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21. ¿Problemas?


Todo parecía una típica escena de drama romántico, en la que los protagonistas recién estaban en el comienzo del problema que los iba a separar. Para dos jóvenes, que llevaban casi un año como pareja, ahora habían peleado por una cuestión de la sexualidad de ambos: el uso del preservativo.

Unos días antes, en el instituto, habían tenido una explícita charla sobre las enfermedades de transmisión sexual. No sólo hablaron con los profesionales de la salud sobre el cómo se llegaba a padecer estas, ni sólo hablaron de cómo prevenirlas, sino que vieron fotografías de casos y recomendaciones que debían de tomar cada uno de ellos.

Mucho les hablaron sobre que siempre debían de usar preservativo, sin importar que tanta confianza pudiesen tener como pareja, pues nunca se podía llegar a saber si de verdad eras su única pareja sexual o si pudiese haberse contagiado de una forma no sexual, como en el caso del VIH que un simple contacto entre sangre contaminada con una herida bastaba para contagiarse.

Así de un simple pedido de Adrien por hacer uso del condón, resultó en una novia ofendida porque supuestamente creía que ella "se metía con alguien más", cuando esto se basaba en sus actividades heroicas. El mismo día de la charla, habían peleado y él había sido herido junto al akumatizado, teniendo contacto entre cortaduras, es por ello que el rubio quería cuidar a su chica hasta que pudiera asegurarse de estar completamente bien.

Ella argumentaba que cuando el lucky charm curó su herida, seguro regresaba cualquier otra cosa, pero el joven tenía sus dudas ya que por lo menos cuando el hacía uso del cataclysm nunca había una reacción segura. No podía tomar aquello a la ligera y le molestaba que su chica no viera más allá de lo que quería en el momento.

Sin decir nada, prefirió abandonar el hogar de esta por la puerta principal no sin antes disculparse con sus padres ya que se supone ese sábado se quedaría a cenar en dicho hogar. Pero era más que obvio que ella lo seguiría para continuar con la discusión.


—¡Adrien! —le llamaba desde atrás sin obtener respuesta —¡Te estoy hablando!


Continuó con su camino a través del parque frente a la panadería de los Dupain-Cheng, ambos necesitaban enfriar la cabeza de la pelea, pero eso la azabache no lo estaba comprendiendo y sólo veía lo que quería: que su novio la ignoraba porque odiaba la idea de hacerlo con ella porque podría tener algo.

Ambos estaban siendo completamente egoístas al no ponerse a pensar que era lo que cada uno quería expresar o simplemente lo que sentía. Se estaban haciendo daño profundamente por algo tan simple como usar o no preservativo.

La idea de prevenir un embarazo no deseado ya se había aclarado tiempo atrás, cuando decidieron que la joven usara parche anticonceptivo unido a evitar el coito en días que según su ciclo menstrual fuesen de alta fertilidad. Incluso agregaron un método del ritmo, en que de ser posible Adrien no eyaculara dentro del canal vaginal.


—Detente con esta persecución absurda —exclamó irritado el rubio a su pareja —. No está ayudando tu actitud egoísta.

—¿Egoísta yo? ¡Mira quién es el que se va sin decir absolutamente nada!

—Marinette, si tú no entiendes mi punto y tú tampoco entiendes el mío no sé qué más puedo hacer. No te quiero gritar y no quiero que la pelea se vuelva cíclica —Sus dedos pasaban nerviosos por su cabello alborotado —. Cálmate primero y con gusto hablamos.

—Estoy calmada —dijo casi gritando.

—No lo estás.

—¿Pues qué quieres que haga para que me calme según tú?


La tomó de los hombros, haciendo fuerza la obligó a sentarse en la banca que estaba tras ellos.


—Espera aquí.


Ella simplemente bufó para luego cruzarse de brazos y piernas haciendo caso del pedido que su novio le había hecho. No tuvo que esperar mucho para tener frente a sus ojos un helado de frutilla (su favorito); lo tomó susurrando un pequeño "gracias", comenzó a lamerlo con cierta molestia, pero de a poco se fue calmando al punto de relajarse y cruzar sus dedos en la banca con Adrien.

Cuando se enojaba era muy cierto que le costaba calmarse, por lo que agradecía que su novio hubiese encontrado este método para controlar su fiera interna. A veces eso le hacía sentir torpe o mala, ya que ella no tenía esa capacidad, más bien era que nunca había encontrado una situación en que se enojase tanto su chico.


—¿Mejor?

—Sí —observaba el carrusel del parque en funcionamiento —. Disculpa.

—Está bien... Por lo menos así podremos hablar mejor.

—Supongo —hizo un puchero.

—Oye, no creas que pienso que me eres infiel o que yo lo soy, sólo quiero cuidarte —le giró el rostro para que sus ojos se cruzaran—. Quiero estar seguro de no perjudicar tu vida, de que no me han transmitido dicha enfermedad o alguna otra.

—¡Pero...!

—Princesa, por los próximos tres a seis meses iré a hacerme exámenes y continuaremos con esto.


Nuevamente Marinette se estaba molestado, ya que el rubio era el único que estaba tomando las decisiones en la cama.


—Ya sé que tienes muchas objeciones, pero óyeme fuerte y claro.

—¿Qué?

—Lo hago porque te amo, mi lady... No podemos fiarnos de algo de lo que no conocemos todos sus límites. Y ni te quejes del tiempo que esto llevará, después de todo sabemos que el VIH se detecta tras un largo tiempo.

—Lo sé, si puse atención.

—¿Entonces?

—No se siente igual...

—Tal vez la sensación cambie un poco, pero prometo comprar condones ultra delgados y usar suficiente lubricante. No importa mucho eso, sabemos que lo importante es cómo lo hago.


Guiñó el ojo, comprendía a qué se refería y eso rápidamente le hizo sonrojar con furia. Agachó el rostro, ocultando los tonos rojizos de su piel, asintiendo como signo de comprender y aceptar la situación que ahora mismo estaban pasando.


—Lo siento... —Abrazó a su chico.

—Te amo, linda.

—Y yo a ti —se acercó a su oído—. Cierto, cuando me la chupes también tendrás que hacerlo con condón.

—¡Asco!

—Jajajajaja, este es mi momento para obligarte a probar los condones saborizados.

—¡No! ¡No me gustan!

—¿Cómo sabes si nunca los has querido probar?

—Es que huelen muy falsos y seguro pasa lo mismo con su sabor.

—Ahh... Pero no dices lo mismo de los lubricantes de chocolate negro que compré el mes pasado.

—Esos son diferentes...

—Bueno, ¿y si probamos hacer uso de ambos?

—¡A-Adrien! —chilló al notar que una pareja se les quedó observando, tal vez escuchando su conversación.

—Puedo subir más el tono de voz si no aceeeptaaass...

—¡Va-vale!

—¡Bien!


Tomados de la mano, regresaron por el mismo camino. Apenas dando un par de explicaciones cortas a los padres de la de coletas, informaron que estarían en el cuarto de ésta jugando o simplemente viendo alguna serie; lo usual era que ponían algo con un volumen normal e hicieran sus travesuras habituales.

Las cosas tendrían que ser rápido, apenas tendrían unos veinte minutos para hacer algo, pues la Sabine subiría a comenzar a hacer la comida y podría llegar a escuchar "ruidos extraños" que les llevaran a ser descubiertos. Debían de ser precavidos si no querían tener algún problema a futuro por quebrantar la confianza de sus mayores.

El modelo sacó una caja de preservativos y un tubo de lubricante saborizado. Sin decir nada, se lo dio a la de coletas quien entendió a la perfección que la estaba retando a ser ella quien colocara las cosas a su gusto.

Fue por otro tubo de lubricante (uno de base agua, natural) mientras su novio se retiraba las prendas inferiores. Quería ayudarlo a mantenerse erecto sin tener que tocarlo demasiado, por lo que ella se sacó la blusa mostrando un bralette de encaje rojo que poco cubría y eso le excitaba al varón que tembló un poco.

Fue aplicando el lubricante natural en partes del miembro, con su mano lo masajeo de modo que lo extendiera por todo este. Los suspiros de este comenzaban a escucharse y ese era el mayor placer para la joven, saber que sus caricias eran lo suficientemente satisfactorias para provocar ese tipo de expresiones. Verificó el empaque del preservativo con envoltura café, estaba en buen estado y la fecha de caducidad era lejana; al intentar abrirlo falló (causa del lubricante en sus manos), por lo que fue el chico quien tuvo que tomarlo como ayuda.

A pesar de todo lo que ya habían hecho desde hacía meses, seguía teniendo un cierto pudor sobre ciertas cosas, y colocar un condón era una de ellas. Usualmente dejaba estas cosas a su chico, pues era el que mejor conocía esto. Exhaló pesado para luego colocar en el lugar adecuado; apretó la punta, para no dejar aire y de a poco fue desenrollando con muchísima facilidad, cortesía del lubricante.

Elevó la mirada, notando la sonrisa satisfactoria del rubio por su buen trabajo. Volvió sus ojos al falo erecto al que ahora procedía a llenar de lubricante de chocolate.

Sus fosas nasales se llenaron de ese aroma que parecía muy natural y que le incitaba a probar aquel manjar sobre el cuerpo del otro. La mano izquierda sujetaba al contrario, mientras la derecha bajaba celosamente a su propia entrepierna.

No era del todo agradable chupar aquello, pues se sentía la delgada capa plástica debajo, pero al ir haciendo presión de arriba a abajo con su mano las cosas mejoraban mucho para Adrien que buscaba algún sitio al cual sujetarse, sus piernas apenas lo sostenían si no fuera porque estaba recargado en el escritorio. Por momentos se detenía un poco, pues se estaba enfocando mucho en su propio ser, los movimientos circulares sobre su clítoris le encantaban.

El héroe de Paris se agachó un poco, permitiéndose estrujar los pezones de su novia que dejó salir un fuerte gemido que ella misma calló con el miembro viril al que con fervor le realizaba una felación.


—Vamos linda... —Gruñó él— hazme terminar para que luego tú me muestres...


Todas las ideas y palabras de su novio solían ser perfectas para estas ocasiones. Subió ambas manos que jugaban en completa sincronía. Él tenía que sujetar de los hombros o la cabeza a la azabache que ya podía sentir el orgasmo contrario gracias a los movimientos involuntarios y el carmín del rostro de su chico. La espalda del rubio se curveó al momento del clímax que tanto esperaba; era muy diferente a otros orgasmos, a pesar de la barrera física que estaba entre la boca y el pene, la alta cantidad de lubricante había dado sensaciones diferentes.

Su trasero cayó sobre la mesa tras él, sentándose y dándole el mejor lugar para observar a la de coletas tener las piernas completamente abiertas para masturbarse. Hizo de lado su ropa interior y sólo masajeaba su clítoris con los dedos aún llenos de lubricante. Parecía como si le hubiesen dado un tipo de droga, pues su mente sólo se enfocaba en esas acciones.

Marinette tomó un poco de valor, por lo que con su palma se dio pequeños golpecitos en la vulva (como todo eso que había visto en algunos videos pornográficos). Creyó que sentiría dolor, pero las vibraciones de ello le sentaron perfectamente al momento, es por ello que no dudo en hacerlo con un poco más de fuerza regresando luego a seguir con las frenéticas caricias.

Era tan simple lo que hacía, pero visualmente era hermoso y el orgasmo —que fue acompañado con un pequeño squirt— una delicia para la jovencita que cayó por completo al suelo, mordiendo sus labios para no gritar.

Ella quedó tendida en el suelo, con la respiración agitada y apenas viendo que su compañero se limpiaba un poco, listo para bajar al baño a quitarse todo ese aroma y sabor chocolatoso del cuerpo. Cuando él regresara, tendría que hacer lo mismo o todo sería muy sospechoso.

Al parecer, los próximos seis meses estarían muy bien, aun con estas protecciones adicionales hasta descartar cualquier cosa en el cuerpo de su chico.


—Cierto...


Quedando sola, pensó en que tal vez era justo que ella también se hiciera una prueba, en dado caso de que las cosas fuesen al revés y ella no diera indicios de nada. Quería evitar los sentimientos y pensamientos tras la posibilidad de que alguno estuviese enfermo, lo primero tenía que ser descartar las posibilidades que ella creía eran nulas, después de todo eran jóvenes precavidos y conscientes de sus acciones e incluso la de otros.


—Ya puedes ir —anunció el rubio al regresar.

—Claro, ya regreso.


Los mismos pensamientos también se alojaban en el muchacho que tomaría toda la responsabilidad de cualquier cosa que sucediera en sus vidas.


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Muchas gracias por esperar pacientemente. A pesar de lo bueno y malo de mi vida, he logrado continuar con varios proyectos. Algunos serán concluidos en próximas fechas y otros tantos seguirán en hiatus.

Antes de irme, no olviden que aún pueden entrar al grupo de WhatsApp (ya sabe, manden a mi inbox su número con lada y nombre) donde por cierto ya había mostrado parte del spoiler del capítulo ;)

Y... Otra cosa es que los invito a un evento que organizo en mi ciudad (Córdoba, Veracruz), el próximo 20 de mayo. Asistirá Jessica Ángeles *w*)/ Les dejo el poster promocional y cualquier cosa me pueden preguntar. Si hay suficientes personas de mi región (comenten aquí, xfa), rifaré una entrada :D Además de que sería de mucha ayuda si me ayudan a difundir esto uwu

Sin más que decirles, espero que estén muy bien. ¡Los leo en otro fic o capítulo xD! Ciao owo)/    

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