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Capitulo 3: Sin peros.


El sol salía cálido y suave, los rayos mañaneros brillaban perezosos sobre el rocío de la madrugada.

El ruido de las patas veloces de los lobos pasaban sobre los arbustos y pasto llevándose ese rocío en ellas, Izuku iba metros tras Katsuki tratando de mantener el ritmo, pero se encontraba agotado dificultandole el trabajo.

El lobo rubio bajó la velocidad a las orillas de un río, miraba con decepción al Omega que se acercaba jadeando al agua para tomarla.

"Eres patético, no aguantas corriendo ni más de diez kilómetros."

Le gruñó el rubio y el Omega quiso tirarle en la cabeza una piedra.

¡Era un idiota abusivo!, ¡¿no ve que no estaba acostumbrado a correr largas distancias!?

Eso pensaba el Omega, obviamente no se lo dijo, no quería que por enojo lo obligara a correr incluso una distancia más grande sin descansar.

Se acercó al agua y refrescó su garganta seca por la corrida matutina, había sido sacado de su cómoda cama llena de pieles suaves a correr con el frío de la mañana.

No llevaba más que un par de días en el bosque, y esa mañana Katsuki apareció golpeando su puerta, sacándolo a la fuerza de su calentito hogar diciéndole;

"Vamos a correr, eres un holgazán que debe aprender a tener resistencia"

Después de eso lo hizo correr sin descansar hasta el momento.

La nariz del rubio captó la molestia del Omega, bufó ante eso. Izuku era malo controlando su aroma, así que cualquier emoción que sentía se podía oler muy fácil, miró con el entrecejo arrugado como el Omega tomaba agua y se echaba en el suelo soltando un gemido de cansancio.

Resopló inconforme, pero trato de entenderlo un poco. Estaba casi seguro que el pobre no había corrido esa distancia en toda su vida, lo que para él solo es un paseo por la mañana, si cuerpo estaba más que acostumbrado a ello, pero en cambio para el más joven era un gran esfuerzo hacerlo.

¿Y se supone que ese Omega debilucho iba a ser su pareja?

Se negaba rotundamente, el no quería a un Omega débil que siempre estaría a sus órdenes o decisiones. Haría de ese Omega alguien fuerte para que fuese digna de ser quien estuviera a su lado, para que pudiera protegerse a sí mismo y a sus cachorros futuros en alguna situación de emergencia.

Para que pudiera valerse por sí mismo.

"Venga, hay que seguir"

Gruñó de nuevo haciendo que Izuku chillar sin querer levantarse, rugió de nuevo obligándolo a levantarse. 

"¡No tenemos todo el día! Hay que volver para el desayuno!"

Con desgano, Izuku se levantó del suelo, el rubio se acercó hacia él lamiendo por instinto sus orejas peludas poniéndolo nervioso, pero no sé movió, dejó que el alfa lo mimara.

"Con práctica podrás correr incluso distancias más grandes que estás sin cansancio"

Dijo volviendo sobre sus pasos en un trote más lento, Izuku le siguió, podía ir a su lado fácilmente.

"Nosotros podemos correr incluso durante días sin parar."

Informó sobre la marcha, eso sorprendió al de pelaje verde, ya le había mencionado que tenían mucha resistencia pero no sabía cuánta.

"¿De verdad?"

Preguntó aún asombrado, un bufido se escuchó del mayor en forma de asentimiento.

"Digo la verdad, tu mismo puedes preguntarle a los demás."

Le contestó restándole importancia, aunque Izuku aún estaba maravillado, tenía muchas cosas que aprender sobre los de su especie que no sabía que más cosas asombrosas se perdía de si mismo.

Katsuki se perdió de un momento a otro entre los matorrales, lo busco y cuando lo encontró vió que tenía dos patos en su hocico y sangre.

"¿Tan rápido?"

Preguntó asombrado por la eficacia del alfa, este solo infló si pecho orgulloso ante la mirada de admiración que tenía el más joven, colocó los patos en el suelo ofreciéndose los al Omega.

"Son tu desayuno, tómalos."

Dicho eso solo se dió la vuelta y siguió el camino de regreso sin dejarle tiempo de protesta al Omega.

Izuku tomó los patos y siguió al mayor, no entendía bien el porqué le había dado esa comida, pero pensó que era por gesto de comprensión.

Al volver con los demás, Denki le ayudó con los patos, pues él no sabía muy bien como arreglarlos. Katsuki había desaparecido, no lo encontró por ninguna parte y quería darle un poco de la comida que había cazado para el, era mucha para el solo, al final la terminó compartiendo con Denki, fue quien le ayudó y fue lo mínimo con lo que le pudo pagar.

—¿Es cierto que podemos correr por días sin cansancio?- le preguntó al rubio una vez estaban sentados bajo una sombra reposando la comida.

Él asintió con ánimo en confirmación.

—Los lobos por si solos tienen mucha resistencia, ahora los híbridos la tenemos más, ya que somos más fuertes en muchos aspectos.- le respondió con media sonrisa, le gustaba la curiosidad del peli-verde, parecía un cachorro listo para aprender del mundo.

—Increíble, yo no puedo correr diez kilómetros sin cansarme.- dijo haciendo que el rubio suelte una suave risa de burla mal disimulada.— si lo sé, Katsuki dijo que era algo patético en comparación.

Denki asintió dándole la razón, si era patético que un licántropo lobo no aguantara más de diez kilómetros, pero Izuku era un caso especial, había sido criado por humanos si bien tenía buena forma por la alimentación, no tenía la resistencia y fuerza de uno de lo suyos criado en el bosque como tal.

Para no hacerlo sentir más mal, solo se limitó a darle un par de palmadas en la espalda.

—Con práctica te acostumbras, pero tendrás que esforzarte para ello.- le animó de forma sencilla, Denki no era muy bueno con las palabras pero trataba de ayudar en lo mejor que podía.

Izuku sintió, sabía que sería algo difícil pero no se iba a rendir tan fácil, daría lo mejor de sí mismo para lograr ser un lobo completo, quería descubrir esa parte suya que que siempre le fue desconocida.

—Por cierto, ¿A qué te va a llevar Katsuki ahora?- preguntó el rubio curioso, quería saber qué tipo de planes tenía el cenizo para conquistar al pecoso, y el susodicho no estaba ni enterado de la situación.

Izuku se encogió de hombros, la verdad no tenía idea de a donde irían o que harían, normalmente el alfa llegaba a donde estaba él y le decía 'vamonos' sin ninguna otra explicación. Denki bufó inconforme, después le preguntaría a Kirishima, estaba seguro que él sabría más de la situación entre el Omega y el cenizo.

La plática tranquila se vió interrumpida por el rubio ceniza que llegó a ellos y miró al Omega con el ceño fruncido.

—Vamos.- fue todo lo que le dijo antes de entrar al bosque.

Izuku le hizo un gesto de '¿Ves?' al Omega rubio y éste solo se encogió de hombros. El peli-verde se levantó siguiendo al alfa, tuvo que correr un poco para alcanzarlo.

—¿Que me enseñarás ahora?- preguntó animado el peli-verde.

Katsuki siguió caminando sin detenerse o voltear hacia el.

—Pescar.- le respondió con simpleza, eso confundió un poco al Omega.

—¿Pescar?- repitió, después lo alegró un poco, aprender a pescar no era tan malo, le resultaba menos agotador que ir a correr.

Llegaron a un riachuelo, no era muy pequeño, podía entrar fácilmente y que el agua le llegara hasta las rodillas y más arriba. Katsuki se quitó su capa roja, junto a sus botas de cuero y subió sus pantalones hasta más arriba de las rodillas.

—¿Esperas una invitación o algo?- Katsuki le preguntó con ironía al peli-verde quien se avergonzó y asintió.

Se quitó los zapatos subiendo sus pantalones, se arremangó también los brazos y entró al agua, las orejas peludas de Katsuki se movían ante cada chapoteo del agua que daba el Omega al acercarse.

No era que lo hiciera a propósito, pero su cola trás suyo se movía ansiosa por mostrarle al omega sus habilidades con la pesca.

—Mira y aprende.- informó el alfa mirando atento el agua.

Asintió y miró tratando de mover mucho el agua para que los peces no se espantaran del lugar. Katsuki alzó su mano derecha un poco alto, después en una cuestión de segundos dió un manotazo en el agua sacando con ella un pez grande, lo tenía agarrado con fuerza y sus uñas clavadas en el para que no se fuese a resbalar.

—¡Increíble, fue muy rápido!- alabó emocionado el peli-verde, fue algo asombroso en verdad, no podía creer que lo pudo pescar solo con sus manos de una forma tan rápida.

Katsuki lanzó con fuerza el pez a la orilla, el pez se golpeó con una rocas y quedó allí sin moverse, miró de vuelta al pecoso.

—Bien, ahora inténtalo.- le dijo el mayor volviendo a su posición de antes.

Izuku lo imitó, quería poder atrapar algo también, pero tristemente para él, la pesca a mano era mucho más difícil de lo que lo hacía parecer el alfa.

Siempre que trataba de atrapar a alguno terminaba con la cara llena de agua y sin nada en las manos, Katsuki tuvo que tener mucha paciencia para no ahogarlo allí mismo, le explicó de qué forma debía de hacerlo y como, pero por más que trataba, Izuku no pudo agarrar ni un solo pez.

Al final solo terminó mojado y con frío.

—¿De verdad no pudiste atrapar de uno? Si que eres torpe.- se burló el mayor del Omega quien estaba haciendo de forma inconciente un puchero.

—¡Es la primera vez en mi vida que trato de pescar, por supuesto que no me iba a salir!- chilló molesto y un poco sonrojado por la vergüenza.

Katsuki solo lo miraba mientras se reía internamente del esfuerzo tonto que hacia el Omega para parecer rudo y dominante.

Se acercó a él sin decirle nada, Izuku a ver que iba hacia el de esa forma amenazante pensó en lo peor, y por cada paso que daba el mayor él daba uno hacia atrás.

—Lo...- se quería disculpar, pero antes de terminar la oración tropezó con una roca haciéndolo caer hacia atrás.

Pero antes de tocar el suelo fue sostenido por el rubio, Katsuki lo tomó de un brazo antes de cayera al suelo y lo jaló para que tuviera equilibrio.

Sin previo aviso, Katsuki lo acercó a su cuerpo, él era más pequeño comparado al rubio, así que tuvo que alzar la cara para poder verlo a los ojos.

Katsuki admiraba el rostro del peli-verde, le gustaba ver que aunque estaba nervioso trataba de mantenerle la mirada, le gustaba el pequeño sonrojo que resaltaba sus pecas en sus mejillas, el aroma nervioso que brotaba de Izuku lo delataba aún más.

Respiró profundamente deleitándose con ello, le gustaba lo que causaba en más bajo.

Porque a pesar de todo, no olía el rechazo en el Omega, Izuku no sentía rechazo por él o su cercanía, eso le emocionaba pues sabía que si el Omega del pecoso lo aceptaba tenía una oportunidad con él.

—¿Por qué tiemblas?- le preguntó con sorna a ver el ligero temblor que tenía el pecoso.

—Te-tengo frío.- mentira, era por la cercanía del mayor y Katsuki lo sabía.— estoy mojado.

Desvió su mirada a otro lado, Katsuki estaba muy cerca, lo que le hacía más fácil oler su aroma dominante de alfa, era un golpe duro para su nariz y los nervios aumentaban mas con ello.

Porque le gustaba ese aroma y quería bañarse más en el, aveces sus propios deseos le daban miedo.

Katsuki se apartó de él y fue por su capa, Izuku pudo respirar más tranquilo al no tenerlo tan cerca. El rubio acomodó los peces en una vara con ganchos de ella misma.

—Volvamos.- habló el mayor caminando de regreso

Cuando estuvo de regreso con los demás, fue directo a su choza para cambiarse la ropa mojada, suspiró profundamente y tranquilo al tener ropa limpia y seca puesta.

Salió de su pequeña casa con la ropa mojada en mano para ir a lavarla, en el camino se encontró a Aoyama que también iba con ropa para lavar.

—¡Saludos, Izu! ¿Vienes conmigo?- preguntó el rubio al verlo con la ropa, el peli-verde asintió y fue con él.

A Izuku le gustaba ver cómo el rubio limpiaba con sumo cuidado su ropa, además de los colores algo llamativos que ésta tenía, pero eran sus gustos y no tenía derecho de decirle nada respecto a ello.

—¿Te acostumbras bien?- le preguntó el rubio mientras resfregaba su ropa en el agua.

—Un poco, aún se me hace complicado las cosas.- le respondió el peli-verde a lo que exprimía como fuerza el pantalón que había lavado.

—Es normal, no hace mucho estás en este lugar, pero estoy seguro que si lo harás.- le animó sonriente, la forma de hablar de Aoyama le resultaba un poco llamativa, tenía un acento parecido a 'los franceses' que había visto y oído antes.

—¡Daré mi mejor esfuerzo!- exclamó alegre, le gustaba eso, todos se cuidaban y se apoyaban en el lugar, incluso Katsuki, con regaños y todo pero lo hacía.

—¡Ese es el espíritu!- el rubio rió continuando con su trabajo.

Se la pasaron en eso, Izuku le ayudó un poco con sus tareas.

Poco a poco más días fueron pasando a igual que las semanas, su tiempo se dividía en los aprendizajes que Katsuki le daba y en ayudar a los demás con sus labores.

Le gustaba ayudar a Denki a buscar vegetales, ellos en la manada tenía un gran huerto en donde tenían todo tipo de plantas, desde medicinales hasta especias que utilizaban para acompañar las comidas.

Le gustaba ayudar a Jirou con la caza que traían, aprendía a componer el animal que iban a utilizar para la cena.

Le gustaba ayudar a Sato con la preparación de pan, él era un alfa, pero nadie negaba que era el mejor en la manada en hacer deliciosos panes de todo tipo, rellenos con frutas/ballas o solo saborizados con vainilla/canela.

Todos en la manada cumplía un rol diferente, pero a su vez eran muy importantes, y nadie despreciaba a ninguno, se podía decir que Mitsuki hacia un buen trabajo manteniendo todo en orden, ella odiaba que alguno se quisiera pasar de listo, aunque al final terminaba recibiendo un castigo de su parte.

(...)

Era de mañana, el frío en las montañas se asentaban cada vez más haciendo saber que el invierno estaba por llegar.

Izuku corría como de costumbre tras Katsuki, pero está vez ya no iba tan atrasado, se podía decir que casi lo igualaba, aunque el rubio adelantaba la marcha corriendo más rápido.

Estuvieron un rato en persecución antes de que el alfa bajara el paso cerca de un peñasco, y aunque el peli-verde jadeaba un poco agitado no mostraba tantos signos de cansancio, se estaba acostumbrando a las largas corridas que hacía junto al mayor y ya aguantaba mucho más de diez kilómetros.

"Sigues siendo lento."

Le dijo en un tono con burla, le gustaba molestar al Omega.

"¡Estoy mejorando!"

Chilló un poco decepcionado, quería que por lo menos valorara sus esfuerzos, en cambio de eso solo recibió un jalón de su oreja.

Katsuki mordía y tiraba de la oreja peluda del Omega.

Su cercanía con el rubio había avanzado considerablemente, se podía decir que eran amigos y rivales al mismo tiempo, aunque los retos que Izuku le hacía los perdía por completo, aunque por lo menos lo intentaba.

Izuku contraatacó, se movió liberando su oreja para tirarse sobre el alfa tomándolo desprevenido, aunque no fue por mucho, Katsuki no le dejó la victoria tan fácil cambiaron de posición y ahora el omega quien estaba debajo del mayor.

Parecía cachorros jugando por la dominancia, daban vueltas en el suelo enredados uno con el otro mordiéndose las orejas o las patas. Tanto la cola de Izuku como la del rubio se movía ansiosa tras ellos, soltaban chillidos y se reían.

Aunque como era de esperarse, Katsuki terminaba ganando, quedó sobre el Omega apresándolo con su cuerpo para no dejarlo mover, y mordía sus orejas todo lo que queria como victoria.

"¡No puedes contra mí, Deku!"

Rugió victorioso el rubio dejando libre al Omega, Izuku se levantó del suelo sacudiendo su pelaje para sacarse cualquier sucio que tuviera pegado.

"¡La próxima...! Espera, ¿Deku?"

Preguntó confundido sin saber que significaba, Katsuki se rió al ver su gesto de confusión.

"Significa tonto, torpe, inútil. Te queda bien."

Informó esperando la reacción del Omega, sabía que no le iba a gustar tal apodo.
Izuku abrió los ojos, después bufó inconforme y molesto.

"¡Eres cruel, sé que no hago bien las cosas pero me esfuerzo en aprender!"

Chilló molesto, la nariz del rubio se arrugó ante el aroma amargo que salía del Omega.
Izuku se dió la vuelta y comenzó a caminar en dirección a la manada.

"¡Hey, ¿a donde vas!?"

Preguntó el rubio al ver que lo dejaba solo, Izuku no le respondió y solo siguió caminando.

"¡No me ignores!"

Por más que le gruñía Izuku no le prestaba atención, solo seguía su camino sin siquiera mirarlo.

"Deku, no solo significa inútil."

Le dijo como último intento, sabía que lo había molestado con ese apodo, pero el Omega tampoco le había dejado tiempo de explicarle bien como era.

Izuku detuvo su andar y se volteó para mirarlo aún más confundido que antes, esperaba que no fuera otra de sus malas bromas.

"Puedes hacerlo, ese es su otro significado, y por eso es perfecto para ti, porque aunque eres un torpe, e inútil en varias cosas siempre tratas de mejorar en aprenderlo hasta hacerlo bien."

El silencio reinó entre ellos, solo se podían oír el ruido de otros animales y aves alrededor, pero Izuku había quedado en silencio mirando al rubio, y éste solo esperaba su respuesta.

"Kacchan, si tú me dices Deku, yo te voy a seguir diciendo; Kacchan."

Dijo el Omega más animado, su cola se movía alegre tras suyo como la de un cachorro.
Ahora era el rubio quien lo miraba confundido.

"¿Eso que significa?"

Preguntó haciendo reír un poco al menor, Izuku se acercó a él y mordió sus orejas como venganza por lo de antes.

"No significa nada, es solo un apodo por tu nombre, se usa con personas cercanas."

Katsuki bufó conforme, por lo menos no era algo malo, siguió el juego del omega otro rato hasta que ya tenían que volver con los demás.
Como el invierno se acercaba había que hacer varias preparaciones para ello, además del festival que se hacía unos días antes de que llegara.

"Por cierto, Kacchan, ¿Como es exactamente el festival de la luna?"

Preguntó el Omega, ya varios habían mencionado de ello pero no le habían dado detalles del asunto, Katsuki bufó por ello, no era que odiara ese festival pero tampoco le agradaba mucho.

"Es un festival que se hace en la última luna llena antes de que llegue el invierno, se reúnen las tres manadas para ello, hay se hace una ceremonia para buscar pareja, aunque los que ya son parejas solo reciben la bendición de la diosa de la luna."

Explicó con cara de fastidio, Izuku escuchaba todo muy atento.

"¿Buscar pareja?, ¿También buscarás una en el festival?"

Preguntó curioso, no supo la razón de porqué la última pregunta que le había echo al rubio de dió un mal sabor de boca, Katsuki estaba en todo su derecho de buscar una pareja en ese festival, después de todo era un alfa mayor y sin compromisos, bueno, solo le ayudaba a él en aprender. Quizás después de que tuviera pareja dejaría de hacerlo para dedicarle tiempo a el o ella.

Las orejas de Izuku se bajaron a los lados en una expresión triste. Katsuki arrugó la nariz y quiso darle un golpe al idiota.

"No, en realidad solo voy a ir por la bendición."

Le respondió confundiendo al menor, no sabía que el rubio tenía pareja, y nunca lo había visto con nadie más o le habían dicho algo por el estilo.

"No sabía eso, ¿A tu pareja no le molesta que estés siempre conmigo?"

Preguntó un poco desanimado, pensar en Katsuki con una pareja lo hacía sentir un opresión en el pecho que le dolía.
El rubio lo miró hastiado, de verdad que quería darle un golpe, de esos golpes que te reinician la vida.

"No, porque es un idiota."

Katsuki se acercó al menor de forma lenta, Izuku arrugó la nariz un poco molesto.

"¡No deberías hablar así de tu pareja!"

Le gruñó indignado, se suponía que si tenía pareja debería de quererla y cuidarla, no hablar mal de ella a sus espaldas.

"Él lo sabe perfectamente."

Respondió el rubio cuando estuvo cerca del Omega, a centímetros de su nariz.

"Es un idiota llorón que no hace nada bien, pero se esfuerza en ello, tiene una boba sonrisa que me irrita mucho y al mismo tiempo no quiero dejar de verla."

Daba pequeños pasos hacia él, haciendo que el Omega retrocediera con cada uno que avanzara.
Izuku estaba anonado, confundido y alterado, estaba seguro que si no estuviera en su forma de lobo su rostro podría ser comparado con una fresa, la intensa mirada que le daba el rubio solo lo ponía más nervioso.

¿No estaba hablando de él verdad?

Al final terminó arrinconado contra una roca gigante, sin escapatoria, Katsuki aprovechó la oportunidad y lamió su rostro, pasaba su lengua por las peludas mejillas del Omega.

"Pero-"

Trató de hablar, pero fue interrumpido por el rubio quien lo lamía.

"Sin peros, deberías saber bien a lo que quiero llegar, pero no voy a obligarte, no queda mucho tiempo para que lo pienses, así que hazlo rápido."

Dicho eso se dió la vuelta para irse, Izuku quiso ir tras suyo, pero su cuerpo estaba paralizado, y todo le daba vueltas.

"¿A d-donde vas?"

Preguntó tan bajo que pensó por un segundo que no lo escucharía.
Katsuki solo paró y volteó su rostro para verlo.

"Tengo cosas que hacer, no quiero presionarte, vuelve por tu cuenta y toma una decisión en lo que resta del día. Te veo mañana."

Después de hablar se perdió entre la espesura del bosque, Izuku solo se quedó allí por un rato más, después, aún un poco tembloroso volvió a la aldea.

Cuando llegó cerca de ella buscó su ropa y se vistió, la ropa de Katsuki aún estaba en el mismo puesto en que lo había dejado.

Pensar en él solo hizo que su rostro se pusiera rojo como una fresa, fue caminando hacia la aldea de forma lenta.

—Izu, ¿Estas bien?- preguntó el rubio del mechón negro, quien sabe de dónde salió.

—Yo...- sus palabras se quedaron atoradas en su boca, no sabía que decirle, pero necesitaba ayuda eso le era obvio.

Denki llevó al Omega a su choza para que estuviera más tranquilo y se sintiera seguro, allí tal vez el pecoso tuviera más confianza en decirle lo que le ocurría.

—Ahora si dime, ¿Que ocurre?- preguntó sentándose al frente del pecoso en una silla de madera.

Izuku se mordió el labio inferior y un sonrojo cubrió sus mejillas haciendo que se vieran más llamativas.

—En el festival...Kac-Katsuki dijo que iba a ir por la bendición de la diosa de la luna, ¿Verdad?- dijo el peli-verde en voz baja, casi temiendo por la respuesta.

Denki comprendió la situación, no estaba seguro de que decirle al pecoso o como explicarle las cosas, suspiró viéndose acorralado, tendría que ser sincero con él.

—Bueno, después de que has llegado aquí, más específico desde el primer día en que Katsuki ah sido tu 'maestro'- hizo comillas en la palabra maestro.— él ah estado dejando su aroma en ti.

Le explicó el rubio confundiendo al peli-verde, Denki al ver su cara de confusión no sabía si reírse o llorar.

—¿Sabes el por qué los demás alfas no se acercan a ti con segundas intenciones?- le preguntó haciendo que el pecoso arrugarse más la cara.— ¡Dios, ¿por qué esto es tan difícil!?

Chilló el rubio lamentándose, no sabía cómo decirle al pecoso que Katsuki ya lo había marcado como suyo desde el primer momento en que salieron solos, además de que todos en la manada sabían que lo estaba cortejando, quiera Dios que al pobre Omega no le dé un ataque cuando se lo diga. 

Denki se puso serio, y le contó todo, de cómo se lleva el cortejo o como un alfa marca a su pareja con el aroma para que los demás no se le acerquen, para ese punto Izuku parecía en otro planeta, solo miraba un punto hacia la nada.

—Osea que Kacchan desde un principio me estaba cortejando.- reflexionó sobre los acontecimientos anteriores y lo dicho por su amigo.

—Y tú ni te enteras.- le respondió Denki mirando un poco divertido al peli-verde, siendo sincero se lo tomó mejor de lo que esperaba.

Aunque una cierta duda se formó en su cabeza al oír el apodo por el cual llamó al alfa, pero no dijo nada por el momento esperando a que terminara de digerir la noticia.

—Pero, yo no sé que respuesta darle.- dijo aún anonado, una parte suya querida decirle que aceptaba ser su pareja e ir juntos al festival, pero la otra tenía miedo y quería decir que no.

—¿Hay algo malo con él?- preguntó Denki viendo su batalla interior, el que no controlara bien su aroma le era más fácil saber cómo se sentía en ese momento.—  quiero hacerte una pregunta, pero quiero que seas sincero. ¿Piensas en Katsuki de una forma romántica?

Izuku jugaba con sus dedos muy nervioso, un sonrojo cubrió si rostro pero no dijo nada, aunque eso fue más que suficiente para el rubio.

—Entonces dale una oportunidad.- le animó el rubio a hacerlo, aunque Izuku no estaba muy seguro.

—Pero, la bendición...- dudó de nuevo, si la bendición era lo que pensaba entonces no podía separarse de él si se arrepentía o ¿No?

—La bendición no es una boda, ni algo que te enlace de por vida, es solo buenos deseos para que la pareja tenga buena suerte y futuro juntos.- dijo Denki como si le leyera la mente.

Izuku pudo respirar un poco más tranquilo, no era que se quisiera apartar del rubio a futuro, o no quería romperle el corazón, el no era de esas personas que solo ilusionaba a otras, pero temía que si decidiera ser pareja del rubio y a la final las cosas no terminaban como esperaba, no quería atarse o atarlo a él a algo que no querían, de por vida.

—Bien, creo que eh dicho lo suficiente,- habló el rubio levantándose para irse.— ahora las cosas solo dependerán de ti, espero que elijas con lo que te sientas mejor. Ya me voy.

—Si, gracias Denki.- se despidió el peli-verde con una sonrisa tranquila.

Denki salió de la pequeña cabaña dejando solo al dueño de ella, Izuku fue hasta su cama y se tiró en ella con la cabeza echa un embrollo, tenía una desición que tomar, pero no estaba seguro.

Se frotó el cabello con las manos exasperado, debía intentarlo, darle una oportunidad al alfa y una él mismo en esa relación.

Salió a buscar al rubio para decirle, fue hasta en donde había dejado su ropa antes y había visto la ropa del rubio, pero al llegar se encontró con la sorpresa de que ya no estaba allí.

Volvió de nuevo con los demás pero no lo encontró en ninguna parte, se encontró con Jirou y le preguntó si no lo había visto.

—Salió con Mina y Sero hace rato para hacer sus rondas.- le respondió ella, cargando un venado con ayuda de un beta.

—Oh ya veo.- dijo un poco desilusionado, miró al venado y después sonrió.— ¿Puedo ayudar?

La Omega asintió, ayudó a preparar el venado para la comida, aunque no miró al rubio el resto de día, supuso que era porque le quería dar espacio, y decidió dejarlo por el momento, lo mejor era decirle al otro día.

(...)

Al día siguiente, Katsuki esperaba ya en su forma de lobo al pecoso donde siempre, internamente estaba un preocupado por el rechazo, aunque lo entendería si le dijera que no.

Esperaba sentado mirando a los lados atento a los sonidos, su orejas se movieron captando pisadas atrás suyo y volteó para ver, Izuku iba despacio hacia él caminando algo lento, tenía un ligero sonrojo en las mejillas y el aroma que desprendía de él era nervioso.

Se levantó para caminar hacia el también hasta quedar frente a frente, cerca. Izuku miró a los lados evitando un mirarlo a los ojos, y Katsuki le gruñó un poco desesperado.

"¿Y en tonces?"

Le preguntó en un gruñido bajo, Izuku respiró hondo tratando de calmarse, se llenó del aroma del rubio tomando un poco de valor.
Tomó entre sus manos la cabeza del alfa y besó de forma suave la nariz peluda del mayor, al mismo tiempo que acariciaba con sus manos el pelaje de éste.

Katsuki no se lo esperó y quedó anonado sin saber que hacer en ese momento.

—Si quiero, quiero intentarlo.- le dijo de forma cariñosa, y Katsuki podría jurar que en ese momento admiró la sonrisa más hermosa del todo jodido mundo.

(...)

Ustedes dirán,

"¡Pero si solo van en el cuarto capítulo y ya son pareja, bla, bla, bla"

No se aceleren.

Señoritas, dejenme decirles qué, ésto apenas empieza. 7w7

Espero les haya gustado,
Comenten compartan y voten.

Hasta la próxima.

Zaorycast. ✨✨

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