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17._Penumbra


Me dormí. Estaba cansada y sus manos me relajaron. Desperté gracias a sus ronquidos en la madrugada. En algún momento de la noche se giro a mí y me puso una de sus piernas encima, a la altura de mi cadera. Su extremidad pesaba bastante y sus brazos, entorno a mi cintura, me apretaban con fuerza. No sé que estaba soñando, pero lo oía murmurar fragmentos de palabras como "exquisito" o "eso es mío". Además como apoyó su mentón sobre mi cabeza, sus ronquidos los oía demasiado bien. Quise apartarlo, pero no lo logré. Termine por pellizcar su abdomen y todo cuanto logré fue que se volteara boca arriba y colgase medio cuerpo hacia el piso. Aprovechando su nueva posición, pude volver a descansar mi cabeza en su pecho.

Supese, entonces, que yo le gustaba al menos y ya con eso era suficiente. Después de todo, por algo me permitía tal proximidad. Pero no podía evitar pensar que estaba cometiendo un acto suicida al responder a esa cercania. Eran las cinco de la mañana y no quise volver a dormir. Me quede ahi, pérdida en un punto en la pared con todos mis sentidos puestos en él. A las siete me levante. Tenia que ir al trabajo y no tenía más opción que salir desde ahí. Aunque eso no era malo, el restaurante estaba cerca. Aquel lunes comenzaba particularmente bien.   

Durante ese día me quede pensando en cosas que hasta entonces nunca considere. Una de ellas era hasta cuando viviríamos juntos. Digo,
aquello no seria para siempre. En algún momento uno de los dos iba a mudarse. Y otra cosa era que yo suponía que lo suyo por mí, era una simple atracción o menos que eso. Él sabia que a mi me gustaba y bueno,
uno siempre empieza a considerar cosas cuando te sabes eres atractivo para una persona. Quizá estaba aburrido o se sentía solo ¿por qué más podía dejarme estar serca? Después de todo un tipo así, si lo propone, puede tener a la mujer que quiera. De pronto el tiempo junto a él me preocupaba. De pronto saber que pensaba de mí también. Me sentía insegura en aspectos que antes no. Eso pintaba mal y muy insensatamente, yo seguía ese sendero.
   
Esa tarde solo tuve mi última clase, por así decirlo, y volví a casa cerca de las ocho, después de ir de compras. Bills ya estaba ahi. Gritándole a alguien por teléfono. Tenía que ver con su auto, por lo que pude entender. En la mesa de la cocina habían varias boletas y una calculadora. Pase de eso para poner lo que compre sobre la nevera. Pronto seria Navidad y adquirí un pequeño árbol de luces Led de colores ambar y rojo. Era pequeño, pero suficiente. Además colgué una bota en la puerta de mi habitación. En cuanto a Bills, era mejor que rabiara solo un rato.

En mi cuarto me quite la linyera y saque de ella, algunas prendas nuevas que compre. Las necesitaba de otro modo no hubiera hecho esa compra. Hay mujeres que las relaja comprar, que las exita adquirir el objeto deseado, que les calma las frustraciones tal cosa; a mi me estresa. Unos pantalones, una falda larga, un vestido, ropa interior. Nada que no fuera necesario, salvo por una pañueleta. Las uso para envolver la enredadera que tengo por cabello y en esa oportunidad lo hice. Me tendí en la cama un rato a oír música, hasta que escuché la puerta abrirse y luego cerrarse con bastante violencia. Salí a ver que sucedía y me encontré de frente con Bills.

-Un tipo te trajo esto- me dijo con un tono casi de sargento.

Me dio dos entradas para un concierto de Jazz y fue cuando recordé, que había hablado con Milenko, para que me las consiguiera. Salí al pasillo para darle las gracias, pero el pobre ya se había ido.

-¿Para que son esas entradas?- me preguntaron desde la cocina y le respondí- Y supongo que iras con ese sujeto tan desagradable, además de mentiroso...

-¿Mentiroso?- repeti sin entender.

-¡Olvidas que me acusó de haber tirado el café sobre ti! -me dijo y se levanto de la silla para señalarmelo.

¿Todavía le guardaba enojo por eso? Me pregunte. Me hizo gracia, así que me sonreí algo que se tomó a mal.

-No te enojes- le pedí, pero enseguida salto a discutirme otras cosas.

Me dijo que ahora que tendría tiempo libre, pues el semestre había terminado (cosa que no sé como supo) yo debería limpiar el departamento también. Que estaba harto de sacar mi cabello de la ducha y que dejara mi pasta dental sobre el lavado. 

-Esta bien, esta bien. Prometo limpiar el baño ¿Algo más?

Me miró con enojo, uno que no estaba dirigido a mí y volvio a sentarse.

-¿Puedo ver la tele?- le pregunté poniendo las manos en mi espalda, con aire inocente.

-Si has lo que quieras ¡Pero no le subas el volumen! Y por cierto ¿Por que pusiste esa cosa en la nevera?- pregunto señalando el árbol de luces.

-Quería dar un toque navideño al departamento. Si te molesta puedo ponerlo en mi habitación.

-No pensé que te interesaras por cosas como esa, Mary.

-Tengo un lado tierno- le dije- Reservado y de poco uso, pero lo tengo.

Iba decirle algo más cuando, la luz se fue y al parecer sólo en el edificio. Con fastidio, Bills se levanto para ir a la puerta. Le pregunte que pensaba hacer, me respondió que hablar con el administrador. En ese estado iracundo no se me hizo buena idea, así que intente disuadirlo, pero solo me gané unos gritos de su parte. Intentó abrir la puerta, pero se lo impedí y cuando iba a decirle algo al respecto, ambos, oímos un extraño gemido en el departamento de al lado. Nos quedamos callados y pronto averiguamos que estaba pasando.

El muro de nuestra sala, era el muro posterior de las alcobas del otro departamento. Ya se imaginaran que estaban haciendo ahí ¿verdad? Pocas cosas me dan pudor, oír como otros tienen sexo es una de ellas. Gracias a la luz que entraba por la ventana del balcón, pude ver perfectamente a Bills, ir hacia pared para gritarles quien sabe que. Por suerte logre cubrirle la boca.

-¿Qué haces? dejalos en paz- le dije y aparte mis manos de su rostro.

-¿Acaso crees que me gusta enterarme de...?- se interrumpió al escuchar una exclamación lujuriosa de la mujer, que nos hizo contener la risa.

A ese desaforado delirio pasional, siguieron otros cuantos por lo que tome a Bills por la muñeca para ir al balcón y, al menos, poder reir a gusto.

-Y tan señorita que se veía- comento él, con algo de rubor.

-Oh vamos...es la mujer perfecta- dije y me senté en el barandal- Una señorita para todo el mundo y una puta en la cama. Todos los hombres quieren eso.

Me miró fijamente con una mezcla de reclamo y no estoy segura que más, pero no dijo nada y se apoyo en el barandal, justo a mi costado. Como no decía nada puse algo de música con mi celular y me quede oyendo, amortiguando los sonidos de la calle. Un viento suave soplo desde atrás y entro en la cocina esparciendo los papeles sobre la mesa. Vi el bolígrafo rodar por las cerámicas y a la calculadora quedar solitaria y dramática, al ser bañada por la luz del exterior.

-Las cosas no andan muy bien ¿verdad?- le dije, sin quitar mis ojos de esa imagen en la cocina.

Me miró de reojo, mientras yo ponía el celular en el bolsillo de mi falda, para levantar mis manos hacia aquella escena y formar un marco con mis dedos. Mire a través de esa figura, cual si estuviera por hacer un retrato.

-Me gusta la fotografía- le dije-de tener una cámara aquí, tendría una muy buena. Las cuentas en el piso de una cocina sin más luz que la del alumbrado público y esa calculadora sola en una mesa para dos.

Me eche un poco para atrás, olvidando que estaba sentada en el barandal, mas su mano en mi espalda me devolvió el balance.

-¿Quieres ir conmigo al concierto de jazz?- le pregunté volviendo a poner las manos en la barra.

-Me suena algo aburrido- me respondió mirando al cielo.

-Bueno le diré a Milenko que me acompañe...

-¡¿Qué no tienes amigas?!

-Sí, pero no les gusta el jazz-le dije.

Me miró y lo mire. Otra canción comenzaba a sonar mientras el apagón ahora se tomaba toda la calle. En un susurro comencé a cantar y casi sin darme cuenta lleve mi mano hasta su rostro,pero la deje a unos centímetros...

"Happiness is just a word to me
And it might of meant a thing or two
If I had known the difference
Emptiness, a lonely parody
And my life, another smokin' gun
A sign of my indifference
Always keepin' safe inside
Where no one ever had a chance
To penetrate a break in..."

Tardo un poco en inclinar la cabeza hacia mis dedos y recibir mi caricia. Entendí entonces un par de cosas respecto a él. Mi mano descendió hasta el cuello de su camisa y de el lo hale hacia mí...

Toda relación tiene condiciones implícitas. Nadie que acepte, por ejemplo, ser pareja de otro le dirá: ahora que eres mi amante,debes serme fiel. Es algo que entiendes debes hacer. Bueno nuestra relación tenía esas y otras tantas reglas invisibles que cada quien entendió sin necesidad de palabras.

Quedo parado entre mis piernas, mirándome a los ojos, podía sentirlo más que verlo. Estaba oscuro. Me abrace a su cuello para besar la comisura de su boca y luego deslizar una de mis manos tras su cabeza, descubriendo algunos pliegues de su piel con la punta de mis dedos. Sus manos en mi cintura me empujaron hacia él, obligándome a bajar del barandal. Esos dedos subieron por mi espalda causandome un cosquilleo que desato un pequeño temblor en mí. Algo que le saco una sonrisa que tensó sus músculos. Antes de abrazarme a él, estaba tenso; pero ahora no era a causa del estrés. Su mano en mi cadera, su rostro en mi cuello y esa sutil advertencia de sus garras en mi piel, fueron el preludio de lo que ocurriría esa noche.

Sintiendo lo que yo sentía y no sabiendo lo que Bills sentía exactamente, aquello era un total desatino. Una mala decisión que podía costarme caro,pero es que en sus brazos y al amparo de la penumbra no pude evitarlo. Ese velo negruzco escondió muchas cosas, pero desato muchas otras. Si, la noche noche nos sentaba bien y pensar menos también.

 

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