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Capítulo 34

¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Diez días? ¿Cinco semanas? ¿Tres años? ¿Hace cuánto que no veo a Jeff? ¿Hace cuánto que desapareció de mi vista sin más, dejándome de nuevo en el abismo del que me había sacado?

Es más, ¿por qué lo hizo? ¿Qué pasó esa noche?

Jeff… ¿Qué mierda se supone que pasó? ¿Fue porque fui demasiado sincera diciendo que era el único que me trataba bien? ¿El único que no me miraba mal? ¿El que me trataba como un ser humano?

¿Eso me hizo ver tan débil al punto que le asqueó por completo?

Pero él es un ser humano, un asesino, pero sigue siendo humano, ¡y me demostró que él también tiene sentimientos!

—¿Vas a dejar en algún momento de mirar fijamente a la puerta como una prostituta en busca de su putero? 

—Ya empezamos…

—Brian, ¿te has dado cuenta de que cuando yo me ponía así preocupado por la seguridad de Tenny vosotros decíais que estaba demasiado obsesionado?

—Carl, para ya, siempre estás buscando pelea, ¡ambos estáis igual de mal! Puede que al final seáis compatibles y todo…

—Olvidas un pequeño detalle, Lana… ¡Yo me preocupo por una persona y ella por un asesino! Mírala, está tan ensimismada en lo suyo que no se entera ni de lo que estamos diciendo. ¡Tenny vuelve a ser tú de una maldita vez!

—Cierra la puta boca Carl si no quieres que llame a Hoodie y te meta el fierro por donde lo hace, primer aviso —dije seriamente sin despegar mi vista de la puerta, estando sentada en la esquina jugueteando con mis dedos.

—Ciérramela, entonces —sonrió de lado mientras me miraba.

Estaba a punto de meterle mi puñetazo en la boca y que le saliera por el culo, pero un sonido sordo me detuvo.

Unos pasos pesados y dudosos caminaron hasta la celda hasta hacerse visible el autor de ellos. Nos miramos fijamente, había pasado una eternidad desde la última vez que nos vimos. Él abrió la boca para decir algo, pero no dijo nada.

—¡Hola Tenny! —exclamó Sally rompiendo el silencio entre los dos después de unos segundos.

—H-hola… —musité mientras ella abría la puerta. Sally miró a Carl por unos segundos y su expresión indicaba que estaba perpleja.

—Carl… —murmuró ella, Carl no contestó, le dirigí la mirada y tenía su vista clavada en Jeff, como un tiburón cuando ve a su presa rondando.

—¿Tanto te mueres por ser como yo que te embobas al verme? —habló Jeff con sarcasmo, pero su voz era dura.

—Me muero por verte muerto o fuera de aquí, tú decides.

Jeff se empezó a reír a carcajadas estruendosas, durando así unos minutos, al punto de llorar de la risa.

—Oye, "Plagaunado"... —se burló de su nombre, a lo que Carl no movió un músculo. Brian y Lana miraban boquiabiertos la escena, Sally soltó un suspiro tratando de mantener la calma— ¿Cuánto quieres a tus padres?

—¿Cuánto quieres tú a los tuyos?

En ese momento me levanté y me puse en frente de Carl y le miré directamente a los ojos. Carl, en cambio, miró detrás de mí con una sonrisa, me di la vuelta y si hubiera comido algo de verdad ese día me hubiera cagado en los pantalones de Jeff.

Estaba en frente de mí, con una gran sonrisa, las comisuras de sus mejillas se mostraban distorsionadas y sus ojos sin parpadear estaban fijos, sin apenas moverse. Al verme tomó mi hombro y me apartó con fuerza, haciendo que cayera al suelo, en cuanto volví a mirar Jeff estaba justo delante de Carl.

—Entonces… ¿Qué dijiste de mis padres? —dijo el moreno con voz muy dura.

—Vaya, ¿estás sordo? ¿La lejía que te cayó afectó a tus oídos? ¿Por eso te cuesta tanto procesar lo que digo? Estaba diciendo, que al menos no soy tan hijo de puta para matar… 

En ese momento Carl recibió una patada de Jeff en el rostro con fuerza.

—J-joder… —murmuró el rubio antes de recibir otra patada, y otra, y otra, y otra… Le dio incontables patadas en el rostro, la cara de Carl estaba cubierta de sangre… ¿Cómo podía seguir consciente?— V-vaya… —murmuró en bajo— Los pedófilos golpeáis bastante bien… Lo admito… —Carl empezó a reírse en cuanto Jeff paró al escuchar el comentario, pronto, ambos comenzaron a reírse mientras se miraban, aunque uno con más dificultad que otro.

—Así que pedófilo… ¿Eh? Seguro que ni siquiera has tocado a un puto ser humano en tu jodida vida, Hoodie para ti debe de ser la jodida lotería —Jeff rió más fuerte y le pegó una patada en el estómago, Carl se rió más bajo, el moreno lo tomó por la nuca y estampó su rostro contra la pared—. ¿¡EH!? ¡DEBE DE SER LA LOTERÍA PARA TI QUE ALGUIEN TE TOQUE SIN QUE TE TENGA TANTO PUTO ASCO! —gritó en su oído y lo tiró al suelo. Carl ya no respondía, ni siquiera se reía, se quedó inmóvil en el suelo mirándolo fijamente, pero su rostro no expresaba odio, más bien parecía que estaba recordando algo. Jeff respiraba agitadamente con pesadez, le dio un golpe de gracia en los testículos y Carl finalmente cerró los ojos, todos en la celda incluida Sally y Jeff esperamos unos segundos a que los abriera de nuevo, pero no lo hizo.

—De… debería mirar cómo ha evolucionado tu herida, Tenny… —Sally se acercó a mí y yo a ella, mientras que Jeff salía de la celda y se apoyaba en la pared, mirándome. Le tendí el brazo, ella lo observaba con cuidado. Ya no me acordaba ni de que tenía los puntos por el golpe de Laughing, no debía haber pasado tanto tiempo como pensaba si habían venido hoy a ver cómo evolucionaba…  

—Mm… Al ser en el brazo lo suyo sería retirarlo después de cinco o diez días, llevas seis pero parece que aún falta un poco… Te ayudaré a limpiarte la zona para que no se te infecte en este tiempo… —Brian y Lana miraban el agua con la que la niña me empezaba a mojar el brazo— Si queréis puedo dejaros luego un cubo con agua y jabón para que os lavéis… Podría traer también pasta y cepillo de dientes…

—Qué forma más tierna de decir que apestamos por todos los orificios… —dije sonriendo levemente tratando de cortar un poco la tensión. Sally también rio un poco. Yo no podía evitar mirar a Jeff, y él no alejaba su vista de mí. 

Sally terminó de desinfectarme la zona y nos dijo que ahora iba a por el agua, el jabón, y los cepillos y la pasta de dientes. Antes de marcharse miró a Carl y luego a Jeff, quien seguía apoyado sobre la pared mirándome sin decir palabra.

Miré a Carl que estaba tendido en el suelo y luego a Jeff. Él bajó la mirada hacia el suelo, luego miró hacia un lateral y posteriormente volvió a mirarme a mí, pero ya no de forma tan directa, ¿se avergonzaba de lo que había hecho? Seguro que no, pero tal vez él también estuviera incómodo sin más. 

Al poco tiempo llegó Sally con un cubo de agua y jabón agarrado por su asa con una mano, mientras que del otro brazo llevaba colgada una bolsa llena de lo que parecían cepillos, pasta dental y esponjas. Todos le dimos las gracias y Sally asintió con la cabeza, luego salió de la celda y se fue con Jeff, quien se detuvo para respirar profundamente antes de cerrar la puerta de salida al bosque. Todo se quedó en silencio por unos segundos.

—Oye, Carl está… está… —la voz de Lana temblaba.

—No lo sé… —Brian procedió a acercarse lentamente al rubio, colocó su dedo índice y corazón en un lateral del cuello y Lana y yo nos miramos. En el fondo, no sé si prefería que estuviera vivo o muerto, ya se había pasado mucho de la raya. Estoy confundida.

—Tiene pulso… Leve, pero lo tiene… —pude escuchar el suspiro de alivio de Lana al oír las palabras de Brian.  

—¿Por qué lo ha hecho? —pregunté de la nada y Brian y Lana me miraron.

—Tal vez… tal vez él se pensara que ya lo había matado. O quizás prefiera torturarlo más hasta que muera de verdad… 

—No me refiero a eso, Brian, no me refiero a Jeff. Lo normal es que él le hubiera dado una paliza, incluso asesinado… Hablo de Carl.

—Creo que a Carl ya le da igual estar vivo o muerto, tal vez solo quiera despedirse de este mundo demostrando valentía.

—Lana, ¿qué mierda estás diciendo? —pregunté estupefacta— Hay algo mal aquí, Carl desde que estamos en este lugar ha cambiado por completo, ha arriesgado su propia vida sin sentido, ¡y provocándoles a ellos! ¡Esto ni siquiera es normal en un maldito secuestro! —dije exasperada.

—Creo que Carl no ha cambiado en absoluto. Creo que siempre ha sido así, solo que se ponía treinta máscaras para ocultarlo. Tal vez sea simplemente un temerario y un cabrón, que no tiene nada que ver con la valentía —Brian miró a Lana al pronunciar las últimas palabras. Ella agachó levemente su cabeza. 

—¿Y cómo sabes tú eso, Brian? Conocemos todos a Carl el mismo tiempo, siempre fue un chico callado e introvertido, como yo, y eso no quiere decir que tengamos esas máscaras que dices —contraataqué frunciendo el ceño.

—Carl siempre ha ocultado cosas. Nunca hablaba de nada de su familia si entre nosotros salía el tema, nunca hablaba de su infancia, siempre decía que no la recordaba mucho. Su personalidad siempre ha estado basada en actuar raro y ocultar cosas. Además, todos tenemos algún tipo de máscara frente a los demás, y es imposible mantenerla durante tanto tiempo juntos como hemos pasado aquí. Todos hemos acabado descubriendo facetas de los demás que no conocíamos. Mira a Lana, por ejemplo, que siempre ha aguantado nuestras mierdas sin rechistar hasta ahora que ha podido liberarse. O a mí, que sentía que siempre tenía que ser el perfecto del grupo y ahora me he dado cuenta de que la mayor parte del tiempo odiaba casi todo lo que vosotros hacíais y yo solo intentaba no convertirme en eso. O tú misma, Tenny, tú antes no mostrabas la misma faceta que ahora, vale que todos tengamos traumas por esto, pero hay cosas que siempre hemos ocultado. 

—Es decir, que siempre has estado fingiendo todo el tiempo que te importábamos, durante cinco años, ¿y vienes a decir que Carl es el que ha estado ocultando su vida? ¿Te das cuenta de lo hipócrita y falso que suenas ahora? ¿Te das cuenta que te estás cagando en la memoria de quienes eran tus amigos diciendo que te importaban una mierda? Porque ellos estando vivos jamás les dijiste nada, maldito cobarde…

—Brian, ¿por qué nunca me has dicho nada de esto?

—Lana, tú no ibas incluida en lo que he dicho…

—Me da igual si yo te irritaba o no, has estado mintiéndonos a todos, incluso a mí, se suponía que éramos todos un gran grupo de amigos, ¿y ahora vienes con que no nos soportabas y odiarías ser como alguno de nosotros? ¿Por qué te mantenías en el grupo, entonces?

—Porque tú te empeñabas en juntarnos y en hacer planes en los que todos nos incluyéramos, ¡no quería que te enfadaras conmigo por no querer tener nada que ver con tus amigos!

—¿Estás seguro de que era eso y no el tener que superar en todo a Fu? ¿Siendo más amigo tú de sus amigos que él mismo? ¿Sabes que éramos los únicos que te soportábamos, verdad? No tenías ni un puto amigo a parte de Lana porque tenías que pasar por encima de todos —mi paciencia se colmando, ¿tantos años de pura mentira? ¿Es en serio?

—No me vengas con esas tú, Tenny. Sé que a muchos de vosotros os gustaba juntaros conmigo y con mi hermano por nuestro dinero.

—Brian, ¿qué tiene que ver el dinero de tus padres con esto? Hay más gente rica en el pueblo, ¡yo de verdad pensaba que todos éramos amigos porque nos apreciábamos entre todos! —Lana dejó soltar algunas lágrimas.

—Dinero… —empecé a reír mientras apretaba mis brazos con las manos de impotencia— Exactamente, por tu parte solo queríamos el dinero de TUS padres, porque era lo único que tenías de valor, en cambio, Fu, hasta donde yo sé, sí realmente nos apreciaba y se divertía con nosotros. Por eso Fu hasta después de morir fue y es siempre mejor que tú, ¡PORQUE ÉL NO ERA UN MALDITO AMARGADO DE MIERDA QUE FINGÍA PARA NO ESTAR SOLO! —grité en su cara mientras Brian apretaba los dientes mirándome con odio, le había dado en la vena, se iba a levantar seguramente para golpearme, ya que es bastante de tener la mano suelta pero Lana se interpuso entre nosotros dos.

—Parad. No es… no tiene caso discutir —dijo con voz temblorosa pero a la vez con tono grave—. Brian, si no somos tus amigos no tiene caso que sigas con nosotros aquí, al lado.

—¡Como si pudiera salirme! ¡No me jodas Lana! —espetó enfadado.

—No digo que salgas de la celda, digo que te vayas a la esquina y nosotros nos quedemos esta esquina —declaró seria la castaña.

—¿Y porque tú lo digas debo hacerte caso? ¿Estás de broma?

—Hazlo— Brian se rio con burla y se puso de pie, ganándonos considerablemente en altura—, venga, te reto.

—Brian, levántale la mano siquiera y juro que…

—Venga, ven y pégame —dijo en tono burlón mirándome—, a ver si eres capaz de hacer algo estando al ras del suelo.

Me acerqué y estuvimos cara a cara mirándonos, los dos nos quedamos esperando que el otro hiciera el primer golpe para empezar, pero ninguno lo hizo. Carl hizo un sonido e inmediatamente nos acercamos a él olvidándonos completamente de Brian.

—Ah… —murmuró y abrió lentamente los ojos, aún tenía sangre en el rostro hinchado— ¿Qué… qué pasó…?

—Carl, ¿cómo te encuentras? —preguntó Lana mientras tomaba su cabeza y la apoyaba en los muslos de ella.

—Bien… Nunca me he sentido mejor… en mi vida… —respondió sarcásticamente.

—Carl —lo llamé, él me miró como pudo—, tenemos que hablar…

—Yo… contigo no tengo ni mierda que hablar… —escupió sangre en el suelo y cerró los ojos, respirando con algo de dificultad.

—¿Por qué eres así? —aquella pregunta sorprendió al rubio, tanto que me miró con recelo.

—¿A qué te refieres?

—¿Por qué provocaste a Jeff de esa forma? ¿Por qué te cortaste las venas antes? ¿Por qué… sonreíste cuando… Locke estaba muriendo en frente de nosotros? —ante eso Lana me miró sorprendida y luego a Carl— ¿Por qué nos tratas tan horrible? ¿Dónde está el chico callado y amable de hace un mes? ¿Por qué cambiaste tan repentinamente? —le miré preocupada, él solo me devolvió la mirada inexpresivo dentro de lo que cabía.

—Me cansé —dijo pausadamente y tomó aire—, me cansé de todo.

—¿De fingir? —habló Brian detrás nuestra cruzado de brazos.

—Brian, vete a la otra esquina —le dijo Lana de mal humor.

—No me da la puta gana, puedo estar aquí tanto como vosotros, es mi libertad de estancia…

—¡VETE A LA OTRA PUTA ESQUINA, MIERDA! —grité levantándome y le empujé con toda la fuerza que tenía en ese momento tirándolo al suelo.

Carl abrió los ojos todo lo que pudo al igual que la boca. Lana se mantenía alerta y Brian me miraba con asco, se levantó y agarró mi cabello, jaló de él y me estampó contra una pared.

Le clavé las uñas en su mano, haciéndole gritar de dolor y me soltó.

—¡NO OS PELEEIS! —alzó la voz Lana.

Me tiré encima de Brian tirándolo al suelo y comencé a golpearlo en la cara a puñetazo limpio. Él me tomó ambas manos y cambiamos lugares, ahora yo estaba abajo y él arriba, tomó mis muñecas con una mano y con la otra empezó a ahorcarme.

—Maldita mierda… Debería haber ayudado a Josh a matarte desde el principio… —cada vez apretaba más y más, de la nada pude respirar. Lana le clavó las uñas en el cuello y le pegaba patadas en las piernas.

Brian le dio un cabezazo en la cara por detrás, dejándola aturdida y la tiró al suelo de un empujón.

—¡VENGA! ¡VENID POR MÍ! —dijo exasperado tocándose el cuello— ¡YA QUE SOIS TAN VALIENTES VENID LAS DOS!

—No… no os peleéis… —¿Carl está haciendo un esfuerzo por evitar una pelea? Quién iba a decirlo— Esperad a que me recupere primero para poder meterme —soltó una leve carcajada, pero la sangre de su boca no le permitió reír mucho más, enseguida empezó a toser. Lo miramos con algo de asco o más bien… decepción, en mi caso y el de Lana. De un momento a otro, su tos se volvió más fuerte y su cuerpo empezó a convulsionar. 

—No, no, no… ¡Otro muerto no! —Lana se puso histérica y acercó lo más que pudo a los barrotes para gritar con fuerza— ¡AYUDA, POR FAVOR! ¡ES CARL! ¡ESTÁ CONVULSIONANDO! —gritó a todo pulmón, juraría que le rasgaba la garganta con los gritos.

En ese momento, entró alguien que llegó con rapidez a la celda. Era Toby.

—¡¡TOBY, SÉ QUE TE IMPORTAMOS UNA MIERDA, PERO TIENES QUE AYUDARNOS!! —dije desesperada, Toby miró a Carl un momento y sin decir nada y con calma abrió la puerta de la celda. Cogió el cuerpo de Carl y se lo llevó con tranquilidad fuera. 

Me agarró cargándome en sus brazos y salimos de la celda, después de cerrarla, me llevó hasta fuera del almacén.

Cuando él caminaba por el bosque sin prisa, me quedé quieto.

—Buena actuación, casi me la creo —dijo de forma seca.

—Gracias —dije tranquilamente—, se iban a pelear de nuevo, y no tenía ganas de ver otra.

—Que conste que esto solo lo hago para que Hoodie y Jeff no tengan ninguna riña por tu culpa. Si por mí fuera, les habría dado una de mis hachas para ver si serían capaz siquiera de levantarla.

—¿Entonces Hoodie tendría celos si me matara alguien que no fuera él? Qué romántico.

—No entiendo cómo puedes tener esta actitud tan de mierda en tu posición… Supongo que un buen… susto, te haría cambiar de opinión —comencé a reír levemente con cuidado de no volver a atragantarme con la sangre. Creo que este idiota no conoce toda la historia.

—Sí… Seguro que sí… —continué riendo un poco, no podía evitarlo, ¿qué, según este ser, podía asustarme a este punto? 

Acabamos llegando a su cabaña, la cual no era muy diferente a la de Hoodie por lo que pude ver. Toby me tendió sin mucho cuidado en el suelo, y él se quedó en el sofá.

—Le dije a Nick que avisara a Hoodie para que viniera, no debe tardar mucho en llegar.

—¿De verdad le importo tanto? 

—Tal vez solo quiera rematarte él mismo. De todas formas, solo eres un agujero que él rellena, no te creas tan importante, niño. Por cierto, ¿qué mierda le has dicho a Jeff? Hace bastante tiempo que no lo veía perder los nervios de esa manera —me miró fijamente a través de sus googles.

—Estoy batiendo récords por lo que veo —sonreí hasta que recordé la escena—. Bueno, noté que Jeff es un gran amante del humor negro, el bromeó con matar a mi familia, así que… solo le pregunté por la suya —comencé a reír a carcajadas con solo recordar su expresión.

—Debería haberte dejado pudriéndote en el suelo esperando a que convulsionaras de verdad… —espetó molesto mientras me miraba con asco. Me estoy acostumbrando a que me miren de esa forma, tanto que solo me da risa ahora.

Curiosidad nº34: Toby escuchó los gritos de Lana porque su zona del bosque es cercana a donde están encerrados los chicos.

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