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CAPÍTULO 20: Sacrificio Involuntario.

—Sr. Alcott, lo esperan en la sala de reuniones—. Indicó Pryor, entrando en la sala de la computadora principal.

—¿Ahora?

—¡Sí! Y dijeron que no quieren retrasos.

—¡Maldición! ¿Crees que se han dado cuenta?

—¡No lo sé, Señor! Hemos sido muy cuidadosos con nuestras incursiones en la Hive… ¿Les digo que se presentará?

—¡No, yo iré! Quédate aquí y ayúdalos… Han encendido el GPS, no pueden encontrarlos los Phantoms, reduce la señal y mimetízala con las que emiten los Troockers que están haciendo guardia a los alrededores. Ya tracé la ruta para que se las puedas enviar, pero debes avisarles que no pueden moverse de otra forma que no sea el itinerario que les acabas de enviar, van a tardar bastante tiempo en llegar a la casa segura que he preparado para ellos. Ahí deberán esperar por el auto.

—¡Entendido, Sr. Alcott! —los dedos del androide empezaron a volar por el cristal del computador, entre el teclado y las pantallas, iba transformando poco a poco la señal que emitía el GPS.

Gale tragó saliva, si bien es cierto no tenía miedo por él, ya que había cubierto muy bien sus huellas, sí lo sentía por Domeka y en esos momentos su situación era más que riesgosa. Caminó despacio, tratando de mantener la calma para que no lo percibieran y llegó a la sala de reuniones que estaba cruzando dos pasillos transversales.

—¡Buen día señores!

—¿Tiene algo de bueno? —preguntó una mujer que llevaba unos guantes negros, largos hasta el codo, era una de los 5 que estuvieron en la reunión anterior.

—Pues para mí, lo tiene todo —respondió Gale con ironía.

—Veo que estás de excelente humor… ¿Te está yendo bien en las finanzas? —preguntó el Presidente del Directorio.

—No me puedo quejar… ¿Cómo te está yendo a ti?

—Sobre eso quería hablarte… veo que las cosas no salieron como debían, no terminaron con la implantación del nuevo sistema. Se encendió una alarma con una de las Key Drives que les diste.

—Es probable que no hayan podido allanar todos los conductos… pero yo no les podía dar esos detalles, ellos no me contaron lo que harían con esas Keys, si les decía algo hubiera sido sospechoso.

—¡Pues tienes razón!... Sin embargo, también puede que se haya activado a propósito, ¿crees que esa pueda ser una posibilidad latente, Gale?

—¿Ellos?¿Con qué intención lo harían ellos?

—¡Es lo mismo que pensamos nosotros! —señaló otro hombre del directorio.

—¿Intentan decir… que yo he sido?¿Por qué haría algo como eso? —Gale trató de guardar la calma, pero se empezaba a sentir encerrado.

—¡Es lo que yo dije! —mencionó el Presidente con una sonrisa macabra —¿Por qué nuestro Gale haría algo tan estúpido como eso? Investigamos a fondo y nos dimos cuenta que fue una alerta por invasión, los Phantoms fueron capaces de encontrarlos… ¡Son unos soldados formidables!—. Soltó otra carcajada, Gale respiró.

—¿Qué necesitan? Estoy en medio de un trabajo que me traerá buenos ingresos.

—Necesitamos que alcances a esos niños idiotas y logres que terminen el trabajo… ¡Ayúdalos a como dé lugar y que terminen de hacer la descarga del nuevo sistema! —indicó la otra mujer.

—¿Y cómo se supone que haré eso? En este momento deben de ser los más buscados… ¡No arriesgaré mi vida!

—¡Nadie te lo ha pedido! Sabemos lo “filántropo” que eres —indicó el director con sarcasmo —hoy se mantendrán alejados todos los Safers y Phantoms que están patrullando zonas y redes, pero es solo por hoy.

—¿Y esperas que yo los encuentre y los lleve a algún lugar? Piensas que soy el genio de la botella…

—¡Sabemos que te comunicas con la chiquilla esa! Guíala hacia alguna de tus tantas instalaciones tecnológicas,... sabemos que las tienes—. Dijo el Presidente con una ceja alzada. Gale sintió un frío cruzar su nuca, ese hombre siempre le crispaba los nervios.

—¡Entendido, mi Capitán! —mencionó haciendo el saludo de soldado—. ¿Luego qué?

—Los vas a reunir a todos ahí, que hagan lo suyo y cuando ya esté liberado el nuevo sistema, simplemente los encontraremos y acabaremos con ellos… como con todas las fuerzas rebeldes que han surgido antes…

—¡Cierto! Me olvidaba que no es novedad para ustedes.

—¿Qué?

—El exterminio…

—¡Adiós, Gale! Y que las cosas empiecen a salir como queremos, porque empiezo a perder la paciencia… ¡estoy seguro que eso no es lo que quieres! —desaparecieron los hologramas y Gale se quedó a oscuras y en silencio. 

Ya se había planteado que el final sería la muerte para todos, pero ahora que se lo confirmaban no estaba seguro de querer ver morir al que una vez quiso como hermano y a la que amaba desde siempre. Por el momento estaban fuera de peligro, podía llevarlos a la casa segura donde ya estaban los otros, pero si hacía eso, empezarían de nuevo a descargar el sistema; y no era la idea. Necesitaba tiempo, aún no había descubierto cómo detener esa descarga, pero si hablaba de eso con los chicos sabrían que él los había traicionado en primera instancia, ¿podrían entender que no tenía salida?

—¡Sr. Alcott! —se escuchó en la sala —se están retirando de la zona.

—¡Lo sé! Es parte del nuevo plan… Voy para allá.

»»——⍟——««

Brice y Dome se habían metido dentro de un auto, las lunas eran polarizadas y tenía unas llantas altas. Desde ahí observaban el movimiento, los Safers a lo lejos, pues se veían las luces de sus exoesqueletos; llevaban una noche más sin tener buena comida, agua o una ducha. Se sentían realmente exhaustos, pero se miraban y el estar juntos los hacía renovar energías, esa incursión peligrosa y sangrienta que estaban viviendo los iba uniendo con cada hora que pasaba. 

Descansaban abrazados, siempre estaban tomados de la mano, se daban caricias para levantar los ánimos. Estaban totalmente claros que no era momento para romance, pero esas muestras de afecto los consolaban, porque ya no estaban seguros de si saldrían con vida. Tenían moretones, golpes, la ropa desgarrada en algunas partes, la rebelión no los estaba tratando bien.

—Brice… ¡Brice! —susurró alarmada —se están moviendo—. Él estaba acostado y se había dormido por unos minutos mientras Dome tomaba la guardia. Llevaban un día entero fuera de los escombros, pero Gale no se había comunicado aún.

—¿Qué? ¿Hacia dónde? —preguntó nervioso, se había sorprendido con la llamada de Dome y el zamacón que le había dado.

—¡Hacia aquí! —dijo con la voz en un hilo —¡Se acabó, ya nos encontraron! —Brice se acomodó junto a ella y le pidió los anteojos de larga distancia nocturna  con lectura de calor integrada. Efectivamente, un grupo estaba tomando posiciones de ataque hacia donde ellos se habían ocultado,  y los demás se iban acercando.

—¡Calma! —dijo Brice, más que nada para sosegar a Dome, porque estaba seguro que morirían.

—¡Te amo, Brice! Siempre lo he hecho… es pésimo que haya esperado hasta estar cerca de la muerte para decirlo, pero… ¡ya sabes! —dijo llorando y riendo, al mismo tiempo.

—¡Yo también te amo! —no perdió tiempo en más palabras solo se acercó y la besó, sentía el sabor de las lágrimas, pues ella no dejaba de llorar, pero no importaba; era un último beso épico. Se abrazaron y ocultaron, esperando que el calor del plasma simplemente los calcinara o cualquier otra cosa, pero todo era silencio.

—¡Dome! —se escuchó desde la muñequera. Era Gale.

—¡Dios! ¿Qué ocurre?

—Logre emitir una señal errónea, ficticia de todos ustedes en otra zona. Los Safers se están retirando para buscarlos en ese lugar, salgan de inmediato y el auto los espera a 50 mt, te envío las coordenadas.

—¡Gale, eres lo máximo! —casi gritó ella, Brice solo observó acomodando sus cosas. Salieron del auto y empezaron a correr, de pronto ella se detuvo en seco y obligó a Brice a hacerlo también.

—¿Qué ocurre? —preguntó mirándola extrañado.

—¡Esto no cambia nada! —mencionó y se abalanzó sobre él y empezó a besarlo —¡Te amo!

—¡Yo también! —dijo feliz, sosteniéndola con el brazo alrededor de su cintura—. Vamos rápido, no sea que se den cuenta y regresen.

Llegaron a la camioneta y lanzaron un suspiro de paz y calma, fue como si toda la vida les saliera de los pulmones; ambos se miraron y comenzaron a reír. Les había tocado pasar días muy difíciles, pero juntos se habían sentido menos complicados, ahora se habían declarado amor y nada podía arruinar ese momento.

—¡Chicos! —inició Gale —los llevaré a otras instalaciones, no es buen momento para ir donde están los demás. La distancia es larga y tienen que pasar por las garitas, estas se encuentran ocultas a las afueras… en la Zona Nula.

—¿Por qué ahí? —preguntó Brice extrañado.

—Ha sido muy difícil engañarlos, y el tiempo es corto, la distancia más sencilla de abarcar es hacia ahí, ya que siguen en la Zona Uno.

—¿En cuánto llegaran los demás? —preguntó Dome.

—¡Confío que en unos días más! —respondió animado.

—¡Gracias hermano! —dijo Brice. Él y Dome se acurrucaron en uno de los asientos y se quedaron con los ojos abiertos de par en par hasta que llegaron al lugar que les había preparado Gale.

»»——⍟——««

Los tres chicos estaban sentados en una habitación blanca, Gale los miraba a través de la pantalla y aunque no estaba presente se sentía la tensión cortar el aire que respiraban. Y era de esperarse, pues llevaban algunos días sin tener contacto con nadie, Brice y Dome estaban incomunicados. La desesperación en sus rostros era evidente, pero el chico les decía que la mejor forma de mantenerlos seguros era así, pues estaban en una Zona donde los podrían encontrar con facilidad si la señal ingresaba al dispositivo de Dome.

Les contaba las cosas que sabía porque él se estaba comunicando por el Black Warm, por medio de una codificación binaria que había creado para contactarla. Carter se preguntaba por qué no les facilitaba la misma conexión, pero Gale le había comentado que estaba integrada en su computadora central y eso había mantenido a los chicos con cierta pasividad.

—¿Cuándo nos reuniremos con ellos? —preguntó Galah.

—No es tan fácil…, ustedes están seguros ahí, a ellos habría que llevarlos desde la Zona Uno hasta allá y con todo el despliegue de seguridad que hay desde el suceso, no llegarían muy lejos.

—¡Entendemos! Aún tenemos cosas que hacer… y pienso que lo mejor es estar todos juntos —dijo Enzo.

—¡Claro, lo comprendo! Haré hasta lo imposible para que eso suceda—. Les dio una sonrisa ganadora —Debo ir a una reunión, pero estaré en contacto muy pronto, Quyn los ayudará y me transmitirá sus necesidades.

—¡Gracias Gale! —dijeron Enzo y Galah. Por su parte, Carter no estaba muy convencido, sentía que él les estaba ocultando algo. 

En unos segundos Gale se quedó mirando el cristal y su reflejo en él, sentía que cada día los chicos iban confiando menos, que pronto podrían arruinarlo todo y no podía poner en riesgo todo lo que estaba haciendo, menos a su amada Dome.

—Sr. Alcott, ¿qué sucederá si ellos descubren que los otros dos están en la Zona Nula?

—Un sacrificio involuntario… Si consiguen a una parte del grupo, tal vez dejen de buscar a los demás.

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