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Capítulo 7: Miradas


[Jimin]

¿Dónde mierda estaban? Taehyung me aseguró que vendrían, me lo prometió en nombre de los conejos que, según él, viven en la luna, y cuando jura por eso siempre cumple su palabra. Pero había pasado casi una hora y el no verles por ninguna parte me hacía dudar de ese hecho. Y con verles me refería a él y Jungkook, el chico que se me declaró por error hacía tan solo unas semanas.

Le pedí a Taehyung que lo trajera porque mi maldita conciencia no paraba de sermonearme que no había estado nada bien el cómo le había tratado, así que para compensarle decidí encontrarle un ligue en la fiesta de hoy. Era amigo de un amigo de Namjoon. Zico creo que le llamaban, aunque ese no fuera su nombre real, el cual no me molesté en preguntar cuando le vi llegar a la fiesta. Me pareció atractivo, así que supuse que bastaría. Mientras tuviera buen físico y le gustaran los penes, a mi me valía.

- Jimin –me giré hacia la chica que acababa de tocarme el hombro. Me extrañó que me hablara, pues juraría que acababa de verla enrollándose con otra chica en el pasillo, pero no me importó. Quizás jugaba a dos bandos, que sabía yo. La sonreí coquetamente, olvidándome de Taehyung y Jungkook por un momento. –No me mires así que no vengo a ligar contigo.

- ¿Entonces qué quieres? –pregunté inmediatamente, cambiando mi posición a una más informal y desinteresada. Ella rodó los ojos y susurró algo en voz baja, probablemente algún insulto que no logré oír por el volumen de la música que inundaba la casa.

- Me dijeron que hay dos chicos en la entrada preguntando por ti.

"¡JUNGKOOK Y TAE!"

Agradecí mil veces a la chica antes de salir corriendo hacia el lugar donde me habían indicado, y efectivamente, allí junto a un perchero vacío y clavado entre mil abrigos desperdigados por el suelo, se encontraban las dos personas que tanto tiempo llevaba esperando. Al verme Taehyung suspiró aliviado y Jungkook soltó un bufido.

- ¡Aquí lo tienes! –exclamó el mayor empujando a su amigo por la espalda hasta ponerlo frente a mí.

- ¡Taehyung, suéltame idiota! – se quejó el moreno, provocando que una divertida apareciera en mi rostro nada más oírle. Algo tenía ese niño que me hacía sonreír todo el tiempo. Al verme, se quedó embobado varios segundos hasta que bajó tímidamente la cabeza, clavando la vista en sus zapatillas negras. – Ho-hola Jimin...

- Por un momento pensé que no vendríais –exclamé animado, ahora más tranquilo sabiendo que Tae no había faltado a su palabra.

- Eso fue porque Jungkook tardó mil años en prepararse. No paraba de repetir "¡Taehyung, ayúdame,tengo que verme fantástico para gustar a Jim-

- ¡CÁLLATE IDIOTA! –Los inútiles intentos de Jungkook por callar a su amigo me dieron más risa que las palabras en sí, sobretodo cuando me miró con todas las mejillas sonrojadas, intentando negar lo evidente. – ¡N-no le hagas caso, está loco!

- ¡No estoy loco, estúpido galleto!

- ¡La próxima vez te va a acompañar a la fiesta quien yo te diga!

- ¡Pues yo no te regalaré un perro!

- ¡YA TE HE DICHO QUE NO QUIERO UN MALDITO PERRO!

La discusión entre los dos era lo suficientemente graciosa como para matarme de la risa sin necesidad de haber tomado, pero por desgracia lo había hecho, y casi no podía ni hablar de las carcajadas que intentaba reprimir. Al cabo de unos minutos, cuando noté como Jungkook comenzaba a perder los nervios, decidí intervenir. No me favorecía que pelinegro estuviera de mal humor si quería conseguirle una pareja esa noche.

- ¡Tae, se me olvidó! –inmediatamente clavó sus castaños ojos en mi persona, haciendo que me percatara del delineador negro que cubría el extremo del párpado. Jungkook también lo llevaba, pero del menor ya me había fijado nada más entrar. – Hoseok está en la cocina preparando cócteles.

- ¡Voy a buscarle! –exclamó, echando inmediatamente a correr, para segundos después volver a aparecer andando marcha atrás hasta colocarse de nuevo en su sitio. – Espera –me fulminó con la mirada, acercándose unos centímetros para intimidarme más fácilmente, cosa que obviamente no conseguía. - ¿No le habrás dicho nada?

- ¿Nada de qué?

- Sobre que me gusta y planeo casarme con él en un futuro.

- Nada.

- ¿Y lo de que tendremos un perro llamado "Kookie"?

- ¡Ey, no vas a ponerle mi apodo a tu perro!

- ¡Haré lo que quiera, idiota! –exclamó el mayor, sacándole la lengua a su amigo. Me costaba imaginar que no fueran borrachos, y me aterraba pensar cómo serían después de unas copas. – Eh, culón –llamó nuevamente mi atención - ¿le dijiste eso o no?

- No le he dicho nada, pesado. Pero como vuelvas a llamarme así no dudar-

Ni siquiera me dejó terminar mi frase antes de soltar un "GRACIAS" y salir corriendo a la cocina, esta vez sin regresos inesperados y dejándonos finalmente a Jeon y a mí solos, quien se quedó mirándome hasta que le devolví la mirada, sorprendiéndole y haciendo que agachara otra vez la cabeza avergonzado.

- Jungkook

- ¿S-sí?

- ¿Te dijo Tae que fui yo quien le pidió que vinieras?

- Sí –levantó la vista, mirándome de soslayo. - ¿Po-por qué querías que viniera? –preguntó con evidente incomodez al tiempo que se deshacía de su abrigo, para terminar dejándolo en sobre el vacío perchero.

- Porque me porté muy mal contigo el otro día y quería recompensártelo.

- ¿Recompensármelo? –preguntó con un deje esperanzado y curioso en su voz. Asentí, observándole durante unos segundos hasta que sus mejillas volvieron a teñirse de rojo, dándome a entender que clases de recompensas cruzaban su mente en estos momentos.

- ¿En qué estas pensando, Jungkookie? –pregunté con diversión, acercándome a él. ¿He dicho que me gusta ponerle nervioso? Pues eso, que provocar al pelinegro había pasado a uno de mis pasatiempos preferidos.

"¡No puedes hacer eso, no puedes jugar con él si no te gusta!"

Cierto, yo era hetero y no debía confundirle, sería demasiado cruel por mi parte. Ya bastante había pasado el pequeño creyendo que tenía una oportunidad conmigo en todo este tiempo.

- En na-nada –respondió agitadamente, incitándome a seguir con el juego. ¡Es que se veía tan adorable! Negué varias veces con la cabeza, frotándome la frente y suspiré, calmándome y alejándome unos pasos.

- Quiero presentarte a alguien –agarré su mano sin darle tiempo a hablar y lo arrastré por la fiesta, abriéndome paso entre la multitud de gente que ocupaba cada metro cuadrado de la casa. Finalmente, en uno de los sillones, divisé al rubio que tanto tiempo llevaba buscando. – ¡Zico!

- ¡Jimin, qué narices haces! –murmuró Jungkook entre dientes mientras nos acercábamos al rubio. Era impresionante la facilidad con la que perdía la timidez ese chico, sonrojándose en un segundo y al siguiente cambiando radicalmente el tono.

- Voy a presentarte a alguien –sonreí, parándome frente al sofá en el que estaban Zico y sus amigos, entre ellos Namjoon, a quien saludé con un movimiento de cabeza. De todas formas tampoco iba a hacerme caso, pues estaba demasiado ocupado con Jin, su reciente novio universitario. –Zico, este es Jungkook.

- Encantado

- Igualmente... –respondió el pelinegro casi en un susurro. Durante un instante me sentí mal por dejarlo en tal situación, pero de inmediato quité tales pensamientos de mi mente. ¡Así no conseguiríamos nada! Jungkook tenía que dejarse de toda esa timidez suya o no avanzaríamos y esta noche sería un fracaso total para mi plan.

- ¿Quieres una bebida? –preguntó el rubio, haciendo caso a mis plegarias. Le tendió uno de los muchos vaso que había junto a su mesilla, los cuales desprendían un excesivo olor a alcohol. Si algo destacaba en las fiestas de Hoseok era eso, el alcohol y el desmadre.

- ¡Si quiere! –me adelanté a responder al notar como el pelinegro iba a negarse. Al ver como ahora le tendía yo la copa, volvió a planteárselo, terminando por aceptar con timidez. Dio un trago y al instante puso una cara de asco, provocándome una sonrisa divertida. – Te acostumbrarás al sabor.

- No lo creo, está jodidamente asqueroso.

Volví a reír, esta vez a causa de lo mal que quedaban las palabrotas en sus adorables labios de adolescente. Zico también rió, ofreciéndole de su misma copa, ya que estaba menos cargada. Jungkook aceptó y tras dar un trago decidieron cambiarlas.

"Genial, esto está marchando bien"

Rodeé los hombros del pelinegro con mi brazo, intentado animar más el ambiente, soltando alguna que otra broma cuando lo veía necesario. Finalmente los tres terminamos siendo partícipes, con todas las demás personas que ocupaban el sofá –menos Jin y Namjoon, quienes seguían jugando a los exploradores en la boca del contrario – de una entretenida conversación acerca de la última película que habían estrenado en el cine la semana pasada.

- Jungkook –llamé su atención, inclinándome ligeramente sobre su oído. Noté como se tensaba y cerraba los ojos, gesto que me incitó a volver a susurrarle. Me gustaban sus reacciones, me encantaba como le era imposible ocultar lo mucho que yo le gustaba. – ¿Te lo estás pasando bien? –Asintió sin mirarme, mordiendo su labio inferior mientras se recostaba en el sofá. Una extraña sensación me recorrió por dentro al verle de esa forma, la cual atribuí al alcohol. En este rato había añadido otras dos bebidas a mi cuerpo. Me alejé de inmediato, centrándome en lo que quería decir y dejándome de juegos que me confundía. – Jungkook.

- ¿Eh? –preguntó desconcertado al no sentirme junto a su oído. Levantó la vista y me miró con los ojos muy abiertos. Ya estaba borracho y a penas era su tercera copa. - ¿Qu-qué pasa?

- Me voy un rato –le informé, poniéndome en pie y deshaciéndome de su agarre, pues en todo el rato que llevábamos en el sofá había entrelazado nuestros brazos. Se lo permití a causa de que ambos íbamos borrachos, y para que mentir, tampoco me resultaba desagradable. Pero no por ningún motivo, habría sido igual con Taehyung, por ejemplo. – Te dejo con Zico.

- ¿Por qué te vas? –preguntó decepcionado, doblando tiernamente el labio inferior.

- Por-

- ¿Me vas a dejar solo?

"¡Mierda Jeon, no me mires así!"

- Te dejo con Zico y los demás –le informé de mala gana, rezando para que dejara de poner esa carita tan adorable.

- Pe-pero...

- ¡ZICO! – Llamé al rubio, haciendo que girara su vista hacia nosotros. Al contrario que Jungkook, él si había parecía tener interés en el pelinegro, acercándose e insinuándose cada momento que veía.

- ¿Qué pasa?

- Te dejo a Jungkook mientras me voy.

- Sin problema –respondió rodeando los hombros del pelinegro con confianza y levantándome el dedo pulgar en señal de afirmación.

Asentí y me alejé, intentando omitir la mirada de decepción con la que me observaba Jungkook, poniendo todos mis esfuerzos en no volver y cumplir cada maldita orden suya, porque eso era lo que conseguiría si seguía mirándome un instante más con esos ojos.

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Solo venía a decir que desde ahora pondré gifs en todos los capítulos (No se porqué no lo hice hasta ahora cuando los pongo en todos mis fics xD) Bueno, en todos los capítulos no, solo en aquellos que estén narrados, es decir, que las conversaciones de mensajes no tendrán, principalmente porque en ellas ya habrán fotos ;) 

¡Besos y espero que os haya gustado el capítulo! Intentaré subir esta tarde la continuación <3

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