·

│

•

│

Nuestra historia de amor comenzó de una forma... bastante dolorosa para mí.

Quien diría que mis sentimientos por ti se quedaran por tanto tiempo en espera de ser correspondidos.

Sin embargo, llevaba una parte de la culpa.

Nunca te dije que me gustabas.

Nunca mencioné una palabra acerca de mi amor.

Era un secreto. Y estaba segura de que lo llevaría conmigo hasta la tumba.

"¿Por qué?"

La respuesta era simple. La emoción de miedo siempre me detenía a hacer o decir cosas que añoraba mi corazón.

Lo culpaba por impedirme decirte lo que añoraba mi corazón, pero descubrí que era absurdo hacerlo.

Después de todo era algo que venía de mi propia persona.

Mi desahogo era a través de cartas.

Escribía todas las noches y pensaba en ti todo el día.

Me gustaba tu sonrisa; me gustaba la forma en la que me mirabas; me gustaba escucharte; me gustaba verte emocionada y contenta.

«Encanto...» Era el apodo que te había puesto y a ti te gustó demasiado.

Para mí, eras un verdadero encanto.

Y agradezco a la vida de haberte conocido, porque sin ti, no sabría que hubiera sido de mí.

Sin ti, estaría perdida en varios aspectos emocionales.

Me enseñaste lo que era la verdadera felicidad. Me mostraste que las emociones que ocultaba eran importantes.

Te conocí en un día de invierno, y te perdí en un día de verano.

«Que ironía», pensé mientras miraba como eras feliz con alguien más.

Ahora... ¿Qué haría de ahora en adelante?

ꕤ────────────