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16._Inicio


El día comenzó temprano. Muy temprano, algo que no lo ponía del mejor de los humores. Las mañanas eran frías y por eso busqué mi abrigo. Me subí medio dormida al auto de Bills quien me llevó a su tienda para recoger algunas cosas. Fue entonces que pude ver la magnitud del incendio. El ala norte del bulevar fue la afectada y el local de Champa se llevó la peor parte.

-¿Qué estas haciendo ahí? Ven aquí y Ayúdame- me llamó Bills desde el interior de la tienda.

Fui por unas cajas que me advirtió tratara con cuidado. Después de unos veinte minutos partimos al lugar del evento, fuera del cual ya había una larga fila para entrar. Al llegar al estacionamiento, Bills me dio una tarjeta de estas que se cuelgan en el cuello con mi nombre y el número del stand que nos correspondía.

-No lo pierdas- me dijo Bills  mientras ponía dos cajas muy pesadas en mis manos.

-No lo haré. Es la primera vez que entro de esta forma a un evento así- le dije.

-Es raro verte emocionada con algo- comentó mientras cerraba la cajuela del auto.

Levantó dos cajas sobre su hombro y una más pequeña bajo el brazo para dirigirse a la entrada de aquel centro de eventos repleto de stand, escenarios y puestos de comida japonesa. El lugar se abriría al público en hora y media, así que había tiempo para organizar aquel cubículo que quedaba al amparo de un gran árbol. Cuando abrí una de las cajas descubrí varias de las figuras de colección que Bills tenía en su tienda. Las más costosas.

-En este tipo de eventos es más fácil vender ese tipo de objetos- me dijo, supongo que porque noto que me hacia varias preguntas al respecto.

-¿Y eso por qué?- le pregunté mientras dejaba la figura en el mostrador.

-Porque la gente que viene aquí, si trae dinero- me contesto- Y a diferencia de una tienda que atrae a pubertas hormonales en busca de la última serie Yaoi, aquí puedes encontrar verdaderos conocedores del anime de culto y coleccionistas dispuestos a pagar por un artículo exclusivo.

-Sabes bastante del tema- comenté en voz baja.

-A esto es a lo que me dedico, Mary- me señaló mientras ordenaba unos libros de manga- El mundo del anime es muy amplio. Hay para todos los gustos y también usos,pero no muchos saben que están consumiendo. Por ejemplo,
el Yaoi tiene sus categorias,pero prueba preguntarle eso a las mocosas vestidas de fresa que aparecen en la tienda. No saben que es Shounen Ai, Bara, Shotacon; toda la gama de mangas y ánimes con bishōnen,aun cuando la han visto. Lo mismo pasa con los géneros como el Shonen que esta dirigido a un público infantil,
mientras que el Seinen esta dirigido a un público adulto. Pocos conocen la diferencia.

-Sí lo sé. Muchos tampoco saben lo que es realmente el Lolicon-acoté.

-Tú tambien pareces saber bastante- comentó en un tono juguetón- Y yo no vendo ese tipo de cosas- me aclaro con gravedad, un instante después.

-Lo sé y ¿Qué tengo que hacer exactamente?

-Ser el enganche visual. Una chica atrae más que un tipo como yo- me dijo.

-¿Tengo que hacer cosplay?- le pregunte con interés.

-No hace falta...

Con lo bien que nos fue la última vez, me sorprendió que no me lo pidiera. Aunque tampoco se opuso a que lo hiciera. Me cambie en la parte de atrás del stand, donde había un pequeño espacio para guardar las pertenencias y al salir Bills ya tenía todo en orden. Era una lástima no poder recorrer el lugar y aprovechar las primeras horas para comprar algo bueno, pero había llegado a un acuerdo con Bills y debía cumplirlo o no me pagaría.

Había tres escenarios con música en vivo de bandas tributos a grupo K-pop, que saturaban el ambiente. En otro escenario había una competencia de cosplay y en un sexto hacían concursos como trivias y cosas algo raras para mí. El público era abundante. Pronto todo se volvió un tanto caótico, aunque las ventas no estaban mal. Las series se vendían más rápido que los libros de manga, aunque lo que se vendía en mayor cantidad eran todas las chucherías como llaveros, accesorios para celulares, etc. Chicos y chicas me pedían alguna foto, después de todo mi caracterización era bastante buena, pero un tipo en particular insistió en salir conmigo en la foto de una forma en la que tuve que rechazarlo, mas continuo con el asunto. Por suerte otros chicos y una muchacha me ayudaron a espantarlo.

Bills no dejo su silla, pero si vigiló al sujeto hasta que se perdió entre la gente. No tengo que decir que todo el trabajo lo estaba haciendo yo ¿verdad? Aunque cuando un tipo pregunto por una de las figuras grandes, finalmente Bills se levantó y le señaló el precio.

-Es un poco costosa- comentó el individuo.

Bills le habló del material y los detalles logrados en la figura. Sonaba bien, pero el muchacho no estuvo de acuerdo con el precio y se fue.

-Tienes que ser más flexible- le dije mientras él volvía a su silla.

-Es el precio justo- replicó viéndome fijamente.

Hacia calor así que me refresque con agua de una botella.

-No sabes negociar- le dije y al pasar mi mano por mi cabello el botón, de la manga de mi blusa,se atoro en mi cabellera- ¿Me ayudas?

Me miró con fastidio y se puso de pie para quitarme el cabello del botón. Lo hizo rápido, después deslizo sus dedos por mi cabellera provocándome un escalofrío agradable. No hay algo que me relaje más que me acaricien el cabello, las manos apropiadas y ese pequeño gesto, me dijo que él era una de esas personas.

-Suave- murmuró y se quedo parado ahí, a unos centímetros de mí.

-Como te decía...tienes que ser más flexible- le dije para romper esa proximidad incomoda.

-Yo soy muy flexible- me respondió con una sonrisa ladina.

Cada vez que me miraba así,con esas intenciones traviesas en los ojos, yo sentía que él, lo sabia todo. Además sabia que yo lo sabia, lo que volvía aquello una situación algo difícil para mí. Porque Bills sabia que a mi me gustaba, pero yo no sabia lo que sentía por mí. Y como nada estaba dicho, no podía preguntar. Yo suelo simplemente preguntar aunque parezca extraño para muchos. Casi lo hago en ese momento sino es porque dos sujetos, se acercaron a consultar por la misma figura de hace rato.

-Un momento- les dije- Dejame ocuparme de esto- le susurre a Bills, casi en el oído.

No se opuso. Dio un paso atrás y se quedo viéndome en sus juicios silenciosos. Les dije un precio con un 30% más. Por supuesto me respondieron que era muy costoso, a lo que dije que estaba dispuesta a negociar. Aquello despertó su interés. Al igual que Bills mencione la cantidad de detalles y la calidad del material, además que la figura estaba basada en el manga y no en el anime. Poco a poco fui bajando el precio hasta dejarlo 5% sobre el valor real y ellos lo pagaron sin más protesta.

-El truco de negociar con el cliente esta en hacerle creer que gano- le dije a Bills, con una sonrisa.

-Lo note...

Me distraje bastante atendiendo el local y a media tarde ya había logrado vender dos figuras más. Para cuando terminó el evento, había vendido la últimas. Cuatro de siete no estaba mal. Si a eso sumamos las series y libros de manga, más un libro ilustrado por un conocido Mangaka, las cuentas para Bills salieron más que bien. El problema era retirarse rápido, porque era peligroso moverse por ahí con tal cantidad de efectivo.

Fui yo la primera en ir al estacionamiento y camino allá, me encontré con el sujeto de la fotografía otra vez. Me ofreció ayuda, pero la rechace. Fue cuando todo el lío comenzó. Saco unas tijeras y me sujeto del cabello para cortarme un mechón. Solté las cajas y le hundí el puño en el abdomen, el segundo puñetazo lo recibió en el mentón. Logro quitarme cabello y escapo. Él no estaba bien. Se lo notaba en el rostro, pero no podía dejar pasar ese ataque y me toco denunciarlo. Algo que me robo tiempo.

Cuando sali de la estación de seguridad, Bills estaba afuera esperando. No me preguntó nada, no hizo comentarios. Me subí a su auto callada y nos dirigimos a su tienda para guardar la mercancía que no se vendió. Había un baño con ducha ahí, así que aproveche de darme un baño y cambiarme para después ir a sentarme al sofá de la oficina. De Bills ni idea. Me dejo ahí y se fue a no sé donde. Al volver lo hizo sin el auto y con una cara de furia. Andaba circulando con la licencia vencida y por tener un altercado con el oficial, le quitaron el vehículo.

-¿Y cómo nos iremos a casa?- le pregunte.

-¡No sé! ¡Caminaremos o nos quedamos aquí!

-Por mi esta bien- le dije- El sofá se ve cómodo.

-¡Ni creas que te dejare usar el sofá sólo por que eres mujer!- me dijo y me tomo por el brazo para ponerme de pie.

Se tendió allí muy cómodo y triunfante, mirándome como si me estuviera desafiando. El sofá era amplio,dos cabían ahí.

-¿Qué crees que estas...?

-Cállate. Quiero descansar. Me lo merezco,trabaje todo el dia- le dije mientras me acostaba junto él.

-¡Tienes el cabello mojado! ¡Estas helada! ¡Haste para allá!

Protesto bastante, pero no me impidió recostarme a su lado, apoyando mi cabeza en su hombro. Al fin se quedo callado y quieto. Su corazón latía rápido, pero no porque estuviera exaltado sino porque ese era su ritmo natural. Sonaba fuerte también. Su cuerpo era duro, como abrazarte aun atado de leña que tomaste del bosque,
pero no era desagradable. Su olor era tenue y su respiración muy discreta. Me quede tan quieta como me era posible, intentando callar esas preguntas que no verbalizaba. Es que el silencio siempre me ha sido más cómodo que las palabras,que se usar, pero muchas veces me estorban. Era la primera vez que encontraba el silencio hablado en alguien y me gustaba sobremanera. Él lo sabia y yo lo sabia, lo demás solo tenía que ocurrir o no. Todo dependía de lo que quisiéramos. Ese momento me revelo que más que miedo a sentir era miedo a haber encontrado, eso que no pensé encontrar jamás. Bien no era perfecto, pero así era ideal.

Sus dedos se hundieron en mi cabello y se deslizaron a través de el, pero su camino termino abruptamente gracias al corte que me hizo ese individuo. Su mano termino en mi hombro con un agarre firme y mi respuesta fue apretar los pliegues de su camisa sobre su pecho. Me miro tranquilo y respiro sobre mu cabello. Le sonrei. Ese fue el inicio de todo supongo...

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