Noche fría, copos de nieve cayendo de nubes oscuras, las personas caminan por la calle muy apresuradas con sus chaquetas, guantes y gorros, dos chicos corren hacía una parada de autobús, la chica corre por delante mientras toma la mano del chico para darse prisa, su cabello castaño vuela por el aire debido al viendo, sus botines resbalan en el suelo por el hielo, pero logra mantener el equilibrio, el chico usa un gorro azul que hace un contraste perfecto con sus ojos, mira a su alrededor y ve al autobús pasar junto a ellos.

— Apresúrate Zach. — Dice Clare.

— Tranquila, ya casi llegamos.

— Es el último autobús. — Dice ella corriendo más rápido.

El conductor del autobús los ve por el espejo retrovisor y espera a que lleguen hasta la puerta.

— Buenas noches. — Dice Clare buscando monedas en su pantalón.

Zach le da las monedas al conductor para pagar ambos pasajes, el conductor las pone en la caja y ambos pasan.

— Gracias. — Dice Clare.

— No hay de qué. — Dice Zach sonriendo.

El autobús está lleno, hay algunas personas paradas, ambos van al final del autobús, una señora embarazada y su hijo bajan del autobús en la parada siguiente, ellos toman sus asientos, Zach se sienta junto a la ventana y Clare del lado del pasillo. Sacan sus celulares y revisan sus mensajes.

— Por un segundo pensé que perderíamos el autobús. — Dice Clare aliviada.

— Lo sé, la próxima vez traeremos mi auto.

— Si, eso sería lo mejor.

— Tu mamá va a asesinarte por llegar tarde otra vez.

— Está en el trabajo. No se dará cuenta.

— Eso es un alivio.

— Ya tengo veinte y mi madre aún no me deja llegar a la hora que quiero, es una ironía.

— Es porque te ama Clare, quiere que estés segura.

— Lo sé, pero creo que se preocupa mucho. — Dice mientras frota sus manos para calentarlas.

— Tranquila, con el tiempo se le pasará.

— Eso espero.

— ¿Crees que me vería bien con el cabello de ese señor? — Dice Zach señalando a un señor con un afro.

Clare ríe e intenta contenerse porque el hombre voltea a verlos.

— Sí, creo que te verías genial con ese afro. — Dice Clare aun riendo.

Un tráiler viaja a toda velocidad, ve la luz roja del semáforo e intenta frenar, pero el hielo en el pavimento no permite que el tráiler pueda parar, metros más adelante el tráiler colisiona contra el autobús de costado, la carga del trailer se da vuelta junto con la cabecera, el autobús da un par de vueltas antes de detenerse, los vidrios del autobús se rompieron con el impacto, así que, algunas personas salen despedidas del autobús mientras este rueda por la carretera, las personas salen de sus casas en medio de la fría noche para ver qué es lo que sucede, algunas personas ayudan al conductor del tráiler a salir, éste se desploma en el suelo, muchas otras personas intentan ayudar a las personas del autobús pero no hay mucho que puedan hacer, solamente llamar a emergencias, no hay ningún movimiento, todos los pasajeros, incluido el conductor están tendidos en el suelo, el chico del gorro azul está a un metro de la chica del cabello castaño, la chica abre los ojos un segundo, todo le da vueltas, intenta ponerse en pie, pero es inútil, una persona se acerca a ella y la detiene para que deje de moverse.

— Tranquila. No te muevas, podrías lastimarte. — Dice poniendo sus manos sobre los hombros de la chica para evitar que se mueva.

— Mi amigo. — Dice débilmente con la voz entrecortada.

— Seguramente está bien. Tranquila, la ambulancia viene en camino.

Clare comienza a cerrar los ojos, aquel señor la mueve ligeramente por los hombros para evitarlo.

— No te duermas, resiste.

Clare finalmente cierra los ojos, luego de dos largos minutos de espera las ambulancias comienzan a llegar, el señor que está con Clare se levanta y le hace señas a un paramédico que al verlo corre hasta donde está.

— Ella estaba despierta hace un minuto.

El paramédico se acerca a ella y siente su pulso.

— Necesito una camilla. — Grita el paramédico.

Su compañero toma la camilla y la lleva hasta dónde esta Clare.

El primer paramédico que llegó le coloca el collarín, posteriormente la suben a la camilla entre los dos y se la llevan rápidamente a la ambulancia para transportarla al hospital.
Uno de los paramédicos busca su identificación en su pantalón y la encuentra.

— Su nombre es Clare Lynn Coleman, tiene 20 años, es A+.

— Deja eso un momento. — Dice el otro paramédico, ayúdame aquí, la estoy perdiendo.

— ¿Qué necesitas?

— No, no, no. No te vayas.

El paramédico comienza con la maniobra de RCP mientras el otro coloca el DEA en el pecho de Clare.
El DEA comienza a analizar, después de un momento sugiere una descarga.

— Despeja. — Dice el paramédico apartando a su compañero de Clare.

El DEA hace la descarga haciendo que el corazón de Clare comienze a latir nuevamente.
La ambulancia llega al hospital y la bajan lo más rápido posible.

— Su nombre es Clare Coleman, 20 años, A+, accidente de tránsito, un tráiler colisionó contra un autobús, posible traumatismo craneal, paro cardiorrespiratorio en el camino, tiene un trozo de metal alojado en su brazo izquierdo.

— Gracias. — Dice el doctor.

Clare vuelve a entrar en paro cardiorrespiratorio, los doctores actúan rápido y empiezan con la maniobra de RCP, utilizan el desfibrilador, pero no logran respuesta.

— No voy a rendirme contigo. — Dice el joven doctor que está haciendo el RCP.

De pronto en la pantalla comienzan a aparecer signos de que su corazón comenzó a latir nuevamente.
Los doctores se sonríen unos a otros y respiran un poco más aliviados.

— Necesitamos una tomografía de la cabeza, la pieza de metal en su brazo no está muy profunda. — Dice el médico de urgencias.

Luego de la tomografía, de sacarle el trozo de metal del brazo y de una cirugía en la cabeza para salvarle la vida la suben en una camilla a una habitación, su madre llega al poco tiempo después.

— Su hija tuvo mucha suerte, tuvimos que operarla de emergencia, tenía un traumatismo craneal y estaba sangrando internamente, afortunadamente logramos parar el sangrado y estabilizarla, el trozo de metal que se alojó en su brazo no nos dio muchos problemas, no tocó ninguna vena o arteria. Cuando llegó aquí entro en paro cardiorrespiratorio, estuvo técnicamente muerta por un par de minutos, pero somos optimistas, Clare estará bien.

— Gracias Doctor Walker por salvar a mi hija. — Dice Sarah, la madre de Clare llorando.

— Es nuestro trabajo. — Dice el joven doctor sonriente. — Avísenos por favor si Clare despierta.

— Sí, lo haré de inmediato. — Dice Sarah limpiando las lágrimas de sus mejillas.

En los pasillos del hospital comienzan los rumores sobre el accidente.

— Escuché que la chica que entró con un traumatismo craneal es la única sobreviviente. — Dice una enfermera.

— Es un milagro. Dios aún tiene algo preparado para ella. — Dice otra enfermera persinandose.

— No creo que haya sido la única, tienen que haber más, pero fueron a otro hospital. — Dice el conserje.

— Viajaban 56 personas en el autobús y el conductor del tráiler, sólo han confirmado la muerte de 55 personas.

— Una amiga me llamó de otro hospital, dice que un chico llegó aún con vida, pero murió minutos después de ingresar. Creo que su nombre era Zachary Sanders. — Dice una doctora.

— Pobre chico. — Dice una enfermera suspirando.

— A trabajar. — Dice el jefe de la unidad de emergencias.

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Dos meses han pasado desde aquel fatídico accidente, la confirmación de fallecidos es 56, incluido el conductor del trailer. Clare es la única sobreviviente.

Clare abre los ojos y ve a su madre dormida en un sofá, ella no recuerda nada de lo ocurrido.

— Mamá. — Dice con la voz débil.

Su mamá sigue durmiendo. Clare ve un botón rojo cerca de su mano y lo presiona. Una enfermera abre la puerta de su habitación y la mira un segundo, su madre despierta, al verla despierta se levanta y comienza a llorar. La enfermera sale de la habitación, para buscar al doctor Walker.

— Cariño. — Dice abrazándola. — Temía por qué no despertaras. Te amo cariño, todo va a estar bien.

— ¿Qué pasó? — Dice con una voz tenue.

— El autobús en el que viajabas chocó con un tráiler.

— No puedo recordarlo. — Dice intentando sentarse.

— No te muevas cariño. — Dice su madre deteniéndola.

— ¿Dónde está papá?

— Intenté contactarlo, pero...

En ese instante el doctor entra a la habitación interrumpiendo la conversación.

— Es bueno verte despierta Clare. Soy el doctor Walker, estoy aquí para hacerte un chequeo de rutina. ¿Está bien?

— Sí — Dice insegura.

— Iré a la cafetería cariño. — Dice su madre sonriendo.

Su madre sale de la habitación y el doctor hace el chequeo.

— Todo parece estar en orden, te dejaré sola para que puedas descansar.

— Gracias doctor Walker.

El doctor sale y cierra la puerta.
Clare cierra los ojos un segundo, cuando los abre Zach está a su lado.

— Zach, no te escuché entrar.

— ¿Pu...puedes verme? - Pregunta anonadado.

— Si tonto, no estoy ciega. Me alegra saber que estás bien.

— ¿Cómo te sientes? — Dice Zach aclarando su garganta.

— Bien, supongo.

Una enfermera entra y camina a la par de Zach sin siquiera verlo.

— Vine a cambiar su medicamento. — Dice amablemente la enfermera. - Me alegra ver que despertó.

La enfermera cambia el suero de Clare y le pone su medicina.

— Si necesita algo solo presione el botón. — Dice la enfermera.

— Gracias.

La enfermera sale de la habitación, Clare ve a su alrededor en busca de Zach, pero no lo ve por ninguna parte.
Su madre regresa y le da un pudín de chocolate que compró para ella.

— ¿Viste a Zach afuera? — Pregunta Clare.

— ¿Zach? — Pregunta su madre exaltada.

— Sí, estuvo aquí hace un momento.

— Cariño, no. — Dice su madre conteniendo las lágrimas. — Ahora regreso.

La madre de Clare busca al doctor Walker y lo encuentra en el mostrador.

— Doctor Walker ¿Puedo hablarle un segundo?

— Si, dígame señora Simmons.

— Verá, mi hija... — Dice pensando por un segundo.

— ¿Clare está bien?

— Ella... Su mejor amigo murió en el accidente del autobús y ella dice que hace un rato estuvo en su habitación.

— ¿Ella sabe que murió?

— No. — Dice llorando.

— Puede ser que haya soñado con él. Señora Simmons, necesita decirle a Clare sobre su amigo.

— No sé cómo. No puedo. — Dice llorando aún más fuerte.

— ¿Quiere que yo hable con ella?

— Se lo agradecería mucho doctor, yo en este momento no creo ser lo suficientemente fuerte para decirle.

— No se preocupe, seré lo más sensible posible.

El doctor va con ella hasta la habitación de Clare, Sarah se pone junto a ella y el doctor se para frente a la camilla.

— Tu mamá me dijo que viste a tu amigo, sé que esto va a ser muy duro de escuchar Clare, pero mereces saberlo, tu amigo, Zach murió cuando entró a emergencias, lo lamento mucho, debiste haber estado soñando con él.

— ¡No! — Dice casi gritando. — Él está vivo. Yo lo vi. — Dice aún exaltada.

— Lo siento. — Dice el doctor negando con la cabeza.

Clare estaba muy convencida, ella vio a Zach, él está vivo, él no pudo haberse ido, ella en el fondo de su corazón aún siente su presencia.

Su madre fue a su casa, tenía que ir a bañarse y cambiarse de ropa, llevaba en el hospital muchisimo tiempo sin apartarse del lado de su hija.
Clare intenta dormir, pero no puede hacerlo, sigue pensando en lo que el doctor Walker le dijo.

— ¿Clare? ¿Me escuchas?

Clare abre los ojos y ve a Zach, él lleva la misma ropa del día del accidente.

— ¿Zach? Sabía que no estabas muerto. — Dice Clare sonriendo.

— Clare. Morí en el hospital, vi mi propio entierro. Al principio pensé que no era verdad, me negué a mí mismo lo que estaba viendo y luego me di cuenta de que nadie podía verme. Estoy muerto Clare.

— No es gracioso. Sabes que los fantasmas no existen, es una tontería Zach.

— No lo es Clare. Puedo demostrarte que es verdad. Una enfermera viene a verte ahora.

Una enfermera entra a la habitación y ve los signos vitales de Clare.
Zach se pone frente a la enfermera y comienza a mover sus brazos frente a ella, la enfermera parece no verlo, ella sigue concentrada en la pantalla.

— Muy gracioso Zach. ¿Cuánto le pagaste para que te ayudara con la broma?

— ¿Disculpe? — Dice la enfermera confundida.

— Que buena actriz es.

Zach lleva su mano a su cara y niega con la cabeza.

— Ahora piensa que estas loca. — Dice Zach.

— No estoy loca. — Dice Clare.

— No, no lo está. — Dice la enfermera.

La enfermera toma la temperatura de Clare y sale de la habitación.

— Si sigues hablando conmigo enfrente de las personas te mandarán con un psiquiatra.

— Ya deja de jugar Zach. — Dice Clare molesta.

— ¿Por qué no me crees?

— Porque estoy viéndote, los fantasmas no existen.

— Claro que existimos, estás viéndome.

— Pruébalo. — Dice Clare desafiante.

Zach se acerca a la camilla y la atraviesa.

— ¿Qué clase de efectos especiales estas usando?

— Clare, morí. Entiéndelo. No sé porque puedes verme.

— Está bien ¿Es un holograma?

— ¡No Clare!

— No sabes mentir Zach.

— ¡Clare! ¡Estoy muerto! Si no me crees puedes ir a la casa de mis padres y que ellos te digan que estoy muerto.

— Si estás muerto ¿Por qué puedo verte?

— No lo sé. Yo también estoy confundido.

— No existen los fantasmas, ya deja de jugar Zach.

El doctor Walker entra a la habitación junto con dos enfermeras.

— Clare, te llevaremos a hacer una tomografía para asegurarnos que todo está bien en tu cerebro.

— Está bien.

Zach los sigue en todo el camino y nadie más que Clare parece notar que está allí. Entran a una habitación y la recuestan en otra camilla, todos se van de la allí menos Zach, ella espera unos minutos hasta que terminan y la sacan de la máquina, la regresan a su camilla, Zach se pone junto al doctor y caminan de vuelta a su habitación.
Su mamá está en la habitación, su médico habla por un segundo con ella y luego se va.

— ¿Estas bien? — Pregunta su madre.

— Si. — Dice muy tranquila.

— Los padres de Zachary están aquí. ¿Quieres verlos?

— Si, diles que entren.

Sarah sale de la habitación y va a la sala de espera a llamar a los padres de Zach.

La señora Sanders tiene los ojos hinchados de tanto llorar y el señor Sanders tiene un rostro inexpresivo.

— Hola Clare. ¿Cómo te sientes? — Pregunta la señora Sanders.

— Estoy mejor. — Dice Clare fingiendo una sonrisa.

— Nos alegramos que estés bien. — Dice el señor Sanders.

— Gracias.

— ¿Tu mamá ya te dijo? — Dice la señora Sanders entre lágrimas.

— ¿Decirme que? — Dice preparándose para que la realidad le explote en la cara.

— Zach murió. — Dice el señor Sanders abrazando a su esposa.

Zach aparece de nuevo a la par de sus padres.

— Te dije que no mentía Clare. — Dice Zach. — Mira a mi madre, está destrozada. — Dice tratando de abrazarla, pero sus brazos la atraviesan.

Clare los mira con atención, son lágrimas genuinas, son lágrimas de dolor.

— Lo lamento. — Dice Clare llorando.

— Esta bien querida. — Dice la señora Sanders. — Recupérate pronto.

— Gracias por venir. — Dice Clare sin dejar de llorar.

— Te veremos pronto. — Dice el señor Sanders.

Todos salen de la habitación, Zach ve a Clare mientras llora.

— No voy a dejarte Clare, aún estoy aquí.

— Lo lamento Zach. — Dice Clare llorando aún más fuerte. — Si tan solo hubiésemos ido en tu auto nada de esto habría pasado.

— Tranquila, no te culpo de nada.

— Pero yo si me culpo por esto.
Quisiera haber sido yo y no tú.

— Todos nos vamos cuando llega nuestra hora y aún no es tu hora.

— No es justo Zach.

— Nada es justo en esta vida. Vamos Clare, deja de llorar. Aún no me voy, sigo aquí, tú puedes verme. Nunca me iré de tu lado.