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Capítulo 11

Historia Original de KimMemoriesAndHopes









-¿Por qué Gulf?

-Noo entiendo, Rattana.

-¿Por qué con Mew? -ella caminó hasta quedar de frente con el chico, su ceño
fruncido y su mirada molesta, ella estaba furiosa y triste -llegaste a nuestra vida solo para arruinarla ¡te odio!

-Yo no lo hice por qué quise,
Rattana -Gulf suspiró, esa chica no era ni la mitad de la bonita personalidad que le mostró cuando la conoció.

Rattana estaba cegada por la
rabia y el enojo, los celos y lo miserable que su vida era.

Aunque al final la entendía, su vida cambió de un dia para otro sin avisar, su padre era un vampiro convertido, quizá ella conocía su historia... No.

No lo cree.

-No entenderías lo que sucede.

-¡Entonces explícame por que tuviste sexo con Mew! –exclamó, su mano fue llevada al hombro del menor apretando con un poco de fuerza que para Gulf no
significó nada —dime, niño. ¿Amas a Mew y por eso quieres quitarmelo?

-No, no lo quiero...

-¡Deja de meterte en mi vida!

-Es lo que mas quisiera, pero tengo casi cinco cachorritos que quiera o no, me mantendrán unido a él. No te preocupes, yo no lo obligaré a nada. -El tono relajado de su voz logró que el enojo creciera más, ese tonto niño no le iba a quitar a su Mew.

El padre de Mew tenía razón.. Kanawut quería quitarle a su chico y ella no lo permitiría.

-Son unos bastardos ¿por qué no los sacas de ti?

-Saca al tuyo, y vete si no quieres vivir más aquí.

-No hablamos de mi, soy la
pareja oficial de Mew, tu solo fuiste su prostituta de turno.

-¿Entonces han habido otros? Uh, te han engañado más veces, por lo visto - comentó arrogante -Mew no es tan heterosexual, querida.

-¡Te odio! -la palma de su bonita mano se estampó contra la mejilla de Gulf, sus dedos portaban anillos pesados por lo que el golpe fue mas doloroso -¡a ti y tus malditos bastardos!

-Son mis hijos -el menor levantó la mirada, relamió sus labios lentamente sin dejar de mirarla -repites una blasfemia en su contra y te prometo que...

-¿Prometerme qué? -la mano de la chica tocó el prominente vientre de Gulf apretando con suficiente fuerza para que los cachorros se removieran dentro Gulf no entendía el odio sin fundamentos validos de la chica, dejó que lo insultara, pero un nivel más alto era tocar a sus hijos de esa manera. Los cachorros estaban próximos a nacer, no iba a permitir un parto adelantado por su culpa; ella
no lo conocía y no desearía
hacerlo.

-Deja a mis hijos -gruñó -no lo voy a repetir, no toques a mis cachorros.

-Mira que tengo miedo -se burló apretando mas su agarre -¿cuantos bastardos son? Que asco dan.

-Rattana -Gulf la tomó de la mano alejandola de un empujón. Su intención no era lastimarla, sabe que hacerlo lo perjudicaría, sin embargo los pies de la chica se cruzaron entre si provocando que cayera ae espaidas en el piso.

Gulf se apresuró a intentar ayudarla para ponerse de pie, pero ella tenía otros planes.

-¡No me pegues, Gulf! ¡ayuda! -entre otros gritos y quejidos la chica hizo un tremendo show.

El pelinegro retrocedió un par de centímetros sin saber exactamente que sucedía.

Claro que estaba nervioso, la postura en la que estaban podía mal entenderse y ser visto como un tremendo patán.

-¡Déjamel -ella quiso gritar más fuerte, sin embargo la presencia de Mew con dos guardias la hizo callar y llorar entre susurros.

-Jess.

El aura que desprendía Mew era pesada y oscura, no lo recordaba así de cuando lo conoció.

Gulf sabía por medio de Tara que el padre de Mew estaba abusando de su poder sobre él obligándole a hacer cosas realmente macabras, incluso llegando a golpear a su propio hijo con la excusa barata de "hacerlo más fuerte". Le dio asco de sólo pensar en el infierno que Mew estaba viviendo con la necesidad de sobrevivir en un mundo que no era el suyo.

Por que Mew no pertenecía a ese lugar.

Al final el vampiro revisó a su novia, el cuerpo, rostro y su vientre buscando algún golpe o dolencia con preocupación.

Le importaba su hijo... Y ella, claro -¿qué sucedió? -preguntó con desespero.

-Quise conversar con Gulf. Al final ambos estamos en espera y... -sollozó falsamente y su rostro fue oculto en el cuello de su chico -y me atacó ¡me golpeó e insultó!

-No.. yo -intentó hablar Gulf siendo interrumpido por un molesto Mew.

-¡Callate! -exclamó el pelinegro mayor, sus ojos se encontraron rojos con los de un asustado Gulf, gruñó pretendiendo que el menor se doblegara -no se despeguen de él.

Los guardias asintieron a la orden y fueron tras el cuerpo inmóvil de Gulf.

Mew tomó a Rattana en brazos y en cuestión de segundos salió casi corriendo, estaban exagerando las cosas, sacando todo de contexto.

Pero era tan obvio, Mew jamás lo elegirá a él por sobre nadie, Mew no lo quiere, no quiere a los cachorros y no los querrá nunca.

Gulf está conciente de ello.

-¿Desea que llame al señor Tara? -pregunta uno de los guardias -no tengo permiso de hablarle, pero... el señor Mew se ve molesto, no quisiera que algo le sucediera a los cachorros.

Gulf después de algunos
segundos reaccionó, el hombre tiene razón, sería mejor llamar a Tara, pero suficientes problemas le ha causado al chico para cargarlo con uno más que no le corresponde.

Observó el rostro del guardia, no iba a olvidarlo nunca, él le llevaba una ración más de comida diciendo que era para los "bebés", pero en verdad sentía lástima de él, Gulf lo sabía.

Quién viera su deplorable estado lo sabría.

-No preocupen al señor Tara, yo puedo arreglarlo -se sentó en la orilla de la cama, sus cachorritos estaban dándole un tanto de molestias moviéndose mucho dentro. -no hice nada, yo ni siquiera le puse una mano encima, ella... -era absurdo. Todo eso era una completa idiotez en la que se vió arrastrado... Si tan solo se hubiera quedado uno o dos días más en su aldea esto se
pudiera evitar. Lo sabía.

-Lo sabemos -concordó el otro guardia. Por mucho que ellos quisieran ayudar al bonito chico para salir de ahí, se resignaron a ofrecerle la poca ayuda que les era posible.

Era una verdadera lástima
observarlo en cautiverio y con un trato tan pésimo.

Mew se aseguró del buen estado de su novia y llegó al llamado de su padre quién lo esperaba en el centro de entrenamiento.

🌑🌑🌑

-Padre -Mew bajó la cabeza haciendo una reverensia respetuosa al hombre que supuestamente habia aportado a su concepción.

-Saca a tu maldita mierda de aquí, Mew. Lanza su cuerpo al calabozo con los leones. Ellos estarán felicesnde comer carne de lobo -el hombre pretendía dar risa, claramente en su antigua vida no fue comediante, pero se rió de sus propias palabras.

-No lo haré.. -dijo con una frágil voz que intentó sonar firme pero en el transcurso fue cayendo.

-Ese maldito omega NO es tu pareja y tú lo has dicho.

-Lleva a mis hijos dentro. No es mi pareja pero...

-Debes obedecer mis malditas ordenes.

-No lo haré. No sacaré a Gulf de aquí para que los leones lo maten.

-¿Seguro? -Mew aún con la mirada gacha tuvo la valentía de asentir.

-Bien -el hombre tomó un látigo que yacía suspendido dentro de una ornilla de fuego.

No le tomó un segundo de remordimiento cuando azotó
las manos de su hijo, procedió con las piernas y la espalda.

Disfrutaba tanto los leves quejidos de Mew. Sabe que así lo convertiría en el próximo gobernante que su clan merecía.

No haría de su único hijo un mal heredero, sino alguien digno de dirigir a la gente y asesinar sin compasión.

-Mientras más tiempo sigas
negándote a sacar a ese omega de mi casa, más duro será el castigo, -luego de más de veinte azotes dejó el látigo en su lugar satisfecho. Sus dedos acariciaron con parsimonia la cabellera de Mew jalando un par de mechones, Su hijo heredó la delicadeza de su madre y no era nada bueno. -sigues siendo una vergüenza, Mew. Tara es mil veces mejor que tú.

🌑🌑🌑

-Salgan -Mew se hizo presente en la habitación de Gulf y los guardias salieron de la habitacion con mucho pesar. El hijo del lider parecia molesto. Cerró la puerta con seguro, su aura estaba obscura y llena de malas vibras que hicieron su
piel erizar -¿qué mierda te pasa Gulf?

-Yo no la toqué, Mew. Está mintiendo.

-Mi novia no es una jodida
mentirosa -sus pasos lo llevaron a estar frente al menor, su mano lo hizo ponerse de pie apretando con fuerza su brazo.

—¡Me estas lastimando –gruñó de dolor —Mew hablo en serio, me duele.

—¡No me interesa que duela!

—Mew, basta, me dañas.

—Tienes que pagar... –Mew lo pegó a su cuerpo, su naríz se paseó por el cuello del menor, su lengua yendo y viniendo por esa zona —lo que has hecho –y lo mordió.

Una mordida de pareja.

Mew había mordido a Gulf, no en la yugular, sino en el hombro.

Pero por mucho que esa sensación había sido nueva, Gulf tuvo que sentarse de nuevo en la cama por que sus fuerzas se habían ido  sorpresivamente.

Empezó a sudar frio y sus manos a temblar, pareciera como si sus pulmones colapsaron y el oxigeno no les llegara. Los cachorros dejaron de moverse, no los sintió más. Gulf no sintió a sus bebés.

Pasó la palma extendida sobre su vientre y no los sentía... Su corazón quería dejar de latir.

—Mew.. –suplicó empezando a derramar espesas lágrimas. Estaba muy débil. Gulf no sabía que hacer. —Mew, por favor.

Suppasit tembló. Algo dentro
suyo cambió y no sabía como
reaccionar.

La mordida sangraba ensuciando su pecho y su vientre con su propia sangre.

—Ta-también... Mew son... –inhaló —tus hijos. Mew...

Si alguien no lo auxiliaba rapido, moriría y también sus cachorros.

—¡Gulf! –fue Tara quien tiró la puerta de un golpe, la sorpresa se la llevó Mew, ese tipo no debería estar ahí, él mismo se encargó de mandarlo lejos ¿por qué no
obedeció?

—¿Qué haces aquí? –gruñó
molesto. Pero.. No era enojo.

¿Entonces qué era esa presión en el pecho que no lo dejaba respirar?

Tenía miedo.

Miedo por lo que le sucedía a
Gulf.

—¿Estás bien? –Tara lo ignoró olímpicamente corriendo al rescate del bello omega. —Gulf...

Mew observó por primera vez su maldita creación. Le había hecho daño a seres indefensos .. sus hijos, sus cachorros.

Era un maldito enfermo.

—Los.. cachorros, Tara.

—Mew sal de la habitación.

—No.

—Vete, largo de aquí –exigió Tara —ya has hecho mucho daño, si uno de los cachorros o Gulf muere, te juro que te mato, Mew largo de aquí.

Sin más que decir y aún
perturbado, Mew salió corriendo de la habitación.

—Los bebés, están.. están a
punto de nacer, Tara.

Ay no espero que los bebés esten todos bien.

Van a nacer los cachorros.

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