Capítulo 40
Jeff encendió la televisión, estaban poniendo en el canal la película Arma Letal. El policía Martin estaba junto a su amigo, el policía Roger, disparando tras su auto de policía a los que eran una especie de mafia o bando. Jeff se estiró y se quitó la sudadera, quedándose en camiseta negra, sus brazos eran igual de blancos y tenía alguna que otra cicatriz en ellos, Jeff giró su rostro mirándome.
—¿Te has quedado embobada o qué? —aparté la mirada rápidamente y escuché una risita de parte de él— ¿Quieres que me quite los pantalones también?
—No —contesté secamente y me limité a ver la película y me crucé de brazos.
—Tenny, una pregunta.
—¿Qué quieres?
—¿Por qué estás roja desde el momento en el que me quité la sudadera? —mis mejillas empezaron a arder el doble.
—No estoy roja —apreté más mis brazos contra mi cuerpo.
—Sí lo estás, mucho, de hecho —noté como acercaba su cabeza a la mía, dejando salir una sonrisa burlona.
—Te estoy diciendo que no estoy roja —lo miré fijamente, aguantando la mirada, mi corazón a medida que se iba acercando iba latiendo con más fuerza.
—Tenny… ¿Te puedo hacer una pregunta? —me puse nerviosa, creo que estoy empezando a sudar— ¿Has leído fanfics de mí alguna vez? —al final soltó una risita, estaba disfrutando fastidiándome.
—No lo sé —me acerqué más a él, nuestros rostros estaban a pocos centímetros de distancia, su sonrisa se borró y él se empezó a poner nervioso—, ¿te gustaría que lo hubiese hecho? —tragó en seco. Ahora fue él quién se puso rojo, trató de decir algo pero le costó algunos intentos.
—Eh… B-bueno… N-no sé a qué te…
Me acerqué a los labios de Jeff, noté cómo sus nervios aumentaban aún más, entonces, puse mis manos en su pecho y lo empujé al sofá con un poco de brusquedad. Rei al ver su rostro rojo y avergonzado.
—¿Qué? ¿Te gusta molestarme? —seguí riendo, a lo que él no lo hacía, se sentó en la esquina del sofá mirando al suelo, como si fuera un niño pequeño— ¿Jeff? —me acerqué a él de nuevo, ¿se habrá molestado por la broma? Le tomé del brazo levemente, entonces, él me empujó bruscamente contra el otro lado del sofá y rio tímidamente, yo le seguí la risa.
—Veo que no te dejas intimidar —habló Woods.
—No lo suelo hacer —me senté a su lado, él seguía sin mirarme, en su mirada se mostraba mucha timidez, al igual que su pequeña sonrisa—. ¿Qué quieres hacer?
—¿Con qué? —preguntó distraído.
—Pues… Ahora, ya sabes, ¿qué hacemos ahora?
—Aún no has respondido a mi pregunta —contestó él con una media sonrisa.
—¿Cuál pregunta?
—La de los fanfics, ¿los has leído?
—¿Tanta pinta de fangirl tengo? —Jeff arqueó una ceja, esta vez mirándome— Am… puede… alguno… Pero por meros intereses intelectuales —Jeff rio.
—Entonces estaba en lo cierto, soy tu asesino favorito —se apoyó en el sofá, estirando ambos brazos en el respaldo y echando su cabeza hacia atrás.
—No, eres mi Creepypasta favorito —dije con simpleza, captando su atención, de nuevo.
—¿Qué diferencia hay? —contestó extrañado.
—Significa que de todas las historias de terror, no solo las de asesinos, siempre has sido mi favorito, pero no tiene nada que ver con los fanfics. Tu historia, aunque sea falsa, es la que más me entretenía y entendía el porqué de tus acciones. No lo sé, pero por alguna razón me llamaba bastante la atención —dije mirándole a los ojos, a lo que Jeff hizo una mueca de tristeza.
—Nada o casi nada de esa historia es real… créeme…
—No sé qué es lo que realmente te haya pasado, pero estoy más que segura de que nunca le tocaste a Liu un pelo, que todo lo que os ha pasado ha sido por un tercero y que no fue vuestra culpa. No justifico el que matéis hoy en día, pero sé que… no sois tan malos como han dicho siempre.
—Matamos gente, seguimos siendo... —hizo una breve pausa— los malos.
—Más bien tal vez sois unas personas que tuvieron malos momentos y tomaron las decisiones equivocadas.
—¿Te asustaría si te dijera que disfrutamos tanto Liu como yo el matar a personas? ¿Ya sean familias o solteros? ¿Buenos o malos? Y que incluso, ¿ni siquiera nos arrepentimos ni un poco? —negué con la cabeza.
—Yo alguna vez pensé en hacerlo, nunca lo hice, pero… Supongo que todos al menos una vez en la vida mínimo lo hemos pensado, pero pocos se han atrevido a hacerlo, ¿no?
—Exacto, ahí está la diferencia. Nosotros lo hacemos, no nos controlamos, nunca… Bueno, casi nunca. Somos egoístas, no pensamos en ellos ni en toda la gente que los llorará, pensamos en que nos sentimos mejor sacando nuestro odio matándolos y que eso es lo único que importa.
—A veces me habría gustado hacer hasta un tiroteo escolar… ¿Sabes? Solo… por probar qué se siente, pero nunca lo he intentado, ya que las consecuencias que vendrían después… Son muchas razones válidas para no hacer eso, primero, moriría enseguida, si no es por la policía algún alumno o profesor me detendría y podría ir a la cárcel. Segundo, mi familia, estaría destrozada, tanto mis padres como mi hermano, les decepcionaría e incluso los podría llevar a la ruina. Tercero, ¿me rompería psicológicamente hacer eso? ¿Seguiría estando cuerda? ¿Podría llevar una vida normal después de quitarle la vida a alguien?
—Tenny, acabas de decirme que no te escandaliza que mate a gente completamente inocente sin remordimiento alguno, creo que muy cuerda ya no estás —dijo sonriendo levemente.
—Sí pero… eso está todo en mi fantasía, nunca te he visto matar y creo que no me asustaría pero… quién sabe, no sé si luego tendría remordimientos aunque ahora lo niegue.
—Si te soy sincero, espero que nunca tengas que llegar a experimentarlo. La primera vez lo define todo, la primera vez que matas, nunca se te va a olvidar… O te destroza, o te da la vida. Y sea cual sea el resultado, ya no puedes escapar —Jeff dirigió su vista a otro lado de la habitación, creo que ya se estaba hartando de esta conversación, no parecía incomodarlo pero tampoco le divertía. Espera, estaba mirando la hora en un reloj en la pared, ¿se aburría? —Me pregunto si Liu dormirá en casa hoy.
—¿Cómo es que te llevas tan bien con tu hermano? Es decir, ¿cómo es que tenéis esa relación tan fuerte entre vosotros?
—Supongo que todo lo que hemos vivido desde pequeños y ahora ha hecho que nos demos cuenta de que solo nos tenemos el uno al otro realmente… Liu me cuida, se preocupa y me protege… Y yo a él, es como que lo único que realmente importamos somos él y yo, y todo lo demás se vuelve secundario…
—Realmente te envidio… —murmuré, abrí la boca e hice una pausa, meditando si estaba segura de lo que iba a decir, a lo que al final me animé— Mi hermano y yo no somos muy cercanos, él solo juega videojuegos, va al colegio y poco más, solo tiene siete años y… supongo que también tiene que ver la diferencia de edad, por eso Liu es tan cercano contigo y…
—¿Has probado a hablar con él? —me interrumpió, dándome toda su atención.
—Es difícil, no sé cómo hablarle ni qué decirle…
—Bueno, aún es muy pequeño. Tal vez cuando crezca un poco más sea más fácil.
—Eso si llego a verlo crecer —creo que se notaba algo de tristeza en mi voz. Acababa de recordar mi situación.
—¿Y tus padres? ¿Cómo es la situación con ellos?
—Estoy igual… No soy mucho de relacionarme con las personas realmente, me cuesta entablar conversación o acercarme a ellas.
—Pues conmigo te sale bastante natural —Jeff sonrió de lado y levantó una ceja, haciendo que me sonrojara levemente.
—¿Y a ti conmigo? —dije aún con las mejillas rojas.
—¿A qué te refieres? —contestó extrañado pero aún sonriendo.
—A si a ti también te cuesta… conversar de esta manera, pero conmigo te sale natural —miró al suelo soltando una mini risita y luego volvió a mirarme.
—Sí… ahora que lo dices, supongo que sí —ahora fui yo la que echó una mini carcajada cariñosa al escucharlo.
—Y eso que soy tu prisionera —lo intenté decir de forma graciosa, pero él se puso algo serio y… nervioso.
—Sí… Oye, te quería hablar de eso… —hizo el intento de seguir hablando, pero se detuvo para pensar mejor sus palabras. Espero que no sea algo malo…— ¿Sabes el día que ocurrió todo, cuando estábais en el bosque con las linternas y os secuestramos de repente? B-bueno yo… —hizo otra pausa y cogió aire. Luego me miró, como esperando que le dijera si de verdad quería escuchar lo que tenía que decir o no.
—P-puedes contármelo, ¿sabes…? —dije nerviosa.
—Está bien… —me miró directamente a los ojos— Fui yo quién te capturó a ti. Obviamente solo seguí órdenes, no era por nada personal, pero tal y cómo se han dado las cosas entre nosotros… Me parecía justo que lo supieras.
Me quedé con la boca abierta. Sabía que decía la verdad, que eran solo órdenes, al igual que agradecía que me lo contara, pero una parte de mí acababa de culparle por todo lo que me había pasado.
Respiré hondo, tratando de asimilarlo, hubiera sido él o no quién me llevó a la celda todo habría acabado igual, ¿o no exactamente?
—Jeff, solo por curiosidad, ¿quién llevó a la celda a quién? —dije para tratar de evitar pensar en que fue él el responsable directo de mi secuestro.
—No lo recuerdo muy bien pero… —miró unos segundos al techo para hacer memoria— Creo que… creo que Toby se llevó al chino y Laughing a Locke. Sé que Masky agarró a Lexy, aunque en su caso sí fue más personal, le pareció atractiva desde el principio. Y… me parece que Eyeless recogió a Josh del suelo, el muy idiota se estampó contra un árbol antes de que cualquiera de nosotros pudiéramos dejarlo inconsciente —Jeff sonreía ampliamente recordando cómo nos secuestraban uno por uno, eso me puso los pelos de punta—. A Lana fue Kate, XVirus se encargó de Brian, y Carl… —me miró y sonrió maliciosamente— adivina.
Puse los ojos en blanco y sonreí algo incómoda.
—¿Hoodie?
—¡Bingo! —comenzó a reírse a carcajadas— Seguro que le tenía echado el ojo desde el principio. Me pregunto si cuando Hoodie pasaba a limpiar vuestras mierdas ya fantaseaba con Carl dormido.
—Jeff… ¿No te parece algo extraño eso? —Jeff ladeó la cabeza.
—Explícate.
—Masky agarró a Lexy, y Lexy murió a manos de Masky. Laughing tomó a Locke, y lo mató, al igual que Toby y Fu y Eyeless Jack y Josh… —lo miré frunciendo el ceño y él me miró perplejo.
—¿Te preguntas si yo acabaré contigo también? —el tono de Jeff era serio, pero no enfadado. Él también se quedó pensando. El patrón que había ocurrido hasta ahora era demasiado… evidente para dejarlo estar.
—Escucha, quiero que me respondas algo, si puedes —él no respondió, solo me miró fijamente—. ¿Habéis planeado algún asesinato o lo habéis hablado? —Jeff se quedó unos segundos callado, pensando.
—No creo que ninguno hayamos hecho eso, o al menos yo no. ¿Qué sentido tendría?
—Jeff, ¿sabes por quién fuimos atraídos al bosque?
—¿Te refieres a Zalgo?
—Sí, ¿y si Zalgo sí tenía pensado que fuera así? ¿Y si…?
—Tenny, para —Jeff se inclinó hacia delante, estaba muy serio pero no podía mantener la mirada en mis ojos. Creo que estaba algo confuso, al igual que yo—. Escucha…
—Jeff, piénsalo, tiene sentido, ¿un Creepypasta diferente nos secuestró a cada uno y cuatro de nosotros están muertos por el mismo?
—¡TENNY, ESCÚCHAME DE UNA VEZ! —Jeff me tomó rápido de las manos— ¡YO NO PIENSO MATARTE, ME DA IGUAL LO QUE TENGA ZALGO EN MENTE! —tomó aire y siguió hablando ya más calmado— Puede que tenga que hacer ciertas cosas porque él lo ordene, como lo de secuestrar a uno de vosotros, pero ya está. No sé si los proxys sí estén más involucrados, pero hasta donde yo sé esto ha sido todo casualidad o… causalidad en otros casos. Es cierto que si Masky no se hubiera fijado en Lexy a la hora de agarrarla a lo mejor tampoco habría quedado tanto con ella, igual Carl y Hoodie tal vez… Pero hasta ahí. Josh murió por Eyeless como podría haber muerto por cualquier otro al que hubiera insultado, y si Toby no rondara por esa zona del bosque a Fu lo habría matado otro.
—¿Y tú? ¿Si no me hubieras llevado tú hasta la celda te habrías fijado igualmente en mí? O… si ni siquiera hubieras secuestrado a alguno de nosotros, ¿habrías venido de visita alguna vez? —Jeff se quedó callado, apretando un poco mis manos— ¿Por qué me secuestraste Jeff? ¿Por qué fuiste por mí?
—Yo… —sus manos empezaban a sudar— Si te soy sincero, no quería secuestraros a ninguno, pero él dijo que debía hacerlo… Ya os vigilábamos desde que entrasteis al bosque, y los demás no tardaron en decidirse, pero fue todo tan rápido… Solo quedabas tú, que, a decir verdad, el propio Zalgo dijo que eras la que menos le interesaba, creo que por eso nadie te escogió… Cuando vi que estabas sola, tuve que actuar por instinto, pero ni siquiera te escogí a dedo, quiero que sepas que yo no aprobaba nada de esto.
—¿Por qué no lo aprobabas? Es decir, ya debes estar acostumbrado a hacer ese tipo de… ya sabes, matar, torturar, secuestrar…
—Simplemente por orgullo, odio seguir órdenes, y más si no nos explican de forma clara por qué hay que hacerlas —contestó algo menos serio.
—Espera, estáis haciendo todo esto por Zalgo, ¿y ni siquiera os ha explicado el porqué? —cuanto más sabía sobre todo esto, menos respuestas tenía.
—Algo nos ha contado, a algunos más que a otros. Yo ya sabes que voy más independiente, no controlo a nadie, así que supongo que no le interesaba mucho que estuviera muy metido en la causa mientras cumpliera con lo que decía. Pero imagino que Slender debe saberlo todo, es decir, tiene que estar muy convencido de algo para movilizar a todos sus proxys y tomárselo tan en serio. Y estoy seguro de que los más cercanos a él también deben saber más que los demás, aunque no todo. Masky es el que más extraño se comporta.
—¿Que Zalgo amenace a Slender con matarle no sería ya motivo suficiente para que actuara así? A lo mejor tampoco le ha contado nada a él.
—No, no, no tienen nada que ver las amenazas de muerte. Zalgo es un demonio, pero no es tan poderoso para hacer temblar a Slender de esta manera, no tienen nada que temerse mutuamente, tiene que ser algo… Pactado entre ellos, algo realmente importante o que al menos nos afecte a todos.
—Y… ¿No tienes alguna teoría de qué puede estar pasando? —Jeff me acariciaba las manos suavemente mientras pensaba.
—Pues… tengo algunas. Estoy seguro de que están intentando mandar un mensaje, un secuestro así hace demasiado ruido.
—¿Crees que quieren hacerle ver al mundo que sois reales?
—Lo dudo... —ambos nos quedamos callados unos segundos, sin saber muy bien qué decir ahora. No imaginaba que este tema tendría confundido también a Jeff.
—Oye y… sé que he empezado preguntando yo pero… ¿Por qué me cuentas todo esto? ¿Es seguro para ti? —él rio.
—Tranquila, a mí me importa una mierda que sepas o no lo que está ocurriendo. Este plan, sea el que sea, no me interesa; ni siquiera han querido contar conmigo para él. Además, si te lo cuento es porque confío en que no irás por ahí diciendo que Jeff The Killer te ha dicho que Masky puso su mirada en el culo de Lexy desde el primer día —rei ante ese comentario.
—Igualmente, Jeff, créeme que aunque lo gritase nadie me creería —sonrió y bajó la mirada, comenzando a reír.
—Oye, nunca te he preguntado, ¿por qué invocasteis a Zalgo? —dijo mirándome de nuevo.
—Siempre quedábamos para ver películas de terror, y un día a Lana se le ocurrió que podíamos hacer… Algo más interesante. Yo era la única que sabía de los Creepypastas y cuando dijo Zalgo acepté porque lo último que se me pasaba por la cabeza es que fuérais reales… —hice una pausa al recordar lo que nos comentó Lana hace tiempo— Aunque… hace un tiempo… en la celda… Lana nos dijo que no fue casualidad, que ella soñó con que todos menos yo llamaban a Zalgo, y él les concedía todo lo que querían…
—Qué extraño… Zalgo no hace pactos que yo sepa, no actualmente al menos. Y que en el sueño tú no estuvieras, y él nos dijera que no le importabas tanto como los demás…
—¿Crees que no nos eligió al azar para llevar su plan a cabo? —Jeff parecía tenso, al igual que yo.
—Si lo que has dicho es cierto… estoy casi convencido de que no…
—¿Eso significa que no fue culpa nuestra? Es decir, ¿que él quería y esperaba que lo invocáramos?
—Sí… Y seguramente os escogió a dedo… Tal vez sí sea culpa vuestra, pero no por algo que hayáis hecho… —Jeff me miró y luego desvió su mirada a mis manos— En esta vida… —se me heló la sangre al escuchar eso.
—¿Qué quieres decir?
—Por lo que dijo Lana y nos dijo Zalgo, no creo que tú estuvieras implicada, pero los demás… —volvió a mirarme a los ojos— No estoy muy enterado del tema, pero como sabrás entre Creepypastas hay muchos… seres sobrenaturales, y tengo entendido que es posible reencarnar, y quién sabe lo que hayan hecho tus amigos con Zalgo en otro tiempo.
—Me estás tomando el pelo —dije con una risa nerviosa—. A este punto, ya me creo cualquier cosa, como lo de las vidas pasadas y todo eso… Pero, ¿lo de que nos castigue por algo que ocurrió en una? —terminé de decir, incrédula.
—Zalgo es un demonio, es orgulloso y rencoroso, a lo mejor se la intentaron jugar en otra vida, ¿esperarías que los perdonara? —contestó arqueando una ceja.
—Estoy confusa, no esperaba llegar a una conclusión así… Y menos esperaría que tuviera sentido, pero ahora… Dios, no sé qué pensar, ¿de verdad todo esto lo premeditó hacía tiempo?
—Quién sabe… —Jeff giró su cabeza para mirar el reloj en la pared— Se ha hecho tarde… Y supongo que tú también estarás cansada…
—Sí… Tal vez deberías llevarme ya a la celda…
—En realidad estaba pensando que… aprovechando que no sé si Liu volverá antes del desayuno, podrías quedarte aquí a dormir de nuevo. Esta vez podrías dormir en mi cama si te sientes más cómoda… —estoy segura de que me sonrojé como nunca.
—P-pero… N-no puedo, Jeff, es tu cama, las otras veces dormimos en el sofá… N-no es lo mismo.
—Yo dormiré en el sofá y tú en la cama, no hay problema, ¿o quieres que vaya a la cama también? —sonrió de lado, estaba completamente roja.
—T-t-tú duermes e-en l-la cama y-y yo en el sofá —tartamudeé varias veces, a lo que él negó.
—Vamos, cuanto más tardes más sueño tendremos —hice una mueca y miré nuestras manos, Jeff hizo lo mismo y nos separamos lentamente.
—B-buenas… buenas noches Jeff, y-y gracias por… confiar en mí —hice un esfuerzo en mirarle, ya que estaba algo avergonzada.
—Buenas noches, Tenny, gracias por confiar en mí —sonrió dulcemente, su sonrisa tallada se ensanchó un poco y asentí, caminé al dormitorio y cerré la puerta tras de mí, soltando un suspiro y me recargué en ella—. Dios mío… —susurré y observé el cuarto con detenimiento, estaba como lo recordaba la última vez. Paseé un poco y vi algunas fotos de él y Liu, incluso de cómo eran antes. Jeff tenía el cabello castaño claro, piel blanca pero no tanta como la tenía ahora y una sonrisa tímida; a su lado, estaba su hermano Liu, un poco más alto que él, castaño más oscuro, ojos verdes y sin rastro de las cicatrices que tiene de por vida ahora. Deben de tener unos diez y nueve años en esa foto, ya que se veían pequeños.
En otra foto, aparecían otras dos personas, un hombre y una mujer. El hombre tenía la cara rota, su imagen estaba arrancada, en cambio, la de la madre, estaba intacta.
Se podía observar a una mujer de mediana edad, cabello castaño y ojos verdes, con una gran sonrisa tomando del hombro a sus hijos.
Se veían una familia feliz, ¿qué les pasó para que acabaran así? No encontré más fotos visibles en ningún mueble más, así que abrí la cama y me acosté en ella, también me quité la ropa para estar cómoda, quedando solo en los boxers que Jeff me prestó hacía tiempo. Al acurrucarme en las mantas y sábanas, el olor característico de Jeff me invadía, acerqué mi nariz a la almohada y la olí, captando más su aroma, a lo que la abracé, apegándome más a la cama, y poco a poco me fui quedando dormida.
Curiosidad n°40: Los hermanos Woods y su madre siempre fueron muy unidos.
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