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Capítulo 22

—Esto no tiene sentido… no tiene ningún sentido… ¿Por qué Laughing fue tan cuidadoso? Sus víctimas suelen morir de formas mucho más violentas. La muerte de Locke, que le arrancara el brazo para después cosérselo… Es casi como si lo hubiera hecho sin querer, como si hubiera intentado "arreglar" lo que hizo con su brazo… como si… le hubiera agarrado cariño.

Una luz de repente iluminó mi mente, al final el cuerpo sí iba a servirme para algo más que para confirmar mis sospechas sobre L.Jack.

—El tema es, si ha podido sentir algún tipo de cariño, por muy temporal que fuera, quiere decir que ha estado relacionándose con él a menudo, hablando con él, no lo ha matado y ya…

Empecé a relacionar este caso con los anteriores, las piezas de un puzzle alocado empezaban a encajar.

—El cuerpo de Lexy estaba en un sitio en el que claramente iba a ser encontrado. Su cuerpo estaba algo adolorido, como si hubiera intentado luchar o escapar y hubiera acabado mal, todos pensamos que se trataba de una violación que acabó en tragedia y no le dimos mucha más importancia puesto que no había nada de ADN más que el suyo propio. El asesino había limpiado todo lo que podía del cuerpo, y luego lo había dejado en un lugar visible, pensábamos que era algo simplemente malévolo para causar daño, pero viendo lo de Locke… Tal vez no fuera una violación fortuita, tal vez fuera algo más pasional, puede que Lexy hubiera estado relacionándose a menudo con aquel proxy que la matara, y él, tras dejarse llevar por sus naturales impulsos homicidas y asesinarla, se arrepintiera y decidiera al menos dejarla en un sitio en el que pudieran encontrarla. Pero, ¿qué proxy haría eso? El único que se me ocurre que pudiera cambiar de parecer tan bruscamente es Masky…  

Todo empezaba a tener sentido, no los mataban porque sí cuando les apetecía, sino que tenían contacto con ellos y su naturaleza asesina acababa jugándoles una mala pasada…

—También cuadra con el asesinato de Josh, el cuerpo tenía marcas de una muerte muy violenta y le faltaban los riñones, pensábamos que podía ser fruto del tráfico de armas pero se descartó al ver que las apuñaladas fueron tan violentas que debieron dejar inservibles aquellos órganos… Yo sé que fue Eyeless Jack, y aunque Josh fuera el primero, tal vez actuara de forma tan violenta porque el chico lo provocara en una de estas que fueran a hablar con ellos…

Todas estas conclusiones parecerían inservibles de no ser por el bosque. Todos estaban concentrados allí, y saber que no van fortuitamente, matan y se van, sino que tienen que estar por allí a menudo para mantener el contacto con ellos, hace que sea mucho más fácil encontrarlos si me adentro lo suficiente. Sigo preguntándome el porqué de que el resto de la policía me ocultara la existencia de esa zona peligrosa que me mencionó la madre de Tenny… Debería investigar allí, pero con cautela, no puedo ir sola exponiéndome a los proxys, a Slenderman y todos ellos… Y menos sabiendo que están por ahí contínuamente. Tampoco puedo confiar en la policía, ellos me abrirían un expediente o me encerrarían en algún psiquiátrico.

—Estoy más cerca de la verdad que nunca y sin embargo estoy completamente bloqueada… Esto es frustrante.

De repente, mi atención fue captada por una sombra que se movía con velocidad, miré al marco de la puerta de la sala de estar, vi unos ojos mirándome fijamente, asomados por unos instantes y luego desaparecieron.

—¿Te hice pupa y ahora no quieres salir de las sombras? ¿Acaso me tienes miedo?

—¿Miedo? ¿Tenerte miedo a ti? Si lo tuviera no estaría aquí, ex inspectora… —dijo el rubio detrás de mí de la nada, a lo que me di la vuelta y me alejé de él con rapidez, tomé mi pistola y le apunté a la cabeza, él solo se cruzó de brazos mirándome—. Entonces… ¿me vas a matar por fin? —comenzó a reírse burlonamente.

—¿Qué mierda haces aquí? ¿Cómo sabes dónde vivo?

—Te he rastreado.

—¿Cómo? —pregunté molesta sin dejar de apuntarle, a lo que señaló mi teléfono, debía suponerlo.

—Eres muy ingenua —dirigió su vista al cuerpo de Locke y se fue acercando a él.

—Un paso más y disparo —dije con sequedad.

—Hazlo, el disparo lo vas a tener que explicar tú a tus vecinos, no yo, así que haz lo que quieras —respondió mientras miraba con una malévola sonrisa el cuerpo del chico—. Mm… No deberías haber hecho eso. Está mal robar pruebas, ya deberías saberlo… —terminó diciendo con simpleza mientras analizaba el cuerpo. Al ver que tenía la pistola en vano, la guardé. 

—¿Qué? —pregunté con desconfianza.

—Nada, solo que el punto fuerte de Laughing no es coser, eso se le da mejor a Jason… —tomó el brazo mal cosido de Locke y lo miró aún con más detenimiento—. Deberías tirarlo a la basura ya, o quemarlo, se está pudriendo y solo te va a traer bichos… ¿Qué tal la policía? 

—¿De qué hablas?

—No deben tardar mucho en llegar a tu casa para recuperar el cuerpo —Ben se dio la vuelta acercándose a mí con una gran sonrisa—. Tal vez los llame para pasar el rato… No lo sé, ando aburrido últimamente, y quedan menos de los chicos, ¿sabes? —soltó una risita— Un poco de acción no vendría mal.

Esa última oración me dejó desconcertada.

—¿Cuántos están vivos?

—Si te lo digo no es sorpresa, pero algo te diré, se han encontrado con un terrible destino…

—Deja ya tus jueguecitos y tus frases cutres y dime, ¿qué mierda haces en mi casa?

—Escuché que estás despedida, ¿es cierto? —preguntó Ben con cierta burla, a lo que le miré con desagrado—. Estoy en lo cierto, e imagino que no has robado a Locke para pasar el rato con su cuerpo, ¿no?

—Ben, ¿vas a decirme algo útil o solo vienes a joder?

—Noto que estás atascada y estás a punto de mover tu pieza, estás cerca de la cabeza del rey, pero tienes que matar a la reina.

—¿Puedes dejar las referencias? Me estás poniendo de los nervios —contesté angustiada.

—Estoy jugando, solo eso, y me estoy divirtiendo. Estás bastante cerca, tan cerca después de estos años… Sería una pena quedarse al final… ¿no crees? Ya estás adivinando quién mató a quién incluso, ¡estoy sorprendido!

Si necesitas ayuda para entrar al bosque es bastante fácil si sabes qué esquivar, hasta podría ayudarte.

—¿Les estás traicionando? —pregunté incrédula.

—¿Traicionando? ¿A quién?

—No juegues conmigo Benjamin… —en cuanto dije su nombre, su rostro se tornó completamente serio, no le había hecho nada de gracia.

—¿Sabes por qué sigues viva acaso, pequeña maldita mierda? —el elfo de 1'80 metros me miró directamente a los ojos—. Por pura pena y aburrimiento, porque has sido bastante perseverante y literalmente no has tenido vida durante nueve años en busca de nosotros —Ben iba alzando la voz cada vez más mientras se acercaba a mí. Realmente se estaba enfadando—. Supongo que eres la típica imbécil a la que uno de nosotros mató a sus padres o ser querido y no ha sabido seguir adelante con su vida y arrastra el pasado con ella jodiendo a todos los de su alrededor. Las personas mueren, desaparecen, se evaporan, es su estúpido destino, como el tuyo y el de todos, podría mandarte a Offenderman a tu puta casa, y con un solo toque de la rosa…

—Tantas amenazas y al final nunca nada, ¿por qué? Dime, ¿por qué si sabéis que desde hace años os llevo persiguiendo no me habéis matado? De hecho, ¿por qué no me has matado tú ya? —le interrumpí enojada, ya estaba harta de su estúpida charla.

—Porque imagina el impacto que estabas causando en nuestras vidas y asuntos que no nos entretuvimos ni un instante en ir a por una pulga insignificante como tú —sonrió ampliamente—. Date cuenta de todo el tiempo que has estado detrás de nosotros y solo te ha servido para humillarte a ti misma. Dices que acabarás con nosotros pero tu esfuerzo para hacernos daño ha sido tan inútil que ni nos hemos enterado de que lo estuvieras intentando. Me acerqué para jugar contigo, pero veo que ni vale la pena, por mucho que te esfuerces jamás llegarás siquiera a acercarte a alguno de nosotros a menos que así lo queramos, Janna.

—Eso ya lo veremos, elfo menstruante. Si estás aquí y sigues acordándote de mí es porque algo estoy haciendo, porque de lo contrario seguirías ajeno a mí, no te habrías presentado en mi casa ni me habrías mandado aquellos estúpidos mensajes. Os voy a matar, a cada uno de vosotros, y a los muertos como tú os enterraré en agua bendita y en cualquier atributo de cualquier religión, sea pagana o no para exorcizaros y mandaros a donde pertenecéis.

—Sería interesante ver cómo lo consigues por fin, pero me temo que si te encierran por robar un cuerpo no tendrás posibilidad de hacerlo —¿de verdad el enano se pensaba que iba a quedarme con un maldito cadáver aquí? Ya tenía planeada la forma de devolverlo, aunque me gusta que me subestimen, así los puedo pillar por sorpresa.

Tras mirarlo de forma seria por unos segundos, la copia barata de Link decidió desvanecerse por fin. Me quedé mirando el cuerpo de Locke, sabía que había llegado a las conclusiones adecuadas y cuando más me sentía bloqueada, la discusión con Ben me había animado a ir a por ellos con más fuerza y con más ruido que nunca. Siempre había actuado por mi cuenta y con precaución, pero ahora sentía que era mi deber exponerlos al mundo, y el primer paso para conseguirlo era documentarlo todo, archivar las pruebas que he ido encontrando a lo largo de no solo este caso, sino a lo largo de los años… Hacer que la gente vea la realidad de la situación. Hacer que vean que no estoy loca, que siempre he tenido razón, que deberían haber sido capturados hace mucho tiempo…

Decidida, me puse a buscar entre las pocas cosas antiguas que me quedaban de mis padres y que siempre llevaba conmigo cuando me mudaba, allí encontré un radio cassette negro y varias cintas de cassette vacías. La verdad nunca pensé que fuera a utilizarlas. A mi padre le gustaba grabar en ellas anécdotas que nos iban ocurriendo, tenía algunas llenas con sus historias, pero nunca me atreví a escucharlas de nuevo. Las vacías que nunca pudieron llegar a grabarse iban a servirme ahora al menos.

[Comienza la grabación]

Parece que se escucha… 

Al habla la inspectora… ex-inspectora en realidad… Ah, qué demonios… Sigo ocupándome del caso aunque sea en secreto…

Al habla la inspectora jefe Janna Weskare, hoy es 3 de noviembre de 2016.

Esta es la primera de las cintas que grabo, si alguien las tiene en su posesión, déjenme decirles que servirán para exponer la verdad sobre los Creepypastas. Sé que dicho así parece una locura, pero déjenme contarles todo desde el principio. 

Todo comenzó hace trece años, cuando mi vida se vio arruinada por uno de esos maniáticos. Simplemente se acercó, y como si fuera una hoja seca de otoño, se llevó la vida de mis padres, mi infancia, mi aspecto camuflado ahora en maquillaje, mi pasado, presente y futuro.

He estado todos estos años detrás del culpable de mi desgracia, de ese niñato malformado, pero con el tiempo descubrí que se había hecho más fuerte, y no solo eso, se había unido a escoria que cometía las mismas atrocidades que él de diferentes maneras.

Al principio pensé en perseguirlos desde la clandestinidad, tapando mi rostro con una máscara. Con el tiempo me fui dando cuenta de que la única forma de conseguir información sobre ellos sin arriesgar mi propia libertad era yendo del camino de la ley, por lo que me empecé a formar como detective, inspectora y cualquier tipo de cargo que me hiciera posible ir tras ellos. En cuanto cumplí los 18 años me metí en el cuerpo.

El primer caso al que me enfrenté que tuviera que ver directamente con algún Creepypasta fue hace 9 años, 5 meses después de empezar como ayudante del detective. Un niño desaparecido había sido encontrado muerto lleno de arañazos que no eran ni humanos ni animales, más bien garras monstruosas. También tenía los intestinos deformados en forma de animales como los que los payasos hacen en las fiestas infantiles con globos. 

El caso desconcertó a las autoridades, pero yo contaba con algo que ellos no: ya sabía quién era el asesino. 

Era joven e incrédula, decidí hablarle al inspector acerca de lo que sabía, pero eso solo sirvió para que se rieran de mí y perdieran confianza en mi criterio.

Al final el caso fue cerrado por falta de pruebas.

Traté de recuperar mi reputación marchándome relativamente lejos y empezando de nuevo en otra comisaría, no la elegí al azar, en los alrededores de ese sitio estaban surgiendo muchas teorías en principio alocadas de un tal ‘Slenderman’ que estaban atemorizando a la población y animando a los más curiosos a adentrarse en los bosques.

Estuve varios meses sin noticias sobre ellos, y durante ese tiempo fui ganando fama al resolver varios asesinatos normales.

Todo cambió cuando un día un joven apareció muerto en su casa, con una Nintendo64 con el juego de Zelda Majora’s Mask a su lado. El chico presentaba síntomas de ahogamiento pero no había agua a su alrededor. También tenía los ojos ensangrentados pero no había sido envenenado ni rajado. Aproveché mi nueva buena fama para tomar prestada la Nintendo con el cartucho maldito y jugar por mi cuenta, era arriesgado pero iba a ser la primera vez (sin contar el asesinato de mi familia) en la que podría ver cara a cara a uno de ellos.

Así fue como me encontré por primera vez a Ben Drowned. Él, tal y como ahora narran las historias de internet salió de la consola como Samara Morgan en la película. Se quedó unos segundos quieto y desconcertado al ver que yo no estaba asustada y que, por el contrario, le saludé con una sonrisa. Pensé que sería mi pase de oro para atraparlo. Él me preguntó cuáles eran mis intenciones, si quería morir o pensaba atraparlo de alguna forma. No recuerdo del todo las palabras que nos dijimos después, pero sé que le dije que pronto desaparecerían, que yo los haría desaparecer. Tras eso, y como ya suponía que era un fantasma, traté de hacerle daño arrojándole agua bendita, pero obviamente mi intentó solo consiguió enfadarlo, y así es cómo acabaron encontrándome medio muerta en un lago cercano. 

Mis compañeros de comisaría vinieron a visitarme al hospital, me había salvado un vecino que caminaba por allí. Todos me miraban apenados y desconcertados, pensaban que había intentado suicidarme. 

De nuevo, mi ingenuidad me pudo, y traté de contarle lo ocurrido al detective al que acompañaba, queriendo darle como prueba el cartucho maldito. Sin mucha esperanza, lo revisaron, pero se trataba del juego normal de Majora’s Mask, Ben se había llevado el suyo y había ido en búsqueda de una nueva víctima, y a mí, de nuevo, me miraban como una loca que o bien trataba de buscar una excusa por el pensamiento repentino del suicidio o bien había perdido la cabeza de verdad.

Los exámenes psicológicos que me hicieron tras este incidente dijeron que estaba cuerda y eso me dejó seguir trabajando, pero decidí empezar de cero e irme a otra comisaría, ya que de todas formas los avistamientos de Creepypastas habían cambiado de lugar de nuevo.

Aún así no me quedé contenta con lo sucedido y traté de exponer a Ben Drowned, publiqué de forma anónima en internet el caso del chico que había muerto por su culpa esperando que la gente viera el gran problema de esta situación. Por el contrario, y tras la fama que habían alcanzado otros personajes como Slenderman o Jeff The Killer por esa época, la gente vio a Ben como una leyenda más y al igual que los anteriores mencionados los creyeron irreales. Empezaron a surgir historias para explicar su origen, algunos incluso empezaron a buscar el juego maldito. Comenzaron a adorar al personaje que por poco me mata y que ahora yo misma había dado fama…

Ahí me di cuenta de que debía tomarme este tema con más discreción, y por eso no me he decidido a hablar hasta ahora. Esta es solo la primera de las grabaciones, el principio… Expondré más casos, y resolveré el misterio actual que además podría ayudarme a atraparlos: el secuestro de los ocho adolescentes…

 

[Fin de la grabación]

Aunque estuviese hablando sola, se sentía bastante bien desahogarse, aunque fuese siquiera un poco. Llevo arrastrando esto suficiente tiempo, y creo que es hora de ponerle fin a este estúpido juego infantil que han llevado a cabo durante tantos años…

Me levanté de la mesa, dejé la radio casette en ésta y tomé el cuerpo de Locke y lo metí en una bolsa, lo cargué a la caravana y conduje a la comisaría.

Ya descubrí lo que necesitaba, ya no me era útil, tomé mi máscara y me la puse para que no me reconocieran.

Al llegar a la comisaría, tomé la bolsa y entré por la puerta de atrás, Damian me vio al final del pasillo y caminó hacia la sala de cámaras, luego se acercó con las llaves y abrió la puerta.

—Es bueno saber que no tendremos problemas —comentó mientras abría un cajón para colocar el cuerpo.

—Nunca te metería en problemas, me has ayudado pudiendo chivarte —sonreí a través de la máscara, una vez puesto el cuerpo en su sitio, salimos de la morgue y cerró la puerta.

—Janna… —me llamó Damian, a lo que me giré para verle— Si necesitas algo, información, lo que sea, te dejo mi número por si puedo ayudar en algo.

—Gracias, tener contacto con la policía me ayudará por si descubren algo que yo no —escribió su número en mi teléfono y le mandé mensaje para que me agregara, nos despedimos y abandoné la caravana en un descampado lo suficientemente cercano para llegar a mi casa lo más pronto posible.

Cuando llegué me encontraba horriblemente cansada, había sido un día bastante agotador e intenso. Seguía sin entender la visita de Ben, pero no podía pararme a pensar en eso, mañana sería un nuevo día y estaba decidida a hacer avances importantes.

Curiosidad n°22: Como muchos creían, Ben no mide 1'50 o menos, todo lo contrario, mide lo mismo que Jeff, 1'80 metros.

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