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Capítulo 43: ¿Fue real?


[Jungkook]

Ah, de nuevo ese sueño, pero esta vez se estaba sintiendo tan real, de verdad parecía que estuviera acurrucado entre los brazos de Jimin. Es tan confortable, sin tan solo pudiera suceder cada mañana en mi vida real. Sonreí y me junté más a aquel ser, probablemente mi almohada, que me creaba tan maravillosa sensación. Escondí mi cara en su cuello y lo comencé a besar sutilmente, probando la suavidad de esa zona.

" ...espera...

...

...

... ¿cuello? "

Abrí los ojos y pestañeé varias veces antes de enfocar perfectamente el cuello de la persona que me tenía entre sus brazos, más concretamente, de Jimin. Intenté apartarme de inmediato, aún procesando el que yo estuviera durmiendo en mi cama en vez de en el suelo.

"¿Desde cuándo soy sonámbulo?"

Fruncí el ceño pensativo, rondando el tema, mientras intentaba alejarme de Jimin sin despertarle o herirle, pues aún recordaba perfectamente como de magullado estaba su cuerpo tras la paliza que recibió. Pero era misión imposible, él seguía ejerciendo ás fuerza para que yo no pudiera liberarme de su agarre, y lo peor de todo es que tras haberle besado en el cuello, probablemente había tornado sus sueños en unos más húmedos, porque ahora era él quien se me acercaba.

- Ji-Jimin, de-despierta... –susurré junto a su oído para no armar un escándalo o asustarle.

- Kookie...

- Sí, venga, despie...¡ah...! ¡N-no, Jimin...!

Comenzó a rozar su entrepierna contra mi muslo al tiempo que besaba mi cuello, sacándonos gemidos de placer casi inaudibles a los dos. En ese momento mi alarma comenzó a vibrar sobre la mesilla de noche, y así siguió todo el minuto siguiente que no pude detenerla gracias a Jimin y sus maneras de distraerme.

- Ji-Jimin, en diez minutos ve-vendrán m-mis padres ¡ah...! a de-despertarme, y n-no pueden pill...¡ah...! ...pillarnos... ¡Mierda, Jimin, despierta ya joder!

Y sin saber muy bien como, terminé librándome de él, pero en consecuencia me caí de la cama, dándome un golpe tan grande en el trasero que realmente lo creí roto. Mientras yo comprobaba que siguiese en su sitio, Jimin se asomó desde arriba, frotándose el pelo con una mano y mirándome con expresión confundida.

" ¡Al fin se despierta! "

Era increíble la capacidad que tenía para verse despampanantemente sexy incluso recién despierto. Mi cara por las mañanas solía ser de ratón atropellado, pero él se veía únicamente con expresión levemente cansada y desinteresada de todo su alrededor.

- ¿Qué haces en el suelo? – Joder, y encima con voz ronca. Definitivamente no sería bueno para mi autocontrol tener que despertar todos los días con él.

- ¿E-eh? – me senté correctamente de inmediato, intentando aparentar toda la normalidad de mundo, como si yo no fuera sonámbulo y un pervertido que se mete en la cama de su amor platónico por la noche.

- Ayer te subí a la cama, no entiendo porque has vuelto a bajar.

- Es-es que de-debo ser sonámbu...eh, espera... –le señalé con incredulidad, queriendo asegurar de que lo que acababa de oír era correcto y yo no estaba confundido. – ¿Me subiste tú a la cama? –Yo le miraba con completa sorpresa y él simplemente se limitó a asentir con indiferencia al tiempo que soltaba un bostezo. – ¿Po-por qué?

- Porque el suelo estaba duro y no iba a dejarte tirado ahí –se encogió de hombros y volvió a tumbar en la cama, escapando de mi vista. Yo aún no sabía cómo sentirme respecto a lo que acababa de confesarme, bueno sí, me sentía malditamente feliz y horriblemente culpable y triste de que mis sentimientos por él no hubieran desaparecido ni un poquito. Yo ya le advertí a Eunwoo que él estaría siempre en un segundo puesto, pero aún así seguía doliendo hacerle esto. – Jungkook, ven –me puse en pie de inmediato, subiendo al colchón junto a él, colocándome de rodillas y ladeando la cabeza con confusión.

- ¿Qué pasa?

- Pues que hablando de cosas duras... –me miró enarcando una ceja y señaló con disimulo una zona concreta que se encontraba tensando los pantalones grises de pijama que yo le había prestado. Aún permanecía sin camiseta, y los llevaba tan bajos y caídos que podía apreciarse todo su bajo abdomen y el comienzo de la pelvis marcado. Volví a levantar la vista hasta sus ojos, intentando aparentar que esa imagen no me había tentado ni un poquito, pero debí fingir de forma penosa, porque él me sonrió lascivamente y guiñó un ojo. – ¿Te encargas?

- ¡Sí porfav-digo no! ¡Claro que no, idiota, mis pa-padres están a punto de venir a despertarme y-y...

En toda mi frase no podía evitar posar mi vista tras cada palabra en su gran problema, reprimiendo mis instintos de servirle y saciarle de todas y cada una de las formas que él me lo pidiera. Ni Eunwoo conseguía acelerar mis hormonas de tal forma, un solo roce de Jimin era infinitamente mejor que todas las veces de sexo que había tenido con Eunwoo, y no porque fuera malo en ello, sino porque mi atracción por Jimin iba mucho más allá de la física, por desgracia.

Y hablando de desgracias, la vida no pudo ser más inoportuna para mandar a mi madre a despertarme justo en ese momento. Gracias a mi desarrollado oído que conseguía reconocer los pasos de mi padre o madre a distancia, me dio tiempo a agarrar a Jimin y esconderlo tras la puerta, ignorando sus quejidos de dolor.

- Jungkook, levant...¿Jungkook? –mi madre me miró extrañada y echó un vistazo a la habitación sin atreverse a avanzar más de lo estrictamente necesario. Yo la sonreí para intentar aparentar normalidad, pero creo que lo único que conseguí fue que desconfiara más. Al menos seguía con a puerta entornada y por lo tanto ni siquiera rozaba a Jimin con ella. – ¿Qué haces despierto?

- Decidí levantarme hoy por mi cuenta, ya sabes, empezando a madurar y esas cosas.

- ¿Madurar? –mierda, ahora su expresión se tornó a una más preocupada, entrando al cuarto y haciendo que se me parara el corazón por el miedo a que descubriera a Jimin. – ¿Estás enfermo, hijo?

- N-no, mamá, estoy perfecto –quité la mano que me había puesto en la frente y comencé a empujarla delicadamente de mi cuarto, apartándola de cualquier zona en la que pudiera divisar al moreno. Cuando la tuve de nuevo en la puerta, mi aliento volvió levemente en sí, permitiéndome respirar. – Solo pensé que no hace falta que me despertéis todos los días.

- Quizás tengas razón.

- Exacto.

- Desde ahora te despertarás tu solo, y cada vez que me llamen los del colegio diciendo que te has quedado dormido, te quedarás una semana sin tus videojuegos.

- Perfec-¡Eh, espera, no!

Pero antes de permitirme protestar, me sonrió, besó mi mejilla y cerró la puerta frente a mis narices, dejándome con la palabra en la boca. Al girarme encontré a Jimin a punto de estallar en risas, y solo hizo falta que yo le sacara el dedo con molestia para que terminara riéndose en mi cara.

- Ha sido por tu culpa, imbécil –me quejé, despotricando contra su persona. ¡Ahora gracias a él tendría que poner todo mi esfuerzo en hacer caso a una inútil alarma que probablemente no me despertaría en el ochenta por ciento de las veces! Genial, adiós Playstation para Jungkook.

- ¿Jungkookie está enfadado? –preguntó con un tono que probablemente tenía doble significado, solo que yo no conseguía captar ni el primero. Aún estaba en mi primera fase de depresión por tenerme que despedir de mis videojuegos. Hice un puchero y asentí, sentándome de golpe en la cama como un niño pequeño y cruzándome de brazos. – ¿Cómo de enfadado?

- ¡Mucho, idiota! ¡La Play es mi vida!

- Pensaba que yo era tu vida.

- ¡También! ¡Cállate, que estoy enfadado!

Ni siquiera me molestó haberme vuelto a declarar en su cara, pues ya sería la vigésima vez, y me importaba bien poco. Tenía el rechazo de antemano, por lo que ya no pedía una respuesta, ahora mis palabras era más como información. En cambio, Jimin parecía bastante sorprendido, porque dejó de reírse y se puso en pie.

- Me voy a duchar.

- No puedes aún, están mis padres en casa. Espérate veinte minutos a que se vayan. –ahora me encontraba menos alterado, pero aún así la noticia de mi nueva vida me había dolido en lo más profundo.

- Entonces seguiré durmiendo.

Y sin preguntar, se colocó en la improvisada cama que me monté la noche anterior con unas cuantas mantas, vamos, lo que viene siendo algo el triple de incómodo que el sofá, y más para él, teniendo en cuenta sus heridas.

- Puedes dormir aquí si quieres –le propuse, refiriéndome al cómodo colchón de mi verdadera cama.

- No, así estoy bien.

- Como quieras.

Y esas fueron las últimas palabras que mantuvimos antes de que mis padres salieran de casa, gritando a voces que no se me ocurriera llegar tarde a clase. Yo me quedé dormido y cuando desperté, encontré toda la habitación perfectamente ordenada sin ningún rastro de la ropa de Jimin o de él, incluso la improvisada cama del suelo estaba recogida.

Era tal el desconcierto, que llegué a plantearme el haber soñado con todo, pero por suerte, unos mensajes en mi móvil, dieron credibilidad a una de las mejores noches de toda mi vida.


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¡SIENTO HABER TARDADO TANTO EN ACTUALIZAR! 

¿Si os pongo a Rapmon me perdonáis? ¿Sí?

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