Capitulo 2: Oportunidad nueva.
Su nariz instintivamente se arrugó ante el aroma de alfa, fuerte, dominante y potente.
Se encogió más sobre la cama de piel, sus orejas estaban gachas y no se atrevía a mirar a los ojos a nadie.
Para los demás esto era extraño, el joven parecía como si nunca antes hubiera estado al frente de otros de su clase, y más al frente de alfas.
-Jovencito.- Masaru se acercó al joven Omega y tomó el atrevimiento de sentarse a su lado.- ¿Cómo es tu nombre?
La nariz del omega se movió hacia el relajando su cuerpo al sentir el aroma dulce de un Omega como él.
-Izuku.- le respondió en voz baja pero audible para todos.
-¿Tus padres?- Masaru quería empezar con preguntas simples para que el Omega fuese tomando un poco de confianza.
Izuku lo miró un momento con duda, y dudó más antes de responder.
-N-no tengo.- el corazón de Masaru se encogió ante esa respuesta.- no los recuerdo.
Si antes estaba mal por haberle preguntado eso ahora estaba peor.
-Lo lamento.- se disculpó sincero, llevó su mano y frotó la cabeza del Omega que se sobresaltó un poco por ese acto pero no lo apartó.- no quiero ser directo, pero me gustaría saber que hacías en territorio humano.
-Yo...- miró a los lados, los dos rubios lo miraban expectante a su respuesta, ellos se habían mantenido al margen para no incomodar demasiado al menor. No tenía salida.- fui criado por humanos.
El lugar quedó en total silencio, estaban en shock. Masaru esperó algo en el muchacho, tal vez un indicio de que fuese mentira, pero no fue así.
-¿Acaso, ellos te capturaron de pequeño?- el peli-verde negó.- ¿Entonces?
Izuku suspiró, contó todo, lo que recordaba cuando era pequeño hasta lo que ocurrió con los maleantes del circo.
Para ese punto, las feromonas de tristeza y dolor estaban en el aire, el peli-verde tenía los ojos aguados tratando de contenerse.
Los demás estaban más sorprendidos que antes, un licántropo criado por humanos, aparte que uno de ellos sabía y aún así lo cuidaba guardando el secreto, eso era algo que no se escuchaba todos los días.
-Y ahora no sé si Eri y los demás están bien.- continuó el omega.- yo no pude hacer nada.
Masaru consoló al peli-verde soltando su aroma para tranquilizarlo. Izuku suspiró llenado sus pulmones relajándose por instinto, el Omega mayor tenía un aire paterno que lo hacía sentir seguro.
-Esta situación es complicada.- habló Mistuki por primera vez desde que estaba allí.- habrá que decidir que hacer, pero eso no discutiremos con los ancianos afuera.
Izuku tembló de nuevo no muy seguro, creía que ahora lo iban a mirar como un bicho raro, que humanos críen a un licántropo era casi imposible, por muchas razones.
Los rubios salieron del lugar primero, después el de cabellos marrón acarició un poco más al Omega y le dió una sonrisa tranquila, después salió dejándolo solo. Se acostó aún echo bolita sobre las pieles y lloró, se sentía solo y triste estando en un lugar diferente y con personas desconocidas.
¿Por qué la vida era tan injusta con él?
Por otro lado Mitsuki, Masaru y Katsuki estaban hablando solos antes de ir con los ancianos.
-Ya ah perdido su hogar dos veces, debe estar desbastado.- razonó el Omega con tristeza.
El rubio chasqueó la lengua inconforme e irritado.
-Es un mocoso criado por humanos.- habló haciendo que Mitsuki le gruñera.
-¡Fue salvado de una muerte segura, además de que lo cuidaron bien! No fue culpa suya nada de lo que ocurrió.- lo regañó y el rubio solo bajo un poco la mirada, sabía que su madre tenía razón.
Aún así se sentía un poco indignado.
-Ademas puedes tomar esta oportunidad.- dijo la rubia poniendo su mano en el mentón, tanto Katsuki como Masaru la miraron sin entender.- ¡Tomarlo como tú Omega!
-¿¡Qué!?- dijeron al unísono padre e hijo.
-Cariño, sé que Katsuki necesita una pareja, pero no pides obligarlos.- habló el Omega y la rubia asintió con poco interés.
-Los pocos Omega mayores de la manada ya tienen alfa, los otros son muy jóvenes todavía, pero este es perfecto, yo no dije que lo marcaras de una vez.- Mitsuki era alguien inteligente y calculadora.- Izuku ha sido criado por humanos, lo que significa que no conoce bien sus instintos, apuesto a que ni siquiera sabe cazar un conejo, debes enseñarle y conforme el tiempo las cosas se darán solas.
El lugar quedó en silencio por un momento, Katsuki gruñó y mostró sus dientes a la alfa.
-¡Es imposible, no voy a perder mi valioso tiempo cuidando de ese Omega!- se negó el joven alfa molesto, no quería ser maestro del peli-verde, tenía cosas más importantes que hacer.
Mitsuki gruñó y soltó su aroma mostrando su dominancia en el lugar, Katsuki dejó de gruñir y bajó un poco la cabeza furiosamente humillado.
Masaru no quería intervenir, pues el también creía que era una buena oportunidad.
-¡Estás por cumplir veintiún años y si no tienes pareja para entonces te tendrás que unir con la hija mayor de los Todoroki!- dijo Mitsuki como última jugada.
Katsuki arrugó más el entrecejo y bufó aún más molesto que antes.
-¡Ni de chiste, no pienso unirme con esa bastarda de los Todoroki!- gruñó en cólera, primero muerto antes de formar un enlace con ella.
-Bien, entonces ya sabes que hacer, vamos Masaru.- Mitsuki se fue junto a su pareja, el Omega le echó una mirada a su hijo antes de irse, trataba de decir con ella "inténtalo"
(...)
Chiyo entró de nuevo a la habitación en donde se el Omega, le llevaba algo de ropa para el, lo mejor que pudo conseguir fue un pantalón azul, una camisa manga larga blanca, y un chaleco de color verde. De zapatos, solo pudo conseguir unos inusuales zapatos rojos, pedía para que fuesen de su talla.
Izuku estaba acostado aún sobre las pieles, la anciana pudo ver sus ojos un poco hinchados, sonrió con tristeza y colocó la ropa al lado del menor.
Las orejas de Izuku se movieron, después alzó la cara soñolienta y miró a la mujer.
-Buenos días.- saludó tallando se un ojo.
-Buenos días cachorro, ¿Te siente mejor?- preguntó Chiyo buscando mostrando sus plantas medicinales.
Izuku asintió con un poco de nervio, no quería comer más de eso.
-Estoy bien.- dijo sentándose sobre las pieles tapando su cuerpo desnudo con una de ellas.- ¿Eso es para mí?
Preguntó viendo la ropa al lado suyo, la anciana asintió y el Omega le sonrió.
-Muchas gracias señora.- tomó la ropa y estuvo dispuesto a ponérsela, pero la presencia de Chiyo lo hizo sonrojar.
-No te preocupes ya salgo, y puedes llamarme solo Chiyo.- comentó ella algo divertida por la reacción del peli-verde.
Cuando ella salió Izuku se dispuso a vestirse, le pareció un poco complicado y más con los botones, pero al final pudo arreglarse bien.
-Me apreta un poco aquí.- se quejó tirando el pantalón un poco en su trasero, el pantalón tenía un agujero por el cual su cola podía salir libremente.
-¿Estás listo muchacho?- la voz de Chiyo lo hizo sobresaltó un poco en su puesto.- te están esperando.
-¡V-voy!- respondió inseguro, ¿Par que lo esperaban?
No sabía, solo esperaba que no fuese para algo malo, suspiró pesadamente y caminó saliendo del cuarto. Chiyo que lo estaba esperando afuera del cuarto lo acompañó hasta afuera.
Era de mañana y el sol alumbraba grande con pocas nubes en el cielo, tuvo que entrecerrar un poco los ojos cuando llegó afuera, después de parpadear un par de veces divisó mejor lo que había al frente.
Muchas personas estaban allí mirándolo, tragó saliva y dió un pequeño paso hacia atrás, la mano de Chiyo lo detuvo y él la miró, ella le sonreía con calmada.
Mitsuki fue hasta él, se paralizó al ver a la alfa rubia acercarse y se dejó hacer, la mujer se paró a su lado y le dió un par de palmadas en la espalda.
-¡Él es Izuku, un nuevo integrante de la manada Bakugou, tratenlo como tal!- habló Mitsuki con autoridad, Izuku estaba algo aturdido pero feliz, significaba que tenía una nueva familia y no lo tratarían mal.
Los murmullos no se hicieron esperar, la alfa lo llevó a un poco más adelante y los demás los rodearon.
"Es lindo" "Omega" "se ve nervioso pero eso no le quita lo lindo" pudo escuchar de alguien por ahí y por allá, los alfa solteros de la manada lo miraban de arriba a bajo dando su aprobación por su atractivo cuerpo. Porque sí, Izuku tenía un cuerpo atractivo, de todo un Omega echo y derecho listo para traer cachorros al mundo.
El pantalón que tenía puesto resaltaba sus piernas gruesas y su trasero algo grande, tenía la cintura algo pequeña resaltada por el chaleco puesto, eso y su linda carita junto a su dulce aroma, lo hacía más apetitoso a cualquier alfa. Incluso para Katsuki, que ahora se hallaba algo sorprendido, pues antes lo había visto sentado y cubierto por una piel, no había apreciado al Omega en todo su esplendor.
-¡Cómo es obvio, Izuku tendrá que acostumbrarse a nuestras costumbres, y para eso Katsuki le enseñará!- en cuanto terminó de hablar la rubia la mayoría de alfas solteros bajaron la cabeza derrotados.
El alfa se cruzó de brazos mirándo a los demás con una sonrisa arrogante. "¡Ni sé atrevan a mirar en su dirección idiotas!"
Izuku miraba a todas partes apenado, sentía sus mejillas algo rojas por los nervios y la vergüenza, no le gustaba ser el centro de atención.
Después de que acabara la presentación y los demás volvieron a sus labores pudo respirar tranquilo, aunque solo fue por un momento ya que le llegó un grupo de curiosos.
-¡Me alegra que estés bien!- miró a un Omega rubio de mechón negro y reconoció el aroma dulce de durazno que venía de él.
Era el Omega al que le había mordido el otro día, se sorprendió un poco al saber que el estuvo allí y lo salvó.
Hizo una pequeña reverencia y le sonrió con pena.
-Gracias por salvarme y lo siento...por morderte.- dijo en voz baja haciendo enternecer a Denki.
-No te preocupes por eso, no fue nada grave. Soy Denki Kaminari, es un placer Izu.- el rubio revolvió el cabello del peli-verde amistoso.
-Soy Jirou Kioka.- habló al lado del rubio una Omega de cabello negro y corto.
Izuku asintió en su dirección como respuesta.
-Soy Tsuyu Asui y puedes llamarme solo Tsuyu.- habló esta vez una Omega de cabellos verdes y largo.
-Tsuyu.- dijo y sonrió feliz al ver que lo aceptaban como uno más de ellos sin tantas complicaciones.
Después de que los demás se presentaran lo llevaron con ellos a comer, para el desayuno comió pan echo por ellos, junto con frutas y unos huevos cocidos. Aceptó todo con gusto y comió tranquilo.
Después de comer, la pacífica charla con ellos se vió interrumpida por cierto alfa rubio que llegó, todos quedaron en silencio ante su presencia Izuku volteó a verlo un poco temeroso. Katsuki lo miraba con los brazos cruzados y lo impeccionó.
-Vamos.- fue una orden en toda regla y de dió la vuelta para caminar.
Izuku lo miró y después miró a los demás sin saber que hacer.
-Ve con él, estás a su cargo ahora.- le informó Denki, y dió cuenta de que el rubio era Katsuki.
Asintio caminando por la dirección del alfa, los demás lo miraban un poco asustados y tristes.
-Pobre criatura, Katsuki se lo comerá vivo.- habló Aoyama dando su pesar.
Izuku seguía al alfa por el bosque sin saber bien a donde iban, solo sabía que ya se habían alejado de los demás. Katsuki se detuvo de improviso haciendo que casi se chocara con él, el rubio se volteó para mirarlo.
-¿Sabes cazar?- le preguntó, Izuku tuvo que procesar un poco la pregunta antes de responder.
-¿Ardillas cuenta?- preguntó y el rubio lo miró con una ceja alzada.
-No.- contestó cortante.
-Entonces no.- respondió sin mas.
-Te voy a enseñar, transformate.- dicho eso el se quitó la capa roja que tenía sobre los hombros e iba por su pantalón, eso alarmó al pobre peli-verde.
-¡Espera, espera! ¡No te desnudes así!- chilló avergonzado tapando se los ojos y dándose vuelta.
El rubio solo sonrió con sorna por la reacción del Omega y terminó de desnudarse colocando su ropa aun lado.
Después de eso no pasó mucho para que tomara su forma de lobo.
"¿¡Qué fue lo que te dije!?"
Izuku dió un salto al escuchar semejante gruñido, lo miró un momento con sus mejillas rojas y el rubio captó el mensaje.
Gruñó dándose la vuelta y acostándose en el suelo, para darle más sensación de seguridad al pecoso tapó sus ojos con sus patas.
"No tengo todo el día, tonto."
Asintió con timidez tratando de quitar su ropa lo más rápido posible, Katsuki quiso mirarlo, pero no quería echar a perder la poca confianza que tenían y se obligó a permanecer con los ojos cerrados.
"Listo."
Escuchó el pequeño chillido del Omega y se levantó para mirarlo, la diferencia de tamaño en su forma lobuna era notoria, el pelaje rubio ceniza era uniforme en todo el cuerpo del mayor, sus ojos rojos parecían brillar con intensidad.
Katsuki admiraba la hermosura del Omega, no lo había visto así antes ya que cuando lo vió estaba cubierto de sangre e inconciente, pero podía jurar que los ojos esmeralda eran más grandes y brillantes que antes, su pelaje verde y blanco se miraba tan suave y esponjoso que tuvo ganas de tirarse encima de él para comprobarlo. Se acercó al Omega moviendo su nariz olfateando, Izuku tuvo la necesidad de retroceder, pero el rubio al ver su intención le gruñó.
"Solo quédate quieto, maldición"
Su nariz tocó suavemente a la del Omega y siguió por encima de su cabeza frotándose, después de un momento se separó, aunque no quería hacerlo, le gustaba la sensación en su nariz.
"Tus heridas, están completamente sanas, ¿No?"
Preguntó y el peli-verde asintió.
"Si, lo están."
Katsuki se sentó, su sola se movía como un cachorro emocionado.
"Te doy diez segundos de ventaja."
Izuku no le entendió y bajó una oreja mirándolo fijamente.
"Empieza a correr, ¡Ya!"
El gruñido del rubio hizo que el Omega saliera corriendo a toda velocidad adentrándose más en el bosque.
"Es rápido, diez, nueve..."
Izuku corría a todo lo que podía en línea recta, no sabía a donde iba pero no le importaba. Saltaba raíces, arbustos y una que otra roca, el corazón en su pecho latía con fuerza, correr así lo ponía feliz, aunque no sabía porqué.
Un gruñido a su espalda lo asustó un poco, el rubio no tardó mucho en alcanzarlo y llegar casi a su lado. Dió más fuerzas en sus patas traseras para correr más rápido posible, dejó al rubio atrás o eso pensó.
Prontamente fue derrumbado, rodó un poco en el suelo antes de quedar prensado en el, tenía una pata algo pesada encima que no mantenía en el suelo.
"¡Muy lento!"
Katsuki mantenía al Omega en el suelo, un chillido lastimero salió del peli-verde derrotado.
El rubio lo soltó, Izuku se paró y sacudió un poco su pelaje para quitarse el sucio.
"¡Eres muy rápido, genial!"
Eso desconcertó un poco al alfa, pensó que se pondría triste o algo diferente, no que lo iba halagar.
"Si lo que sea, vamos a cazar algo ahora."
Las cosas se estaban poniendo mejor, ¡Aprendería a cazar!
Siempre quiso hacerlo, antes no estaba seguro, pero ahora con el calor y la emoción corriendo por si cuerpo lo animaban.
"Mantén mi paso."
Katsuki empezó a correr de forma muy rápida, el Omega lo siguió lo más rápido que pudo, el rubio lo dejaba varios metros atrás pero por lo menos no lo perdía de vista.
Estuvieron un rato corriendo hasta llegar a una pradera, era grande y llena de flores, las montañas a alrededor hacia la vista aún más bella.
"Este lugar está lleno de conejos, haber si logras cazar alguno."
Izuku asintió no muy seguro, se adentró a las flores de forma lenta y sin hacer mucho ruido, sabía que para cazar debía ser silencioso. Utilizó si nariz buscando cualquier aroma, las flores dificultaban un poco, escuchó un pequeño crujido de una rama rompiéndose y fue hasta el origen.
Allí estaba, un hermoso conejito marrón, se veía corrido y entretenido comiendo plantas del suelo, se acercó lo más que pudo sin hacer ningún ruido, y para cuándo el conejo se dió cuenta de su presencia era muy tarde, Izuku le saltó encima y apresó con su boca.
Salió victorioso del campo de flores y fue hasta donde estaba el rubio.
"¡Mira lo tengo!"
Ver al peli-verde con un conejo en la boca si lo sorprendió, no esperaba que lo lograra a la primera, pero había un pequeño detalle.
"¿Por qué no está muerto?"
Ciertamente tenía al conejo en la boca, pero estaba vivo, Izuku se acercó y colocó el aturdido conejo en el suelo, el pobre ni se movió.
"¡Es muy lindo! ¿Cómo lo voy a matar?"
El rubio miró como el peli-verde no tenía ni la más mínima intención de querer matar al conejo así que lo hizo él.
"Así se hace."
Dijo tomándolo y tronando su pequeño cuello con los dientes, el peli-verde se horrorizó por eso.
"¡No! ¡¿Por qué lo hiciste?!"
Katsuki rodó los ojos y dejó al conejo ya muerto en el suelo, Izuku lo tocó varias veces con la nariz para ver si aún quedaba vivo.
"¡Señor conejo!"
Lloriqueó como si hubiera perdido un ser querido, a Katsuki ya le estaba dando un tic en el ojo.
"¡¡Ya cállate maldicion!!"
Le rugió de manera dominante dejando salir su aroma pesado y amargo, Izuku solo bajó las orejas decaído.
"Toma al conejo y sigamos"
Esperó e que el Omega tomara al conejo sin ganas y caminó, sabía que gritarle al Omega de esa forma no era lo mejor, ¡Pero lo desesperaba de sobre manera!
"¡Escúchame bien atento que está es la primera y la última jodida vez que lo diré!"
Gruñó llamando la atención del Omega, Katsuki al ver que éste le prestaba atención siguió.
"¡Olvida tus cosas de humanos, ahora estás en el bosque y las cosas aquí son matar o morir! ¡Tienes que cazar animales para alimentarte y ser fuerte si no morirás de hambre, ese conejo es tu cena y no quiero ni una maldita queja! ¿Entendiste?"
Izuku sabía que el rubio le estaba enseñando para su bien, y que pudiera defenderse en el bosque, así que trataría de mejorar en eso.
"¡Si señor!"
Bramó en respuesta, Katsuki supo que el Omega estaba entendiendo la situación y la importancia de las cosas que tenía que aprender.
"Bien, continuemos."
Estuvieron el día de un lado para el otro, Katsuki trataba de ser paciente con él pero al final siempre terminaba regañandolo por algo, y aunque el rubio le daba algo de miedo supo que no era tan malo después todo.
Ese día también supo que el conejo en guiso era delicioso, aún se sentía un poco mal por matarlo pero se dijo así mismo que ese era el ciclo de la vida.
Le habían dado su propio hogar, era una choza pequeña pero para él era suficiente, dentro de ella había un pequeña chimenea y una cama llena de pieles suaves, se iba a tirar sobre ella, pero después echó esa idea de lado al ver que estaba muy sucio.
Salió y buscó a Denki, lo encontró hablando con un alfa de cabellos rojos, no quiso interrumpir pero el rubio lo vió y fue hasta él.
-¿Ocurre algo?- preguntó el Omega e Izuku dudó un poco.
-¿En donde puedo tomar un baño?- preguntó un poco apenado.
Denki le sonrió cálidamente y asintió.
-¿Tienes un cambio de ropa?- preguntó y el peli-verde negó.- yo te doy un poco de la mía vamos, tambien quiero un baño.
Denki lo guió hasta una aguas que eran cálidas, se podría decir que eran tibias, también habían otros allí tomando un baño, eran omegas todos.
El rubio lo había guiado en donde solo los omegas se bañaban en privacidad a cualquier otra casta.
-Puedes desnudarte con confianza, aquí solo somos nosotros.- Denki procedió a desvestirse para después meterte al agua.
Dudó un poco en hacerlo, pero al final lo hizo, después de todo, estar desnudo al frente de un alfa era diferente a estarlo al frente de un Omega. Entró al agua ronroneando al sentirse tan bien.
Denki a su lado le mostró un pequeño trapo.
-Voy a tallar tu espalda.- dijo el rubio haciéndolo voltear.
Denki mojó el trapo y lo pasó por la espalda del peli-verde dándole masajes, cuando terminó se lo dió y ahora él se daba la vuelta, supo que también tenía que hacerle lo mismo.
Después del baño, lavar la ropa que había utilizado ese día y vestirse con ropa limpia volvió a su hogar para dormir, se sentía algo cansado, había echo muchas cosas ese día.
Se echó en la cama de pieles arropandose con una, los grillos de la noche no tardaron en cantar su melodía, allí en la penumbra de la noche no pudo evitar sentirse triste.
Había estado ocupado todo el día, eso lo distraía de sus pensamientos y evitaba que recordara lo sucedido con el circo, pero ahora que estaba allí solo podía pensar en ello.
Se preguntaba si Eri estaba bien, en qué había pasado con los demás, o qué le habían echo a los animales del circo.
Se puso triste, pero no duró mucho, sus ojos empezaron a pesar, bostezó con mucho sueño.
Poco a poco fue sucumbiendo a Morfeo, cayó en sus brazos y lo llevó a su país. Ya mañana se preocuparía por el circo, ahora solo quería descansar.
(...)
;u;
Wenas~
Espero les haya gustado.
Hasta la próxima.
Zaorycast. ✨✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro