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Capítulo ocho.

Rachel

Abro los ojos desorientada, lo primero que mis ojos ven son las nubes grises del cielo y luego una helada golpea mis mejillas.

—¿Rachel? ¿Rachel eres tú? ¿Qué haces en el suelo?—oí la voz de Emily a lo lejos hasta que la vi de pie junto a mí.

Me levanto con dificultad no recordando cómo llegué hasta el suelo.

—No...lo sé, creo que me he resbalado con la helada que ha caído en el estacionamiento, esta mañana.

De pronto siento una necesidad de huir de Emily, algo hay en ella que me da mala espina. Tal vez es como su hermano y yo no hemos sido los mejores amigos desde que comencé mi periodo universitario, sea cual sea la razón, ella y su hermano son sinónimos de problemas y será mejor cortar esto de raíz.

— ¿Vamos a comer algo a la cafetería? no hemos hablado desde que ocurrió tu accidente, te he enviado mensajes pero no los has atendido, ¿sucede algo? —pregunta con demasiado entusiasmo en un principio y luego sus últimas palabras son cargadas de preocupación.

—Yo... la verdad es que no puedo, debo irme, tengo clase y voy retrasada.

Se me queda examinando durante un par de segundos confundida por mi respuesta, pero evito su mirada y paso por su lado en dirección a la biblioteca. Eso fue...extraño.

Camino hacia la biblioteca por un netter de anatomía humana, necesito ocupar mis pensamientos en algo que me sirva para el examen y no algo que por inexplicables razones no puedo recordar, pero si sentir, y eso es alejarme de cualquier cosa que tenga que ver con los Ivanovic.

Muestro mi credencial de universidad al entrar, y busco la sección de anatomía, cuando tengo frente a mi el grueso libro que en su portada citaba "Frank H. Netter. Atlas de anatomía humana" oigo una voz al final de el pasillo. Un chico de ojos verdes me observaba de pies a cabeza.

—Dos palabras... ¡No-pue-de-ser! Bueno, creo que esas fueron tres, ¡pero da igual! ¡Ese es el collar más vintage y cool que he visto en años! — el chico de ojos verdes, y cabello castaño, movía sus manos exageradamente tras cada palabra que salía de su boca. Tenía un leve acento mexicano. Era apuesto pero a la vez sencillo.

Tocó mi collar, aquel que me heredó papá, o algo así dijo mamá, sobre qué era una reliquia familiar:— S-sí, es muy bonito, lo encontré en una tienda de antigüedades en mi antigua ciudad—mentí. Mamá siempre me hacía mentir sobre el origen del collar, no sé cuál era la razón, pero ella se excusaba diciendo que de esa manera sabrían que no tenía mucho valor y no intentarían robarlo.

— Es di-ví-no.—volvía a cortar las palabras en sílabas—Además luces como una verdadera Diosa esculpida por los mismos dioses—agitaba su mano y luego me la estrechaba— Soy Sebastián, segundo año de enfermería. Me trasladé este año de la WCU. Es un placer mi Diosa.

Lo último lo dijo acompañado de un beso en mi mano. Era...un tanto extraño e histrionico. Pero a la vez gracioso.

—Hola Sebastian, mi nombre es Rachel. Y ¡enfermería! mi padre era enfermero, mi madre lo conoció en la universidad.

Eleva sus cejas y luego toca su corazón de forma exagerada:—Lo sabía, sé que esta es una señal de que encontraré el amor en esta universidad.

Sonrío y me es inevitable dejar escapar una carcajada:—Creo que si, aunque aún no he visto a nadie que sea mi tipo—confieso.

«Excepto Jared, sabes que te gusta su aura que irradia peligro.»

Hago silencio a mis pensamientos lamentándome de tenerlos. Jared no es para nada mi tipo, jamás me han gustado los hombres que visten de negro, ni que parecen maleantes, ni mucho menos que sean groseros e hirientes. Sin mencionar que ha sido un pésimo compañero. No olvido lo que dijo en mi habitación el día que me accidenté. Sus palabras fueron claras. Su pequeña hermana está acostumbrada a recoger a personas que parecen perros en la calle. Esas fueron exactamente sus palabras.

Sebastian me saca de mis pensamientos cuando ahoga un grito de emoción.

—Pero si no es un papucho.—susurra ocultándose tras de mi, para seguir espiando a alguien a mis espaldas.— que lástima, no tiene pinta de ser gay—confiesa lo último con tristeza.

Me giro lentamente para no lucir como una psicopata y mi estomago se revuelve inmediatamente. Es Jared. Pregunta algo al chico que está en el mesón de reservas, donde nos inscribimos usualmente al pedir un libro para llevar a casa, y luego su mirada se encuentra con la mía por unos segundos. La aparto rápidamente.

—¿Sebastián, qué decías? —Le doy la espalda a Jared y me concentro en Sebastian.

—Decía que ese tipo es todo uno papucho, lástima que en este mismo instante me esté fulminando con la mirada. ¿Lo conoces? Parece odiar a todo el mundo. ¡Me gusta!—ríe acercándose a mi cuerpo para evitar que Jared lo descubriera.— Ay, no. Viene hacia acá.

¿qué?

—Espera, ¿cómo que viene?

—Mmm-hh—carraspea una voz. Su voz.

—¿Sí?—respondo mirando hacia mi lado, debido a que Jared se detuvo Justo entre el espacio que existía entre Sebastian y yo.

—¿Podrían tomar un poco de distancia y separarse? Necesito sacar un libro de anatomía.—se excusa.

Entorno una ceja:—Pues, todo este pasillo es de libros de anatomía, ¿no puedes sacar uno que no tenga que estar entre nosotros?

Sus ojos me observan e inmediatamente un recuerdo me ciega por completo.

« — ¿Que es esto?— pregunto al ver la gran tormenta que se forma a nuestro alrededor.

— Es la prueba de que un Ivanovic, un impuro, no se puede enamorar de una pura.—sus ojos me encuentran y puedo ver por primera vez a un Jared distinto. Uno vulnerable, mas humano, mas frágil. Me observa a los ojos y acaricia mi rostro— Repite conmigo Rachel, no recordaras nada de esto y te mantendrás alejada de Emily y de mi, o cualquiera de mi familia. No soy la persona que tú crees. »

Rápidamente se esfuma la imagen en mi cabeza por completo. Qué fue eso. ¿Imagine eso con Jared? ¿O en verdad sucedió? ¿Son... recuerdos? Pero si son recuerdos ¿por qué no logro recordar qué día sucedió eso?

— Rachel es mejor que vayamos a otro lugar y dejes al chico llevar su libro en paz— interrumpe Sebastián, intentando ser amable con el papucho. Con Jared.

—¿Dónde irán? No puedes, Rachel.—demanda Jared.

— Eso no es de tú incumbencia. ¿y, por qué razón no puedo?

Jared observa de mala gana a Sebastián, y luego me dedica una mirada asesina:—Tenemos un trabajo...pendiente.—miente, miente fatal.

—Lo lamento Jared, no lo recuerdo. Además, hoy tengo una fiesta, ¿quieres ir Sebastián?

— ¡Dios mío! Me corrijo, ¡Diosa, mía! Por supuesto que te acompañaré.

Jared se agita un poco al escucharnos—¿Una fiesta? ¿Con el? Tú no eres de las que asiste a fiestas, Rachel.

Dios mío, ¿qué le sucede? ¿Está celoso? No. Imposible.

—Pues ahora se me apetece ir a una, nos vemos en clases Jared, adiós, que tengas buen día.— me excuso y tomo a Sebastián del brazo para salir de ese incómodo momento.

Cuando ya nos encontramos camino a la cafetería Sebastian es capaz de hablar.

—Ave María purísima! Te ves tímida, pero para ser tímida tienes toda una novela al estilo rosa de Guadalupe en tu vida. ¿Ese papucho es tu ex novio? Porque lo parecía, en cualquier momento veía que me mataba con ese gigantesco libro de anatomía.

—Exageras Sebastián. Y no, no es mi novio, solo es mi compañero de carrera, y muy desagradable a decir verdad.

Los ojos de Sebastian se encienden de emoción. Es normal, Jared es una persona difícil de ignorar:— entonces... ¿Sabes si es gay?

Niego con la cabeza— Creo que no lo es Sebastian, lo lamento.

Sebastián maldice por lo bajo:— ¿Por qué todos los hombres buenos tienen que ser heterosexuales?

Sonrío a carcajadas:—¡Hey, eso no es cierto! La mayoría de mis amores platónicos de secundaria eran lastimosamente gays, se podría decir que eran mi placer culpable e inalcanzable—confieso.

— Cómo sea... la vida cada vez es más dura—ironiza—¿vamos por un sándwich antes de ingresar a mi laboratorio?

Asiento. La verdad tenía hambre y mi ultima clase sería dentro de treinta minutos, así que tenía el tiempo suficiente para comer antes de volver a mi mundo de células y órganos.

Caminamos hacia la cafetería y Sebastián escoge un sándwich de pavo acompañado de un Marley coffe. Le
imito pero mi café lo pido en formato grande, y de capuccino vainilla. Mi favorito.

— Ahora cuéntame todo acerca de esa fiesta. Es mi primer día en esta universidad luego de mi traslado y muero por diversión.

—¿Alguien dijo fiesta?— pregunta Thomas uniéndose a la conversación mientras caminamos a una mesa de madera ubicada al aire libre.

—Thomas, te presento a Sebastián, segundo año de enfermería.

Sebastián lo saluda con un choque de puños. Me sorprende porque su personalidad cambia al estar con... chicos. Y me apena que la razón pueda ser, el que tema ser juzgado por ser gay.

— Si no es molestia, he invitado a Sebastián con nosotros a la fiesta de esta noche—confieso un poco avergonzada debido a que no es mi fiesta y me tomé la atribución de invitar a alguien.

Thomas sonríe, como siempre suele hacerlo y me acaricia el brazo como diciendo «no hay problema»

—Recuerden que a las 9pm comenzarán a llegar todos.

Arqueo un ceja—¿Todos? Creí que solo seríamos nosotros.

—Olvidaba decirlo Rachel, vivo en una fraternidad debido a que mi casa queda lejos de la ciudad y unirme a una fraternidad me ayudó a economizar gastos. Así que irán chicos de varias facultades.

«Por favor que entre ellos no esté Jared, por favor»

— Y descuida, por la expresión en tu rostro deduzco que piensas que estará el extraño hermano de Emily, pero no. No irá, además Emily comenta que odia las fiestas así que dudo que nos lo crucemos.

Oigo como Sebastián que está sentado a mi lado suspira al oír que el «papucho» como suele decirle, no asistirá a tan gigantesca fiesta.

Por mi lado, era lo mejor. Aunque algo dentro de mí seguía intrigada por lo que sucedió cuando lo tuve frente a mi. Esos vagos recuerdos o tal vez solo fueron parte de un sueño, pero se sentía tan real, que me atemorizaba comenzar a volverme loca.




Jared
(grito fangirl)

— ¿Tienes información acerca de la chica?—Ivan se pasea de esquina a esquina en el estacionamiento de la universidad.

— He dicho que no, he hipnotizado a la secretaria para que me entregue los informes de ingreso a la universidad, y son muchísimas chicas las que ingresaron en el rango de tiempo que deducimos, ingresó la elegida. Así que me ha tomado más tiempo de lo que creí.

Iván se detiene en seco y sus ojos amarillos me perforan con la mirada. El color de ojos es algo característico de nuestro linaje. Mientras más oscuridad hay en ti, tus ojos adoptan un color más intenso. Es por eso que nadie en nuestro linaje tiene los ojos como Iván, mi padre. El impuro más oscuro de la historia, quién se ha ganado el respeto y sumisión de muchos que están bajo su mandato. Lastimosamente sus órdenes no son deseos para mi, le debo respeto, pero no siempre obediencia, porque también soy un Ivanovic, mi apellido me otorga poder, mi oscuridad me otorga poder, mis sed y hambre de destrozar todo a mi paso, me otorgan poder. Y en eso, Iván y yo, nos parecemos.

Iván se aproxima a mí y su dedo pincha mi clavícula produciendo ardor. Iván no solo ha bebido sangre humana sino que ha hecho sacrificios a licántropos, brujas, y otros seres sobrenaturales para aumentar su poder. Pero su poder no me intimida:— Supongo... que no estás perdiendo tu tiempo nuevamente con esa estupida humana—espeta. Refiriéndose a Rachel.— creo que no hace falta que me apodere del cuerpo del imbecil de tu profesor de literatura para recordarte en clases, qué es lo que eres, y a quién le debes sumisión.

Entierra aún más su dedo en mi clavícula, pero ignoro el escozor.

Tomo su mano, y la aparto de mi cuerpo:— Esa estupida humana no es más que una pieza en mi tablero de ajedrez. Y te recuerdo, que soy tu aliado, no tu siervo. Soy un Ivanovic. Sé cuál es mi lugar, y sé quién soy, un monstruo.

—Espero que lo demuestres, entonces—espeta mirando a su alrededor.

Un chico a lo lejos camina hacia su auto, así que Iván inmediatamente cambia el color de sus ojos. Pero para su asombro, hago algo que lo descoloca.

Me muevo ágil y rápidamente hacia el auto del chico desconocido y me quedo tras su espalda:— Bu—susurro.

El chico da media vuelta y sus ojos se relajan al verme pero no lo suficiente cuando tomo su cuello y lo quiebro. Provocando que su cadaver caiga al suelo. Le llevo el cuerpo muerto a Iván y se lo lanzo a los pies.

—Y yo espero que no vuelvas a aparecer por la universidad si no quieres estropear esto ni levantar sospechas. ¿Querías una prueba de qué tan drástico puedo ser? Ahí la tienes—digo apuntando el cadaver— un regalo, hazlo desaparecer, debo volver a las apariencias de chico universitario.

Y sin decir más camino lejos de allí, ignorando la sonrisa macabra que se dibuja en el rostro de Iván, mi padre.

De Camino a la universidad Emily sale a mi encuentro.

—¿Haz hipnotizado a Rachel verdad? ¡Prometiste que no lo harías con ella! ¡Ahora no me habla!—grita mi torpe hermana.

— Ya sabes. Nunca creas en mis palabras.

Sus ojos lucen vidriosos, apunto de llorar—¿dónde quedó el Jared de diez años que me enseñaba a defenderme de chicos malos cuando era pequeña? ¿Donde quedó el que me acompañaba por las noches cuando tenía pesadillas? ¿Donde estás Jared?! ¡Cada día qué pasa menos te reconozco!

Maldito sentimentalismo.

—Se ha ido, Emily. Lo sabes. No podemos permitirnos sentir.

—Eso... eso es una estupidez. Yo no soy como ustedes no nunca lo seré. Aborrezco la maldad qué hay en ti y papá. ¡No quiero ser como ustedes y voy a sentir, las veces que lo crea necesario!

Mis ojos se encuentran con los suyos:— Cuando sientes, le das el poder a los sentimientos para que te dañen, Emily. Y no hay peor arma, que otorgarle ese poder a los sentimientos.

Y era cierto. Como seres sobrenaturales, lo que sentimos se intensifica mil veces más que un simple mortal. Y eso... te puede dar poder, o te puede matar.

Emily observa mis ojos:— Tus ojos... volvieron a ser gris intenso. ¿Haz vuelto a matar a alguien verdad? No puedo creerlo. No puedo creer que continúes haciéndolo. Eres un monstruo Jared, solo te pido una cosa, no mates a mis amigos.

— No puedo prometer eso, Emily, lo sabes. Bien lo has dicho. Soy un monstruo y no puedes confiar en un monstruo.

Un monstruo. Nací y fui destinado para serlo.

______________________#DT

Mucho tiempo si aparecer por aquí, y ya les traigo las incógnitas, no me odien JAJAJ pero espero que estas incógnitas las conviertan en detectives descubriendo qué sucederá, o quienes son los malos de la historia 💧👄💧

¿Les está gustando esta versión de vampiros, no tan romántica? ¿Se imaginaban a Jared, así de oscuro?:( ¡l@s leo!
Pd: ahora saben la razón del color de ojos de los impuros! ¿Recuerdan al chico que quería matar a rachel en el bosque y sus característicos ojos?

Les envío mucho amor,

Dom❤️

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