05
Los Tres Libros
La mente de Malora continuaba perdida en sus propias preguntas y las nulas respuestas que obtenía a cambio, cerró su cuaderno de dibujo, se levantó de la banca y camino en busca de las mellizas, aquella mañana tenían práctica en el campo de Tourney, ambas eran porristas del equipo, Malora prefería otro tipo de actividades.
Atravesó un gran campo de césped verde, mientras el viento le enbarañaba su cabello negro, se llevó un mechón detrás de la oreja y después ambas manos a los bolsillos de su chamarra. El otoño no tarda en ocupar el lugar del verano y la luz solar lo refleja. Malora vio a las chicas practicar a lo lejos, por lo que optó esperar en las gradas.
Las jóvenes no eran las únicas en el campo, los miembros del equipo de Tourney también se encontraban practicando, sus ojos encontraron rápidamente al chico de cabello cobrizo, se veía… bien, sus movimientos, su forma de dar indicaciones, de correr para bloquear al otro jugador.
— ¡Sophie, estás mal de nuevo! ¿Cuántas veces tengo que explicarte el mismo movimiento? — Malora regreso la vista a las chicas, la chica rubia que gritaba ya la ubicada de antes, el primer día de clases se había acercado para hablar con Benedic. — ¡Toda la coreo de nuevo!
Un silbato la hizo regresar la vista al frente. — ¡Hadriel, es falta! — gritó el entrenador, Colin estaba en el suelo algo adolorido, Benedic lo ayudaban a levantarse.
— ¿Aprovechando la vista? — preguntó Lauren riendo y tomando agua.
— ¿Qué? No, las estoy esperando. — comentó sonriendo. — ¿Sucede algo?. — le pregunto a Sophie.
— Cassandra está más insoportable que nunca. — dijo con fastidio. — pero olvidémonos de eso, tengo mucha tarea que hacer, necesito ir a la biblioteca.
— Bien, te acompaño. — dijo Malora sonriendo.
— Sigo aquí, saben. — comentó Lauren colgando su mochila en el hombro derecho. — pero me incluyo.
El joven príncipe las observó irse. — Invítala a salir, no pasa que solo no quiera. — la comentó Jonnie, el príncipe negó.
— Eso mismo debería hacer Colin con Lauren. — dijo Benedic echándole una mirada al chico de cabello rizado, a quien le cambió el color de la cara rápidamente. — Ve como se pone.
— Es distinto. — se defendió. — además para ella solo soy algo así como su primo.
— ¡Mira Lauren encontré una copia del fantasma de la ópera, casualmente la edición limitada en pasta dura que buscabas! Bro no durmió por conseguirle el estúpido libro. — dijo Jonnie divertido, Benedic rió.
— Era su cumpleaños. — se justificó. — y no es estúpido.
— A Soph solo le diste un llavero de Taylor Swift. — contradijo Jonnie riendo de nuevo.
— Es su cantante favorita. — comentó Colin algo cansado.
— Basta chicos… — dijo Benedic riendo.
— No basta tú de negar que te atrae Malora, digo a quien no, es bonita, además escuche que Hadriel planea invitarla a salir…
Malora se encontraba en la sección de Magia en la biblioteca, su cabeza seguía dando vueltas y no comprendía la razón, ningún libro le resultaban altamente atractivo, por supuesto los verdaderos libros de magia no estarían resguardados en una escuela.
— Por más que intentes no verte como un acosador, te sigues viendo como uno. — comentó Malora riendo, cerró otro libro y lo acomodó en su lugar. El príncipe también acomodo un libro en su lugar, después se acercó a la pelinegra.
— Lo siento, no quería, solo estaba por aquí viendo libros sobre cómo… — leyó el título del libro aun tenía en sus manos. — hacer hechizos para dejar de ser intolerante a la lactosa…
— Interesante. — respondió Malora riendo.
Benedic hizo una mueca y regresó el libro a su lugar. -- ¿Cómo supiste que estaba aquí?
— Bueno solo pregunte por las mellizas…
— Acosador. — dijo Malora tomando otro libro.
— No, solo fue casualidad… ¿para qué sirve? — pregunto agarrando el cristal qué le colgaba a la joven del cuello. Malora lo miró y sonrió algo sarcástica.
— Que atrevimiento, no debes tocarlo o se impregnara de tu energía. — Benedic lo soltó. — de igual manera ya lo tocaste.
— Lo lamento es ¿Es malo? — Malora asintió.
— Ahora haré que te enamores de mí. — las mejillas de Benedic se tiñieron de color rojo, Malora se echo a reír. — Es broma, amatista, los griegos y los romanos creían que los protegía de emborracharse, mi abuelo cree que es una tontería.
— Es un poco…
— Tonto, admitelo. — dijo Malora riendo.
— ¿Qué buscabas en la sección de Magia? — preguntó Benedic con curiosidad, la pelinegra se encogió de hombros. — Es sobre el libro de Maléfica ¿verdad?
— Tal vez… no creo que sea el libro más poderoso honestamente, debe haber algo … — Benedic observó el estante.
— Bueno no, no lo es. Existen dos libros más, uno le pertenecía a la bruja del Mar, Ursula y el otro a la Reina Malvada, los tres conforman uno solo, era conocido como el libro de los condenados. — explicó despertando aún más la curiosidad en Malora.
— ¿Cómo sabes todo eso? — pregunto Malora elevando una ceja.
— Las respuestas están en los libros, pero tienes que descubrir exactamente en cuales. — Malora asintió lentamente, Benedic rió. — Leo mucho.
— ¿Quién les dio ese libro? — preguntó Malora con interés. — ¿Por qué lo dividieron en tres?
Benedic sonrió.
— Buena pregunta, ambas son buenas preguntas, según leí ellas no dividieron el libro en tres, lo hizo un hombre llamado Rumpelstiltskin. La leyenda cuenta que puedes pedirle cualquier cosa pero a cambio habrá un precio que pagar, nunca es algo bueno.
— ¿Qué te llevó a investigar sobre él? — pregunto Malora de nuevo.
— Espero que no tengas en mente buscarlo.
— No, por supuesto que no. — dijo rápidamente. — ni siquiera sé porque estoy buscando sobre esto…
— Estás en Auradon, supongo que es normal. — respondió Benedic alegre.
— ¿Manipulas algún tipo de magia? — preguntó mirándole de nuevo, Benedic se quedó pensativo, nunca lo había pensado.
— Creo que soy más propenso a recibir una maldición a tener magia.—Malora río. — hablo enserio y ¿Qué hay de ti?
— Quiero pensar que estoy más propensa a tener magia a recibir una maldición . —Benedic volvió a reír. — Buena suerte con la lactosa. .
—Oh, bueno eso no… —Malora volvió a reír, se dio la vuelta y desapareció por el pasillo, Benedic se recargó en el estante. — hechizos para dejar de ser intolerante a la lactosa, que idiota…
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro