Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9: Era un regalo de los ángeles...

La madrugada del domingo fuimos secuestrados, la mañana del lunes Josh fue asesinado, la noche entre el lunes y el martes cayó Fu. En la mañana del martes Lexy salió a pasear con uno de nuestros captores, por la noche Locke atrajo la atención de un payaso en blanco y negro y esa misma noche Lexy sale a cenar con el asesino de antes.

Demasiadas emociones para tan poco tiempo a mi parecer, sin contar las horribles peleas que hemos tenido...

Dos días después, jueves 27 de octubre de 2016, la situación sigue siendo bastante mala: Brian está herido y nadie le ha traído algo para vendarle la mano, Locke salió ayer a pasear con el payaso y está muy distraído, Lexy está enfadada con nosotros y solo habla con el chico de la máscara, Tenny no nos cuenta nada acerca de ellos pero trata de advertirnos, Carl al menos la apoya y defiende.

A pesar de estar con todos ellos encerrada en esta jaula, me siento más sola que nunca. Sin embargo, sé que todo acabará mejorando. Estoy segura de que ya nos están buscando y de que aprenderemos a convivir todos juntos hasta que el momento del rescate llegue.

—Brian —le hablé mientras me acercaba a él.

—¿Lana? —respondió el negro.

—¿Cómo te sientes? —pregunté tomando su mano herida con cuidado.

—Podría estar mejor... no se ha infectado por ahora, pero duele y es incómodo.

—Llamaré para que te traigan
alcohol —me ofrecí a ayudarlo, a lo que él negó.

—Lana, déjalo, esos psicópatas no harán nada por nosotros.

—Bueno, el psicópata de la máscara sí que está "ayudando" a Lexy —contestó Tenny seriamente.

—Me muero de hambre... —comentó Locke mientras le sonaban las tripas.

En eso escuchamos la puerta abrir, pequeños pasos se aproximan y vemos a la pequeña niña que conocimos nuestro primer día aquí.

—Sally, ¿qué haces aquí? No puedes estar aquí, te pueden regañar... —comentó Tenny preocupada mientras se acercaba a la celda.

—Sé que habéis comido mal estos días, así que os traje comida —dijo ella extendiendo una bandeja, en ésta había cinco cuencos grandes de ensalada. Sally abrió la puerta y Tenny tomó la bandeja entre sus manos, tras esto la celda se volvió a cerrar con seguro.

—Gracias —la rubia se dio la vuelta y caminó con rapidez hacia nosotros y repartió los boles de ensalada.

—Siento lo de tu hermano, no quise que muriera... —agachó la cabeza apenada mientras miraba a Brian— solo quise ayudar a que escaparan...

Brian soltó un suspiro y caminó hacia donde se encontraba ella y se puso de cuclillas.

—Siento haberte gritado y echado la culpa... no teníamos buena relación Fu y yo, pero me dolió el que él... —tragó en seco y respiró hondo, Sally extendió su mano dándole una botella de alcohol y vendas.

—Gracias, pequeña —Brian las tomó, me acerqué a la salida de la celda y procedí a curarle la herida.

—Realmente eres muy buena, soy Lana —me presenté con una sonrisa mientras curaba a mi amigo— ellos son Lexy, Tenny, Carl, Brian y Locke.

—¡Un gusto! —exclamó ella con
alegría— Debería irme ya, no tardará alguien en notar que faltan platos y ensalada...

—Te lo agradecemos —habló Lexy desde el fondo. La niña se despidió y se fue corriendo cerrando la puerta de la habitación detrás de ella.

Locke devoraba la comida como un animal, Brian y yo comíamos con calma para no atragantarnos, Tenny y Carl comían en silencio y Lexy solo miraba su plato sin tocarlo.

—¿No tienes hambre? —preguntó Carl a la morena, a lo que ella se encogió de hombros, haciendo que yo prestase atención a la escena mientras comía.

—Lexy, sé que Masky te da de comer cuando sales, pero aún así deberías tomarlo, nunca sabes cuándo te dará comida de nuevo que valga la pena —comentó Carl mirándola.

—Estoy bien, podéis comérosla si queréis...

—Carl tiene razón —habló Tenny esta
vez— nunca se sabe de él, o ellos, deberías comer la ensalada por si acaso tarda en dejarte salir.

—Pensaba que estabas en contra de
eso —contestó Lexy mirándola de reojo.

—No es que esté en contra, me alegra de que tengas la oportunidad de comer algo mejor que palitos de pescado y agua tibia, pero no confío, simplemente eso...

—Lo comprendo, tendré cuidado, Tenny... —dicho esto Lexy le dio su plato a Locke, ya que aún habiendo terminado de comer le seguían sonando las tripas.

—¿De verdad? —el castaño miró a la morena, ella asintió con una sonrisa y Locke se la devolvió, comenzando a comer el plato.

—Parece que la ensalada de Sally nos ayudó a unirnos de nuevo, aunque sea un poco... —comenté con una gran sonrisa en mis labios aliviada de que el ambiente fuera menos tenso, se sentía levemente a cómo éramos antes de que pasara todo esto, me trajo nostalgia...

Dos días desde la denuncia de las desapariciones. Cuatro desde el momento de la desaparición.

En estos casos el tiempo es un factor vital, pero yo ya iba con bastante retraso desde el principio. Miraba mi esquema día y noche, tratando de sacar algo en claro. Mis compañeros estaban todos seguros de que se trataba de un caso más de adolescentes rebeldes que se escapan de casa, sin embargo, a mí no me cuadraba.

Una de las mayores pistas que tenía por el momento era un ticket que la madre de Locke encontró en la papelera del escritorio de su hijo. En él ponía que había comprado ocho cintas blancas, ocho velas blancas y un paquete de cerillas el 13 de octubre de 2016, una semana y unos pocos días antes de la desaparición. Eso junto a la salida tan repentina que tuvieron llevándose solo el móvil, una linterna y algo para defenderse, me hacía pensar que estuvieran en algún problema metidos e intentaran solucionarlo por ellos mismos.

Le daba vueltas y vueltas al asunto, cuando de repente el sonido del teléfono me sacó de mis pensamientos.

—Inspectora, venga a nuestra casa por favor, hemos encontrado algo que tal vez pueda ser de ayuda —habló una mujer tras el aparato.

—Por supuesto, pero antes, ¿me podría decir con quién hablo?

—Soy la señora Vlacada, madre de Tenny, una de las desaparecidas —respondió.

—Entendido, enseguida voy para su domicilio.

Tomé el coche lo más rápido que pude y tras unos minutos conseguí llegar a la pequeña casa. Los padres de la chica me guiaron directamente hasta el cuarto de la adolescente y antes de entrar, empezaron a contarme la situación.

—Verá, sé que hay que respetar la intimidad de nuestros hijos pero en una situación así consideramos prudente buscar entre sus cosas por algo que nos aportara información sobre lo ocurrido, y... bueno... hemos encontrado algo que desconocíamos de ella... —tras esto, el padre se dispuso a abrir la puerta del dormitorio. Una vez dentro, comenzaron a enseñarme un montón de libretas y hojas con dibujos de asesinos y monstruos torturando y matando gente, en aquellos dibujos se podían ver nombres tales como "Ben Drowned", "Jeff The Killer" y "Eyeless Jack". Había uno en especial que se repetía varias veces: "Zalgo".

Lo curioso de aquellos dibujos con ese nombre era que se había dibujado a ella misma repetidas veces siendo atormentada por figuras extrañas, voces y ruidos.

—¿Cree que ella estaba... loca? —comentó la madre con preocupación.

—No puedo descartar nada pero por ahora creo que le tranquilizará saber que no son producto de su imaginación. Sé que estos personajes son protagonistas de leyendas de terror populares entre la gente de la edad de Tenny. Aún así... me llevaré uno de los dibujos como prueba si me lo permiten.

Los padres aceptaron y procedí a guardar una de las ilustraciones de Zalgo. Por fin tenía algo que me permitiría formular una hipótesis...

Cayó la noche y Masky volvió a llevarse a Lexy. Lo cierto es que me daba bastante envidia que ella pudiera disfrutar de buena comida y de aire fresco. Y eso por no hablar de las comodidades que tenía al tener oportunidad de ducharse y de hacer sus necesidades en algo más que un cubo que se vaciaba solo una vez al día. Pero bueno, tampoco me puedo quejar. Laughing Jack me sacó ayer de la celda y paseamos unos minutos por el bosque, me dio dulces a cambio de contestarle algunas preguntas. 

—¡Hola! —apareció de nuevo otra vez, se acercó a la celda y dirigió su mirada hacia mí, a lo que me levanté y me acerqué.

—¿Te gustaron los dulces de ayer? —me preguntó amablemente, a lo que afirmé con la cabeza, entonces sacó un caramelo de su bolsillo— ¿Menta?

—¡Gracias! —tomé el caramelo y lo comí. A Lexy le había funcionado el ser amable con alguien que había sido amable con ella, y mira todo lo que ha conseguido. Yo ahora quería lo mismo para mí y esta era mi oportunidad de encontrar un "amigo" aquí.

—Ayer me lo pasé bien jugando contigo. ¿Quieres que juguemos de nuevo? —me preguntó el payaso mostrando su hilera de dientes afilados con una sonrisa. Sentí como la piel se me ponía de gallina.

—¿Aquí mismo? —respondí con cierto temblor en mi voz. No podía ocultarlo, su aspecto me daba mucha mala espina. Laughing negó con la cabeza.

—No, volveremos a salir. ¡Noté lo mucho que te gustaba el aire libre! —exclamó dando brincos.

Mi escalofriante "amigo" abrió la celda dejándome salir, mis nervios aumentaron y giré mi vista atrás: Lana estaba preocupada mientras me miraba, Brian hizo una mueca de desaprobación, Tenny de brazos cruzados y ceño fruncido me negaba con la cabeza levemente y Carl arqueaba la ceja sin creer lo que estaba viendo. Di unos pocos pasos, y en cuanto reaccioné, estaba fuera, había salido de la celda.

—Vayamos a caminar por el bosque —dijo alegremente mientras cerraba el lugar donde mis amigos estaban siendo retenidos.

Salimos al exterior, la luz de luna era demasiado clara, al menos comparándola con la de la celda. El bosque parecía pacífico pero temerario a la vez por las criaturas que debían rondar por éste. Comencé a sentir el viento correr por mi piel, causando que me abrazara a mí mismo.

—Cierto, por la noche es peligroso... ¿quieres ir a la cabaña? Hace menos frío, al menos para un humano. 

—¿No eres uno? —pregunté confuso mientras caminábamos.

—No, solo soy un payaso que una vez fue amigo de un niño hasta que fui abandonado.

Antes de que pudiera contestar apenado por aquella historia, una figura oculta entre los árboles llamó mi atención. No era humano, pero su cuerpo era como el de uno, solo que mucho más alto y delgado, vestía traje chaqueta y su rostro... No parecía tener uno. Un zumbido me ametrallaba el oído, y una voz casi robótica sonó como dentro de mi cerebro:

Ni intentes escapar...

Asustado, me agarré al brazo derecho de Laughing, y él al momento pareció saber lo que ocurría.

—Oh, no te preocupes, ¡mientras te quedes conmigo, Slenderman no podrá hacerte daño! —me tranquilicé al oír eso, pero por desgracia, no se detuvo ahí— antes te habré matado yo... —dijo susurrando mientras me sonreía. De repente, me tapó los ojos—. ¡Jaja, no pongas esa cara! Te dejaré ver cuando estemos en la cabaña, pero ahora mismo no, ¡no me permiten que sepas donde estamos!

Tras unos cuantos minutos dando vueltas, por fin nos detuvimos y Laughing me quitó la mano de los ojos.

—¡Ala! —Fue lo primero que me salió— ¡¿vivís en sitios como estos en medio del bosque y sin pagar alquiler?! 

La cabaña no era lo más grande ni lujoso del mundo; madera, una televisión pequeña y poco más. Y, sin embargo, ahora mismo haría lo que fuera para vivir en un sitio así, hasta hablar con un payaso asesino.

—¡JAJAJA! Locke, ¡eres un niño grande muy gracioso! —gritó secándose una lágrima de la risa— Bueno, Locke, ¡toma asiento que comenzamos el juego!

Laughing Jack se pasó un buen rato haciéndome preguntas sobre mis amigos, las pesadillas de Zalgo, cómo fue la invocación... Nah, chorradas. Pero bueno, por cada respuesta que le daba ¡me daba un pastelito de crema! 

Definitivamente, Lexy y yo nos estamos pasando el juego. 

Curiosidad n°9: El cubo lo cambiaba (de mala gana) Hoodie todas las mañanas antes de que se despertaran.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro