Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

23._Quiebre


Era una mañana de Abril lluviosa. Las gotas de agua se deslizaban por el cristal de la ventana mientras un ocasional relámpago rompía las oscuras nubes. La habitación estaba inundada en un frío tono gris que daba al ambiente un aire frío.

Era temprano y curiosamente Bills estaba despierto. Yo dormitaba sobre él, pudiendo oír el sonido de su corazón amplio y sólido. Su pecho era suave, tibio. Ideal para dormir, pero me resistía a ello pese a que su mano subiendo y bajando por mi espina me relajaba. Siempre me gustó el contraste de su piel y la mia. Mi mano sobre la suya. Sus dedos eran gruesos y acababan en una garra oscura como la cola de un escorpión. Podía despedazarme con ellas, pero nunca lo hizo. Los rasguños en mi piel, eran superficiales. Marcas pasajeras que desaparecían con las semanas. En ese momento repasaba todas las veces que sus zarpas dejaron huella en mí. Eran casi una metáfora de lo que implicaba permanecer al lado de Bills.

Él era mayor. Pasaba de los cincuenta años y estaba en una etapa de la vida en que las aventuras, las osadías; eran más una molestia que otra cosa. Bills hizo su vida a su antojo, intereses y caprichos. Con sus aciertos y desatinos. Difícilmente cambiaria algo de su vida, pues la construyó para que le resultara cómoda. También tranquila. Una mujer como yo, era un problema en potencia que amenazaba su tranquilidad.

El mal entendido de mi embarazo nos reveló esa y otras verdades. Yo apenas estaba empezando a construir una vida. Estaba llena de curiosidad, de ganas de experimentar y explorar, aun cuando siempre voy en busca de la paz, no puedo negarme esa vitalidad en mi que se contraponia a la de Bills. No es que fuera un viejo decrépito, solo que ya había pasado de esas cosas. Cierto era que yo no planeaba tener hijos, pero tal como él lo dijo,era algo que podía cambiar en el tiempo. Incluso sino era así. A veces la vida da sorpresas. Él, tal como lo demostró, muy a su manera se haría cargo, pero sin duda seria un cambio muy brusco en su vida. Pasar de ser un tipo solitario a uno que tiene una familia, sin duda, seria algo que le robaría mucho de lo que amaba y por lo que trabajo en su vida.

Lo quisiéramos o no habían grandes cosas que nos separaban. Y ambos éramos conscientes de ello. Ambos sabíamos que para estar juntos había mucho que descartar. Que transar ¿Qué tanto estábamos dispuestos a ello? Era lo que definía todo. Las huellas de sus garras en mi piel, decían a lo que estaba dispuesta, en muchas formas. Pero...de él hacia mí, las cosas eran acertijos y si bien di con satisfactorias respuestas no eran lo suficientemente sustanciales para sostener esa relación en el tiempo.

Durante el último mes, la sombra de esta verdad nos cubrió el corazón. No hubo una noche en que no buscarse el amparo de sus brazos o la pasión de estos. Esas ultimas semanas nos volvimos hogueras en busca de calcinar el esqueleto del otro. Solo queríamos arder y arder como dos estrellas en el firmamento. Nos sentíamos con más pasión que antes porque nos estábamos desvaneciendo. Momentos como esa mañana, eran extendidos hasta el límite de nuestras fuerzas.

-Me gustas mucho, Mary-dijo súbitamente, pero como si hubiera estado meditando esas palabras por mucho tiempo.

No lo mire. Puse mis manos a sus costados y apreté los pliegues de su piel entre mis manos. Apenas si se quejo y en represalia, hundió sus dedos en mi espalda.

Mi madre me dijo una vez que en el mundo de los adultos los "me gustas, te quiero, te amo" pueden tener significados muy opuestos al real valor de esas palabras. Ese me gusta de Bills, me dio escalofríos. Lo que vino después fue aterrador. Entre el torbellino de caricias despiadadas, que se desató entre los dos se soltaron declaraciones aun más terribles, como ese susurro en mi oído con dos palabras que condenaron todo: te amo.

Una semana después, al volver del trabajo, vi a varios hombres con overol bajando la escalera,
cargando muebles que reconoci. Corri al departamento para confirmar lo obvio. Allí estaba Bills, tal como lo conocí, pero ahora dejando aquel espacio que compartimos por más de seis meses. Era todo tan evidente que la pregunta: ¿por qué? Estaba fuera de lugar. Lo miré y él tomo una caja para salir, mas me le cruce en el camino.

-No me dejes- le pedí contra todo mi orgullo y contra la promesa que me hice, años atrás, de no volver a pedirle aquello a nadie más-No me dejes...

Lo repetí y sonó aún peor que la primera vez. Timbró como la suplica de un moribundo que no pide que lo salven sino que le den la estocada mortal. Porque si, seguir con Bills me iba a costar demasiado, pero estaba bien. Estaba dispuesta a pagar ese precio fuera o no un desatino.

Que se quedara o que me dejara seguirlo. Cualquiera de las opciones estaba bien. Mientras no fuera su ausencia la elección.

-Déjame pasar- me dijo seco y frío-Vas a estar bien...

-Sí, voy a estar bien ¡Yo siempre estoy bien! ¡Yo me las he arreglado sola siempre! ¡Y he superado cada ausencia en mi vida para seguir caminando! ¡Yo siempre estoy bien al final! ¡¡Contigo o sin tí voy a estar bien!! Pero no quiero...no quiero estar sin ti...

Creo que lloré. Posiblemente lo hice. No lo recuerdo, pero si recuerdo que apenas podía estar de pie. Que mis piernas no podían sostener el peso de mi corazón y se estaban doblando ¿Cómo Bills podía estar de pie  viéndome así, tan frío? ¿Estaba hecho de piedra o qué? ¿En qué hornos metia todo su fuego para que ni el humo se fugara de la atalaya de su ser? Finalmente solo paso por mi lado callado.

-Cobarde- le dije entredientes y se detuvo a mi costado-¡Eres un cobarde! ¡La soledad es cómoda! ¡la soledad es fácil! Pero déjame decirte una cosa Bills, nadie la aguanta indemne. Nadie Bills. Y tú no eres la excepción...

Me miro de reojo y salio.

Ahí quede yo. Destrozada. Saber que pasaría no mítigo en nada mi dolor. Tuve que aguantar hasta que el último hombre dejó mi casa para poder cerrar esa puerta y ver pasar ante mí, todo lo que vivimos durante ese tiempo. Una cinta de cine que me provocó un doloroso calambre en mis entrañas. Me corto el flujo de aire
y como si buscará sofocarme me cubrí la boca. Apoye la espalda contra la pared y me deje caer mordiendo el dorso de mi mano, pero...Al final silo di un grito tan fuerte que todo el edificio debió oirlo, porque tiempo después me entere de que él,mientras ayudaba a cargar el camión,lo escucho.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro