Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Treinta y siete

Perdón, soy muy fácil... (Este es el segundo capítulo publicado hoy, los que no han leído el anterior, pendiente)


Narra Oliver.

En la tarde…

No importa cuántas horas pasen, ni qué tan ocupado estoy, la imagen de Laura sentada en mi regazo, con su frente apoyada en mi hombro mientras dormía, no se va. Incluso ahora que estoy conduciendo, escuchando la voz de Andrómeda hablándome de su día, sigo sin poder sacar su rostro de mi mente.

Nuestra cita. El día en el que me daría una respuesta.

De todas maneras, si me decía que no porque aún pensaba que no nos conocíamos lo suficiente, yo seguiría a su lado hasta que ella esté lista, porque es demasiado maravillosa para dejarla ir. En cambio, si me decía que no porque no quería responsabilidades, tendría que dejarla ir, porque no puedo obligarla a quedarse.

El punto es que Laura me traía loco.

—¿Y a ti cómo te fue, papi?

Miré de reojo a mi hija al escuchar una de sus preguntas. Ella estaba sentada en el asiento trasero tomándose una malteada de chocolate, la sostenía muy fuerte ya que le había dicho que si ensuciaba el auto se quedaba sin merienda. Mi hija se parece mucho a Sebastián en ese sentido, ellos compartían una pasión desenfrenada por las meriendas.

—Me fue muy bien, cariño —pasé el portón del urbanismo y saludé al vigilante—. Kumiko te manda muchos besos, quiere que vayas este fin de semana a su casa.

—¿Puedo ir? —preguntó emocionada.

—Yo…

No pude responder, ya que la ira me consumió al ver a Susana parada frente a mi casa, mirando su celular.

—¿Papi?

—Cariño… ¿Recuerdas lo que hablamos esta mañana?

—Hablamos muchas cosas, papá.

—Lo de tu mamá —aclaré.

—Que la puedo ver los domingos y los días que yo quiera —recitó.

—Vale, cariño, hoy no es domingo —estacioné el auto llamando la atención de Susana— y ya la viste ayer. ¿Sería muy injusto si te pido que la saludes y pases de inmediato a casa?

—¿Ella no va a pasar?

La escuché hacer ruido con la pajilla así que hice un sonido con la garganta regañándola.

—Hoy no.

—Está bien, papi.

Me bajé del auto y luego la ayudé a ella. Susana se acercó corriendo en esos tacones que se cargaba y cargó a Andrómeda con esfuerzo.

—¡Hola, bebé! —chilló.

Mi hija alzó el brazo para que no se derramara su chocolate y arrugó la cara por el beso que le dio su madre.

—Hola, tía Susan —murmuró, casi forzado.

De inmediato la ayudé a bajar y le limpié el labial de la mejilla para que se metiera a la casa, usando las llaves que tenía para ella. Susana la quiso seguir, pero la detuve del brazo.

—Déjala que entre —ella me miró y se giró lentamente con el ceño fruncido—. ¿Por qué te dice tía Susan?

Suavizó el rostro y sonrió.

—Es mejor ser tía que mamá —se carcajeó. Sola, por cierto—. ¿Pasamos?

—No.

—¿Por qué no?

—Porque vamos a hablar y luego te vas —respondí simple.

—¿Está Laura allá dentro, no?

Bufé fastidiado y la miré mal.

—¿Podemos hablar del hecho de que ayer te llevaste a mi hija sin mi autorización? —inquirí molesto.

—Es nuestra hija, Oliver —me jodió la calma con solo decir aquello.

—¿En serio? ¿Desde cuándo es tuya también?

—Yo la tuve ocho meses y medio en mi barriga —comentó, mirándose la uñas.

—¿Y?

—Es mi hija también.

—Coño —siseé—, ya me tienes cansado Susana, joder estoy agotado de ti, de tu mierda. ¿Por qué no te quedaste en España fingiendo que tu vida era perfecta?

Di dos pasos atrás cuando ella alzó la mirada y me mostró a una chica vulnerable, con lágrimas acumuladas en sus ojos. Por breves segundos me pareció ver a Laura, lo cual me causó un tremendo escalofrío.

—¿En tu historia soy la villana, cierto? —preguntó con la voz rota— ¿Alguna vez te vas a poner en mi lugar y te vas a dar cuenta de que no fue fácil para mí? ¡A penas estaba estudiando!

—¡Yo también estaba estudiando! —grité de regreso.

—¿Y se supone que debía actuar de la misma forma que tú? No me diste elección, pudimos haber seguido nuestras vidas sin… sin ella y hubiésemos sido exitosos juntos, estaríamos casados, tú siendo un gran cirujano ¿Pero qué hiciste? Preferiste escoger a uno del montón de hijos que pudimos tener luego, a cambio de tu carrera —escucharla me hacía sangrar los oídos—. Yo no iba a hacer lo mismo que tú, no estaba lista…

—¿De qué forma? ¿De qué forma no estabas lista? —la miré a los ojos— ¿Económicamente? Tienes el futuro asegurado y muchas propuestas de trabajos en buenas empresas. ¿Ibas a ser madre soltera? Yo estaba allí para ti. ¿No querías ser madre? Aún recuerdo todas las noches que pasábamos hablando de los tres hijos que tendríamos ¡Incluso querías un gato, Susana! No importa si una pareja estable tenga todo preparado, cosas materiales, salud mental, salud física, una economía estable, incluso no importa si ya habían planificado la llegada del bebé diez años antes, si el bebé nace puede ser que esos padres que estaban supuestamente preparados, no sepan cuidar de él. Pero en cambio, vino una persona que no estaba bien económicamente, que quizás se mantenía a base de asesinar personas y que ni siquiera quería tener hijos, tuvo al bebé en sus brazos y empezó a hacer hasta lo imposible por darle un buen futuro al niño, por darle el amor que necesitaba, por estar ahí para él… porque nunca se está preparado para ser padre, hagas lo que hagas, solo vas a estar preparado cuando ya lo seas y te des cuenta de que no necesitabas una cuna sino unos brazos para arrullarlo mientras dormía.

Lágrimas seguían cayendo de sus ojos mientras me escuchaba, pero no me importaba ni un poquito porque si ella no estaba preparada, si ella pensaba que su vida sería mejor si no hubiese tenido a mi hija, entonces no sé qué hacía aquí, si aún pensaba de la misma forma.

—No sé cómo hacerlo…

—Entonces vete —le exigí.

—No puedo, mis padres…

—Ellos pueden ver a la niña, solo los domingos y los días que mi hija quiera y pueda. Seguramente mi abogado te visitará en estos días.

Ella me miró desesperada.

—Necesito que me hagas un favor, Oliver —ella miró su teléfono por varios segundos y luego deslizó hacia arriba, seguramente viendo la hora—. Sabes mi manía por tener todo bajo control.

—Lo sé…

—¿Podrías hacerme creer que todo está bien? De que aún te gusto solo yo y de que sigues pensando que soy hermosa —la miré agotado mientras negaba—. Por favor, lo necesito, te prometo que me iré y que la próxima vez que venga seré tu amiga y no haré nada estúpido.

—Siempre haces cosas estúpidas —le reproché.

—Por favor, lo necesito para quitarme esta sensación de vacío y desespero en el pecho, dime que tengo razón…

—Tienes razón, solo me gustas tú —murmuré rápido y luego gruñí por haber caído en esto—. Y eres muy hermosa, Susana.

Ella sonrió aliviada.

—Que lindo eres Oliv —respondió, limpiando sus lágrimas y hablando nuevamente con su perfecta fachada—. Siempre tan bueno. Te quiero mucho, amor.

—¿Ya estás bien? —murmuré, mirando hacia otro lado.

—Perfecta. Espero a la niña el domingo, te paso la dirección por mensaje —dio un beso en mi mejilla y se subió a su auto, yéndose.

***

Te juro que trato de entenderte Susana, pero no puedo :(

Mi Instagram es: Mairelys_05

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro