Unico
—¿Que sucede, Juudaime?—Pregunta el peli-plata, al notar la expresión preocupada de su jefe.
—Reborn nos ha llamado a una reunión en la azotea, parece que vendrá algo importante y peligroso—responde el joven castaño, sintiendo el cosquilleo de su Intuición, diciendo que su tutor tendría otras razones para llamarlos.
Luego de la batalla de representantes, todo parecía estar tranquilos; de repente eran llamados a misiones de rescate o de vigilancia, pero nada serio como batallas campales o entre equipos, las cosas estaban relativamente tranquilas y Tsuna estaba contento con eso, hasta que Reborn le dijo está mañana al despertar, que en la azotea de la escuela debería reunirse con todos.
Y ahora que había dado ese aviso, todos sus amigos, Takeshi, Chrome y Hayato, lo seguían a la azotea, donde intuía que lo más probable es que Riohey y Hibari ya estuvieran ahí. Así que cuando abren la puerta, estaban en lo cierto, pero han hallado a ambos guardianes en una situación...comprometedora.
. . . Hace unos minutos . . .
Hibari estaba cansado de hacer papeleo por tres días seguidos, todavía habían cosas que arreglar en Naminori, despues de tan desastrosos batalla entre Arcobalenos; esos días no lo habían interrumpido y en parte estaba agradecido, pero tampoco había venido cierta persona, para darle una pausa a su atareados días y que le ayudará a relajarse.
Aunque Riohey era ruidoso, para él era ese sol, que ahuyentaba su humor amargo, después de tanto trabajo. Pero dicho peli-blanco no había aparecido en su oficina durante tres días y la nube estaba de en pésimo humor. No fue apenas hoy en la mañana, que el guardián del sol entro a su oficina, solo para avisarle que habría una pequeña reunión en la azotea del instituto.
Omitió todo lo que lo tenía harto y arrastró a Riohey hasta dicho lugar, para respirar aire fresco y poderle dar una buena paliza por abandonarlo.
—Herviboro—llamo con voz gélida.
—¿S-si, K-kyoya?—responde nervioso, al verse acorralado por el de ojos metálicos, que lo tenía contra la pared.
El azabache no dice nada, pero golpea a su pareja en el estómago, haciendo que se doblegue y quedé en shock ante repetido golpe; luego, Hibari se acerca a besar al boxeador, mientras aún lo tiene acorralado en la pared. El guardián del sol no entiende nada, no entiende la mayoría de las acciones de su pareja Kyoya, pero le gusta cuando lo besa y toma la iniciativa, sin embargo tiene la sensación, de que en esta ocasión hizo algo malo para que lo hiciera enojar.
No supo en qué momento lo había llevado a la azotea, pero no había nadie hasta ahora y podían tener su momento romántico,besandose, hasta que tocará el timbre del descanso o algo así. Pero no sucedió.
Lo que terminó ese momento, fue el ruido de la puerta de la azotea, abriéndose y de ahí, saliendo todos los demás chicos, atrapando así a Nube y sol, besándose como lo más normal del mundo.
Finalmente Riohey abre los ojos. Ama el sabor de Hibari y ama que sea, él el que quiera llevar la vatuta, al momento de besar. Pero en ese momento detiene a su pareja y ahora ambos pares de ojos, ven a los intrusos–como Hibari diria– que interrumpieron su momento.
—¿Q-que hacen todos aquí, extremadamente?—pregunta nervioso el guardián del Sol al ver qué tiene la atención de toda la familia.
La mirada metálica de Hibari, los observa juicioso y que están apunto de ser mordidos hasta la muerte, pero cuando Riohey vuelve a hablar, su irá se va encontra de él.
—¡No es lo que parece!—ha dicho y la nube se ha enojado.
Lo siguiente que todos observan, es ver a el guardián más fuerte, golpear a su pareja, de nuevo en el estómago y después, se retira de nuevo a su oficina.
—No me interesa—es lo último que dice Kyoya, para luego desaparecer.
Lluvia, tormenta, niebla y cielo, solo observan la escena aterrados y estupefactos, por muchas, muchísimas razones que, por ahora, no quieren indagar.
Primero Gokudera se cuestiona: ¿Cómo es que esos dos pueden estar juntos,sin haber muerto ya?
Yamamoto también se pregunta: ¿Desde cuándo han estado juntos?
Tsuna solo grita internamente y piensa: ¡Hieeee! ¡Que terrible combinación!
Finalmente Chrome, dulcemente se imagina que aquellos dos debieron entenderse mutuamente para llegar a querer estar juntos.
Mientras están en sus propios pensamientos y el Sol sosteniendo su estómago, tumbado en el suelo, llega el Hitman y llama su atención disparando una bala.
—Crei haber dicho, que quería a todos los guardianes y ¿Riohey, que se supone que te paso?—
—Ah, Reborn, eehh...H-hibari dijo que odia las multitudes y...
—Hibari Senpai golpeo a Sasawaga senpai en el estomago y luego se fue—dice honestamente la lluvia, dando su sonrisa habitual.
—¿Y porque le pego?—el azabache de fedora todavía está curioso y pregunta más.
—Bueno...Parece que a Hibari no le gusto, cuando Sasawaga negó que los encontramos besándose, hace unos momentos—
El moreno está gritando internamente, pues no quería que su tutor, se enterara de eso por terceros y hubiera sido mejor que sus mismos guardianes del sol y nube les dijeran oficialmente.
—Hmm interesante, nunca me lo hubiera esperado—la mirada calculadora de Reborn, no es pasada por alto, pero pronto recupera su postura—Bueno, luego pueden decirle a Hibari de lo que hablamos aquí, eso te lo encargamos a ti. Guardián del sol.—termina sonriendo sadicamente.
Riohey ya levantado, solo se estremece y se siente que morirá ese día y si no, muy pronto, a manos de su pareja.
—Bien,escuchen —El de fedora dejo las bromas fuera—Cierta familia nueva, se a instalado aquí en Naminori. No sabemos si viene con fines amistosos o no, pero hay que estar alertas y patrullar la zona.
Tsuna ya no tiene miedo de estás cosas ni de las posibles amenazas, ya ha madurado y todo lo toma con obejetividad, no dejando que su miedo lo controle. Así que con aquello poco dicho, su tutor desaparece y la décima generación sigue ahí, todos en la espera de oír las órdenes de su cielo.
—Bueno, lo importante es vigilar los lugares más concurridos de personas, como los centros u otras escuelas, ya que eso está fuera de nuestro alcance ¿Mukuro puedes encargarte?—
Entre niebla, aparece el joven piña y sonríe.
—Oh, por supuesto, pero antes—el peli-azul mira discretamente a su compañero del Sol—Solo quería preguntar, como es que puedes mantener a raya a una alondra —su sonrisa de burlona ,no se borra y nadie puede evitar, también preguntarse eso.
—E-eso podemos hablarlo después, Mukuro, no lo molestemos—aclara el Moreno y continua con las ordenes—Hayato que también haga patrullas, pero por las escuelas de aquí cerca. Yamamoto coloca vigilancia en las esquinas de los edificios altos y Chrome tu has una ilusión sobre los hogares de cada uno, lo que menos quiero es involucrar a sus familias. Por favor chicos—dice con un mirada dulce y determinada. Todos asienten y le sonríen a su cielo amoroso.
—¿Y yo que haré al extremo?—Pregunta el boxeador confundido de no recibir órdenes de su hermano menor.
—Decirle a Hibari sobre lo que estaremos haciendo en la ciudad—responde apenado el castaño, por su pobre sol que tiene que lidiar con su pareja enojada—Oh y decirle si puede investigar a la familia que llegó.
El peli-blanco al recibir sus órdenes, suda frío, si bien, no sabe porque kyoya lo golpeó y se enojo con él, aún tiene miedo de lo que le hará si se acerca a él para hablar sobre la misión. Aún tiene que pensar bien en el error que cometió, para que se enojara de repente, luego de haberlo besado. Además, seguía un poco avergonzado, por el hecho de que los demás Guardianes los hayan visto aún sin haberles dicho que ya salían desde hace tiempo.
Finalmente todos se dispersan y van a hacer sus propias tareas, mientras sigue la jornada de clases. El boxeador se dirige a la oficina del prefecto, para informarle principalmente de las cosas, pero también preguntar sobre lo que sucedió más temprano.
Cuando Riohey toca y entra, encuentra a esos ojos metálicos, mirándolo y gruñendole.
—K-kyoya, lo siento, no se que hice para que te enojaras—entro diciendo el peli-blanco, ganándose una mirada más de fastidio.
—Fuera, herbívoro—declara el azabache sin mirarlo.
—Escucha primero, al extremo—dejo de lado su grito y solo hablo seriamente—Sawada dijo que te encargarás de estudiar a la nueva familia que se instaló en Naminori...solo eso—Riohey ya no dijo más, pues tenia el presentimiento que la nube no lo oiría más.
—Entonces ya puedes irte, herviboro—declara Hibari aún sin mirarle.
Sin embargo, Riohey no se retiró, en cambio avanzo silenciosamente hasta estar al costado de Hibari,que miraba a las afueras del instituto. La nube no le haría nada, a menos que abriera la boca o gritara, no lo hizo, pero aún así, el azabache se avalanzo para de nuevo tener a Riohey contra la pared.
—Dije que te fueras—
—No, si no me dices lo que te tiene enojado—al principio, el sol frunció su seño enojado, pero después calma su expresión—Por favor, kyoya, sabes que no podré entenderte a menos que me digas.
El guardián del sol es muy despistado y todos lo saben, también se expresa gritando más que los demás, él mismo sabe que debe ser una molestia y, sin embargo, no sabe cómo es que la Nube lo acepto tal cual es.
Una tarde, después de terminar su habitual entrenamiento en el club de boxeo, estaba solo y él ya debería de irse, pero no esperaba la visita Hibari Kyoya, su compañero guardián y con quién llevaba un amor unilateral secreto. Pero como ya dijimos, Riohey es muy despistado, así que él mismo no se dio cuenta, que era muy obvio cuando tenía al azabache cerca.
Así finalmente, Hibari lo atrapó dentro del ring, atrapandolo desprevenido y besándolo, haciendo que el guardián del Sol bajara sus defensas. La nube había estado impaciente, porque el boxeador no era honesto, así que al final, tuvo que ser él, el que diera inicio a su relación y más adelante, kyoya fuera el que más demandaba la atención del peli-blanco.
—Descubrelo por ti mismo—responde finalmente, no apartando sus ojos metálicos y mostrándose, está vez reacio a contarle el porque.
Hibari kyoya ama a Sasawaga Riohey, pero está ocasión, desearía que fuera su pareja, la que entendiera las cosas, en vez de que le dijera. Desea que el guardián del Sol, tome la iniciativa y deje de mostrarse nervioso, cuando se trata de ser descubiertos por la familia de Tsuna, por los demás Guardianes. Y entonces, cuando de verdad fueron vistos por los demás, el Sol simplemente niega que son algo y que pasa algo entre ellos.
Finalmente el peli-blanco sale de su oficina y no se encuentran más durante toda la jornada escolar.
༺ ۞ ༻
—No puedo creer que le dijeras a Reborn sobre Oniisan y Hibari-san—dice nerviosamente el castaño al estar volviendo a casa—Al menos hubieras esperado a que ellos nos dijeran.
—Es cierto, lo lamento Tsuna—dice Yamamoto. Siguiendo a su amigo a su casa, pues continuarán con la reunión.
—Esta bien, por ahora, debemos consentrarnos en la misión que nos dio Reborn—
—No se preocupe Juudaime, me encargaré de mi parte en seguida—
—Lo siento. Es que realmente me inquieta.Volvamos a casa rápido,¿Si?—la sonrisa preocupada del moreno, no e pasada por alto y sus amigos le siguen.
Chrome, que los seguía silenciosamente, habla con resolución.
—Tranquilo Boss, usted es muy fuerte y nos tiene a nosotros—
—Gracias, únete a nosotros, antes de que te vayas con Mukuro a realizar su misión.
La chica asiente y pasan pocos minutos cuando ya están en casa.
. . .
—Queriamos decirlo, pero no habíamos encontrado el momento de decirlo, al extremo—
Los chicos entran y escuchan una conversación llevarse acabo, entre el guardián del Sol y alquien que ya estaba ahí. Aún no saben a qué se refieren, pero tienen una idea, así que simplemente pasan sin hacer ruido.
—Asi que... ¿Desde cuándo?—una pregunta es dicha y ellos identifican de quién se trata.
—Hmm dos... probablemente tres meses—responde seriamente al Hitman frente a él.
—Como Guardianes de Tsuna, no deberían haber ese tipo de cosas, sin que antes las hablen entre todos.—habla seriamente, mientras los demás siguen escuchando a escondidas
—Y si hay algún castigo que deba hacer por ocultarlo, lo llevaré acabo extremadamente.
Otro silencio comienza, mientras los pasos de la Nube entran a la sala, donde Reborn y Riohey estaban hablando.
—Herviboro—llama el azabache, a lo que él responde girando nervioso su cabeza.—Bebé—tambien mira al ex Arcobaleno, quien solo los mira con diversión.
—Interesante, no esperaba que fueran tan sinceros—sus sonrisa se le escapa—Tsuna, Yamamoto, Gokudera y Chrome, ya pueden entrar.
Los chicos que oía desde la otra habitación, salen un poco culpables. De escuchar una gran confesión, de parte de los mayores. Chrome por su lado, se encuentra feliz de escuchar tan linda confesión, después de todo, ella llevaba tiempo de observar al guardián del Sol, cuando apenas veía como se estaba enamorado de Hibari.
—Fue mi culpa, lo siento extremadamente. Pero realmente amo a kyoya, asi que...—mira seriamente a Sawada, una expresión que no esperaba verla en su guardián más imperativo—Si hay algún castigo que debamos cumplir, lo haré yo
—O-onissan en realidad...no creo que tenga que dar un castigo. Son parte de mi familia—responde en un tartamudeo—Si fue una sorpresa, pero no me enojo por eso. Ya sabes...me pone contento que los dos estén felices juntos
El peli-plata a espaldas de su jefe, asiente orgulloso de que el moreno, tenga la cualidad de ser compasivo con su familia. Yamamoto, asiente feliz al peli-blanco, tratando de hacer que con su sonrisa, no sienta la tensión de que está siendo juzgado o mal visto, por su preferencia hacía el guardián de la nube.
Es cierto que es raro, pero no por gustar de otro chico, si no porque Hibari es totalmente opuesto a Riohey y, apostaría, a qué el azabache le ha golpeado un sin fin de veces, por gritar frente a él.
—Kyoya—llama está vez el boxeador, girando a ver esos ojos metálicos hinoptizantes—Lo siento, al extremo.
—Obvio que Dame-Tsuna no dará el castigo, así que lo haré yo—todos los guardianes dirigen su atención al Hitman, quién está sonriendo con diversión—Como castigo, los dos harán las misiones juntos, hasta que se reconcilien.
—¡P-pero Reborn, creí que...!—con una patada el Hitman a callado a su estudiante y luego, gokudera corre a su ayuda.
—Han sido descubiertos, así que hagan lo mejor la próxima vez, por no ser atrapados tan estúpidamente—finaliza el de fedora y luego sale de la habitación.
De algún modo, eso no se escuchó como castigó, mucho menos, esa advertencia sonó como regaño, fue más bien, una manera peculiar de decirles que estaban bien al estar juntos, pero que sus acciones románticas las hicieran con cuidado.
Riohey se sintió un poco apenado, enrojeció y, sin darle un momento de espera, Hibari se acerca a su novio para que, de nuevo con su rudeza, lo atrae de la corbata del uniforme y le da otro beso más, frente a los demás.
El bombardero grita algo como "¡Estúpida cabeza de césped, controla a tu novio!"
El beisbolista ríe y se rasca su mejilla, mientras desvía la vista a otro lado de la habitación, pensando que quizás, la celosa nube no querría que nadie viera ese momento, a pesar de hacerlo claramente público.
Luego estaba la ilusionista, quién está feliz por la pareja, además, ganó la apuesta con Mukuro, así que recibirá dinero más tarde y guardara ese secreto; de que anteriormente había deducido que esos dos guardianes salían y que apostó, porque serían descubiertos, por lo tanto, ganó.
༺ ۞ ༻
—¡¿Dónde están?! ¡Esos idiotas!—
Después de muchas batallas, misiones y citas juntos, aún cuando parecía que podrían romper, ambos guardianes de la Nube y sol, jamás se dejaron, en cambio, se aferraron con más fuerza.
10 años hacen mucha diferencia, las tantas cosas que sucedieron en Vongola, los hicieron madurar física y mentalmente; ya no eran adolescentes horamonales ni inmaduros, ya no peleaban por cualquier cosa, porque habian aprendido a quererse, aún con sus respectivos caracteres fuertes.
Su castaño jefe, jamás les dio la espalda y, se encargo, de que nadie en su familia o en otras, estuviera encontra, de su hermosa relación.
Así que, 10 años habían sido una prueba firme y concisa, de que ambos, todavía seguirían amandose los siguientes 10 años y, que sería un desperdicio, no sellar su amor con una boda, la cual estaría totalmente acargo, Tsuna, su amigo y familia. Planeando lo mejor, pues iba a ser de las primeras uniones, no solo eso, si no porque se trataba de su propia familia, así que quería darles una fiesta apropiada. Sin embargo, aquellos protagonistas de dichosa boda, no se presentaban y ya llevaba varios minutos de empezar la ceremonia.
Todas las mafias aliadas a Vongola, estaban ahí como invitados, esperando pacientemente la aparición de los guardianes, mientras veian al sacerdote esperar en el altar, con una gotita de sudor bajando por su nuca. Esa pareja, seguía siendo un tanto peculiar y fuera de serie.
Pero no podían culparlos, ellos amaban las peleas, más si se trataba de derribar todo un escuadrón a puros golpes y bastonazos; no es que quisieran llegar tarde a su día especial, es solo que, alguien se le ocurrió, perseguirlos y emboscarlos, mientras se dirigían al lugar donde se llevaría a cabo el evento.
Así que, actualmente la pareja, seguía moliendo a golpes a esos fraudolentos enemigos, mientras ensuciaban y destruían un poco sus trajes, pues estos les habian impedido sus movimientos, pero ya querian parar y asistir a su tan esperado día.
La nube, aunque no lo admitia, estaba muy agradecido con su jefe, por hacerse cargo de su evento, pero ahora estaba tan enojado, porque unos tontos creyeron que podían atacarlos y ahora, estaban cubiertos de sudor, barro y sin algunos botones en sus muñecas. Pero aún así, la pareja termino por derrotar a los no-enemigos, y ahora sí, dirigirse a la ceremonia.
Riohey estaba más andrajoso que el azabache, él era el que más se movía de un lado a otro, no tenía movimientos elegantes como su novio, pero ambos peleaban y se movían siempre juntos; aún así, le apenaba tener que pisar un lugar elegente, viéndose nada presentable.
—Apresuremonos, herbívoro—
—Pero es nuestra boda y realmente quería asisitir elgante para ti y...para que puedas verme distinto a como siempre me ves, sucio—responde melancólico el boxeador, mientras en un inútil intento, trata de deshacerse de la tierra.
—No importa, me gusta más verte así, que en un traje muy fuera a tu estilo—le dice con dulzura, mientras se acerca peligrosamente y jala del moño de su traje, para depositar un tierno beso en sus labios—Eres más atractivo así
Dicho eso, la nube avanza hacía el lugar de su ceremonia, dejando atrás al guardián del sol, totalmente rojo de Vergüenza, asombrado de que su, antes fría pareja, sea quien más atrevido sea en algunas ocasiones. ¿Talvez al final era él el dominado?
¡Ni hablar! Después de la ceremonia, le demostraría quien manda, cuando fueran a su respectiva casa, un lugar lejos de la mansión Vongola, pues eran pequeñas casas donde habitaban cuando salían de misiones los guardianes o simplemente querían tiempo a solas.
Después de estar más decidido y encendido, el boxeador camina siguiendo a su novio, directos a la ceremonia. Abren juntos las puertas del lugar, provocando ser el centro de atención, pero eso no impide que sigan avanzando, está vez, tomados de la mano, hasta que finalmente llegan al altar y se sueltan, para estar uno frente al otro.
—¡S-sus trajes!— grita internamente el moreno. El azabache de fedora, conociendo sus pensamientos, jala delicadamente la oreja de su alumno.
Actualmente Reborn es un adulto, ha crecido después de deshacerse de la maldición y puede usar un traje muy elegante para la ocasión, pero lo que importa ahora, es evitar que se siga preocupando por sus Guardianes más salvajes y sin cerebro, que tiene.
—Calma Tsuna, ya va a comenzar— Reborn susurra al oído del moreno, disfrutando de la reacción nerviosa que provocó.
Entonces las palabras del sacerdote comienzan, después de toser un poco, pues claramente se sorprendió de ver a los novios con trajes medio destruidos. Bueno, al menos conservan el moño.
Luego de las típicas palabras, era la hora de que cada quien recitara sus votos. De nuevo el castaño se vio preocupado, pensando que quizás, el olvidadizo boxeador, había olvidado las notas de sus votos a decir.
—Se hicieron cenizas las palabras que tenía escritas, al extremo— dice sinceramente el guardián, haciendo que algunos invitado rían—Pero eso ya no es importante, cuando estoy viviendo el momento más feliz de mi vida, casarme con el chico que amo y que, aún siendo opuestos, me aceptó siendo el desastre que soy. Gracias, Kyoya—
Los invitados escuchan, su sincera confesión y unos (chicas, en su mayoría) no pueden evitar suspirar y empezar a soltar lágrimas de alegría.
—Tonto, tu eres quien se enamoró de mi, aún con mi manera de odiar las multitudes y las presencias molestas como la tuya. Pero ya no importan los demás, porque a partir de ahora serás mío, herbívoro—
Después de que Lambo ha llevado los anillo, Nube y Sol los han puesto en el dedo que corresponde de su pareja, dando la señal, de que con eso, ahora son esposos. Riohey no puedo evitar sonreír y llorar al mismo tiempo, mientras que kyoya solo lo ve y le sonreí con ternura, luego él es quien toma al boxeador y lo atrae a él para besarlo y, sellar así, su promesa y el final de la ceremonia.
Los invitados aplauden. Los que ya tenían lágrimas afuera, ahora son cascadas andantes de agua salada. Aquellos que no son sentimentales, felicitan con grandez sonrizas en sus rostros, realmente contentos con tan linda unión. Koyo es uno de ellos, quién felicita a los guardianes Vongola, con una expresión nunca antes vista de felicidad.
Más tarde el banquete continua, brindando por la pareja y comiendo el pastel, que Kyoko, su hermanita, amablemente se ofreció a hacerlo. Ella estudio felizmente repostería, junto con Haru, quién muy pronto también harían juntas, su propio pastel de bodas, pero mientras, ella estaba contenta porque por fin, su hermano ya no estará ni se sentirá solo. Cuántas veces en el pasado, no escucho a su hermano decir de manera triste, que jamás se imaginaba casado y mucho menos, tener una pareja, pues nadie seguramente lo soportaría. Pero hoy en día, Riohey se desmostraba que, aquel triste pensamiento de su yo pasado, era ahora obsoleto, porque ya se había casado y con la persona menos esperada.
—¡Imbéciles! Hicieron preocupar al decimo—regaña Gokudera, en su momento de acercarse a los novios y felicitarlos. Pero solo lanza quejas
—Gokudera...Dije que ya no me llamas así. Que solo me dijeras Tsuna—reprende el castaño, llegando por detrás de su guardián.
—¡Cómo lo siento, Tsuna-sama!—responde inmediatamente el peli-plata, haciendo que el moreno solo suspiré en derrota, pensando que al menos, dejo su costumbre de inclinarse en perfectos 90°
—Hayato siendo tan estricto como siempre—dice ahora Yamamoto. Avergonzando al guardián, por tomarlo por sorpresa y llamarlo por su nombre.
—¡Chicos! Gracias por la ceremonia Extrema y lo sentimos por el traje—habla fuertemente el boxeador, dejando opacado la expresión típica de la tormenta diciendo "Cállate, friki del béisbol"
—Me preocuparon mucho, deberían avisarnos si estaban siendo atacados—dice el Moreno al ver sus trajes mejor, viendo que tenían rasgaduras de cuchillos y roses de armas.
—No valían la pena, no te preocupes Sawada—tranquiliza el boxeador con su sonrisa brillante—Fue rápido y alcanzamos a venir a la ceremonia que preparaste, así que podemos olvidar ese asunto—hablo maduramente el guardián, tranquilizando a su hermano menor.
—Vamonos de aqui—ordena el azabache, apretando el agarre que tiene en la cintura del peli-blanco.
—No pueden irse. Todavía hay unas personas que quieren saludarlos—intervienen Chrome, con una sonrisa dulce, para luego hacer una ilusión de Mukuro a su lado.
Hibari solo estrecha su mirada, aprieta su agarre en Riohey, listo ahora en cualquier momento salir corriendo directamente a su hogar y, esto también lo sabe el Sol, sabe que su esposo está empezando a fastidiarse de las multitudes, pero sobre todo, sabe de las intenciones de él, por querer llegar a casa rápido y, a estas alturas, Riohey está muy nervioso y sonrojado
—Nufufufu no pueden irse tan rápido, todavía no les doy su regalo de bodas—sonrie divertido, por dentro está todavía sorprendido, de que su rival y (sin admitirlo en voz alta) su mejor amigo, se haya terminado casando, con el guardián más ruidoso, seguido de Gokudera.
—No queremos tu regalo. Gracias—niega con su mirada sería.
—Oh, no está aquí, ya se las dejé en su casa, solo vine para decirles eso y felicitarlos—guiña sus ojos heterocromaticos y luego desaparece en la niebla de Nagi.
—Lastima que siga lejos en la misión. Si no, pudiera estar aquí, físicamente—suspira un poco triste su jefe.
—Recuerda la importancia de esa misión, Tsuna—dice el Hitman llegando y golpeando, delicadamente la cabeza de su ex alumno—Alegrate de que al menos pudo venir con una de sus ilusiones.
—Hmmp quién lo querría aqui—niega la nube, pero por dentro está un poco desepcionado, de que su amigo, no pueda asistir físicamente, sin embargo, todavía le intriga el tipo de regalo que les dejo.
—Bueno, está con Byakuran, así que podemos confiar en que terminaran pronto la misión—agrega Yamamoto, calmando y llevándose lejos, la tristeza de su familia.
Finalmente las felicitaciones de Vongola terminaron y luego seguían las de las siguientes familias, como: Cavallone, Simón, Gesso, Millfiore, ex Arcobalenos e incluso de Varia.
Todavía se preguntaban, como es que el escuadrón de Varia, realmente había accedido a venir, aún cuando no les incumbia mucho. Sospechaban que era por influencia de Lussuria, de haber venido. Por aparte de todos los ex Arcobalenos, bueno, si fueron todos, por petición de su tío: Fon. Pero aún asi, realmente se sorprendió, que incluso Verde hubiera ido, talvez solo fue por comida o en busca de personas débiles, que pueda usar en próximos experimentos.
(Negemos el hecho, de que se le quedó mirando al pobre y pequeño Lambo)
Cómo se esperaba, la pareja recién casada desapareció de su celebración, dejando a todos los invitados, siendo atendidos por toda la décima generación. Pero no los culpen, más tiempo ahí y Hibari habría molido a golpes a todos sin excepción y para pararlo, iba a ser difícil. Era el mejor día de sus vidas, simplemente quería descansar por hoy, además ese deseo era más fuerte, luego de tener que enfrentarse a patéticos enemigos, así que quedarse a charlar y recibir más felicitaciones, lo apreciaban, pero ya querian retirarse a dormir.
Al llegar a casa, al lugar donde a partir de ahora, ellos dos compartirán, muy independiente de tener sus propias habitaciones en la mansión Vongola. La diferencia y la principal preferencia, era que estando viviendo ahí, podían amanecer al lado de su amado y desayunar o prepara la comida juntos, cuando no se tratara de trabajar, claro. Pasar todos sus momentos románticos en aquel lugar, sin ser molestados y así, todos evitarían ser mordidos hasta la muerte.
Ahora, al momento de entrar hasta la sala de su hogar, encuentran una caja, donde está aquel regalo misterioso, dado por el guardián de la niebla.
Kyoya decide ir y abrirlo directamente, mientras que Riohey se enfoca en quitarse el traje de su boda, las partes que aún quedaron intactas, pero aun así, deshecho la prenda por lo mal trecha que estaba y, cuando finalmente se deshacía del cinturón, escucho el usual "wow" de su esposo, que adoraba, pues lo decía de una manera, que lo hacía sonar atractivo.
—¿Cuál es el regalo que nos dio?—pregunta el peli-blanco al momento de acercarse.
Cuando se le detiene el corazón, al ver a su azabache, vistiendo una Yukata azul marino, semi abierta mostrando todo su pecho desnudo, de modo que parece invitarle a comenzar algo. Riohey se queda quieto, admirando el cuerpo y la forma tan provocativa, en la que Hibari parece incitarlo. No lo odia, nunca odiara esa parte del azabache, en la que da el comienzo a las cosas, cuando el suele ser lento y todavía un poco despistado. No lo odia, pero sigue sin dejar de sorprenderlo, dándole sorpresa de esa manera aleatoria, puede que Riohey muera más rápido que Hibari.
Pero por ahora, el azabache no permitiria, que su esposo se quedará mucho más tiempo en la lela. Así que simplemente, jalo de su mano y la condujo para que tocará su pecho y así, en medio de la sala, comenzarán su pequeña luna de miel.
H a r u h i ─◌───❀̥˚
Ay, les juro que no se cómo termine esto a las 5 de la mañana y sin tantos errores ortográficos (según yo. Claro)
Realmente adoro está extraña pareja y la de Kyoko x Haru. No me culpen por mencionarlas tanto qwq
Puede que en un futuro haga Headcanons de ellas, pero mientras me ocupo de mi otra historia. Es la primera vez que escribo dos historias a la vez, quise retarme un poco, así que por eso tardan los capítulos.
Ya, mucho texto.
Los quiero uwu
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