Capítulo 25: El primero
[Jungkook]
Un pitido en el móvil me informó de que ya estaba esperándome abajo, pero de todas formas decidí asomarme por la ventana que daba a la parte delantera de la casa para comprobarlo. Y efectivamente, podía divisar a Taehyung junto a la acera con la vista pegada al móvil.
- ¡Tae, ya bajo!
El castaño levantó instantáneamente la cabeza al escucharme, posando la vista en miles de sitios antes de llegar a mi ventana.
- ¡Oh, eras tú! –Rodé los ojos y asentí. Casi no podía creer que hubiera aceptado ir a otra fiesta con él, en serio, era un peligro para mi persona. – ¡Mueve ese culo que no tienes, que ya llegamos tarde!
Le saqué la lengua como respuesta a su comentario, aunque en realidad no me afectara mucho, pues siempre había estado bastante conforme con mi cuerpo. Era normal pero no podía quejarme, incluso mis defectos ya no destacaban tanto como cuando era pequeño.
Bajé rápidamente las escaleras, agarrando un abrigo antes de salir por la puerta y despidiéndome de mis padres, quienes me ordenaron que les mandara un mensaje en caso de que fuera a volver tarde o directamente quedarme a dormir fuera. Obviamente asentí educadamente a todas y cada una de sus peticiones aunque no pensara ponerlas en práctica, y no porque fuera a incumplirlas, es que sencillamente no tenía intención de pasarla como la última vez. En esta ocasión me controlaría y estaría de vuelta en casa a unas horas decentes.
- ¡Al fin llegas! –exclamó Tae al verme salir por la puerta. Yo le ignoré y seguí caminando con la vista clavada en el teléfono. Irónico, ya que no tenía a nadie con quien hablar. Mandy estaba muy ocupada con los exámenes, Taehyung aquí a mi lado y con Jimin no me mandaba ningún mísero mensaje. Quizás por eso miraba la pantalla cada dos segundos, esperanzado de que la última opción cambiara, aunque nunca lo hacía.
- ¿Va a ir? –pregunté al llegar a la parada de bus.
- ¿Quién? – Tae cogió asiento a mi lado. Levanté la vista y le hice un gesto que dejaba obvio a quien me refería. Él rodó los ojos y asintió. – Sí, sí va, Hobi me lo dijo ayer. Y antes de que me lo preguntes también te digo que no, Soojung no le acompaña.
- ¿Estará solo?
- No te emociones, idiota, que aún sigue teniendo novia.
- No me emocionaba, idiota –respondí con el mismo tono, porque de hecho no me había emocionado. Mi mente ya no me jugaba malas pasadas haciéndome creer que tenía alguna oportunidad con él, pero sí que me alegraba no tener que presenciar ninguna escenita de enamorados.
- Además, tengo pensado presentarte a alguien.
- No quiero conocer a nadie –respondí de inmediato.
- Me vale, yo igual te lo presento. Aunque será otro día, porque hoy no pudo venir a la fiesta.
- Que no me interesa, Tae.
- Se llama Eunwoo y le conocí en la academia de por las tardes.
- Lo siento por él.
- ¡Ash, Jungkook, deja de ser así!
- ¡Que te he dicho que no quiero a nadie ahora!
"A nadie que no sea Jimin"
Exacto. En mi corazón solo había hueco para él y mis fantasías en las que los dos éramos felices y comíamos carne todos los días. Y lo mejor de todo era que podía vivir de ello toda mi vida, sin necesidad de entablar relaciones con personas de verdad. Podría vivir mi relación en mis sueños y todo sería más sencillo.
A pesar de todo, Taehyung estuvo todo el viaje insistiendo en que el chico ese que me iba a presentar, me encantaría. Que era casi tan perfecto como Hobi y que parecía un príncipe sacado de una película, así literalmente. Incluso cuando estuvimos dentro de la fiesta, ya con nuestras respectivas bebidas en las manos y una música ensordecedora, seguía alabando a aquel desconocido con Eunwoo por nombre.
- ¡Está bien, tráelo y preséntamelo de una vez! –exclamé con frustración, deseando que se callara más que otra cosa, pues lo único que pensaba hacer era saludar al susodicho y luego volver a mis cosas. Decía en serio lo de que no me interesaba nadie, y en ese nadie entraba el tal Eunwoo.
- Vale –respondió sonriente, pero sin moverse ni un centímetro de su sitio. Esperé varios segundos, mirándole con desconcierto hasta que se percató de lo que yo quería decirle. –Ah, ¿pero te refieres a que te lo presente ahora?
- Claro. Llevas todo el camino molestándome con el tema.
- Pero no está aquí, idiota –respondió entre risas frente a mi rostro que amenazaba con lanzársele encima y arrancarle la yugular de un mordisco. –Me refería a presentártelo otro día.
Inspiré hondo, intentando calmarme, y debió ser que funcionó, porque al instante las ganas de matarle descendieron. Forcé una sonrisa y señalé la cocina.
- Tae, vete con Hoseok un rato, creo que te buscaba.
- ¡Es verdad, Hobi! –rodé los ojos al tiempo que le veía desaparecer entre el tubulto de gente, derramando media bebida con cada paso que daba. Solo con esa imagen mejoré mi humor al instante, sonriendo ahora con sinceridad.
"Quizás Tae tenía razón y sí que me venía bien salir un poco de casa"
Y este pensamiento duró casi las dos horas siguientes, mientras charlaba tranquilamente con Rapmon y su pareja Jin, o bailaba con Taehyung, o me recostaba un rato sobre Suga, el novio de Zico, a relajarme. Lo estaba pasando tan bien que no pensé ni un momento en la persona más perfecta del mundo, dejando solo espacio para la diversión.
Al menos hasta que le vi.
Cuando apareció en el salón con una camisa blanca sin mangas y los mismos pantalones de cuero de la otra vez, esos que tan malditamente bien le quedaban. Se estaba despejando el flequillo de la frente, echándoselo hacia atrás con la mano y buscaba algo con la mirada. Juro que casi me atraganto con mi propia saliva.
- ¡Ey, Jimin! –le llamó Namjoon haciéndole señas, invitándole al sofá donde estábamos acomodados. Yo me había hecho un hueco en el suelo y Tae estaba recostado encima de mí, maldiciendo el que su novio fuera el anfitrión de la fiesta y aún estuvieran en la cocina pendiente de reponer bebidas y mantener los cimientos de la casa estables. – ¡Trae tu culo aquí!
Y eso hizo, trajo su magistral trasero al asiento libre del sofá, exactamente el que estaba en frente mío. Yo quedé con la cara a la altura de sus rodillas, aún incapaz de apartar mis ojos de su perfección. Era precioso y gracias al mínimo alcohol que yo había ingerido, no podía disimular mi atracción por él.
- Hola Jungkook –saludó con una sonrisa, mirándome fijamente. Le respondí en un tono tan bajito que probablemente ni escuchó, pero solo rió en respuesta y dejó el tema, centrándose en la agitada conversación que mantenían Namjoon y Suga.
- Eunwoo es más alto que Jimin
Bajé la vista hacia Tae, quien descansaba su cabeza en mi regazo, y fruncí el ceño. Si me costaba soportarle estando normal, no quería ni imaginar lo que tendría que aguantar ahora que estaba borracho perdido.
- Todo el mundo es más alto que Jimin –respondí sin pensar, cansado del tema que permanecía desde que había salido de mi casa. Y por algún motivo eso le hizo mucha gracia. Tanta que derramó mi bebida y la suya sobre mi ropa y aún así seguía estallando en carcajadas – ¡TAEHYUNG, SERÁS DESGRACIADO!
- ¡LO QUE ACABA DE DECIRME JUNGKOOK! –exclamó entre risas, rodando por el suelo después de que yo le hubiera empujado para quitármelo de encima y no seguir empapándome en alcohol.
- ¿Qué ha dicho, Tae? –preguntó Zico con curiosidad.
- ¡Nada, no he dicho nada! –exclamé, lanzándome encima del alien, preocupándome más de que no desvelara mis palabras a secarme todo el alcohol que me cubría toda la vestimenta.
- ¡Ha dich-
- ¡He dicho que te calles de una mald-
- ¡Ha dicho que... ¡ah, Jungkook no me muerdas! –exclamó zarandeando el brazo que yo había enganchado con mis dientes, cosa bastante inútil, ya que siguió empeñado en gritar a los cuatro vientos mi comentario. - ¡H-ha dicho que t-todo el mundo es más alto que Jimin! –y volvió a reír, esta vez acompañado de todo el corro de personas de alrededor.
- Pues entonces no hablemos de Suga –añadió Zico, rodeando cariñosamente a su novio en un abrazo al tiempo que este le propinaba un codazo molesto y empujaba a la otra punta del sofá. – ¡Oh, venga! Si eso te hace mucho más adorable, ya lo sabes –intentó disculparse el rubio, volviéndose a acercar a su novio e intentando besarle.
Todos se reían, bueno, todos a excepción mía y de Jimin se reían. Y Suga, pero eso tampoco me importaba mucho, pues mi vista estaba clavada en los ojos oscuros más bonitos del mundo que ahora desprendían tanto rencor que podrían fulminarme ahí mismo.
"Genial, ahora le caerás aún peor. Muy bien Jungkook, así se hace."
Me disculpé y alejé del grupo, alegando que iba a cambiarme de ropa a la habitación de Hoseok, aunque en realidad principalmente era que no quería estar más tiempo delante de Jimin o tendría que arriesgarme a morir de vergüenza. Le pedí permiso a Hoseok para usar su ducha y poder coger algunas prendas de su armario, pues no era buena idea volver a casa con la ropa apestando a alcohol.
- Claro, ya sabes dónde está mi habitación –señalo un lugar arriba de las escaleras. Asentí y subí a toda velocidad, aún abrumado por la escena de hacía unos segundos, recordado lo enfadado que debía estar Jimin. ¡Maldito Taehyung idiota! Ahora sí que no iba a volver a acompañarle a ninguna otra fiesta en su vida. Siempre conseguía dejarme en ridículo el muy estúpido.
Tras desvestirme y meter la ropa sucia en una bolsa de plástico, llegué a la conclusión de que lo único bueno que había terminado sacando de esa tarde, era el maravilloso baño que me estaba dando, me sentía tan bien sumergido en el agua caliente que casi iba a perdonar al alien. Y digo casi, porque mi dignidad frente a Jimin no se compensaba con algo tan simple como un baño caliente, por muy agradable que fuera.
Debió pasar bastante tiempo aunque para mí se sintieron como segundos. Había cerrado los ojos, recostándome en la bañera y podía rozar el paraíso, relajándome hasta tal punto que ni siquiera escuchaba la atronadora música de la fiesta.
Pero de nuevo, mi tranquilidad no podía durar eternamente, y en esta ocasión fueron unas manos sumergiéndome por completo en el agua las que me rompieron todo ápice de relajación.
- ¿¡Qu-que!? ¡Au-auxi-lio! –exclamé al salir de nuevo a la superficie, tosiendo entre cada palabra por las cantidades de agua que acababa de ingerir debido a la sorpresa, y esta aumentó al ver la persona que se erguía frente a mí.
- ¿No te alegras de verme? –preguntó colocándose de rodillas, posicionándose a la altura de mi rostro. Yo tragué saliva y me alejé todo lo que me era posible, es decir, apenas cinco centímetros o tendría que salir de la bañera.
- ¿Va-vas a pegarme? –pregunté asustado, temiendo que el comentario le hubiera molestado tanto como para llegar a ese punto.
- No lo sé, respóndeme tú, Jungkook –se inclinó más, casi rozando el agua de la bañera con su pecho, y sujetó mi rostro con una mano, rozando suavemente la línea de mi mandíbula antes de concretar el agarre. – ¿Por qué crees eso?
- P-por lo que dije a-antes...
- ¿Y qué dijiste antes, Jungkookie? –comenzó a acariciar la superficie de mis muslos, que ahora encogidos, salían sobre el agua. Obviamente nada más ver a Jimin me había hecho una bola dentro de la bañera para tapar cada centímetro posible de mi cuerpo.
- N-no dije nada... –respondí contrariándome a mí mismo, pero es que entre el calor del baño y la vergüenza, estaba demasiado abrumado para siquiera pensar con claridad. Además, podía notarse desde lejos que el castaño ya estaba muy bebido, y en esas condiciones ni yo sabía de lo que era capaz de hacer. Él siguió mirándome, aún con sus dedos sobre mi mejilla, sosteniéndome y elevando mi rostro. Mi corazón comenzó a latir tan rápido que temí que terminara saliendo disparado. – ¿Qu-qué querías, Jimin?
- Nada, tan solo subí a ver si estabas bien. Llevas casi una hora aquí arriba, Jungkook.
¿UNA HORA LLEVABA EN LA DUCHA? ¡Oh, no! ¡Seguro que me había convertido en un garbanzo, y lo peor es que mi amor platónico podría verlo! Aunque siendo positivos, probablemente mi cuerpo le atraía lo mismo que estando completamente liso y seco, es decir, nada. Miré el agua y seguidamente a Jimin, debatiéndome en qué hacer.
- ¿Quieres que me vaya? –terminó preguntando entre ligeras risas, soltando su agarre. Asentí inmediatamente varias veces, avergonzado de estar echándole. Pero él no parecía molesto, de hecho daba la impresión de estar disfrutando. – Voy buscándote algo limpio para cuando salgas.
- Va-vale.
Y cerró la puerta a su espalda, permitiendo que me relajase por unos segundos. Me dejé caer hacia atrás y volví a sumergirme por completo en la bañera, permaneciendo en ese silencio submarino el máximo tiempo que mis pulmones me permitieron. Finalmente salí del agua y agarré la primera toalla que encontré, una verde que supuse que era de Hoseok debido a que ese color era su preferido. Me sequé y salí envuelto en ella, encontrándome a Jimin sentado en la cama con el móvil en las manos. Levantó la vista nada más escucharme, pero no se puso en pie, tan solo dejó el móvil a un lado y se inclinó levemente hacia atrás, apoyándose en sus brazos.
- Gracias... –susurré tímidamente al ver las prendas de ropa colocadas sobre el colchón.
- Ponte lo que te he dejado. Te espero fuera.
- Claro – respondí aliviado de que no se fuera a quedar, pero antes de que saliera por la puerta, me percaté de que faltaba una de las prendas. Una muy importante. – ¡E-espera Jimin!
- ¿Qué pasa? –preguntó girándose, aún con el manillar bajo sus dedos. Sonreía como si supiera perfectamente lo que sucedía, como si lo hubiera planeado de antemano.
- P-pues... que... que falta una cosa –respondí agachando la cabeza, muerto de vergüenza.
- ¿Qué acabo de decirte, Jungkookie?
- Qu-que me ponga lo que me has dejado... – murmuré igual que lo haría un niño al que están recriminando. Aunque no le veía, puedo asegurar que sentí su ladeada sonrisa aparecer antes de que hablara.
- Entonces hazlo.
Y esta vez sí que salió del cuarto, dejándome plantado en medio de la habitación desprendiendo incertidumbre por cada uno de mis poros. Tragué saliva y volví a mirar la ropa que reposaba sobre el inmueble.
- Pero es que no dejaste ropa interior... –terminé de decir para mí mismo, rezando para que esto no fuera ninguna broma de mal gusto y tan solo quisiera reírse de mí.
"Jimin no haría eso"
Cierto, Jimin no haría eso. No tenía ni maldita idea, pero iba a cumplir sus órdenes por mucha vergüenza que me diera. Y eso hice, terminé vestido por completo pero sin ninguna prenda interior que obstaculizase el roce de piel con los vaqueros. Era tan patético que seguramente si no hubiera bebido, no me lo habría ni siquiera planteado.
- ¿Ya terminaste? –preguntó al verme salir, incorporándose y echándome un vistazo de arriba abajo. Yo hice lo mismo con él, pero en mi caso ya era costumbre comérmelo con la mirada, y al igual que siempre, terminó percatándose. Sonrió y se acercó, apartando delicadamente varios mechones mojados que cubrían mi rostro. – ¿Te alegras de haber venido a la fiesta?
- No –respondí sin pensar.
- ¿Cómo que no? –preguntó, mirándome sorprendido por mis palabras. Seguro que esperaba un sumiso asentimiento o algo por el estilo, pero yo tenía muy clara mi respuesta. – ¿Por qué dices eso?
- Primero Tae me tiró dos vasos encima, y eso después de haberme dejado en ridículo delante de ti. Aunque eso lo hace constantemente, claro –respondí rodando los ojos, como si le estuviera relatando a mi madre que tal me habían ido las clases. –Te enfadaste conmigo, y por si fuera poco ahora estoy incómodo.
- ¿Por qué estás incómodo? –preguntó sonriente, dejando de lado toda la conversación, pues al parecer este tema le interesaba bastante más.
- Porque n-no llevo ropa interior y m-me roza... –respondí avergonzado, agachando la mirada.
- ¿Puedo comprobarlo? –fui a negarme pero antes de poder mediar palabra, echó un vistazo a su espalda, para comprobar que nadie estuviera subiendo las escaleras, y me empujó contra la pared. Yo no sabía cómo reaccionar, me quedé quieto, completamente estático y temeroso de lo que fuera a hacer. – ¿Por qué tiemblas, Jungkookie? –preguntó acercándose a mi odio, rozando sus labios con el lóbulo de este muy ligeramente, haciéndome estremecer.
Seguidamente fue bajando su boca por mi cuello, dejando pequeños y suaves besos por este al tiempo que subía su mano por el interior de mi camiseta. Mordí mi labio inferior, ahogando un gemido que amenazó con escapar de mi garganta. Yo no entendía nada pero se todo esto se sentía demasiado bien, demasiado irreal.
Prosiguió acariciándome por debajo de la camiseta, rozando mis pezones y pellizcándolos cuidadosamente, provocando que me revolviera levemente al contacto. Y entonces noté como bajó la mano y la acercó a mis pantalones, rodeando la tira y adentrándose en el interior de estos.
- A-ah... –me costaba acallar mi voz. No solo sentirlo me volvía loco, también el imaginar y saber que era Jimin quien me estaba tocando, adormecía mi sentido de la coherencia o decencia.
Entreabrí los ojos y observé que había vuelto a inclinarse hacia atrás, en busca de alguna persona que pudiera vernos. Cierto, Jimin tenía novia, y no solo eso, sino que era hetero. Esta situación, por muy perfecta que fuera, no tenía ningún maldito sentido. Y eso pretendía decirle cuando volvió a mirarme, pero antes de nada posó un dedo en sus labios, los cuales estaban tan cerca de los míos que casi podía rozar el dedo ente medias, y siseó mandándome callar.
Y luego me besó.
Fue muy dulce, muy lento y cuidadoso, pero poco pasó hasta que la cosa empezó a coger intensidad. Él tenía su mano sobre mi erección, rozándola y acariciándola a su antojo mientras se ensimismaba con mis labios, mordiendo cuando lo veía necesario y succionando por las mismas, recorriendo cada centímetro de mi boca.
- ¡JIMINNIE!
Se separó de inmediato, con brusquedad, dejándome completamente desconcertado y caliente, incapaz de reaccionar. Luego cuando vi a Taehyung subiendo por las escaleras, lo entendí.
Nadie podía vernos.
- ¿Qué pasa Tahyung? –preguntó tras toser varias veces, seguro que intentando normalizar su voz. La mía directamente no existía en estos momentos, incapaz de sacarla aunque quisiera.
- Vine a buscar a Jungkookie, porque tardabais mucho.
- Ya estábamos bajando.
Nadie podía vernos porque se avergonzaba de mí. Quise mirarle, pero él ya había agachado la cabeza, evitándome y comenzando a descender las escaleras.
- ¿Vienes, Jungkookie?
Miré a Taehyung, intentando disimular el nudo de garganta que se me había formado, intentado controlar las lágrimas que amenazaban con salir.
- Yo me voy a mi casa, Taehyung.
Y ahí Jimin sí que me miró, para terminar suspirando y apartando la vista de nuevo. Definitivamente así no me había imaginado nunca que sería mi primer beso.
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Ahora en un ratito vuelvo a actualizar, prechioches <3
Por cierto, Eunwoo es un integrante de un grupo que acaba de debutar ahora. El grupo se llama ASTRO y es genial. Son fanboys de Bangtan, solo digo eso x'D
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