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Descendientes - Clases de buena conducta

-LO QUE SOY V-



Bueno, creía que para ser mi primera cita, realmente, no me había ido tan mal.

Tirada sobre mi cama, solo creía en que la cita para mi había sido totalmente de ensueño, creo que con solo el hecho de tener a Tristán ahí lo hacía así.

Pero en otra parte, mi sueño últimamente se había puesto demasiado pesado, según Diaval, quién ya anteriormente lo había notado, me dijo que era normal y que eso se debía a que últimamente no había estado usando magia como lo había hecho antes, pues hacía dos meses que no utilizaba magia en lo absoluto, bueno, tal vez en cosas pequeñas, pero no en gran cantidad como lo hice en Encantia o en Arabia, el se refirió a que mi cuerpo aún se estaba acostumbrado a estar tranquilo y sin exponer tanto mis poderes.

Así que prácticamente era irremediable no quedarme tanto tiempo dormida, justo como ahora.

niños no vayan tan lejos —esa voz... la he escuchado antes, estaba segura de eso.

Pero, las personas que corrían a mi lado y sonreían ¿quienes eran?

La tienes Astro

¿Astro? ¿quién era Astro? Mi mirada se posó en el chico rubio a mi lado, era un niño, unos centímetros más alto que yo.

Su mirada fue a parar en mí, me aleje, no estaba asustada, ni corría por miedo, sino por...

— NO PUEDES ATRAPARME —reía a medida que me alejaba de él cada que intentaba tocarme.

Estábamos jugando.

Vamos Astro, no puedes haber sido tan lento —el niño bufo y corrió tras la otra chica, la castaña que se alejaba a medida que él se acercaba.

De pronto sentía como si todo fuera tan simple y colorido, como si la vida junto a ellos realmente fuera diferente.

Luna, apurate o te atrapará Estella —resultaba que ahora éramos perseguidos por la castaña Estella.

El viento giraba a mi alrededor, las risas de los niños se fundían con la mía y daban a una hermosa armonía, corríamos a través de las flores de primavera, se sentía tan bien.

Y luego... el sonido de un timbre me despertó de golpe, fruncí mi ceño, no quería abrir mis ojos, pero ese ruido me estaba atormentando, a ciegas toque de dónde provenía, pues el celular que Mal me había obsequiado yacía sobre la mesita de noche a un lado de la cama.

Bufe y me levante. Pues a diferencia de los demás estudiantes, yo aún debía cumplir con una materia extracurricular, ¿podrían imaginar de cuál se trataba?

— Hacemos esto no para molestarlos, no, no —hizo un amago con sus labios y procedió a sonreír— sino para ayudarlos a integrarse en la sociedad de Auradon y para que no se sientan extraños en nuestras costumbres "buenas" —hizo comillas en buenas, doblegue mis cejas y baje mi cabeza contra mis manos sobre mi pupitre.



El hada madrina insistió en que debía tomar clases de "buena conducta" como ejemplo a futuros villanos, así como lo hizo Evie, Carlos, Mal y Jay, debía demostrar que realmente era educada como todos aquí.

Pero, aún así jamás se me cruzó por la cabeza que estaría haciendo esto con otros individuos más.

Bufé.

— Y... ¿esto me convertirá en un príncipe? —rodeé los ojos frente al comentario del hijo de Gastón tras de mí, también pude escuchar la risa seca de Ryan.

Pero el hada madrina impresionada por la pregunta contestó con una sonrisa automática— no, querido, pero te hará mejor persona —

— en pocas palabras, deja de pensar que perteneceras a la realeza Gil —y tampoco podía faltar el intrépido hijo del capitán Garfio, por cierto, a esta clase no se le permitió entrar con garfio, de hecho ni a esta, ni a las demás tampoco, según la hada madrina ponía en "peligro" a los estudiantes.

— se vale soñar —pero fue Dizzy a mi lado quién respondió complacida hacía Hook sin mirarle y sonriendo hacia el hada madrina—¿no es así, Hada Madrina? ¿algún día tendré un hada madrina como usted y un príncipe que me de mi felices para siempre —abrí mis ojos de par en par, esta chica tenía una imaginación inagotable.

Desvié mi mirada encontrándome con la de Uma al otro lado de Ryan, ella solo ocultaba una risa y desviaba su mirada.

— por supuesto, querida, todos los sueños se pueden hacer realidad, hace mucho que no me dedico a buscar a princesas ocultas que necesiten mi ayuda, pero de seguro un hada te sorprenderá —dijo convencida de ello— claro, si crees y eres una niña buena —Dizzy sonrió orgullosa.

No tenía duda de que era buena.

Luego de un silencio, el hada madrina prosiguió con su clase, la cual tituló orgullosamente "El verdadero amor", vaya tema.

— Encontrar el verdadero amor es uno de los mayores anhelos compartido por muchas personas. Deseamos hallar a ese compañero que nos eleve, que nos complete, que otorgue sentido a nuestra vida —el título yacía sobre la pizarra, ella explicaba.

No sé ni por qué había traído un cuaderno.

Bostece, aún tenía sueño— ¿no dormiste lo suficiente? —la pregunta de Ryan me hizo parpadear y responder a ciegas.

— digamos que tengo un sueño pesado —removí mi mano a mi cara para que la pudiera sostener y así poder ver a Ryan, por un instante su ceño se frunció y dirigió su mirada a la esquina de mi rostro, como si analiza algo.

— wao, no pensé que con lo que te dijo el chico quedarás así —dijo Ryan bromeando.

Fruncí mi ceño— ¿de qué hablas? —cuestionó frunciendo mi ceño.

— ya sabes, lo de Tristán, sobre lo que dijo —apoyó sus manos sobre la mesa de su pupitre y se limitó a mirarme.

Reí y desvié mi mirada extrañada— ¿hablas de los asuntos del reino y de las cartas? —dije con un bufido y arreglándome.

Pero Ryan quedó en silencio, dirigí mi mirada hacia él.

— eso explica el porqué no lo tienes —masculló desviando su mirada— imagino que fueron interrumpidos —

Quedé en silencio.

— ¿cuántas veces? —cuestiono.

— dos veces —masculle con pesimismo.

— El verdadero amor no duele, no humilla ni daña. No juzga, grita ni insulta, no corta las alas. Quien realmente te ama te engrandece, te apoya y te impulsa a brillar. Es tu mejor amigo y tu compañero de vida, quien crece a tu lado: ni por encima ni por debajo —la hada madrina seguía hablando.

— ay —pareció lamentarse— ya veo por donde van las cosas —parecía lamentarse, pero dirigió su mirada al frente.

Fruncí mi ceño en su dirección, creo que a veces Ryan era demasiado misterioso.

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