-LO QUE SOY VII-

Entonces la tomó en sus manos e hizo un amago con sus labios— oh, eso —masculló pesimista sentándose sobre la cama— no pude hacerlo —masculló con pesimismo.

— ¿como no? —estaba enojado.

— es que justo cuando se lo iba a decir, Diaval vino y la llamó —dijo con fastidio.

— LE HUBIERAS DICHO QUE SE FUERA —

— se lo dije —alzó sus cejas y se levantó— pero después que volvimos a estar solos, llego Allice —estrelle mi cabeza contra mi mano.

ESTO NO PODÍA SER POSIBLE.

— ¿cómo supiste sobre esto? —cuestiono Tristán con el ceño fruncido tras de mí.

Suspire y lo mire de reojo— que me digas que te ayude a elegir una joya de tu querida madre no es algo común, Tristán —dije con obviedad— además, pasaste dos horas ahí dentro diciendome los pro y contras de cada joya —

— sí, es que quería que fuera sorpresa —suspiro rendido.

— no sabes hacer sorpresas, amigo —

— lo sé —

Siempre era así de descuidado.

MEIDO

Una semana después y ya había terminado mis clases de buena conducta, ¿quieren saber el resultado? las logre pasar muy bien, así que era un alivio, mi clase extracurricular acabada, ahora debíamos encargarnos de los preparativos para la bienvenida, tanto Gil como Harry y Uma se habían vuelto a la isla, Celia y Dizzy ya formaban parte de la generación pasada de "VK" en Auradon, creo que eso fue cuando no estuve, sí, lo sé pasaron muchas cosas desde que no estuve, desde ataques en Auradon por culpa de una carta guardada por Maléfica, hasta que Uma se volvió buena y ahora es la embajadora oficial de la Isla de los perdidos, trabaja juntamente con Mal para establecer mejoras en la isla.

Habíamos sido repartidos en tres partes, una estaría encargada de la recepción en la parte trasera del castillo, donde le daríamos la bienvenida tan esperada, la segunda estaba dentro de castillo mismo, decorado por dentro y el tercero se encontraba en la parte delantera, donde se encontraba mi persona, junto con otros estudiantes que ya habían llegado de los reinos vecinos, también Diaval se ofreció a ayudarnos, aún no siendo un estudiante.

En cuanto a Tristán, se vio en el grupo primero, por lo que estaba cruzando el castillo junto con Ryan, en cuanto a Mal y Ben, seguramente estaban atendiendo cosas reales.

Tristán me había dicho que había estado sumamente ocupado con cosas de la realeza porque quería venir a Auradon en el viaje que haría Ryan, ya que la carta que le llegó a Ryan era solo para que asistiera él, como hijo de villano debía rendir en las clases de buena conducta, pero Tristán también quería aprovechar y venir junto a él, en mi interior agradezco profundamente eso. A su viaje claramente se les sumó Allice y Andy, inevitablemente esas dos vinieron también, muy pocas veces me había topado a Allice y Andy, porque la mayoría del tiempo estaba con Tristán, otras estaba con Mal, cuando tenía tiempo e iba a su despacho, en pocas ocasiones me encontraba con Andy, quien insistía en que viera el sombrero que su papá había diseñado para mí y en otras como seguidamente me encontraba con Dizzy y Celia, aunque Dizzy hablaba más con Celia, me tomaba de experimento a mí.

En lo que acabaron las clases, tanto Gil, Harry y Uma desaparecieron de Auradon, volvieron a la isla, esperando a que oficialmente fuesen traídos por la limusina como estudiantes nuevos de Auradon.

Ellos eran estudiantes nuevos, ¿loco no? y aunque Uma y su séquito fueran estudiantes de Auradon, no cruzaba palabras con ella, prefería mantener la distancia lo más posible.

Bajé las escaleras en que me había subido para poner el decorativo que iría en la parte principal, una guirnalda de la insignia de la preparatoria.

Sacudí mis manos— gracias Meido —la chica rubia agradeció y guardó las demás.

— ¿seguro que con eso será suficiente? —

— es lo justo, la decoración debe ser solo lo necesario, no debemos abrumar —parecía hablar como toda una científica, aún sabiendo que se trataba de unas simples guirnaldas.

Asentí ante su teoría.

— Oh no, esa figura está dañada —una voz tras de mí me hizo levantar mi mirada.

Fruncí mi ceño y vi como la cara de la Bestia lucía completamente deforme. Rasqué mi nuca— tendremos que poner otra, no podemos dejar eso así —nuevamente la chica habló, la mire y ella empezó a sacar nuevamente las guirnaldas.

Eso demoraría mucho, mientras cortaba y desenrollaba.

— déjame arreglarlo yo —apunte mientras subía a la escalera nuevamente.

— ¿cómo lo harás? —

Dirigí mi mirada hacia ella y sonreí de lado— con algo de magia —guiñe un ojo y volví mi mirada, para poder arreglar lo que estaba destruido.

Hacía ya una semana que no usaba un hechizo pequeño.

Un cambio deseo, con este hechizo renuevo el sello

Abrí mis manos, desprendiendo un pequeño destello morado con verde que abrazó la figura del escudo, una vez hecho eso la imagen de la bestia se fue modificando hasta quedar como las demás.

Perfecto.

Sonreí y lado.

— bien, ahora baja —la voz de Diaval, sonreí de lado con mi trabajo y decidí obedecer lo que decía, pero fue en un traspié tal vez o un momento en que me desubique, exactamente no supe cuando, mis manos fallaron en tomar el siguiente escalón para bajar en la escalera y mis pies no tuvieron el suficiente tiempo para mantener mi cuerpo levantado sobre ella, que termine desprendiendome por completo de esa escalera.

Solo me ví en cámara lenta y luego todo negro.

— pequeña traviesa, ven con papá —

— PAPIIII —

Pa... pá...

— Meido, despierte, despierte, mi señora —la voz de Diaval, fruncí mi ceño e hice un amago.

— te he dicho que no me llames así —mascullé con pesimismo, tomando mi cabeza y levantándome.

Abrí mis ojos y lo primero que descubrí fue la mirada de Diaval y luego un par de personas más detrás de él.

La cara de Diaval me mostraba lo preocupado que estaba.

¿Qué me había sucedido?

Aún así fue Diaval el que me ayudó a levantarme y dijo que todo estaría bien, tomando mi mano y tocando mi frente.

— estoy bien —masculle con pesimismo, sacudiendo mi ropa.

— ya llamamos a la reina Mal —pare de limpiarme en cuanto un chico dijo ello señalando su celular asustado.

Abrí mis ojos de golpe, ¿por qué llamaron a Mal? bufé y termine de limpiarme.

— estuvo inconsciente por quince minutos, Meido —asentí ante Diaval.

Jamás me había pasado esto.

— será mejor que vaya a descansar —ahora la rubia sonreía con compasión y tocaba mi hombro— ayudaste mucho Meido, desde aquí podemos terminar —fruncí mis labios y asentí.