Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Veintiséis

Intenté bajarme del escritorio, pero Oliver advirtió mi movimiento y se colocó nuevamente entre mis piernas.
Alzó una de sus manos y colocó su dedo índice en mis labios, en un gesto de silencio.

El corazón me latía desbocado.

En cierta parte estaba chillando internamente al pensar que él prefería estar conmigo que con Susana, pero luego me sentía muy perra alegrándome por eso.

—Debemos… —intenté susurrar, pero Oliver acarició sus labios con los míos.

Intercalaba su mirada entre la mía y mi boca.

¿Quería volver a besarme? Imposible.

—¿Qué era lo que decías? —susurró. Su aliento estaba más tibio que antes— ¿Que no sabías besar?

Asentí.

Él me dio esa mirada de “¿Estás bromeando, cierto?”

—Es verdad —susurré de vuelta.

Se acercó un poco más y lamió mi labio inferior.

—¿En serio, Laura? Porque a mí me parecía que eras toda una experta.

—¿Besando? —inquirí estupefacta.

—Y también arañando mi cuello —metió mi labio inferior entre sus dientes—. Me gustas mucho.

—¡Oli, ¿Estás aquí?! —gritó nuevamente Susana, distrayéndome por un segundo. Solo uno.

—¿Te gusto?

Quería alejarme, pero él simplemente no me daba opción.

Asintió. Volvió a besarme lento.

No pude responder nada.

—¿Quién te ha hecho creer que no sabes besar? —inquirió, dejando de besarme para poner atención a mi respuesta.

Negué.

—No es eso… es que —carraspeé—… es primera vez que… beso de esta forma.

—¿De esta forma?

—Tan... Sexual.

—¿Me estás jodiendo?

Mierda.

—No.

—¡Oli!

¡Cállate Susana!

—¿Qué haces? —esa era la voz de Andrómeda.

—Busco a tu papá, Andri —le respondió Susana.

Señor sexo y yo nos quedamos callados.

—Mi papá no quiere abrite —le respondió la niña.

—¿Está ahí?

—Sí.

—¿Y por qué tiene el pestillo pasado? —inquirió cautelosa.

—Porque no quiere abrite.

Andrómeda era más inteligente que ella.

—Ah, vale.

—Espera en el muedle.

—¿En dónde?

Ay, por Dios. Me dieron ganas de gritarle ”¡En el mueble! ¡Ha dicho mueble!”

Hubo silencio por varios segundos.

—En el mueble —se corrigió la niña y casi aplaudo de orgullo.

—Sí.

Luego nada. Silencio.

—¿Qué clase de relación sosa tenías?

Volví con señor sexo.

—¿Sosa?

—Sí.

Vale, no quería pensar en Aarón. No llores, no llores, no llores…

—Realmente creí que todo iba bien —susurré sin mirarlo—. Que él era lo que yo necesitaba y quería…

—Pero te equivocaste —lo miré—, como todos lo hacemos. No hay nada de malo en eso.

—No…

—Al menos no te dejó un hijo —bromeó. Yo sonreí fastidiada.

—¿Por qué me has traído aquí?

—Para besarte, por supuesto —sonrió perverso.

—¿Querías besarme? —tenía que asegurarme.

—¿Todavía no te das cuenta?

—¿De qué?

Nos señaló.

—De la jodidamente increíble atracción sexual que tenemos.

Enmudecí. ¿Nosotros mismos nos dábamos cuenta de eso?

—¿Tenemos atracción sexual? —pregunté en un susurro temeroso, no quería que se ofendiera o algo.

—Sí, vomitona —él me miró con dulzura. ¡Ya, que me enamoro!—. Dime ¿Querías que siguiera besándote?

—Sí…

—¿Querías que hiciera algo más?

—Sí, pero…

—¿Te sientes extraña estando así —se acercó un poco más, hasta que nuevamente nuestras entrepiernas se rozaron. Jadeé bajito—… cerca?

—Sí.

Perdón vocabulario, pero “sí” es la única palabra que reconozco ahorita.

—¿Te es suficiente? —inquirió, colocando sus manos en mis caderas, presionándome contra él y contra aquel bulto que se hacía cada vez más grande.

Maldita sea… estaba excitada.

Vale, hola vocabulario, ya recordé otra palabra:

—No…

—¿Quieres más? —lo miré a los ojos, asintiendo— Yo deseo mucho más, Laura.

—¿Esto es atracción sexual, eh? —traté de sonar divertida, a pesar de que tenía la garganta seca, los ojos cristalizados y el corazón bombeando en todos lados.

—Así es…

—¿Se quitará alguna vez? —pregunté.

—No creo que se me quiten nunca las ganas de ti.

—Ni siquiera me has… —callé abruptamente.

—¿Ni siquiera te he probado? —asentí y él negó— Cuando dos cuerpos se atraen, es muy difícil que se alejen por cuenta propia. No importa el resultado, siempre es ahí, ahí, ahí…

Él comenzó a besarme, yo le seguí.

Esta vez nuestras lenguas pidieron imperativas un roce más duradero.

Y allí, con el corazón roto y un desorden mental, me di cuenta de que besar a señor sexo era mi nueva actividad favorita en el mundo.
Podía sentir el roce de su pecho cada vez que exhalaba. Sus manos presionando mi cadera más y más. Su erección rozando la zona delicada de mi cuerpo que latía anhelante. Sus labios acariciando los míos como si ignorara completamente lo que había al sur de su cuerpo, porque me besaba tan dulcemente que cualquiera lo tacharía de inocente y no como un hombre con semejante erección presionando la entrepierna de una chica.

Él se alejó solo unos centímetros para hablar:

—La propuesta que te hice en un principio —su voz sonaba ronca y sexy— iba en serio, pero no esa clase de serio. Realmente no íbamos a tener sexo, solo… yo solo quería conocerte… no iba a dejar que un extraño como yo te quitara la virginidad… tenía pensado follar sobre la ropa.

Me reí muy bajito.

—Follar sobre la ropa, vale —mordí mi labio inferior y buscando valor donde no había, rodeé su cuello con mis brazos—. Aún podríamos hacerlo… follar sobre la ropa, digo.

Él sonrió con esa sonrisa que ahora me daba cuenta ponía solo en momentos como este.

—Ahora podríamos hacer mucho más.

—¿Te refieres a sexo?

Oliver alzó sus manos y acunó mi rostro.

—Eres realmente muy inocente. Y me encantas —me dio un suave beso—; pero podría enseñarte mucho más que sexo. Eso es lo que haré.

—¿Estás diciendo indirectamente que pasaremos más tiempo juntos?

—No, estoy diciendo directamente que te enseñaré mucho más que sexo y que eso implica que pasemos mucho tiempo juntos.

Yo realmente no era inocente. Solo hasta ahora me daba cuenta. Solo hasta ahora podía percibir cosas que naturalmente ya sabía, pero que había optado por ignorar o que no había tenido oportunidad de experimentar, comprobar, probar.
Pero aquí estaba, mis ganas y oportunidades juntas.

Hasta ahora me daba cuenta de que esto era algo que había necesitado y querido desde hace bastante.

Porque algunas personas habían nacido para enseñar, para mostrar, para guiar. Yo nací para aprender, a pesar de que tenía una carrera que implicaba enseñar, irónico.
Y estaba ansiosa, realmente ansiosa por tener esta experiencia, porque aún estando herida había sentido aquella atracción sexual de la que Oliver hablaba y eso me mostraba que el único que se quería quedar estancado era mi subconsciente, porque mi mente hasta me pedía a gritos decir “¡Sí!”.

Yo solo necesitaba decir “sí”.

—Soy muy complicada y a veces me la doy de mensa —advertí.

—También eres inteligente e inocente —acotó.

—Siento que solo quieres a alguien para corromper.

—No —negó—, solamente quiero a Laura para corromperla.

—No lo sé, pero si Lucero te estuviera escuchando diría que eres muy labioso —me burlé.

—¿Labioso?

—Sí, charlatán y mujeriego… ya sabes, los chicos que dicen cualquier frase para atraer chicas…

—Ya —él me miró divertido—, te juro que eres la única, nena.

—Ay no, por Dios…

—Si me dejas, te juro que no podré seguir mi vida, porque tú eres mi vida.

Vale, y si no daba risa no importaba, yo estaba muy feliz.




________

¡Que vivan los novios!

Quiero que sepan que yo adoro sus "llegué" los amo con toda mi alma, cada vez se unen más personas y es hermoso 😭

Díganme algo aquí, referente a todo lo han leído hasta ahora y qué esperan leer »»»:



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro