4.
Al momento en que el automóvil inicio el recorrido final a la entrada de la mansión donde vivía, le fue inevitable pensar pero sobre todo notar lo grande e abrumadora que está era, sólo para sus padres y para su hermano menor Hoseok, quién era tan solo un año menor que Jin.
-Taeyang -llamaba suavemente al castaño a su lado, mientras observaba como el auto iniciaba a detenerse -Mis padres te dijeron ¿a qué hora es la comida-cena con los Min? -interrogaba con poco interés.
-A las 6 me parece, así que tienes una hora y media para arreglarte -mencionaba, saliendo del auto para así abrirle a Jin, como siempre solía hacerlo.
-Te quiero preguntar algo -agregaba al salir del auto lentamente -¿Que te pareció el chico con el que estaba? -interrogo con las mejillas coloreadas en un lindo carmesí.
-Creo que es un chico lindo, agradable, pero si me permites creo que es algo misterioso.
Una de las principales cosas que caracterizaban a Taeyang, era el ser muy sincero, cosa que les molestaba a varios también.
-Lo mismo pensé yo, cuando rechazo la invitación para llevarlo a su casa, se puso un tanto nervioso, ¿no crees? -interpelo con demasiada confusión.
-Si, eso fue lo que noté. Pero ya tendrás tiempo de conocerlo, mientras corre a arreglarte que ya es tarde según tus padres -soltaba con algo de gracia, pues sabia bien lo exagerados que estos solían ser a veces.
-Bien, te veo luego.
Al entrar a la mansión, lo primero que hizo fue correr a la cocina a saludar a su nana y al hijo de está con quién se llevaba en extremo bien.
-Hola nana -saludaba con un tierno y casto beso en la mejilla -Hola Minnie -con un poco de prisa se acercaba al hijo de su nana, a quién también saludaba complacidamente, para finalmente ir al cuarto de su hermano, quién ya debía haber llegado de la escuela.
-Hoseok -lo llamaba casi en un susurro ahogado, sosteniendo temblorosamente entre sus manos una pistola de agua, pues ese era su juego tomar descuidado al otro y rociar la mayor cantidad de agua posible sobre el otro.
-¡Buuuh...! -exclamaba con un fuerte grito desde atrás que rápidamente lo alertaba a girarse y disparar contra su menor, claro que mientras esto pasaba el otro ya lo había rociado con la mayor cantidad de agua que había dentro de su pistola de juguete.
De un momento a otro la habitación se inundó tanto de agua como de risas ruidosas que rápidamente llamaron la atención de su madre y padre.
-¡Chicos! -llamaba su madre desde la entrada, observando el desastre en el que se había convertido la habitación de Hoseok.
-Lo siento mamá -se disculpaba ambos, al unísono ganándose una tierna pero sincera sonrisa por parte de la castaña frente a ellos -Ahora se tendrán que arreglar en el mismo cuarto -aclaraba, adentrandose al cuarto, por una muda de ropa no tan elegante, ni tan sencilla para su hijo menor, quién observaba sentado y atentó desde la entrada toda mojada, junto a Jin.
-¡Haeji! -llamaba, esperando a que la nana, apareciera en la puerta.
-¿Si? -contestaba en un tono de voz un poco bajo pues ver el desastre que habían hecho sus niños como ella tan tiernamente los llamaba la había dejado asombrada.
-Puedes por favor, llevar esto a la habitación de Jin, allá se bañara Hoseok.
-De acuerdo, enseguida lo llevó y vuelvo a limpiar esto -mencionaba, como toda nana consentidora.
-Oh, no. Ellos, ambos van a limpiar este desastre ¿verdad mis amores?
-¡Sí! -cantaban a la par.
-Pero será después de la cena, vayan a bañarse, cambiarse, a ponerse aún más guapos -halagaba, abriendo las ventanas de la habitación para orearla mientras llegaba el momento de que la limpiarán.
Los segundos, minutos y hora transcurrieron por fin, llegando así la hora de la cena con los Min, quiénes llegaron tan pronto dieron las 6 en punto.
-¡Kim!
-¡Min! -se saludaban, estrujandose suavemente entre ellos -Que elegantes se ven todos -halagaba al unísono el matrimonio Kim, a la feliz pareja frente a ellos.
-Pero si ustedes no se quedan atrás, mirense nada más -pausaban, abriéndole el paso a sus hijos; Tzuyu y Yoongi.
-¡Buenas tardes!
-Buenas tardes, chicos. Pasen.
-Tzuyu, Yoongi -los nombraba delicadamente su padre, captando con rapidez su atención -ellos son Hoseok y Jin, hijos de los Kim.
-Mucho gusto Hoseok-saludaba sonrientemente la castaña frente a ellos, haciéndo una pequeña reverencia a los mismos -Hola Jin.
-Un gusto Hoseok -agregaba Yoongi, siguiendo los mismos pasos que su hermana -Un gusto volver a verte Jin.
-Hola, el gusto es propio -devolvia el halago el menor de los Kim.
-Hola chicos -reverenciaba a Tzuyu y Yoongi, con una sonrisa un tanto coqueta que llamaba de inmediato la atención de Yoongi, haciéndolo pasar saliva muy pesadamente.
Esta sería una cena muy pero muy larga para el pelirubio.
-Vamos, pasemos al comedor. La cena está servida -añadía risueña la bella y un tanto elegante madre de Hoseok y Jin, quién estaba sumamente orgullosa tanto de su guapo esposo, como de sus dos lindos hijos.
Recurriendo a la tan conocida frase de "Primero las damas" se adentraron tanto el matrimonio Min -que era la familia anfitriona de la noche- como el matrimonio Kim, demasiado sonrientes, dejando tras de ellos a sus hijos, confusos por la situación, ninguno sabía el motivo de la cena, aunque claro no necesariamente tenía que haber un motivo.
-Por favor -señalaba su hermana, al menor de los Kim, para adentrarse al comedor, dejando solos a Yoongi y Jin.
-¿Que te pareció la escuela? -preguntaba inmediatamente el pelirubio, al verse solo él y el pelinegro frente a él.
-Tiene su encantó -respondía con una sonrisa nerviosa, pues le había gustado demasiado conocer a Taehyung ahí -Te puedo hacer una pregunta -añadía concentrándose de pronto en Yoongi.
-Dime
-¿Porqué tienes una fama tan grande de rompecorazones? -interpelaba sin pena alguna -¿Acaso te lastimaron alguna vez? ¿O no correspondieron a tus sentimientos?
La mirada de Jin, se encontraba totalmente en Yoongi, observando como rápidamente sus expresiones faciales cambiaban.
-Pe-perdona, no quise ser imprudente -se apresuraba a decir, esperando no hubiera sido tan entrometido.
-Esta bien, no te preocupes -mencionaba, sonriendo al suelo -Te lo contaré algún día, ¿bien?
-Bien, perdona de nuevo.
-Para compensarlo, ¿te parecería que fuéramos por un helado mañana? -preguntaba con mucha educación y cuidado.
-De acuerdo, te lo debo -asentia tiernamente, sintiéndose totalmente culpable por dentro, pues había sido demasiado imprudente.
-Ya está, pasemos al comer. Primero los chicos lindos por favor -halagaba, ganándose un sonrojó por parte del pelinegro, haciendo inclusive sudar las manos del mismo.
-Tú también eres lindo, ¿porqué no pasas primero tú? -contraatacaba, sintiendo cosquilleos en la parte trasera de su cabeza por sus palabras, porque sabía y sentía que para nada eran mentira, porque el pelirubio frente a él podía ser un total y completo casanova pero entendía perfectamente porque tanto chicas como chicos caían ante sus encantos, pues era verdaderamente atractivo.
-Por qué yo sólo soy lindo cuando estoy cerca de ti -cantaba cursi mente, sin asimilar como sonaba -Tú eres lindo desde que naciste.
-Eso sonó demasiado cursi -se burlaba SeokJin -Pero concuerdo en qué soy lindo desde que nací -contestaba seguro de si.
-¡Chicos, vamos entren que ya vamos a cenar! -llamaban sus madres desde el comedor, haciendolos reír pues seguían insistiendo en que pasase primero el otro.
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