El salón de clases estaba callado, todos estaban concentrados haciendo la tarea que la maestra había dejado en el pizarrón, antes de salir del aula para hablar con alguien. Bueno, en realidad no todos estaban tan concentrados, ya que había una niña que no podía dejar de pensar en Virgo, por alguna razón le preocupaba -Aunque, en realidad, no quería admitirlo-.

-Buenos niños, tengo que contarles algo- Dijo la maestra entrando otra vez.

Todos dejaron sus lápices y prestaron atención a lo que les iban a decir.

-Como todos saben, hace poco llegó una nueva alumna. Virgo- Todos asintieron sin entender muy bien las cosas- Bien, ella en este momento está pasando por algunos problemas, algo relacionado con su padre.

-¿Y nosotros que tenemos que hacer?- Preguntó uno de los niños.

-Lo que ustedes deberán hacer es tratar de ayudarla, sean cariñosos con ella, ya saben, para que no se sienta mal- Todos asintieron nuevamente y volvieron a sus tareas.

Pero ninguno sabía lo que en realidad estaba pasando en la vida de Virgo, no sabían lo que sentía en su pequeño corazón, o las cosas que pasaban por su mente.

Nadie en realidad lo sabía, no sabían que el padre de Virgo la había abandonado. No sabían como esto le estaba afectando emocionalmente, como la inocencia de su corazón estaba siendo remplazada por una incontrolable tristeza que crecía a cada segundo.

Nadie lo sabía.

N/A: Vuelvo a publicar este capítulo porque tenía fallos y no se leía todo.