Dulce, dulce venganza.
-Por favor, no le hagas nada.- suplicó Jazz, el sudor bajaba por su frente, sangre escurría por sus cejas, el cabello alborotado y la cara manchada de tierra.
-¿En verdad creés que los perdonaría?.-su mirada era fría, sin compasión alguna.
Jazz seguía perdiendo sangre y cada segundo que pasaba hacía más frío su cuerpo.-Te daré mi piedra, pero a ella dejala en paz...- su respiración se agitaba con cada paso que daba el ser.
-Ya es demasiado tarde.- comenzó a reír, era una risa burlona.- ¡Yo gané este juego!.- arrancó la cabeza de...
México, Jalisco.
2030.
- Mamá.- refunfuñó.- No es necesario que vengas conmigo, bastante fue que te dejara traerme.
-Diego, quiero saber quiénes serán tus mejores amigos, sino para cambiarte de aula.-respondió la madre, alegre.
-Bueno, pero ¿sabes que es raro que todos vean a la directora escoltando al nuevo?
-Asi nadie querrá atreverse a molestarte, sino de las verán conmigo.
Diego tornó los ojos en blanco, al regresar la mirada observó el aula 45.- Es ésta.-dijo a su madre.-¿Por qué papá me envió acá? Se supone que solamente vengo en vacaciones. ¿Acaso siguen los problemas?
-Diego, esos son problemas entre tu padre y yo.
-¿Acaso no tengo derecho de enterarme?Soy hijo único, creo que merezco el entera
-Mira, sólo quiero tenerte más a mi lado, ¿si?.-interrumpió la madre. Ambos se encontraban fuera del aula.
"Es la directora" "¿Quien es el?" Las preguntas dentro seguían, eran como susurros en la espalda, incómodos pero no tanto como las miradas.- Ahora entra, tienes clase de español.- dijo su madre.
Diego la miró molesto.- Mi papá es mejor.- entró al aula y seguido su madre.
La presentación fue sencilla.
La madre de Diego no dijo que fuera su hijo, sólo dio un aviso sobre nuevos proyectos para la preparatoria y se marchó. Diego conversó un poco con algunos de sus compañeros, hizo dos amigas, la mayoría no le aceptaba.
Los meses han pasado y han sido los más difíciles para éste pues nadie sabe que es hijo de la directora, asi que los más grandes pueden hacer de las suyas.
"Me he caído" , " Sólo es un golpe" , " Fue jugando con Yajaira". Eran pretextos usados para ocultar lo que eran burlas y peleas en la escuela.
Diego sufría, incluso comenzó a cambiar. Usaba camisas de manga larga para que su madre no notará las cortadas bajo ella.
-No puedes seguir haciendo esto.- dijo Yajaira, preocupada.
- Sé que es muy estupido. No lo volveré a hacer.- respondió Diego, bajó la mirada y abrazó a su mejor amiga.- Esos imbéciles un día pagaran todo, ¡Todo! Lo que me han hecho.
- Sería lo mejor...
La mirada de Diego ya no era la misma, desde ese día, era más fría.- Ya no espero ningún milagro de nada ni nadie.
-...
Esa misma noche, todo cambió, no sólo para él.
Agosto 25, 2030.
Mexico, Jalisco.
La puerta de la casa se encuentra abierta, asi que Diego entra sin utilizar su llave. Todo se encuentra apagado, la casa se siente fría, como si fuese Diciembre.- ¿Mamá?.- pregunta sin tener respuesta.
Poco después alguien responde desde la planta alta.- ¿Diego?.- era su madre.
El corazón de Diego se acelera, una pequeña gota de sudor cae mientras sube las escaleras.- ¿Todo se encuentra bien?.- escucha cómo su madre se limpia la nariz, como si hubiese llorado demasiado. Al acercarse a su cuarto, y mirar a su madre con ojos rojos de tanto llorar.-¿Qué sucede?.- pregunta a su madre. Las piernas comienzan a temblar.- ¿Papá está bien?.- pregunta.
Sin decir nada, ésta rompe en llantos y seguido Diego de la misma manera.- ¿Se pondrá bien?.- vuelve a preguntar, la voz es cortante, casi sin aliento.
La mirada de su madre le da la respuesta.
Diego tira su mochila y baja corriendo. Mientars sale de la casa, escucha a su madre gritando su nombre pero sólo la ignora.
Corre y corre hasta un parque cerca de su casa, entra a la parte con más árboles y tropieza con la raíz de un árbol. Tirado en lodo, Diego llora desconsoladamente, entierra sus manos en el lodo y se golpea la cabeza una y otra vez.- ¡Por qué mi vida es así de asquerosa!.- continúa golpeándose mientras llora.
El sol comenzó a ocultarse, éste seguía en el lodo, pero está vez sólo estaba sentado, recargado junto al árbol con el que tropezó. Pensaba en su padre, su madre...y regresaban las lágrimas cada diez minutos de silencio.
Y así seguía, hasta que dieron las doce de la noche.
Los grillos cantaban y los mosquitos molestaban.
-Mi vida es un asco.- se decía Diego una y otra vez. Hasta que...
-¿Por qué dices que tu vida es un asco?.- escuchó Diego entre las ramas de los árboles.
Diego se levantó rápidamente y miró a su alrededor.-¡¿Quién está ahí?!
Las ramas se estrujaron, algunas aves hulleron por el movimiento. Y hubo silencio.
Sólo se escuchaban las pisadas en el fondo por parte de Diego, quién trataba de regresar a su casa, pero la oscuridad de la noche lo había desorientado por completo.
-Te pregunté algo...- susurraban los árboles.
Diego comenzó a correr, su corazón se aceleró. Estaba arrepentido de haber salido de casa.
-¡Te hice una pregunta!.- la voz cambió, está estaba molesta.
Diego cayó de espaldas al ver aquella cosa frente a él.
Una sombra negra, tenía forma de humano.-Te hice una pregunta, muchachito.
Diego tragó saliva.-¿Que quieres?
-Saber de ti, por supuesto. Quizá y hasta pueda ayudarte.- se alejó a lo oscuro del parque.
Diego dudo...- ¿ayudarme? ¿En qué podrías ayudarme? Mi padre está muerto, mi madre y yo estamos solos, me molestan en la preparatoria y por más que los trato de evitar ¡no puedo!.- su tono comenzó a ser molesto.
No recibió respuesta alguna.
Diego se levantó y sacudió el lodo del pantalón.- Si sólo te aparecerás para dar sustos, mejor te los hubieras ahorrado.- comenzó a caminar.
-¿No te gustaría vengarte?.- dijo el sujeto.
Diego se detuvo.- ¿Vengarme?.- preguntó.
Las ramas crujieron y Diego miró hacía arriba. El cuerpo parecido al de una babosa enorme lo miraba colgado.
-¿¡Qué demonios eres!?.- gritó Diego.
La cosa solo se arrojó ante él y se introdujo por la boca.
Agosto 27 , 2030.
México , Jalisco.
La noche del veintiséis, Arturo Jiménez y sus amigos fueron encontrados muertos en el parque de la ciudad, su piel había sido arrancada y los rostros quemados. Y Diego aún estaba desaparecido y eso lo hacía sospechoso principal pues todos sabían la relación que llevaba con los encontrados.
A la mañana siguiente, una escuela preparatoria se encontraba en llamas. Las alarmas alertaban a los estudiantes para que salieran.Ese mismo día, Diego de había presentado a clase de español.
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