12.
La tarde junto al menor de los Kim, había sido aún mejor de lo que Yoongi llegó a imaginar, primeramente llevó al pelinegro por el postre tan ansiado que esté deseaba, seguidamente lo incito a un pequeño restaurante que hasta donde Min sabía, era el favorito de sus padres para desayunar, para cuándo dieron alrededor de las dos o tres de la tarde llegaron a un pequeño cine, donde vieron y disfrutaron cerca de tres peliculas, que el menor deseaba mucho ver, y finalmente terminaron el día adentrandose a una feria, donde además de pasársela muy bien, Yoongi había cometido un pequeñísimo error; invitarle unos tragos a HoSeok, sus primeros tragos.
-¿Nunca antes habías tomado cierto? -aborde al ver los ojitos del menor más chiquitos.
-Nop -afirmo con un tono de voz demasiado dulce.
-Tus padres van a matarme -aseguré, mientras que nos encaminabamos a la salida de la feria, conmigo sosteniendo firmemente la cintura de Hoseok, quién y aún así se tambaleaba.
-N-nop s-se darán cuenta -formulaba con la mirada pérdida -E-ellos sólo Jiiin... -mencionaba palabras sin sentido.
-Vamos a mi casa -comenté una vez llegamos a mi motocicleta.
-¡N-nooo! -alego, sujetandome débilmente de la camisa -Hoteeeel...
-Si te llevó a un hotel con más razón van a matarme.
-Y-yah dije que nop -peleaba -Vamooos -chillaba, haciendo muy tiernamente un puchero.
-¿Quién rayos puede negarse a ti? -reí, en tanto lo sentaba en la parte delantera de la moto y al oso no tan pequeño que había ganado para él, en la parte trasera, asegurándome no se cayera ninguno de los dos, colocándole el único casco al pelinegro.
Empujando la motocicleta con mucha dificultad, inicio el camino hacia el hotel que al parecer es el lugar más cercano que encontraremos, con cuidado observo los ojitos de Hoseok comenzar a cerrarse y me enternece tanto la imagen que sonrió ampliamente.
Unos veinte minutos después de estar impulsando mi moto con Hoseok y Hobi -como tan cariñosamente le ha puesto a su oso- encima, contempló como el pelinegro se ha quedado dormido sujetándose débilmente de mi chamarra, haciendo de un momento a otro, la moto más pesada.
Divisando no tan lejos un hotel, me siento un poco más tranquilo, el hotel es de un aspecto un tanto elegante, mismo que reconozco unos momentos después, al empezar a acercarme a la entrada.
-Min Yoongi -me llama de pronto un chica que no tarda en llegar frente a mí, quién sonríe de par en par.
-Hola Irene -la saludo.
-¿Que haces por aquí? -pregunta, admirando la silueta de Hoseok, pegada a mí.
-Vengo de la feria -aclaro, en tanto ella baja Hobi de la motocicleta.
-¿Y él, quién es? -interroga con una mirada coqueta sobre su rostro -¿Tú nueva conquista?
-No lo veo como conquista.
-¿No me digas que te enamoraste de él?
-Probablemente... -pauso -Es diferente a todas las personas que he conocido.
-¿Dentro o fuera de tu cama?
Inevitablemente sonrio ante el comentario antes hecho por Irene, pues me conoce bien, aunque no lo suficiente -Fuera -afirmo.
-¿Quieres algo?
-Un café negro, cargado -pido, al ver dormido a Hoseok -Una pastilla para el dolor de cabeza o para el malestar estomacal.
-También te llevaré algo de comer a la villa, porque en ese estado, no lograrás llevarlo a un cuarto en algún piso.
-Perfecto, muchas gracias. -agradezco.
-Te ayudó llevando a... -calla, en la espera por un nombre para el oso que carga entre sus brazos.
-Hobi.
-¿Tú lo ganaste o fue él?
-Fui yo, pero se lo regalé a él -canto.
-Entonces, de verdad te gusta.
Tan pronto las palabras de Irene llegan a mis oídos, siento una ola de nervios corriendo por mi rostro, siento mis orejas calentarse y mis labios resecarse.
-Y-yo...
-No fue pregunta Yoongi -menciona en tanto abro la boca.
Tomando cuidadosamente a Hoseok de la parte trasera de sus rodillas, al mismo tiempo que de su espalda, lo elevó cuál pareja de recién casados, en plena luna de miel y por un momento tiemblo, al sentir los brazos de Hoseok rodear mi cuello y suspirar tranquilamente.
A paso lento, voy caminando hacía la villa en la zona privada que Irene me a asignado con el pelinegro entre mis brazos, removiéndose cada cierto tiempo con pequeños jadeos entre sus labios.
-Bien, llegamos. Pasa o mejor dicho pasen.
-¡Gracias! -exclamo con cierto cansancio.
-En un momento traerán lo que pediste y descuida ni una palabra de esto a tus padres que son mis tíos -susurra, cerrando trás ella.
Entrando cautelosamente a la única habitación dentro de la villa, admiró una cama enorme, donde rápidamente recuesto a Hoseok, quién y por un leve instante abre los ojos.
-Yoongichi -me llamo, gimiendo bajó -Ven, duerme conmigo -me invito, palmeando la zona vacía de la cama.
-No vamos a dormir, vamos a comer.
-Hagamos cosas de grandes -murmura, desabrochando los primeros botones de su camisa.
-Comer, es cosa de grandes -sonrio, sin prestarle suficiente atención.
-Tengamos sexo -incita, parándose frente a mí total y completamente desnudo de la cadera para arriba.
-¡Mierda! -apartando la vista del torso desnudo de Hoseok, siento mis mejillas arder por la vergüenza, no porque no hubiese visto a otro hombre semidesnudo antes, sino por el hecho de que fuera este hombre quien precisamente se parará frente a mí, así.
-Enséñame, lo que no se.
-Osea todo -bromeo.
-Exactamente -bufa, con una sonrisa tan sensual que me dan ganas de en verdad, hacerlo mío.
-Mejor... vamos a comer -pauso -Eso con todo gusto te explico cómo se hace.
-Nop -niega, empujandome fuertemente hacía la cama, de dónde quién sabe cómo se levantó pues se suponía estaba muy tomado.
Odiando enormemente la fricción entre nuestros miembros, suelto un no tan pequeño gemido al sentir las manos frías del menor sobre mi abdomen, mismo que es descubierto sin darme tiempo a reaccionar.
Juntando el poco autocontrol que hay en mí, tomó por las muñecas a Hoseok, y cambió nuestras posiciones, siendo ahora yo, quién está arriba.
-¿Que quieres? -interpelo, al ver sus ojitos lujuriosos sobre mis labios.
-A ti -musita, antes de zafar sus manos de entre las mías, y posar sus labios sobre los míos.
🖤
Tarareando sin parar, SeokJin se adentra a su casa, alrededor de la 1 de la madrugada, más que pleno de felicidad, felicidad misma que se desvanece al ver a su padre y madre sentados rigidamente en la sala.
-¡Cariño, al fin llegaste! -clama la madre del mayor, siendo estrujando fuertemente entre sus brazos -¿Dónde está tu hermano? -aborda al segundo en que lo suelta.
-¿Qué no está aquí? -menciona, igual o más confundido que sus padres.
-No, pensamos que estaba contigo hijo.
-Pues no -confirma, sacando su móvil de su chamarra para llamarle a su hermano -¿Ya le preguntaron a nana? Quizá y está con Jimin -les hace dudar.
-No, no lo hemos hecho pero enseguida lo hacemos -saliendo con prisa de la sala, la madre de Jin pega de gritos por la cocina en busca de su nana, quién tiene su día libre.
-¿Dónde estabas Jin? -interroga muy de pronto su padre.
-Con un amigo -responde sin titubear.
-¿Es importante?
-Bastante papá.
-El joven Hoseok se fue por la mañana, casi enseguida de que ustedes y mi niño SeokJin se fueran -asegura la nana de ambos chicos, nerviosamente.
-¿Viste sí se fue con alguien? -la mirada de todos en la sala se instalan velozmente sobre la misma mujer, quién se retuerce los dedos por lo que está a punto de decir.
-S-sí, se fue con el joven Min -sintiendo una fuerte opresión en su pecho, Jin se levanta en milésimas de segundos, pues tiene varios mensajes de Yoongi, mismos que tiene rato le envío y él por estar en su nube perfecta con Taehyung no se había ni dado cuenta.
Min Yoongi
Hoseok, está bien
Está conmigo
Mañana lo llevó a casa.
Enviado 11:58 p.m.
-Y al parecer sigue con él -menciona con algo de molestía SeokJin, botando el celular sobre la mesita de noche de la sala.
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