
8. Jugando con el chico rico
– La-Lady... Bug...
Escuchar la voz entrecortada del chico que le gustaba mientras estaba haciéndole una felación era una sensación indescriptible para la heroína.
En cuando había regresa a su hogar no tardó en huir de ella para llegar a la mansión Agreste y aprovechar su nueva relación y posición con el muchacho de ojos verdes. La ansiedad de poder ser poseída por él con el traje de heroína la desquiciaba, haciendo que su interior comenzara a hormiguear.
Apenas había llegado, se le confesó y él le explicó el acuerdo que tenía con su novia Marinette. Rio un poco entre dientes para enseguida poseerlo, hacer lo que tanto deseaba. No Quería que terminara, pero esperaba que pudiese hacerla suya como Ladybug, aunque aún no lo hubiese hecho con su forma como civil.
– ¡Demonios! – Bramó el rubio sosteniendo la melena azabache. – Y-yo...
La muchachita estaba frotando sus pechos, pellizcando sus pezones duros que se notaban gracias al traje tan ajustado que usaba y que se había quitado la ropa interior antes de transformarse. Eso le estaba nuevas sensaciones y le encantaban. Buscaba quitarse el traje mágico, que por desgracia no tenía una abertura tan notoria como el de su compañero gato.
Sintió como el muchacho que tenía frente se agachaba y jalaba el traje por la parte trasera, como si ya supiera que detrás tenía algún cierre o algo similar. Y así era. El aire frío hacía contacto con su nívea piel causando que su espalda se curveara y sus labios se alejasen del miembro del joven de melena rubia, el cual no dudó en aprovechar la alejarla de él.
Ella cayó sobre la alfombra que rodeaba la cama del chico.
– Así te quería... – Mordió su labio inferior el hijo de Gabriel.
Estando sobre ella, terminó de bajar el cierre de su espalda con ayuda de la fémina que arqueaba felizmente su espalda. Con rapidez le retiró el traje de la parte de arriba, dejando su torso al descubierto, siendo descubierta de su treta de no llevar absolutamente nada debajo. Él bajó el traje lo suficiente para no mostrar el sexo femenino, pero si para observar casi la mitad de su cuerpo.
Masajeaba los senos de ella, mientras con su boca los succionaba con brusquedad provocando que decenas de gemidos agudos se escucharan por la habitación. Poseer a la heroína de Paris le parecía una locura; estaba viendo un lado de ella que probablemente ninguna otra persona sería capaz de observar en la ciudad. Se sentía todo un triunfador en obtener ese preciado obsequio.
Todo el tiempo la veía tan feroz, fuerte e imponente contra el mal, pero ahora se encontraba debajo de él, indefensa y gritando de placer por lo sensible que era. Le recordaba mucho a su preciosa Marinette, pero tenía algo diferente, ella no se dejaba ir tan fácil, trataba de que su mente no quedara en blanco para no perder la poca cordura que tendría en aquellos momentos. Ella era más difícil de descontrolar que su novia.
– Mi lady...
Por un instante la de traje moteado sintió que aquel que estaba sobre ella, hablándole, era ni más ni menos que su compañero gatuno, pero el ver la habitación regresó a la realidad. No era tonta, podía existir una posibilidad de que su amado novio fuera el gato tonto que por mucho tiempo rechazó. Si ella pensaba eso, ¿Adrien podía darse cuenta de que ella era su preciada Ladybug?
Torció la boca, ahogando un gemido. Pensar en esa posibilidad le daba miedo. Era muy probable que él se decepcionara de la chica que estaba detrás de la máscara, aunque... Ahora eran novios, le había declarado su amor, pero también estaba dispuesto a tener algo físico con su versión mágica. ¿Eso era algo realmente sincero?
Tuvo que menear la cabeza para no perderse en aquellos pensamientos tan terroríficos para su corazón, ya que gotas saladas estaban amenazando salir por sus preciosos orbes cielo. Su cuerpo no estaba reaccionando de la forma que ella esperaba, todo por pensar cosas tan, ¿terribles?
– ¿Te encuentras bien? – El varón se había detenido y ella no lo había notado. – L-lo siento.
– ¡N-no! – La muchacha estaba asustada, él seguro pensaría que no le gustaba lo que hacía. – Perdóname a mí, me puse a pensar en cosas que no debían ser.
– Ya veo... – Giró su vista, evitando verla directamente. – ¿Tus deberes heróicos?
– N-no... Es sólo que... – Se detuvo un momento, no estaba segura de hablar o no, pero tenía que hacerlo. – ¿Qué sientes por Marinette?
– ¡Eh! – Las mejillas sonrojadas de Adrien enternecieron a la azabache. – Bu-bueno... Ella es mi novia. – Se rascó la nuca. – Hace poco me di cuenta de lo que sentía por ella, gracias a que... Esto... Bueno, ella y yo comenzamos a hacer ciertas cosas. Tu sabes...
– No sé. – Mentalmente se estaba riendo por lo tierno que se veían.
– Nos hicimos amigos muy cercanos y nos propusimos a probar cosas de adultos... – Se cubrió el rostro. – Ambos nos dimos nuestro primer beso. Ahí fue cuando me di cuenta de que me gusta de una forma muy diferente a como me gustas tú.
Esas palabras fueron como un balde de agua fría.
– Quiero decir... Tú me gustas por ser una persona valiente, que salva nuestra ciudad y a las personas que viven en ella, te admiro mucho y... Tu cuerpo... Demonios. – Trataba de contener sus palabras por la pena que estas le provocaban. – Tu figura se resalta maravillosamente con ese traje.
– Gra-gracias...
– N-no es nada. Es la verdad.
– ¿Y ella?
– Marinette... – Suspiró, intentando peinar su cabello. – Ella es una chica increíble. Nunca pensé que legaría tan lejos con ella, en tan poco tiempo. Me siento un poco tonto por no darme cuenta antes de mis sentimientos, de la forma en que siempre la he visto. Con ella quisiera hacer de todo, hasta dejarla exhausta de mí. Quiero entregarle todo de mí. Ahhhh... Es maravillosa, un poco torpe, pero lista. Capaz de seguir adelante, hermosa y soñadora. La quiero sólo para mí.
– Wow...
Las palabras no salían, esta anonadada con las palabras del joven. No esperaba nada de eso. Tal vez... Debía de darle la oportunidad de saber quién era en realidad, pero mientras tanto... Sería divertido jugar a ser dos personas diferentes y hacerlo de dos formas distintas.
Se abalanzó sobre él para besarlo, regresando su atención al bulto en el bóxer del chico, ese que había ocultado mientras le había dado su atención a ella.
– Quien fuera esa chica para tenerte por completo... – Habló entre besos. – Seré buena y dejaré que le des tu virginidad a ella, pero mientras...
Regresó a la postura inicial, obtendría el esperma del chico como lo había hecho con Chat Noir.
– Yo tendré una eyaculación de tu parte.
Adrien estaba extasiado, a pesar de que ella ya había bebido su esperma como el héroe de traje negro, los movimientos que estaba recibiendo en esa ocasión eran diferentes, más precisos. Tal vez, en aquel momento, lo había hecho de forma torpe, pero ahora mismo se comportaba de forma más suave pero experta.
Lamía desde la base del pene, hasta la punta. Bajaba a los testículos del chico, succionándolos con suavidad y si le era posible, lamía todo el escroto. No buscaba que terminase rápido, sino que quería hacerlo experimentar el placer por medio que no eran tan satisfactorios como lo que había realizado la última vez. Era tranquila pero feroz con sus acciones.
La lengua femenina comenzaba a rodear todo el glande, lo llenaba por completo de su cálida saliva que poco a poco se iba enfriando y nuevamente se calentaba con la fricción de una de las suaves manos de la joven que iban de arriba abajo por todo el falo.
Se separó del miembro y fue directo a la boca del chico, lamía sus labios, sus mejillas, su cuello. Todo el trabajo lo estaba realizando con una de sus manos que rodeaba la cabeza de su pene, bajando y subiendo sus dedos para darle placer. Se trataba de algo muy diferente a lo que él se solía hacer para sí mismo.
– Ya... No puedo...
Esa fue la señal para que la chica bajara su cuerpo y, aunque en primera instancia había pensado en volver a beber aquel líquido viscoso, prefirió dejar que saliera directo a sus preciosos senos que ahora brillaban por el semen que caía en ellos y resbalaba hacía sus pezones.
Aquel que observaba ese maravilloso paisaje se sentía embelesado al notar como ella iba tomando un poco de lo que residía en su pecho y lo introducía en su boca. Pero lo que más le sorprendió fue ver como se volvía a colocar el traje en posición aun con su eyaculación en aquella zona.
– ¿Podrías subir el cierre? – Preguntó suavemente mientras volteaba su cuerpo
Esta chica podía ser el demonio en vida con esas situaciones tan eróticas...
– Tengo que irme. – Habló de nuevo ella con su melodiosa voz.
– Sí. – Respondió con una enorme sonrisa él.
Vio cómo se levantaba del lugar y salía como si nada por la ventana, apenas llevaba unos metros de distancia cuando el rubio rio tontamente y su sonrisa inocente cambiaba por una lasciva.
– ¡Plagg!
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Ya sé, me desaparecí por mucho tiempo, pero culpen a la escuela :'v Al fin les traigo nuevo capítulo con mucho sexo XD Ya sé que está raro, pero mi cerebro aún no se acostumbra a retomar esto de la escritura después de pensar en Pteridophytas, Collembolos, Cordados, tablas de distribución poblacional, errores de hipótesis, cálculos de prueba t student y mil mamadas similares u.u Perdón ;___; Ya tengo pensado el siguiente cap y si, será sexo LadyNoir XD ¿Se han dado cuenta que aún no follan? :v Bueno, tengan bonito día :B
PD: Hace mucho que quería usar la palabra felación :B Me gusta mucho XD
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