3.
Tzuyu podía sentir como el ambiente entre ella y el pelinegro frente a ella, se volvió denso en el mismo instante en qué su hermano apareció con el cabello húmedo y mirada penetrante que se hayaba posada en Jin.
-¿Y bien? -insistía -¿Quién te gusta Jin? -era increíble cuan vulnerable se sentía Jin, frente a Yoongi.
-Kim Taehyung -contestaba.
-Mande -respondía inmerso en aquella plática el pelinegro, pues había oído claramente su nombre, aunque no sabía bien quien, ni para que lo habían mencionado.
Jin, por su parte prontamente se puso ansioso, removiendose nerviosamente en su lugar, al oír la voz del chico que hacia tan sólo unas horas había conocido, oyendo el timbre sonar fuertemente en el pasillo, sintió que era su salvación, el momento perfecto para entrar al salón y evitar dar explicaciones.
-¡¿Qué?! Oye espera -lo llamó el pelirubio, al percatarse lo rápido que se adentraba Jin al salón, dejándo tanto a Tzuyu como a Yoongi confundidos, entrando seguidamente detrás de él, dejando a Taehyung sin saber que rayos había pasado.
Conforme las manecillas del reloj avanzaban una y otra vez sobre el reloj en la pared en la parte posterior del salón, el pelirubio no podía dejar de pensar en la confesión del chico nuevo.
"No puede ser, le gusta Taehyung ¡Kim Taehyung!" se repetía una y otra vez mentalmente con histeria.
No es como si el pelinegro fuera su peor enemigo, o no. Claro que tampoco era como si fuera su mejor amigo -no tenía tanta suerte- mucho menos era como si de un familiar indeseable se tratase, simplemente que Kim Taehyung, era la persona que sin saberlo le había echo entender a Min Yoongi, que también los hombres llamaban su atención -siempre y cuando se parecieran al pelinegro o que fueran verdaderamente muy lindos- aunque nadie lo hacía lo suficiente como Taehyung, pues era realmente lindo, con una hermosa tes morena -que brillaba condenadamente bien a la hora de hacer deportes- de cabello negro con pequeños rulos por doquier, era sin duda alguna una tentación.
Su próxima conquista, gustaba de su amor platónico.
¿Que tanta mala suerte tenía que tener para que eso pasará?
🖤
Dando fin a aquél tan pesado y mal día de clases, salió tan rápido como pudo detrás de Jin, quién parecía huir de Taehyung, pues este lo seguía para quien sabe que.
-¡Ey! -exclamaban al mismo tiempo Yoongi y Taehyung desde la entrada del salón.
Sin prestarle la suficiente atención al pelirubio junto a él, Taehyung corrió trás de Jin, quién tenía prisa al parecer desde su punto de vista.
-¡Jin! -sus pies se movieron aún más veloz de lo que lo estaba intentando, logrando así alcanzar al pelinegro, tomándolo con suavidad de su antebrazo -¿Por qué corres? ¿Acaso no me oíste llamarte? -interrogaba controlando su aliento.
-¡Lo siento! -se disculpaba, mostrándole sus orejas las cuales eran cubiertas por audiculares, que respondían claramente a su pregunta antes echa, con respecto a que si no lo había oído, claro que esa era la idea del magnífico plan b, por si el pelinegro lo llegase a alcanzar que a fin de cuentas así terminó siendo -¿Te puedo ayudar en algo? -preguntaba, al seguir sintiendo el agarré sobre su brazo.
-La maestra del taller de cocina, me encargo darte un recorrido por la misma aula, así que te veo a las 7 de la mañana, ahí mismo -mencionaba tranquilamente, soltando el brazo del pelinegro -Te iba a decir que fuéramos ahora pero veo que tienes prisa.
-Podría ser ahora, sólo necesitó ir al baño y avisarle a Taeyang -aclaraba.
-Ahora entiendo porque corrías -agregaba con una linda y cuadrada sonrisa -¿Taeyang? -preguntaba.
-Es... Ammm, el encargado de traerme y llevarme -explicaba removiendose en su lugar.
-Jin, ve al baño corre -añadía risueñamente.
-Ahora vuelvo -cantaba, mientras corría lo más rápido que podía hacía los baños y no precisamente porque le anduviera del baño, sino porque estaba demasiado nervioso como para permanecer un segundo más frente al pelinegro.
Mientras el mismo Taehyung creía que Jin, era adorablemente lindo, Yoongi había contemplado todo desde fuera del aula, donde tenía una batalla mental consigo mismo por su cobardía del pasado, la cuál le estaba comenzando a generar problemas.
-Vaya suerte que tienes hermanito -añadía la pequeña castaña a su lado, sobando suavemente la espalda de su hermano.
-¿Creés que es una prueba o castigo por mis acciones? -interrogaba, perdido completamente.
-Creo que tienes que escoger entre tu próxima conquista o el amor platónico que siempre has tenido por Taehyung -Tzuyu era sabia ante los ojos de su hermano -Tienes que decidir, porque Jin no le es del todo indiferente a Taehyung, puedo verlo. Nunca lo había visto sonreír de tal manera -agregaba, ganándose una mirada por parte del pelirubio -Y por lo que vi el día de hoy, tampoco te es del todo indiferente a ti, creo que Jin podría ser más que uno más en tu lista de conquistas.
-No lo sé. Me gusta Jin, eso es cierto pero apenas lo conozco.
-De igual manera que a Taehyung. El que vayan a la misma escuela no quiere decir que lo conozcas bien, apenas y le diriges la palabra -le recordaba su hermana. Y tenía razón, aunque lo viese desde hacía unos años ya, nunca había tenido el valor suficiente para hablarle, al menos no como a él le gustaría -Además déjame recordarte que no sólo importan tus sentimientos aquí, sino los de ellos también. Conócelos, a ambos -aconsejaba, antes de encaminarse a la salida, dejando a su hermano total y completamente pensativo.
🖤
-¿Y bien? ¿Que te pareció el taller?
-Es increíble, ya quiero tomar la clase la próxima semana -cantaba de alegría.
-Es bueno que pienses así -con calma, el pelinegro cerraba la puerta detras de él -Por cierto, seremos compañeros de espacio -confesaba, al sentir al chico a su lado más relajado.
-¿En serio?
-Si, en serio. Espero con ansias poder trabajar contigo -confesaba algo temeroso, haciendo las orejas sonrojar de su acompañante.
-Oh, y-yo también e-espero trabajar co-contigo -tartamudeaba en un intento por ocultar su nerviosismo.
-¿Jin? -lo llamaban tan pronto ponía un pie fuera de la escuela, la cuál ya no tenía muchos estudiantes -Tenemos que irnos, tus padres organizaron una cena y quieren que asistas -informaba, visualizando que aquél, no iba sólo -Lamento interrumpirlos -se disculpaba, admirando el color rojizo en las orejas de Jin.
-Esta bien, no se preocupe. Bien, tengo que irme también, hasta la próxima semana -se despedía.
-Es-espera -lo detenía rápidamente Jin, aún con los nervios de punta -Podemos llevarte -ofrecia, haciendo sonreír al pelinegro.
-¿En serio harían eso?
-Claro, no es molestia alguna -aseguraba Taeyang, desde el automóvil.
-En verdad lo agradezco, pero... quizá otro día -sonreía, saliendo velozmente de ahí, dejando a Jin un tanto intrigado.
Luego de subir al auto, los minutos transcurrieron rápidamente, faltando así sólo un par de ellos para llegar a su casa -¿Con quién es la cena? -interrogaba con cierta curiosidad.
-Con los Señores Min y sus dos hijos.
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