—LA PRINCESA VALIENTE XLIX—

— entonces, ¿No puede? —

Durante la noche de ese mismo día, Ryan acudió a mi cuarto, quejándose de todos los cuestionamientos de Tristán y que era difícil no hacerle una broma sin que él se enojara, porque no sabía cómo explicarle, además que no le había mencionado que era hijo de la reina roja, porque eso implicaría una enemistad, también dijo que Allice había llamado a la reina Mirana y que mañana mismo, ella también llegaría.

De paso, Diaval anunció que habría una fiesta, en la noche de mañana por lo que no habría clases y sería más bien arreglos para la fiesta, darían una conmemoración a todos los jóvenes implicados en la misión, claramente nosotros, pero aún así, había un problema vigente.

— ella, sólo dice que… para ella es imposible —no me atrevía a decirle a Ryan que un acto de afecto, sería suficiente para romper el hechizo, porque ¿Y sino lo era? No quería esperanzar a nadie, pero también tenía miedo de que si realmente no fuéramos el uno para el otro, el hechizo no funcionaría. Ya había leído con respecto a eso y realmente era difícil de creer.

— entonces, solo queda que la reina haga su aparición, ella cree que puede hacerlo —

— tal vez sí —la reina Mirana, seguro ella podría, después de todo, era más capacitada en cosas  que yo.

O al menos eso quería creer.

Ryan frotó su cara y bufo— ¿Crees que podría dormir aquí contigo? —

Alcé mi ceja expectante, mientras veía a Ryan frente a mí.

— ¿Es una broma? —

Desvío por un momento su mirada y luego la volvió— bueno, al principio sí, pero ahora que lo pienso, creo que sí te lo pido en serio, Peyton dormirá en nuestra habitación y no quiero dormir con Peyton —

— yo no quiero dormir contigo —

— bueno, dormiré con Diaval —

— Diaval no duerme, Ryan —dije con obviedad.

Era claro que un Guardián jamás dormía. Pero Ryan no lo sabía y estaba claramente sorprendido.

— ¿Todo este tiempo? —

— Diaval siempre está alerta, se queda en el pasillo o a veces entra al cuarto y se sienta a leer, pero nunca duerme —

Ryan bajó su mirada— ya se me hacía raro que Diaval no estuviera en una habitación —

Diaval rió por lo bajo parado a un lado de la ventana, mientras yo lo miraba desde mi silla y Ryan permanecía apoyado en mi cama.

— bueno, haz magia y pon un colchón, me conformaré con eso —

— puedo hacerlo en tu habitación —

Ryan rasco su nuca— realmente no quiero dormir allá —

Ladee la cabeza y suspire— no puedes dormir en mi cuarto ¿Y si te descubren? Eso está contra las reglas —

Apunte con severidad para que entendiera, pero Ryan sonrió de lado.

Y reconocí de inmediato esa sonrisa, una sonrisa lujuriosa y de villano y entonces pronunció.

— ¿Desde cuándo seguimos órdenes? —

Hijo de villano siempre, desobedientes desde la cuna.

Suspire con pesimismo— no te atrevas a usurpar en mi cama, conformate con el colchón —masculle con pesimismo, aceptando mi derrota y dejando que durmiera aquí.

— por cierto, Diaval —llame la atención de mi guardián y este atendio— mañana iremos a la isla, debo corroborar que todo esté bien, además —baje mi mirada, aún insegura de la decisión— tengo asuntos que tratar con Hades —

Porque realmente, el único que podría resolver mi situación con Luna, era Hades, debía confrontarla, para dejar de sentirme oprimida por su alma y que descansará en paz, Hades, era un experto en las almas, no cabía duda que él ayudaría.

— CÓMODO E IMPROVISADO, UNA CAMA EN EL CUARTO —

Un hechizo vago, pero para nada malo, porque en un santiamén, una cama muy acogedora apareció frente a mí, espaciosa, pero a la vez ajustada al tamaño en el que se encontraba.

Ryan corrió a ella y se tiró sin pensarlo, solo ví cómo la cama se contraía y una sonrisa de Ryan aparecía en sus labios.

— bueno, espero que no me molestes, dormiré —masculle entre dientes, yendo a mi cama y sacando mis zapatos, pues con un desliz de mi dedo termine cambiando mi ropa por una pijama.

— eso no es nada sexy —

— ¿Quién dijo que quiero lucir sexy? —regañe a regañadientes, sin mirarle y metiendome en la cama.

Me arrope hasta arriba, suspirando y cerrando mis ojos, esperando a que Ryan no hablara. Pero, al cabo de unos minutos, lo hizo.

— ¿Meido? ¿Estás despierta? —me hundí aún más en mi cama y me revise a responderle, pero Ryan volvió a hablar— ¿De verdad se durmió tan rápido? —

— mi señora concilia el sueño rápido, príncipe —Diaval ayudó en mi estrategia, cuando él mismo sabía que yo no conciliaba el sueño tan deprisa, a veces lo escuchaba leer y otras me limitaba a investigar hechizos o practicar con mis poderes.

— vaya, no sabía eso de ella, debió ser porque pasó años en una caja, es tan anticuada —obtuve la paciencia necesaria para retener mi odio en cuanto lo escuché diciendo tonterías de mí.

¿Qué tenía yo de Anticuada? Era tan normal que cómo las demás.

— todos hemos pasado cosas difíciles, príncipe —

— sí, algunos cosas peores —

El resto de la noche Ryan se enfrascó en una conversación con Diaval, dónde Diaval solo comentaba y Ryan era el de las ideas. 

— ¿Cuál es tu color favorito Diaval? —

— diría que el rojo, príncipe —

— vaya, tienes buenos gustos, el mío también es el rojo, es pasional y rebelde ¿A ti por qué te gusta el rojo Diaval? —

Diaval demoró minutos en responder, pero lo hizo.

— usted dice que el rojo es pasional y rebelde, yo digo que el rojo es protector y valiente, es lo que me define —

— vaya,  buen punto, ¿Cuál crees que sea el color favorito de Meido? —

— diría que el morado, príncipe —

— ¿Morado? —

Realmente, el morado no era mi color favorito, pero seguro por usarlo tanto, llegaban a pensar que si lo era. Ryan pensó en la respuesta de Diaval y después de cuestionarse respondió.

— no, creo que es el negro —

… 

Siempre supe que Ryan conocía de mí, pero no sabía que también mi color. Aunque ahora que lo pensaba, jamás le dije a nadie que color me gustaba, pero Ryan… él…

— Diaval —

— príncipe —

— ¿Sabes hermano? Jamás había tenido una conversación contigo, pero se ve que eres bueno charlando —Ryan suspiro— envidio el amor que se tienen Meido y Tristán, ambos, se aman, eso lo sé, Tristán está enamorado de ella y Meido, algo en ella ha cambiado desde que está con Tristán, para nosotros los villanos es difícil demostrar nuestros sentimientos —Ryan...— pero Meido, a ella le gusta ese chico y yo… algún día quiero encontrar a alguien que me ame así, quiero encontrar a una chica, que no tema decir lo que piensa, que en ocasiones rompa las reglas, que sonría y el mundo brille, que sea valiente, que no tema escapar conmigo, ¿Crees que pueda encontrar a alguien? — 

— solo el tiempo lo dirá, príncipe —

Un amor como el de nosotros… si tan solo Ryan supiera cuánto miedo tenía de que… Tristán no volviera, que me sentía insegura, que la idea del hada madrina aún rondaba en mi cabeza, pero no creía que algo así funcionará.

— quiero a alguien como la princesa Sofía, no sé si la hayas conocido, pero con la personalidad de la princesa Alia, a ella si la has conocido —

— seguro, príncipe —

— desafortunadamente temo decir que espero encontrar a alguien como Meido, es la que mejor cuadra, pero ella y Tristán, oh hermano, si que los envidio, en la isla era guapo, tenía chicas tras de mí, desgraciadamente no eran mi tipo, excepto Meido, durante estos dos años atrás tuve la mala suerte de no conocer a nadie, por lo de la pelea en Auradon y mi tiempo en Marmóreo y Crims, el viaje que hice a Encantia y Arabia también me hizo estorbo, pero aún haciendo tantos recorridos, no logré conocer a nadie —

— a veces, el amor llega cuando menos te lo esperas —

— ¿Te has enamorado, Diaval? —

— mi especie no tiene ese sentimiento de amor, lo más parecido que tenemos es la lealtad, servir a nuestros amos sin condición, dedicar nuestras vidas a ellos —

— yo quiero enamorarme, Diaval, enamorarme de verdad —