-LO QUE SOY LI-

BEN

Tome camino hacia la última habitación antes de irme, seguro Meido seguiría dentro de su dormitorio.

— la decisión que está tomando puede ser muy arriesgada —

La voz del príncipe Felipe siempre era contraria y también contradictoria, justo como lo recordaba, pero al final sería mi decisión.

— tomar a los chicos y dejarlos que hagan eso, sería como enviarlos a una guerra sin protección —

Mientras que la reina Cenicienta se preocupaba de igual forma.

— la decisión de destruir la barrera para una segunda oportunidad fue una muy mala idea —la reina Blancanieves me miraba destrozada, sentada sobre su silla— son villanos, jamás cambiarán —

Recuerdo que la mire con nostalgia y le dije— ¿jamás cambiarán? ¿qué dice de mi esposa? —Mal estaba a mi lado— ¿qué dice de mi consejera real? —Evie mantenía su firmeza en la puerta de la sala— ellas vienen de allá y tal como estoy haciendo con los hijos de los villanos ahora, así que no cambiaré mi decisión, porque son niños que no tuvieron la culpa de lo que hicieron sus padres —

La mesa había quedado en silencio— y... su punto es que... embarque a unos NIÑOS —el rey Naveen se asentó en "niños"— a que desenlazan esta pelea y detener a los seres invasores —aclaró aún sentado en su asiento.

Sí, lo sé nadie estaba de acuerdo con esto, pero sentía que era lo que debía hacer, pero el Rey Naveen se levantó y suspiró— ¿desde cuando se volvió tan susceptible a aceptar opiniones de los demás? Rey Ben —se acomodo su saco y me miró con soberbia, fruncí mi ceño— apuesto a que estos niños les dijeron que ellos lo harían, claro una vez que derrotaron a una bruja demonio, piensan que podrán hacer lo demás —

— ¿qué dijo? —detuve a Mal con mi mano, mientras sentía como su ira estaba recorriendo— mi madre no era ninguna bruja demonio —

— pues esos niños están más que dispuestos a salvar a Nunca Jamás y también a detener la amenaza, rey Naveen —respire hondo— su reino también fue atacado —

Pero Naveen sonrió de lado— sí y se acobardaron y huyeron —fruncí mi ceño.

— mi hermana dio su protección, mientras usted iba y se ponía su armadura, ella lo hizo —se excuso Mal, pero justo entonces el Rey Naveen alzó su dedo y sonrió satisfecho.

— primero que todo, reina Mal, usted está aquí como testigo de esta junta, no tiene derecho a hablarme de esa forma —

— es la reina de Auradon, también tiene voto de hablar —masculle con recelo— que no se le olvide, Rey Naveen —

— segundo —me obvio— esa princesa —hizo una mueca de desagrado— sino le conociera diría que los villanos pronto tomarán poder sobre nosotros, ya que una es reina, la otra es princesa —

Todos murmuraban, fruncí aún más mi ceño— ¿está dudando de mi elección? ¿duda de MI familia? —

¿Cómo era posible que hablará de ellas así, sino fuera porque Mal me estaba sosteniendo, juro que...

— no lo dije yo —retrocedió— en tal caso, es su decisión, pero lo que no tomaré es que invadan también mi reino de esa forma —

Alce mi cabeza con autoridad— ellos lograron más que nadie, salvaron Auradon, se arriesgaron a perderlo todo, no lo olvide, estaban a punto de destruir su palacio sino hubiera sido por Meido y Mal, quienes detuvieron a su propia madre por nuestro bien, así que un poco más de respeto para la princesa de Auradon —

— muy salvaje a decir verdad —masculló con desprecio.

Recuerdo que recorrió un frío por mi nuca y un escalofrío me impulsaba a querer matarlo, respire hondo y dirigí mi mirada a todos— esto es una reunión para que estén anuentes a mi decisión, no para decidir lo que haré —trague fuerte— pero se les agradece sus comentarios, pueden retirarse —

— pues se arrepentirá de esa decisión, Rey Ben —fue lo último que dijo el Rey Naveen, antes de irse.

Suspire frente a la habitación, mientras trataba de sacar mi ira de tan solo recordar esa reunión, negué con mi cabeza y termine tocando la puerta.

Sonreí de lado.

La puerta fue abierta por la hija de Alicia y sonreí aliviado— princesa Allice —dije a lo que ella correspondio con una reverencia.

— Rey Ben —y alzando su mirada induje una ceja alzada que me cuestionaba, el por qué estaba ahí.

— solo vine para decirle sobre la reunión que habría, dentro de una hora en el museo de historia —ella frunció su ceño.

— ¿Reunión? —sí, sé que no sonaba convincente.

— sí, es sobre la decisión del viaje —

— ah —masculló mirándome de arriba a abajo, para después respirar hondo y decir— no estoy interesada en ningún viaje, es claramente un error que intenten ir allá así, sin tener ningún plan, solo me quedare y terminaré mis estudios como es debido —

— pero... los príncipes Tristán y Ryan y la señorita Andy... —

— lamentablemente no puedo cambiar su parecer, pero aún así no quita la mía, como dije ante es un error que se está cometiendo solo porque Nunca Jamás está en peligro —

Desvié mi mirada sin entender— es la razón por la que... —

— Mis disculpas, pero no iré a ninguna reunión, ni viaje, comunicare a la reina de esto, pero no haré más de esto —y sin más cerró la puerta en mi cara.

Parpadee unas cuantas veces y rasque mi nuca con mi mano libre, creo que no iría.

Respire hondo que me salió como un bacilo.

Salí de ese pasillo, aún debía informar a alguien más.

MEIDO

Secaba mi cabello con una toalla, al tiempo que terminaba de ponerme las medias por causa del frío que hacía por las noches.

Pues tan mal acostumbrada me había puesto, que cualquiera sensación pequeña me incomodaba.

Suspire rendida sobre la silla mientras trataba de relajarme después de un día como hoy, pero parece que el destino no tenía eso en mis planes.

La puerta fue tocada. Fruncí mi ceño.

¿Quién podría ser a esta hora?

Me surgió que tal vez sería Diaval.

La puerta se volvió a tocar, me levanté y tiré la toalla sobre la cama, abriendo la puerta y llegando para abrirla con una incógnita en mi cabeza.

Pero era Ben quien con un casco en su mano derecha y una sonrisa llegaba a mi puerta— ¿estás bien? —alce una ceja al verlo y sonreí de lado.

— sí, eso supongo —masculle cruzando mis brazos— ¿irás a dar un paseo nocturno? —

Rio por lo bajo y negó con la cabeza— bueno, debo regresar a casa, me quedé hasta tarde atendiendo unos asuntos —suspiro cansado, demasiados asuntos, parecía.

— pobre Rey —masculle, pero una sonrisa aprecio.

— sí —rasco su nuca, estaba nervioso.

— ¿qué te trae por mis aposentos? —fruncí mi ceño al ver que quedaba en silencio.

Parpadeo unas cuantas veces y asintió sonriendo— es cierto, esto —sacó entonces su bolsillo algo que hacía mucho ruido y sonrió más— supongo que lo necesitarás, justo como lo pediste —las llaves del museo tintineaban frente a mí.

Sí.

— gracias —mascullé tomandolas.

Necesitaba ir allí.

— ya le dije a Gary que irías, así que no se asustara ni nada, me encargue de que esté exclusivamente solo para ti —tierno, entre cerré mis ojos y asentí.

— buena idea —

— espero que encuentres lo que buscas —apoyo con certeza.

Asentí y sonreí, pero mi mirada se dirige a su barba, aún la tenía, hice una mueca— deberías quitártela —

Frunció su ceño, claramente no sabía a qué me refería.

— ¿Qué? —

Me apoye en el umbral de la puerta y sonreí de lado— la barba, deberías quitártela —

Sonrió y tomó su barba— ¿no te gusta? —

Alce una ceja— es muy robusto —masculle.

El rio y negó con su cabeza— bueno, la próxima puede que no la tenga —

— eso espero —indique complacida.

— bueno, primero le diré a Mal a ver que piensa —aclaró retrocediendo— por cierto, debo irme, aún tengo cosas que hacer y Mal me espera —una leve reverencia— que tengas unas buenas noches, Princesa Valiente —y procedió a irse por los pasillos.

Lo vi irse, pero por instante dude en llamarlo, ha cambiado tanto, pero seguía igual de bondadoso y generoso.

Que dolor de cabeza.

Mire las llaves en mis manos y las aprisione, ahora sí, iría a verla.