17.
La noche no había tardado más de media hora en hacerse presente dentro de la sala y comedor de la gran casa de los Kim, del mismo modo en que un silencio ensordecedor se instaló en esta misma desde el preciso momento en que SeokJin salió de la casa con la voz rota y lagrimas a punto de salir de sus ojos.
—Gracias, amor. —agradeció Young Mi a su hijo, Hoseok.
—Lamento haber dicho lo que dije, mamá. —Se sinceraba el menor, viendo a su mamá acercarse lentamente hasta él. —Lo que menos quería era lastimarlos a todos... Sólo creí que SeokJin merecía saber la verdad —confesó con algo de pesar y dolor en su voz Hoseok.
Extendiendo con cariño sus largos y delicados brazos hacia su hijo, Young Mi comenzó a darse cuenta que rodear con afecto a su hijo era lo que ella más necesitaba desde hacía tiempo atrás, aparte de dejar de esconderle la verdad a SeokJin.
Es imposible para la mayor no sentir una opresión demasiado fuerte dentro de su pecho. El sentimiento de culpa la está invadiendo completamente, pues siente que ha terminado siendo como su madre, tanto en lo mentirosa como en lo poco afectuosa con sus hijos.
Kim Jisoo, como tan adorable y acertadamente se llamaba la madre de SeokJin, había muerto a los pocos días de que su pequeño naciera, pues la larga y cansada batalla contra la leucemia, la había perdido.
—¿Vas a cuidar de él? —preguntó bajamente Jisoo a su hermana Young Mi.
—Por supuesto —aseguró con dolor y pesar en su voz la menor, intentando contener las lagrimas que amenazaban con salir de sus ojos —Lo tratare como trataría a mis hijos. —prometía.
—Prométeme que serás fuerte, Young Mi. —pedía Jisoo, sosteniendo delicadamente entre sus manos las manos de su hermana menor. —Hazle caso a Kim Daehyung con respecto a casarse, él te quiere mucho.
—¿Aunque mamá no lo quiera?
—Quien se va a casar con él vas a ser tú, no mamá. Papá los va a apoyar, eres su pequeña princesa.
—Lo somos las dos. —corrigió la menor, tomando las manos frías de su hermana.
—Por eso mismo es que mi pequeño pudo nacer —decía con la voz cristalizada la mayor —De ser por mi mamá otra cosa seria.
Young Mi odiaba verdaderamente la manera de ser de su madre y es que apenas la madre de ambas se enteró que la mayor estaba embarazada la abofeteo e insulto por haber cometido tremenda estupidez —según ella—, sobre todo porque el imbécil con el que su hermana se encontraba en una relación en ese momento no se quiso hacer responsable por el bebé que ambos esperaban, dejándola con apenas dos meses de embarazo, su hermana tuvo que enfrentarse infinidad de veces con su madre por querer que lo abortara, por querer que decidiera entre su vida y la del pequeño que llegaba en su vientre, por supuesto que aquella decisión no fue difícil, porque las madres hacen siempre lo que sea por sus hijos, y eso mismo estaba haciendo Jisoo al decidir tener a su bebé, cancelando todo tratamiento que la ayudará en mejorar en su leucemia. Lo primordial para Jisoo fue su pequeño, lo que resto de su vida.
El atardecer al igual que el anochecer, llegaron demasiado rápido para el gusto de SeokJin. Su mente no dejaba de sentirse perdida en gran parte de aquella palabras que había oído hacía apenas unas pocas horas.
Los pensamientos dentro de la mente de Jin, circulaban una y otra vez, atormentándolo, y es que por más que se esmerara en procesar las cosas que su familia le habían mantenido ocultas —por tanto tiempo—, este no acababa de entender de que era de lo que su familia tanto lo cuidaba.
SeokJin no quería comenzar a considerar que gran parte de su vida había estado basada en una mentira pero tampoco estaba listo para oír toda aquella explicación.
Rodeando con sus manos la taza de color negro frente suyo, SeokJin se sintió terriblemente mal al posar sus ojos en los del atractivo pelirrubio frente a el, recordando que no había dejado al mismo chico entrar a ver a Hoseok, además de que haberle hecho una invitación al pelirrubio para que se quedará a dormir con el en un hotel, no era algo que mejorara dicha culpabilidad.
—Lamento el hecho de haberte impedido que pasaras a ver a Hoseok. —se disculpó SeokJin.
—Tranquilo, no pasa nada. Entiendo bien que necesitabas que alguien te ayudara a alejarte de ahí.
—Hoy no fue de mis mejores días. —dijo amargamente Jin —Si quieres irte a ver a Hoseok no tengo problema alguno con ello —pausó serenamente el menor. —, no te sientas obligado a quedarte a pasar la noche conmigo en un hotel, fue algo que dije sin pensar. —argumentó con pena Jin.
—Tu invitación no me molesto. —aclaró Yoongi tan rápido como pudo, sin siquiera centrarse en las primeras palabras que salieron de la boca del lindo chico frente a el.
—Ve a ver a Hoseok. —alentó el menor de los dos mientras le daba un gran sorbo a su té, conservando el liquido un par de segundos en su garganta.
—No pienso dejarte sólo. —alegó Yoongi notando como un par lagrimas comenzaron a correr por las mejillas de Jin
—Estaré bien.
—Eres muy hermoso. —confesó en un susurro ahogado el pelirrubio. —Y no se si sabias pero las personas que dicen mentiras les suele crecer la nariz por mentirosos. —bromeaba el mayor.
Acariciando con cuidado la mejilla izquierda de SeokJin, Yoongi se permitió limpiar los pequeños rastros de aquellas saladas y amargas lagrimas que el pelinegro derramaba, y es que a pesar de que no sabía que sentía el menor, Yoongi quería hacer lo mejor para que el pequeño se sintiera mejor.
Los dedos suaves de Yoongi se sentían como el maldito infierno para SeokJin, aún y a pesar de saber que todo aquello que estaba sintiendo muy dentro de si, estaba mal. Su subconsciente no dejaba de recordarle que Yoongi era el novio de Hoseok y aquello lo hacía sentir mal.
—Q-quisiera... —Tomando asiento un poco más cerca de Jin, Yoongi pudo ver los labios del pelinegro temblar.
—De-deberíamos irnos. —murmuró SeokJin al sentir su respiración entremezclarse con la de Yoongi.
—Quisiera besarte —confesó el pelirrubio de Yoongi antes de que Jin pudiera apartarse de él.
—No suena como a una buena idea. Tienes novio. —le recordó el menor de los dos en un intento por levantarse de su lugar y apartarse de Yoongi.
—Desastrosamente...
—¿Desastrosamente?
—Desastrosamente tú... eres a quien quiero. —confesó Yoongi haciéndole caso a su corazón e ignorando completamente a su cerebro.
Apartándose lentamente de Yoongi, SeokJin sintió aire fresco adentrarse por sus pulmones.
—No sabes que estas diciendo. —discutió SeokJin un poco molesto.
—Perdóname pero sé bien que es lo que estoy diciendo.
—Claro que no. Si lo supieras, no le estarías haciendo esto a Hoseok.
Apoderándose el recuerdo de Hoseok de la mente de Yoongi, este sintió como una punzada se instaló dentro de su pecho.
—Tan solo estoy siendo sincero —se dijo a si mismo Yoongi, sin cuidar mucho sus palabras.
—¿Sincero? —se burlo el menor, sintiendo como un calor iba subiendo por todo su cuerpo. —No me digas que me quieres a mi cuando no solo ya te acostaste con él, sino que también ya es tu pareja.
Contemplando lentamente como los ojos de Jin se llenaban de lagrimas, Yoongi intento acercarse a hasta él pero rápidamente fue apartado de este por un chico de cabellera negra y mirada profunda.
—Taehyung.
—Aquí estoy bonito.
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