Descendientes - Lo que soy ahora
-LO QUE SOY II-
INTRODUCIR LA CANCIÓN DESDE EL INICIO
— Maravilloso —las tres estaban encantadas.
Sonreí de lado y rodeé los ojos caminando en dirección al espejo.
Mire mi reflejo, viendo cada parte del vestido, nada mal. Me veía totalmente como...
— tal cual princesa —dijo Dizzy a mi lado encantada.
La mire y no pude evitar soltar una risita.
— bueno, no quiero arruinar el momento, pero Meido, son las doce y tres —abrí mis ojos de par en par y voltee mi mirada a las chicas, Mal desvió su mirada rascando su cabeza y Evie simplemente se limitaba a mirarse en su espejo.
Bufé y corrí fuera, dejando de lado el hecho del enorme armario rodeándolo, pare en la puerta y gire— eso —señalé el armario— debe estar fuera de mi cuarto cuando regrese —indique con una ceja alzada.
— seguro —respondió Dizzy contenta— DIVIÉRTETE —y sin más salí de allí con el tiempo muy pero muy adelante.
Oh, por cierto, hola a todos , supongo que esto es nuevo para mí, pero por si no lo habían notado, esta era mi vida ahora.
Estudiaba en la preparatoria Auradon, era mi último año como estudiante y pronto tendría mi mayoría de edad, hace más de unas semanas el rey Ben me comunicó que una vez me graduara debería asumir mi cargo como princesa real de Auradon ¿pueden creerlo? creo que ahora sería mucho más importante ser realmente una princesa, pero lo haría a mi manera, siempre sería así.
Mi vida estos últimos tres años realmente había dado un giro demasiado difícil para mí, había experimentado la venganza en primer plano, creyendo que así el temor de todos y el poder me harían mayor, sorpresa, no lo fue, termine haciendo las paces con mi hermana Mal, luego tuvo lugar la boda, fue muy linda y principesca por cierto.
Después de unos días la hada madrina me comunicó que debía asistir a un viaje, uno que yo misma había pedido, el hecho de tener el cetro de mi madre y que no pudiera controlarlo me estaba poniendo nerviosa y temía por lo demás, así que me embarque en el viaje, un viaje que me llevaría a mi mañana, de primer vistazo, lo tenía previsto como un viaje solo para mí, pero al final las cosas salieron muy diferentes, termine el viaje con Tristán y Ryan como acompañantes e inclusive un chico nuevo, Diaval, él supervisa que tanto yo como mi poder sean completamente controlados, se lo pedí, ya que estaría conmigo, se negó rotundamente a volver a su lugar natal cuando se lo pedí, al razón fue la siguiente:
— mi señora, yo no tengo un lugar al que pertenecer, solo a su lado —
Debía admitir que Diaval tenía una sonrisa que me tranquilizaba, así que pacte con él que estaría bien que se quedará a mi lado, pero con la condición de que no me llamará "mi señora" solo Meido.
Termine conociendo Arabia y Encantia, maravillosos lugares por cierto y por si fuera poco El país de las maravillas.
Ahora estaba de novia con Tristán, me parecía muy loco y a la vez lindo, tenía mucha suerte de que alguien como él se fijará en mí.
No podía evitar recordar nuestro momento en el país de las maravillas y sus primeros minutos de su cumpleaños.
— Tristán —llame la atención del príncipe.
— Dime — me miraba como un nene mira algo por primera vez, le brillaban sus ojos.
— Feliz cumpleaños —masculle con una sonrisa y sin previo aviso me abalancé sobre él y le planteé un beso en sus dulces labios, sus labios de fresa.
Cada que lo recordaba una sonrisa se aproximaba a mis labios.
¿Qué puedo decir? Creo que realmente estaba enamorada.
En cuanto al asunto del cetro del Hechicero, la hada madrina dijo que lo mejor era que Diaval lo conservará, ya que en el museo podría ser peligroso.
— pienso que en el museo no tendría ningún problema, estaría a salvo ¿no? —el hada madrina desvió su mirada e intentó articular algo con sus labios pero no tuvo éxito, mire disimuladamente a Diaval y él hizo lo mismo.
— no creo que sea buena idea —indico el hada madrina, extendiendo su mano hacia Diaval, él por su parte frunció su ceño— el cetro, querido —alzó sus cejas entendiendo y lo entrego— será mejor mantenerlo en un lugar más seguro —
— ¿donde? —cuestione con una ceja alzada.
Ella examinó el cetro y suspiro diciendo un encantamiento— ligero, conciso no busco improviso —una mirada a mí y sonrío, el polvo rojo invadió nuestras miradas y por un momento todo se nublo, fue entonces cuando frente a mí el cetro desapareció— ahora —anunció el hada madrina estirando nuevamente su mano hacia Diaval, este frunció su ceño y mirando estiró su mano— será mejor que lo tengas tú —y sin más insertó un anillo particular en el dedo corazón de Diaval.
Sí, prácticamente, la hada madrina se lo había otorgado a Diaval.
Después de lo sucedido en mi ausencia con Audrey, habían decidido que era mejor que nada maligno estuviera en el museo, solo de cerámica y estipularon muchos horarios de vigilancia en él.
Faltaba cerca de dos semanas para que los estudiantes volvieran a clases y no cabía duda que este año sería increíble, era mi último año como estudiante de esta preparatoria, ahora más que nunca debía estar dispuesta a ser una princesa, ¿quieren saber un secreto? realmente no lo estaba, pero lo intentaría.
Ahora debía centrarme en encontrar a Tristán, había dictado nuestra cita en la parte de afuera, hacía mucho que no lo veía, desde aquel día en el país de las maravillas, recientemente ayer tanto Tristán como Ryan, Andy y Allice habían regresado a Auradon, ahora la preparatoria había sido reconstruida y debo decir que mucho más moderna.
La forma en la que Tristán me había citado fue por medio de una carta que envió con un pajarito muy pelirrojo, quien dijo que era algo muy especial y se fue sin más saltando por los pasillos.
Y ahora, estaba por verlo, después de prácticamente un mes sin verlo. Estaba nerviosa.
Mis pasos en el suelo realmente sonaban por todo el pasillo, pero en todo mi trayecto no había visto a nadie, esta era de las pocas veces que vestía así, con vestidos elegantes y de princesa, solo lo hacía cuando se trataba de algo especial y definitivamente esta era una ocasión especial, el armario de Dizzy siempre me daba tan buenos vestuarios.
La puerta estaba media abierta, quería decir que alguien la había atravesado, baje mis pasos y respire hondo, realmente estaba demasiado nerviosa, Tristán planeo que nos reunieramos en la parte de atrás de la preparatoria, exactamente en el lugar en que ambos nos vimos y hablamos por primera vez.
Mi corazón estaba desenfrenado, pero ya quería verlo, realmente quería hacerlo.
Tome la puerta en mis manos y jale de ella, a medida que veía por la pequeña apertura si Tristán estaba esperándome. Aunque me era difícil, pare de abrirla en cuanto me dispuse a atravesar la puerta, respire hondo— tu puedes Meido, has peleado contra un ejército rojo, contra un enorme vórtice y contra una malvada hada, puedes con esto, de verdad puedes —me convencía una y otra vez.
Además, ya lo había visto antes, ¿por qué me estaba poniendo así de nerviosa?
Al final, tome el valor y salí por la puerta hacia el patio trasero, no me detendrían mis miedos.
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