria me pidió ser quien la acompañe en lo que termina su maestría – Abro la boca para protestar pero no llego a hacerlo ya que sus labios se posan sobre los míos haciéndome callar.
Pasado un rato en silencio, ella me mira alzando una ceja
- Suéltalo ya- me dice seria.
-¿Crees que es buena idea dejar a Camus con Aioria, aquí solos? – no puedo evitar la preocupación.
- ¿Te refieres del mismo modo cómo han dejado que nuestra historia evolucione, sin interferir? - no hay ni rastro de ironía en lo que me dice, eso me preocupa doblemente.
- No es lo mismo, ya no voy a entrar en el tema de Milo, obviamente esto creará una fractura entre él y Aioria – resoplo con sólo imaginar la situación si es que esos dos vuelven al Santuario- Marín..., puede que jamás ella y Aioria sean felices, esto es muy...
Me obliga a mirarla, me está observando con una dulzura infinita.
- ¿Te has parado a pensar que esto es decisión de Aioria, y que Camus no se opone? ¿Qué tal vez esta sea una prueba necesaria para él? -Me mira con una expresión que no puedo definir.
-No sé..., ahora que me siento feliz, quiero que todo el mundo lo sea, esos chicos..., los he visto crecer, no quiero que sufran, y sé que es inevitable... pero si pudiera hacer algo- aunque no tengo ni idea de que.
-Déjales cometer sus propios errores – vuelve a mirarme con esa expresión, por un segundo me hace tiritar- Saga...
- Dime- no sé porque mi voz tiembla ligeramente.
- ¿Alguna vez... has pensado en tener hijos? – sé que mis ojos se acaban de abrir desmesuradamente, por su forma de mirarme y su voz... parece terciopelo acariciándome- hablas de los chicos como si fueran tus hijos, ¿no te das cuenta?.
- No, no lo había pensado, aunque es posible que mientras eran niños de entre cuatro años algunos y siete los otros, yo haya sido la figura más cercana a un padre que han tenido- agacho la mirada- les privé también de la mejor figura paterna que pudieron tener alguna vez-
- Serás un gran padre, Saga, estoy segura – me sonríe, no puedo evitar poner mis manos sobre su vientre y acariciarlo suavemente.
- Ojalá... ¿tu quieres que eso suceda? – me besa suavemente y me tumba boca arriba, recostando su cabeza en mi pecho.
-Por supuesto que quiero...- acaricia mi pecho con suavidad- nada me haría más feliz que tener hijos contigo, sé que aún puedo parecer joven para eso... pero siempre digo lo mismo... soy una ancianita comparada con vosotros.
Enlaza su mano con la mía, me siento pleno..., no me lo había planteado, no pensé que ella quisiera ser madre, la verdad es que estoy sorprendido, pero también siento una emoción incontenible por dentro.
- ¿Y aun así? – le pregunto, subiendo su mano sin soltar nuestros dedos entrelazados, para besar el dorso lentamente.
- Tu edad, Saga... estás próximo a cumplir 34 años, no puedes tardar mucho en ser padre – en realidad aunque no me guste ese hecho ella tiene razón, si sigo esperando seré un padre bastante mayor, pero Saori es tan joven.-Yo creo que no deberíamos perder el tiempo e ir practicando. ¿No te parece?- su boca está casi sobre la mía, dispuesta a besarme, la estrecho contra mí dejándola hacer... y suspiro.
- Tu padre me lanzará un rayo y me desintegrará- le digo simulando pesar.
- Ya hablé de esto con mi padre, y no te haces ni una idea, lo feliz que estará de que, justamente yo, le haga abuelo...
Comienzo a retirar la sabana que cubre nuestros cuerpos...
- ¿Ah sí?, explícame eso, Dulzura – mi voz adopta un tono íntimo, cuando comienza a acariciarme despacio. Es un hecho, estoy loco por ella.
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Nos vamos acercando al final de esta historia...Que tierno nos ha salido Saga, parece que Saori ha llegado donde nadie más pudo.
Se aproxima el cambio para Afro y Mu, sus amigos más queridos les apoyan pero queda regresar al Santuario con la promesa de una vida normal para todos ellos, ¿y sus compañeros cómo lo tomarán?. ¿Podrán adaptarse a los cambios?.
¿Que vida les espera ahora a Saori y Saga? ¿lograrán que todos acepten su relación o habrá quienes se opongan a ella?.
Espero vuestros comentarios, me hacen feliz y es memorable y divertido responder, y las estrellitas, ya sabéis, sólo si os gusta.
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