—Abue… ¿Usted cree que me pueda dejar ir a casa de Lucero? —pregunto recostada de la mesada mientras ella corta vegetales.

—¿Por qué me pides permiso? —pregunta ella, y ahí es donde me doy cuenta de mi error.

Yo nunca pido permiso para salir con Lucero.

—Ah… Es que estabas aquí, y pues para avisarte ¿No? —murmuro.

Ella se gira y frunce el ceño en mi dirección.

—¿Tú me crees pendeja es que? —indaga amargamente.

Me pongo recta en mi lugar y agarro mis dedos entre sí para encontrar soporte.

—¿Pendeja? —chisto exagerada— No, abuela, déjese la bobadas y además… Las groserías están de sobra. Mire, yo voy a salir con un chico…

—¿Aarón?

—No, es un amigo…

—No vas —responde tajante y luego se gira a continuar en lo que estaba. Mi mandíbula no se queda en su lugar.

—¿Cómo que no, abuela?

—Que no vas pues —reitera.

—¿Por qué no? —casi lloro.

—Por mentirosa e infiel, por eso.

—Abue —me quejo—, ¿Cómo piensa eso de mí?

—¿Cómo no pensarlo? —responde sin mirarme— Vienes y me mientes y lo haces por un chico que no es tu novio. Tú crees que yo nací ayer ¿Verdad? Es que eres igualita a tu madre, se aprovechan de la confianza.

—No hable así de mi mamá, abuela. Ella no hizo nada malo.

Mi abuela se gira hacia mí, y me mira con una ceja enarcada.

—¿No hizo nada malo? ¿Y como se le llama salir preñada a los diecinueve años? —pregunta desdeñosa— ¿Ayuda a la reproducción humana? ¿Es que no hay suficiente gente en el mundo?

Con la nariz picándome por las ganas de llorar y un nudo en la garganta, le respondo:

—Primero, usted tuvo a mi mamá a los dieciséis…

—No eran los mismos tiempos… —interrumpe.

—Con todo el respeto, señora, eran exactamente los mismos tiempos, porque el tiempo es relativo —afirmé—. Y si mi mamá salió embaraza es porque estaba disfrutando su vida sexual sin inhibiciones. Sí, se lo acepto, quizás debió haber tenido más cuidado, debió estar preparada para traer a alguien más al mundo, pero usted tampoco le dio opción al aborto.

—Esa es una estupidez…

—Vale, es una estupidez según tu opinión, pero para mí es una opción viable para todas las mujeres que no están listas para tener hijos, pero que quieren disfrutar su vida sexual —las muecas de mi abuela me intimidan, pero cuando defiendo mis ideales no encuentro manera de detenerme—. Y segundo, yo sí creí que usted me quería ¿Oyó? De verdad lo pensé, pero con lo que ha dicho está insinuando que estoy sobrando, y ¡Perdón! Ya no hay nada que hacer. ¿Sabe? Yo no elegí nacer.

—¡Camine para su cuarto, Laura!

—Me encantaría no ser un estorbo para usted, pera ya ve, es imposible porque no tengo nada para irme de aquí, así que le toca soportarme —susurré.

—¡Es ese muchacho que te tiene así de rebelde! ¡Voy a hablar con tu mamá! —soltó el cuchillo bruscamente y agarró su celular, marcando el número de mi mamá.

—Yo sí la quiero, abuela —murmuré cabizbaja—. Y espero que mi mamá resuelva todos los problemas con un poco de plata, así usted se va con las vecinas a gastarla y me deja en paz.

Me di la vuelta y corrí hasta mi habitación.

—¡Laura ven acá!

Sus gritos siguieron, pero yo agarré mi celular y me encerré en el baño luego de pasarle pestillo a la puerta de mi habitación.

Apenas eran las dos de la tarde, tenía que ver a señor sexo a las cuatro, pero vi conveniente llamarlo y avisarle que no podría ir a nuestro encuentro. En el fondo estaba aliviada, me estaba muriendo de miedo de encontrarme con alguien que no conozco y eso agregándole la razón del encuentro, ahora sentía que podía respirar con normalidad, pero también estaba desilusionada, porque tenía muchas ganas de saber quién se ocultaba detrás de esa voz que me erizaba la piel.

Llamé y llamé, pero no atendía. Me senté en la tapa del váter y dejé que las lágrimas salieran libremente de mis ojos; solté un suspiro como si la vida se me fuera en ello y aguanté un gemido de dolor mientras lloraba. Me dolía el pecho, sentía que me dolía el corazón, pero la sensación se expandía hasta llegar a la boca del estómago y luego creaba un nudo en mi garganta.
«Aparte de estúpida, sensiblera» recriminó mi mente. La ignoré completamente y me dediqué a enviarle un mensaje a señor sexo, si se molestaba no era mi problema, porque la idea de vernos fue de él.

Yo: Hola, ¿Cómo estás? (2:13pm)
Yo: Sucede que hoy no podré verte, lo siento. (2:13pm)

S.S: Hola, Laura. Estoy muy bien y ¿Tú? (2:16pm)
S.S: Lamento no responder tus llamadas, estoy un poquito ocupado (2:17pm)
S.S: ¿Qué? No puede ser, estaba ansioso porque vinieras. ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien? (2:17pm)

Cómo estaba metida en su chat, esperando su respuesta, no tuve que esperar mucho para responder, además que las lágrimas y el dolor en el pecho no me dejaban pensar, igual ¿A quién engaño? Yo no tenía ni discreción ni dignidad, así que respondí de inmediato.

Yo: Estoy bien, muy bien. (2:17pm)
Yo: No, lamento haber llamado a esta hora, pero vi conveniente avisarte. (2:17pm)
Yo: No me han dejado salir, es eso. Dirás que estoy bastante grande para esto, pero ya ves… (2:18pm)

S.S: Me alegra que estés bien (2:20pm)
S.S: Gracias por avisarme;) (2:20pm)
S.S: No digo nada, más bien está genial que hagas caso, sería muy mal de tu parte no obedecer a tu representante y que luego cuando estés conmigo hagas todo lo que pido. (2:21pm)

Había dejado de llorar hace varios minutos, pero me vi en la obligación de limpiar mis lágrimas para saber si había leído bien. Y sí, ahí estaba, una clara insinuación.

«No eres tan tonta después de todo».

«Haz silencio».

Yo: ¿Qué te hace pensar que haré todo lo que pidas? (2:22pm)

S.S: Hay atracción sexual entre nosotros, Laura. Si no la hubiera, no te habría hecho la propuesta. (2:23pm)

¿Atracción sexual? ¿La había? Yo tenía novio, lo amaba y quería tener mi primera vez con él, entonces ¿Por qué iba a verme con señor sexo, sabiendo a lo que íbamos?

Yo: Eres muy arrogante. (2:26pm)

S.S: Lo soy. ¿Estás sola? (2:30pm)

Yo: Estoy encerrada en el baño, sola ¿Cuenta? (2:30pm)

S.S: Sí, cuenta. Te voy a llamar (2:31pm)

No me dio tiempo a responder, porque ahí estaba, una llamada del Señor sexo.

***

¡Volví!

Ya hemos conocido más la vida de Laurita, tan bebé ella

¿Y señor sexo? ¿Cómo que atracción sexual? Atracción sexual tengo yo con el chocolate, que ese niño deje de corromper a bebé Laura, haga el favor.

Uy ¿Y la abuela de Laura? ¿Sus abuelas son o eran así?

Mi abuela siempre me trata como una bebé a pesar de que tengo dieciocho, es un sol la viejita esa.

De seguro hay edit de este cap en mi Instagram (Mairelys_05) éstos días uwu.

Bueno, nos vemos pronto (espero) se les ama mucho, besos.