-LO QUE SOY XL-

— ¿ahora qué? me tienes apresada —fruncí mi ceño al verla sentada en el suelo con cadenas sujetándola.

Me recordaba a mí antes, cuando estaba apresada mi alma y el hechicero me podía controlar.

— así que esto hacen las drogas que me daba Maléfica —masculle mirándola a la lejanía, pues me era imposible acercarme.

Ella gruñía con desprecio— esto no se quedará así —

Guarde silencio a su comentario. Pero ella volvió a gruñir y bajo su mirada— tú no mereces nada de esto —guardó silencio— yo lo merezco —masculló casi para el olvido— es MI vida —dijo con odio— no la tuya, tú arrebataste todo lo que amaba —

— ¿crees que quería esta vida? —cuestione frunciendo mi ceño.

Me echaba la culpa de algo que no era cierto.

— ¿quién no la querría? —

Fruncí mis labios, yo no pedí vivir, sin embargo, Maléfica me trajo.

Maléfica me trajo y le arrebató el cuerpo al alma de una niña, dándole cabida a mí, siendo nada más que un montón de masa de odio y venganza, lista para destruir cualquier aldea, pero no solo eso sucedió, porque a raíz de estos años... esos sentimientos se transformaron y se fusionaron con otros más, creándome un corazón, un sentir, apareciendo el amor y la felicidad.

— ¿cuál es tu nombre? —levante mi mirada a ella.

Por un momento se resistió, pero ,luego una sonrisa aprecio y levantó su mirada desde lo bajo— no te dejaré en paz tan fácilmente —

— he preguntado que ¿quién eres? —no quería nada más.

— ¿mi nombre? princesa —pronunció, fruncí mi ceño, pero ella sonrió— soy Luna, Luna Collins —

Luna... ese nombre... ¿donde lo había escuchado antes?

Luna... Luna...

— pequeña y traviesa Luna, ¿a donde vas? —esa voz venía tras de mí, mire a la chica con el nombre de Luna, pero ella mantenía su cabeza por lo bajo— no corras pequeña —fui yo la que hice caso al llamado y vi la apariencia de un hombre, corriendo hacia mí, por instinto corrí, pero también reía, sentía un sentimiento de felicidad y nervios, no quería que me atrapará, quería... seguir... corriendo.

— nunca me atraparán, seré libre como un águila —salté con las manos extendidas y seguí mirando al frente, corriendo lo más rápido que podía.

Era tan pequeña, pero era tan feliz.

Era... Luna...

Era mi pasado.

Y luego, corría hacia una luz blanca que me cegaba, cerré mis ojos con fuerza.

— A despertar bella durmiente —gruñi.

Estaba en mi cama, era la voz de Dizzy, gruñi y di un giro en la cama, no quería levantarme.

Ella había abierto las ventanas.

No quería levantarme, era mejor seguir durmiendo, ¿por qué no podían entender eso?

— vamos Meido, llegarás tarde, me harás llegar tarde —se sentó a mi lado y me sacudió con fuerza— Meidoooo —no Dizzy, no hagas eso.

Gruñi con odio y me volví a la cama para quedar frente a ella, abrí mis ojos con pesimismo— déjame en paz —pronuncie con sueño.

Pero a ella eso no pareció importarle y con una sonrisa se levantó y dijo— no puedo, hoy es mi primer día en la preparatoria Auradon, oficialmente soy una estudiante —dijo con orgullo y sus manos en jarra a su cadera, mientras estaba parada frente a mí.

La mire con sueño, pero ella estaba soñando en su propio mundo.

— hmm —geste— suerte en tu día —me tape con la sábana hasta la cabeza.

Por un momento sentí silencio, pero después— MEIDO —grito.

Me levanté de golpe y me senté sobre mi cama con el ceño fruncido— pero ¿que te pasa? —

Sonrió y caminó hacia la silla que en la noche no tenía nada, pero que ahora ella había traído algo y lo tenía sobre ella— aquí está tu atuendo para hoy —fruncí mi ceño, con solo verlo de reojo, me daba aires de que no era para nada principesco.

— ¿segura que es ese? —ella sonreía, pero luego me miró extrañada— ¿no te gusta? —fruncí mi ceño y me levanté.

— no, no quise decir eso, es solo que.. —lo tome en manos y bufé, de verdad no era nada principesco— es tan... no estilo princesa —dije mirándolo y luego a ella— pensé que me tirarías un montón de crinolina encima y esponjosidad y ya sabes, todas esas cosas que me sofocan —

Ella sonrió de lado y se acercó un poco más— lo pensé al principio, pero —alertó— no es tú estilo y no quiero que te veas como las típicas princesas —sonreí de lado— eres LA princesa Meido, eres la nueva generación de princesas que no siguen los estatutos de usar crinolina, ni nada de eso, eres la princesa que romperá esos estereotipos —dijo soñadora— pronto serás el furor en la moda de princesa —bueno, ahora estaba demasiado soñadora.

Chasquee la lengua y me crucé de brazos, pero ella seguía en su mente.

Volví mi mirada al vestido y sonreí, me gustaba, se veía muy... no principesco.

— bueno, siéntate —fruncí mi ceño en cuanto tomó mi mano y sacó el vestido, sentándome sobre la silla y yéndose con el vestido, quise mirar que hacía pero regresó empujando la silla hacia el espejo— ahora mírate —alce una ceja.

— sí, estoy recién levantada, Dizzy —

— me refiero a este estilo, míralo —asentí. Me veía igual que siempre— pronto, surgirá una nueva Meido, una que todos verán con asombro y envidia —

— la envidia no es buena —sugerí como el hada madrina.

— pues ellos la sentirán, admiraran este estilo nuevo tuyo, te verán como una chica que rompe las reglas —

— ya me ven así —masculle

— pero, una chica que rompe las reglas y crea unas mejores —fruncí mi ceño.

— ¿todo eso hará un estilo? —

Entonces me giró hasta quedar en contra del espejo y frente a ella— el estilo lo es todo, querida —dijo convencida.

— si tú lo dices —mascullé.

— bien, hora del cambio, luego tengo que ir a arreglarme a mí —asentí—oh por cierto —fruncí mi ceño— necesitare un poco de tu magia también —

—¿mi magia? —

— sí —dijo emocionada.

¿Qué iba a hacer esta chica?