Capítulo 23
—¿Entonces? –preguntó el moreno a la rubia a través de las rejas.
—Jeff… —murmuré mirándolo con sorpresa.
—Hijo de perra… —susurró el rubio mirando con asco al asesino.
—¿Qué mierda has dicho, niñato de mierda? —preguntó molesto Jeff y se dispuso a abrir la puerta y entrar a la celda, a lo que miré boquiabierta a Carl por lo que había dicho.
—Maldito hijo de perra, eso es lo que he dicho, ¿estás sordo o qué? —alzó la voz.
Jeff, sin perder un segundo sacó su cuchillo, pero antes de que pudiera hacer algo, abrí mi mano lo más que pude y con bastante fuerza le di un gran manotazo en la mejilla. Tal fue la fuerza y la sorpresa del chico que cayó al suelo.
—T-Tenny… ¿p-pero qué haces? —preguntó Carl mirando a la rubia con tristeza.
—Lana, si te soy sincero no sé quién me da más miedo de los tres… Y eso que uno es un puto asesino profesional… —murmuró Brian.
—Carl es muy valiente… —contestó Lana.
—Carl tiene unos huevos que nunca he visto en toda mi puta vida, pero es demasiado imbécil para enfrentar a alguien estando desarmado.
—¿¡ERES IDIOTA, PLAGAUNADO!? ¿¡TE CREES QUE ESTO ES UN JUEGO!? ¿¡TE CREES QUE TIENES UN CONTINUAR Y TRES VIDAS!? —grité a pleno pulmón mirándolo con rabia.
—P-pero…
—¿¡HACE UN PUTO MOMENTO ME ESTABAS REPROCHANDO EN QUE ME ESTABA EXPONIENDO DEMASIADO AL PELIGRO Y TÚ AHORA LE INSULTAS A ALGUIEN QUE ES MUCHO MÁS FUERTE, RÁPIDO, INTELIGENTE Y ASTUTO QUE TÚ!?
—Me vas a hacer sonrojar —comentó Jeff a mis espaldas burlesco, pero su tono era bastante serio.
Carl soltó un suspiro de frustración y apretó los puños con rabia al igual que sus dientes, tensando su mandíbula.
Su mirada estaba fija en el suelo, no se atrevía a mirarme siquiera.
—OH, DIOS, EN SERIO, NO ME PUEDO CREER QUE HAGAS ESTAS ESTUPIDECES. PIENSA, CARL, TIENES UN PUTO CEREBRO, ¡PIENSA! —grité histérica, casi raspándome la garganta, me di la vuelta y caminé con pasos pesados y ruidosos a la salida de la celda y dirigiéndome a la puerta.
—Vaya genio… —dijo Jeff y salió con ella, cerrando la celda y abriendo la puerta. Comenzamos a caminar por el bosque—. Estoy impresionado.
—¿De qué? —pregunté mirándole seria.
—El truco de mierda que has usado para salir de la celda y hablar conmigo —me paré en seco al escucharle, le miraba estupefacta— y salvar a tu estúpido novio de la subnormalidad que hizo, a parte de lanzarme piropos delante de él para joderlo más y frustrarlo, eres manipuladora… —dijo mirándome directamente a los ojos.
—¿Funcionó, no? —me crucé de brazos poniéndome firme—. Eso es lo importante.
—Sí, lo más gracioso es que me subestimaste pensando que no me daría cuenta.
—Los hombres no captan las indirectas.
—No todos los hombres son como "Plagaunado" —contestó y soltó una risa al decir el apellido del rubio—. Pobres padres, tener un hijo tan… Rarito y hormonado como ese…
—Carl… Carl no es raro, solo diferente…
—Ya, ¿y para qué querías verme con tantas ansias? —preguntó el moreno comenzando a caminar de nuevo.
—Pues… me extrañaba que no hubieras estado en todo el día, no habías venido a la celda, y es raro.
—Vaya, pensé que estarías más feliz con que no fuese, como la última vez me estabas echando… —volteó los ojos poniéndolos en blanco.
—¿Estás molesto por eso? —arqueé una ceja, a lo que Jeff me miró por unos segundos y luego al frente.
—No, me gusta que en vez de degollarte o regalarte una puta corbata colombiana te haga un sándwich, te dé de MI comida y de la nada me trates como la mierda. Soy masoquista —solté un suspiro y ladeé la cabeza.
—Han muerto cuatro de mis amigos, dos de ellos por la misma situación en la que estoy yo, y temía que mataras a Lana o algo.
—Bueno, eso es comprensible… —miró al cielo—. Pero de todas formas, debería haberte matado por eso. Llega a ser Laughing, Eyeless u otro y ya te tendría de trofeo en mi pared como si fueras un ciervo.
—Podría estar divertido —comenté sin importancia, Jeff me miró rápidamente confuso y sin entender—. La experiencia, me refiero, que te pongan como un trofeo como si fueras importante…
—Tienes un extraño sentido del humor, ¿sabías?
—¿Lo dice un asesino que bromea con cadáveres, racismo y homosexuales?
—Pero eso tiene gracia, a menos que seas alguien turbio…
—Por eso estás sonriendo por la broma.
—Siempre estoy sonriendo, "experta en historias de internet".
—Perdón por no conocer tu vida y creer en la única fuente de información que tengo para saber de vosotros.
—Buen intento, Tenny, pero no cuela conmigo.
—¿Me haces otro sándwich como la otra vez?
—Si robas o compras tú los ingredientes me lo pensaré —soltó una leve risa.
Llegamos a la cabaña, Liu estaba viendo la televisión tumbado en el sofá sin camiseta, tan solo traía sus boxers. Al verme frunció el ceño.
—¿Qué mierda haces aquí otra vez?
—Oh, por Dios… —dije avergonzada y me tapé los ojos.
—Estoy en mi puta casa, no me voy a vestir para que tus hormonas no se alboroten.
—No eres mi tipo, no me gusta ver hombres semidesnudos, solo eso.
—Te vas a tener que joder, embrión.
—Vamos, mejor te preparo algo para comer…
—Jeff, tráeme una bolsa de papas y helado de vainilla.
—Acabamos de cenar, ¿para qué quieres eso?
—Ah, es que pensaba que estabas de mayordomo o sirvienta, ya que te has puesto muy servicial desde que esa vagina con patas pisó nuestra cabaña —dijo simplemente mientras miraba las noticias, me acerqué para escuchar mejor.
—Han pasado 3 semanas desde la desaparición de los ocho adolescentes, lo único que se sabe acerca de ellos son los cuerpos encontrados de algunos de los jóvenes, entre ellos de la joven Lexy Prasadiad, Josh Driesatdpo y Locke Namoc.
Mientras los nombraban iban apareciendo imágenes suyas en solitario y del grupo en general. Verlos de nuevo aunque fuera en fotografía me produjo nostalgia…
—La policía no nos ha dejado imágenes del estado en el que se encontraban los cuerpos, pero según testimonios de personas que los avistaron estaban en condiciones deplorables.
Debido a la gravedad del asunto, el caso ha pasado a manos de la policía de casos especiales, una unidad de más alto rango del gobierno.
Hasta ahora no se sabe nada más de los chicos restantes, seguiremos informando. Que descansen en paz los fallecidos.
Las noticias siguieron con el hombre del tiempo, sabían que estábamos desaparecidos. Me alivia saber que al menos se encontraron los cuerpos y les han dado el entierro que se merecen, en cambio, Fu… Pobres los señores Sanadesio… Se debe de sentir horrible no saber qué le ha pasado a un ser querido que ha desaparecido de la noche de la mañana, tener esa esperanza de poder encontrarlo y que luego sea todo una falsa ilusión, una mentira, descubrir que jamás podrás enterrarlo o siquiera verlo una última vez…
—Tenny —me llamó Jeff sacándome de mis pensamientos—, tu comida.
Me senté en la mesa y miré el plato, espaguetis blancos, comencé a comer y noté la mirada de Jeff en mí.
—E-está bueno —dije, pero ni se inmutó. Moví mi mano y lo saqué de su trance.
—Ah, ¿qué? —preguntó volviendo en sí.
—Que está bueno, Jeff —sonreí levemente y seguí comiendo.
—Que está bueno, Jeff —escuché detrás mía a Liu imitarme con una voz chillona.
—Oye, ¿al ser asesinos cómo conseguís comida?
—Adivínalo —dijo divertido.
—Las robamos en el mercadillo que tiene Slenderman —contestó Liu.
—¿Saqueáis a vuestras víctimas cuando las matáis?
—Lo que te estás comiendo son los órganos del bebé de la familia que matamos ayer, concretamente los intestinos —siguió respondiendo el castaño con burla. Cosa que hizo que me empezara a atragantar de la impresión porque me lo había imaginado realmente.
—Uy Jeff, se va a morir con un simple espagueti, el bebé aguantaba más…
—Liu… —soltó un suspiro Jeff algo cansado.
—¿E-entonces los robáis de casas? —pregunté dejando de atragantarme después de toser unas cuantas veces.
—Sí, o Liu las compra en un supermercado. No tienen de todo los que matamos, hay que adaptarnos pero tampoco malvivir…
—Podríamos ver qué tiene la madre de Tenny, a lo mejor tiene algo útil —al escuchar eso giré mi vista atrás de forma totalmente seria, eso sí que no había tenido gracia ninguna—. Creo que di en el clavo…
—Liu, basta, en serio, basta —Jeff se levantó molesto y tomó mi muñeca con fuerza llevándome a rastras hasta el fondo de la cabaña, donde parecían encontrarse las habitaciones.
Entramos por una puerta de madera. La habitación estaba oscura, Jeff encendió la luz, dejando ver un cuarto color azul apagado, unos cajones y un armario en la pared de la derecha y una cama grande con una ventana arriba de esta.
—¿Liu anda en sus días? —pregunté observando el cuarto con detenimiento.
—Algo así, cuando se pone de esa manera me desespera —dijo deslizándose por la puerta sentándose en el suelo con las piernas estiradas.
—¿Es tu cuarto? —dije mientras me sentaba a su lado.
—Sí, aquí descansa un asesino cuando termina de matar hasta que se canse —suspiró mirando por la ventana el oscuro bosque.
—¿No te da miedo estar durmiendo con una ventana encima de tu cama? Por si alguien que te odie o algo extraño aparece en la ventana mientras duermes… —miré fijamente la ventana mientras me imaginaba el escenario.
—Justamente eso lo hace interesante, de todas formas, si lo que fuese me llegase a despertar créeme que lo degollaría antes de que siquiera pudiese verme la cara —se estiró mientras se acomodaba, en su cara se le notaba el cansancio.
—Jeff, deberías dormir.
—No estoy tan cansado todavía. Además, me tienes que contar lo que sea que fueras a decirme —el asesino se quedó mirándome de forma seria esperando una respuesta.
—No sé a qué te refieres, ya te he dicho que solo le comenté eso a Sally porque me extrañaba que no hubieras venido en todo el día… —arqueó una ceja al escuchar mi mala excusa.
—Oh, venga, creía que habíamos dejado atrás lo de subestimar mi coeficiente intelectual —soltó una pequeña risa antes de seguir hablando—. O has insistido tanto para contarme algo, o me echabas demasiado de menos —creo que mis mejillas se sonrojaron al escuchar su segunda suposición—. no te preocupes, lo veo normal, soy fantástico y os trato como el oro, ¿quién no me echaría en falta?
—Tienes razón —Jeff fijó su mirada en mí sonriendo ampliamente como diciendo "lo sabía, soy tu asesino favorito"—. En lo primero, tienes razón. Quería hablar contigo —arqueó de nuevo una de sus cejas sin quitar la sonrisa de su rostro—. No me malinterpretes, sigo teniendo muy en cuenta que sois asesinos y os respeto, pero me sentí mal por haberte tratado así después de que tú me alimentaras y dejaras que me diera el aire fresco. También debo agradecer que no me hayas matado ya y sin embargo me des comida de nuevo —todos sabemos que no era eso exactamente lo que quería decirle, pero soltarle directamente "¿qué estamos haciendo aquí?" sería demasiado arriesgado, podría sentirse utilizado. Además, era cierto que debía agradecerle por eso y en parte disculparme por lo de Lana si eso evitaba ganarme a Jeff The Killer como enemigo.
—Mm… —Jeff alejó su vista de mí y la fijó en el techo de la habitación. Podía notar como hacía el esfuerzo de pensar una respuesta mientras intentaba no quedarse dormido—. ¿Sabes? Es cierto que estoy demasiado cansado como para darle vueltas en exceso a mi cabeza, así que pongámosle que te creo —su respuesta me alivió un poco—, pero sé que además de eso quieres decirme algo más que aún no me has contado. A pesar de ser rubia eres lo suficientemente lista como para saber cuándo hablar y cuándo no, y qué decir. Al menos cuando no estás cerca de Liu... —volvió a reírse levemente y yo también. Era cierto que con Liu se me habían ido un poco los nervios, supongo que también debía agradecer que no me hubiera matado ya. Aunque siendo sincera si no lo ha hecho es porque Jeff me considera su invitada y porque la casa está demasiado limpia como para ensuciarla con sangre—. Lo que quiero decir es… que si no me lo has dicho todavía es porque o aún no ha surgido el momento de decírmelo o estás esperando a que me canse más para que te conteste cosas que no debería sin darme cuenta —lo cierto es que ese era mi plan—. Concluyendo, que creo que ya es hora de que vuelvas a la celda, no te acompañaría pero no me apetece soportar la bronca de Masky si ven que te dejo por ahí sola por el bosque.
—A mí tampoco me apetece encontrarme a Masky en el bosque —Jeff rio pero creo que fue más por cumplir. Los párpados le debían pesar demasiado como para querer atender a lo que decía, su única preocupación parecía ser irse a dormir (qué irónico).
Salimos de la habitación y caminamos a lo largo de la cabaña hasta llegar a la puerta de salida. Por suerte Liu ya no estaba en el salón, antes de todo esto era de mis Creepypastas favoritos pero ahora prefería evitar su voz a toda costa.
Llegamos a las celdas y el único despierto era Carl, quién se levantó rápido al verme mientras se acercaba a los barrotes. Podía ver su expresión de odio en el rostro.
El sonido de la puerta al abrirse despertó a Lana y a Brian, quiénes como siempre dormían abrazados, pero lo cierto es que no tardaron en recuperar el sueño.
—Buenas noches, Jeff —dijo clavando su vista en el rostro agotado del Creepypasta a través de los barrotes. A mí apenas me miró.
—Ve a dormir —contestó sin hacerle mucho caso mientras se iba bostezando hacia el bosque.
Curiosidad n°23: Carl no estaba durmiendo en parte por esperar a Tenny, pero mayormente porque ha cambiado su rutina de sueño para hablar con Hoodie por las mañanas.
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