Exhalo aire por mi nariz, molesta con esta situación. El nudo en mi garganta me recuerda que no debo llorar y mis respiraciones se hacen más rápidas para compensar la falta de empatía de mis ojos, que obedecen a mi yo orgulloso.

Prometí no escribir más poesías, y no lo hago.

Prometí darte tu espacio y dejarte solo como pediste. Lo estoy cumpliendo.

Prometí no rogar por amor al perderte, pero tuve que romper esa promesa o me hubiese derrumbado en la calle ese sábado lluvioso.

Prometí no escribirme con más chicos, y aquí estoy con miedo a subirme el próximo fin de semana a un auto desconocido. Temo estarme metiendo en algo peligroso, aunque es un supuesto héroe de los reales, de esos que son aliados de Supermán pero odian a Batman.

Me siento Loise Lane, luego de que Supermán se fuera del planeta a buscarse a sí mismo.
Pasarán meses y años, aún así recordará a ese ser único, de otro universo, con su cabellera oscura y su sonrisa única. También recordará por supuesto sus poderosos vuelos entre sus brazos, donde se sentía comprendida y cuidada.

Debo dejar ir a mi súper chico, a mi héroe favorito de siempre, a mi único e incomprendido hombre de acero. Frio como el metal, indestructible por fuera, pero por dentro tan humano y sensible como nadie a quien haya conocido.

Puede que ya no resista la soledad, que sonría en frente de otra sonrisa, pero nunca será esa que te pertenece solo a vos, y a nadie más.

Que difícil decir adiós, sea en inglés, en francés o en español.

Que difícil se me hizo decirlo sin decirte todo lo que deseaba mantenerte aquí aunque sea un poco cada día.

Quisiera saber cuál es tu criptonita para destruirla por vos.

Puede que ya tus poemas audaces y tormentosos sean para otras.

Puede que tus comentarios y chistes sean compartidos con chicas más interesantes.

Puede que nunca más encontremos segundos para apreciar lo que tuvimos.

Y aún así nunca nadie va a poder ocupar tu lugar aquí, en mi pecho cada noche, en mi cabeza cada mañana, en mi balcón al despedir a los atardeceres, ni en ningún sitio.

Cada ruptura es como si un auto destrozado se acomodara en mi corazón, como un estacionamiento específico para cada persona a la que amé.

Allí están mis exs, mis abuelos, mi padre, mi yo poeta y, finalmente, en el sitio más prometedor, con cintas en letras rojas y negras, allí estás vos. Sin embargo no está tu auto, es una línea de tiza blanca, ya que nunca te tuve realmente. Nunca acaricié tu melena, ni tu la mía, nunca aprecié tu aroma a recién bañado, ni tu perfume varonil, ni el olor a cigarrillo en tu ropa.

Nunca fuiste mío y por ello debería ser más fácil verte ir volando, mientras tu capa azul se pierde ondulando entre las nubes blancas.

Debería ser más fácil verte desaparecer entre las estrellas cada noche.

Debería ser sencillo decir "Adiós" o "Au revoir" o "Bye".

Pero como no lo es, no lo diré. Solo dejaré un espacio aquí con una cara sonriente, esa que me fastidiaba tanto y luego me hizo tenerla presente cada vez que quería bromear contigo. Mi favorita de todas las sonrisas, luego de la tuya media corrida, escondida como si quisiera ser hallada con el esfuerzo de alguien importante, si, luego de esa, mi favorita es esta :

😊