-Ahora sí están a mano -mencionaba sonrientemente la madre de Jin, invitando a su vez a la madre de Min, a abandonar la habitación -Vamos, dejemos que se acomoden para está noche -agregaba contenta pero sobre todo cómplice de aquella situación.

-Subiremos en un rato otra vez -avisaban ambas, dejando la puerta del cuarto abierta, a su vez.

-¿Creés que funcione? -susurraba la madre del pelirubio, totalmente confusa, pues está era una de las últimas y pocas opciones que quedaban en su lista.

-Lo hará, no tienes que preocuparte de absolutamente nada. Jinnie, es increíble con respecto a lo que necesitas amiga, tranquila -divisaba hacía la habitación una última vez, mientras doblaban a la esquina del segundo piso para bajar a la sala y así seguir con lo que quedaba de su muy planeada reunión.

Dentro de aquella habitación que yacia casi en la esquina del segundo piso de la casa, las cosas se tornaron silenciosas, Yoongi comenzó a levantarse cautelosamente de encima de la espalda del pelinegro, mientras que el mismo se sentaba distraida pero sobre todo perdidamente sobre la cama, sintiendo unos ojos oscuros, penetrantes sobre él y es que se sentía más que avergonzado por las reacciones tan positivas que había tenido su cuerpo, por qué vaya él estaba derritiéndose ante el suave pero delirante toque y caricias de una lengua ajena sobre su muy sencible lóbulo.

Incorporándose de la cama, una mirada de total seriedad se hizo presenté en Jin -Amm... Yo duermo del lado izquierdo, tú puedes acomodarte del otro lado -añadía, queriendo olvidar lo de había un pasado hace unos segundos.

-¿Jin? -lo llamaba, en un intento por discutir aquello que había pasado entre ambos -Quiero... quiero pedirte una disculpa por lo que...

-No sé de qué hablas -se apresuraba a responder, intentando abandonar tanto la conversación como la habitación, sin éxito alguno.

-Espera quieres -pedía Yoongi, sosteniendo uno de sus brazos, delicadamente, como si de una persona demasiado frágil se tratase -¿En serio quieres fingir que no hice lo que hice? ¿Porqué? ¿Porqué te gustó? -alegaba un poco disgustado -Y ni siquiera te atrevas a negarlo, por qué todo tu cuerpo tembló, los bellos de tu nuca se herizaron totalmente.

-No quiero entrar en una discusión que no terminará bien, al menos no hoy que dormiremos en la misma habitación, ¿bien? -aludia siendo lo más sincero que podía.

-No podrás retrasar está conversación durante mucho tiempo, lo sabes ¿no?

-No soy de piedra, ¿de acuerdo? -soltaba aparentemente molestó -No tienes porqué disculparte ¿bien? -pausaba -Tampoco es como si hubiéramos tenido relaciones. Lo olvidaré para mañana, como seguramente lo harás tú.

-¿Creés que soy así en serio? -preguntaba, no entendiendo que debió haberse quedado callado.

-¿Cómo? ¿Fácil?

-¿Fácil? ¿Ahora resulta que soy fácil? -reía sarcásticamente.

-Es que eres fácil Yoongi, al menos así te veo yo.

¡Genial! Ahí venía el vómito de verdades, que la gente tanto odiaba de Jin.

-Sino eres fácil, explícame ¿porqué la famita que corre en la escuela de ti? Esa que dice sin pena alguna por todos los pasillos que tú eres el todas, todos, mías y míos.

Un par de venas en el cuello de Jin, comenzaron a saltearse, demostrando que esto acabaría mal sin duda alguna.

-Y ni siquiera te atrevas a decirme algo como que ellas o ellos son los fáciles porque estoy seguro que más de uno demuestra interés en ti para una relación que claramente a ti no te importa en lo más mínimo, más que sea una relación de una noche.

-Sabes que, no sabes absolutamente nada de mí. ¡Vete al diablo! -gritaba fuertemente, soltando el brazo de Jin, para ser él y ahora el que saliera de la habitación.

-Yoongi, espera.

-¿Para qué? ¿Para que sigas ofendiendo me?

-¡No, espera! ¡Por favor! -imploraba, tomando del brazo al pelirubio -¡Lo lamentó! -clamaba en una muy sincera disculpa -No quise decir lo que dije. Por favor, no dejemos esto así.

Conteniendose lo más que podía sus ganas de irse, se giró hacia donde se encontraba parado Jin, quién lo miraba verdaderamente arrepentido, algo que le hizo aún más difícil irse de ahí, en ese preciso momento.

-Me juzgaste sin conocerme -se apresuraba a decir -Prometiste darte la oportunidad de conocerme, de no juzgarme y no lo hiciste.

-Lo sé, lo siento en serio.

-Si en verdad lo sientes...

-¿Me inco ante ti? ¿Te suplicó? ¿Te beso la mano? -bromeaba, sacándole una sonrisa tímida al pelirubio parado en la puerta.

-No, no quiero que hagas nada de eso -aseguraba.

-Menos mal, no pensaba hacerlo.

Afirmaba Jin, haciendo un ademán de "gracias al cielo"

-En verdad, lo lamentó Min.

-Esta bien, en parte tienes razón... Yo sólo me he ganado aquella fama de casanova, más no fácil -aclaraba, dejando muy en claro su postura con respecto a lo que era.

-Escucha, te debo un helado, que tal si vemos una película mientras comemos helado, recostados en la cama, sin nada más que dedicarnos a pasarla bien pero sobre todo conocerlos -sugeria, robándole un suspiro pensativo al pelirubio.

-De acuerdo, pero también comeremos palomitas.

-Hecho, ahora vuelvo acomodate, busca una película buena que no sea de miedo.

En tanto que Jin, bajaba las escaleras todos lo miraban espectantes -¿Todo bien cariño? -interrogaban ambas madres y amigas, a lo que Jin solo asentía.

-Oímos que te mandaron al diablo hermano.

-Si, pero está todo bien. Tranquilos -agregaba, antes de ir con rumbo a la cocina.

-¿En serio crees que tú Jinnie, se enamore de mi Yoonie? -murmuraba la madre del pelirubio, lo suficientemente bajó que apenas y la misma madre de Jin podía oír.

-Estoy segura -musitaba, sonriendo dulcemente a su esposo quién la observaba cuidadosamente al otro lado de la sala.

🖤

Nuevo capitulo.
Espero les guste. 🖤