XIII
—¿No debería de estar aprendiendo a luchar? ¿a usar algún arma o a lanzar fuego con mis manos?
—¿Ya olvidaste lo que dije? Antes de caminar un niño debe de aprender a gatear, antes de comenzar a practicar debes de conocer la teoría. En tu sangre no solo esta mi poder, esta la memoria de todos tus antecesores, asi que solo debes de seguir tu intuición. Luchar ya sabes, usar armas ya sabes, solo debes de familiarizarte con los movimientos, repetirlos hasta que te acostumbres, pero primero observa, aprende a través de la observación, observa como tus antepasados se conectaron con su poder, como lo usaron para el bien.
Todavía estábamos en la habitación blanca, y frente a nosotras una pantalla gigantesca donde veíamos parte cruciales de la vida de mis antepasados. Sentía que habíamos pasado mucho tiempo aquí, me sentía cansada de observar, pero debía de ser paciente.
No se cuanto tiempo más paso, pero por fin la pantalla desapareció.
—Es todo por ahora, ya debes de regresar. Recuerda mis palabras y lo que has visto aquí. Siempre estoy contigo, ya volveremos a vernos y podre enseñarte algo más.
No poseía ni un ápice de emoción, pensé mi entrenamiento sería otro. Nunca fui fan de las películas, o la lectura, pero había visto algunas escenas donde el protagonista poseía algún poder, y el método de enseñanza era otro.
—Paciencia, Aria. Tu solo necesitas recordar y seguir tu intuición.
Mire a mi alrededor, había escuchado su voz pero ya no estaba a mi lado.
A mi costado una puerta brillo, suponiendo que era la salida me dirigí a ella. El brillo molesto un poco mis ojos, por lo que tuve que cerrarlos. Al abrirlos, seguía flotando en medio de los hilos.
No se de donde provino, pero antes de saber lo que hacia ya estaba girando entre ellos, danzaban a mi alrededor pero no los tocaba, giraba y giraba, haciendo piruetas que jamás imagine podría realizar sin dejarme en estomago en ella.
—¿Te diviertes? —mi momento de felicidad fue interrumpido por la voz del castillo, cuando me gire en su dirección no esperaba verla con aquella apariencia, ya no era la chiquilla de ojos juguetones, su mirada traviesa seguía allí, en una apariencia juvenil, no mayor a quince años.
La sorpresa fue tanta, que mi concentración desapareció, y casi caigo de cara al suelo. Casi, porque los hilos amortiguaron mi caída.
—Eso estuvo cerca
Mi mirada no debió ser agradable, pero ella sonrió en grande. Parándome derecha, suspire antes de salir de este núcleo mágico.
—Has crecido
—Mi apariencia infantil parece que te hace sentir incomoda, por eso escogí esta mas juvenil. Aunque si lo prefieres puedo aparentar ser más madura —frente a mis ojos la vi crecer unos cuantos centímetros, con sus facciones marcándose, y sus ojos perdiendo la chispa de la niñez— ¿O quizás te sientas más cómoda viéndome como un chico? —aunque su cabello largo permanencia, su rostro era masculino, demasiado para mi gusto.
Y mi expresión debió decírselo, porque volvió a su apariencia infantil mientras se doblaba de la risa.
—¿Esto te divierte? Me agradas mas en mis memorias.
Ver a una 'niña' con esa expresión de seriedad, te eriza los vellos.
—No son memorias, eran sueños. Dormías, tu conciencia te trajo aquí. Se sintió como una eternidad pero solo fueron días. En ese plano, creciste, pero tu cuerpo mortal seguía igual, quizás por eso al despertar olvidaste. O puede que pensaras que solo fue un sueño, uno muy largo. Con el paso del tiempo esos recuerdos se enterraron. Creciste en un mundo sin magia, sin oscuridad.
Añoranza, tristeza, dolor. Era lo que sentía a través de sus palabras.
—Cuidaste de mi durante ese tiempo, y prometiste esperarme, preservar un lugar
—Y por eso no quería que recordaras, no cumplí mi promesa ¿o tal vez tu tardaste mucho en volver?
—¿Por qué no decírmelo cuando llegue?
—¿No es mas emocionante ahora? Es solo que no les diste mucha importancia a tus sentimientos reales. Debiste sentirlo desde que pisaste este mundo, o no te preguntaste ¿Por qué no estabas sorprendida, asustada? ¿Por qué reaccionaste también a esta realidad? Es porque en el fondo lo sabias, sabias que existía este lugar, que estuviste aquí. Algunos pueden decir que el tiempo vivido en el mundo de tus sueños fue falso, pero fue real, lo que sentías, lo que sufriste, lo que viviste, lo que conociste. No lo recuerdas todo y no seré yo quien te lo diga.
Por alguna razón una mala sensación me embargo
—¿Qué conocí aquí?
Mi pregunta cayo en el aire. El suelo se movía... no, todo el lugar se sacudía.
—Están aquí
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