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Capítulo 4

《Problemas》

POV Narradora

—¡Hokage-sama! 

La actual y nueva Hokage, Tsunade Senju, elevó su mirada de los papeles que estaba leyendo y observó al shinobi que entraba por la puerta.

—¿Qué sucede? 

—Tenemos problemas.

—¿Problemas? ¿Qué clase de problemas?— La Senju frunció su ceño. 

Desde el ataque de Orochimaru y la muerte del Sandaime, Tsunade ha tenido demasiado trabajo por hacer. Asignando guardias, revisando daños materiales y el numero de muertos. Lo único que le faltaba era otro problema.

—Se han visto entrar dos personas desconocidas a Konoha. Lo que más nos tememos es que Orochimaru este de vuelta en la aldea.

—¿¡Qué!? ¿¡Cómo que Orochimaru puede estar de nuevo en la aldea!?— Se levantó de golpe de su asiento y observó con furia al shinobi. Los papeles que estaba leyendo salieron disparados hacia el suelo.

El pobre hombre, temblando, siguió con el reporte.— S-Sí. S-Se tiene la sospecha de que es Orochimaru. Es muy similar a él. Piel blanca, ojos dorados y una sonrisa escalofriante. Lo único diferente es que parece un niño de 12 años y tiene el cabello celeste.

Tsunade se cruzó de brazos y se sentó.— Ese maldito. Ahora tomó el cuerpo de un niño inocente.

—A-Además...

—¿¡Qué!? ¿¡Hay más!?— Tsunade estaba que echaba humos. El pobre hombre en frente de la rubia quería salir corriendo despavorido.

—S-Sí. Como le dije, dos personas desconocidas entraron a Konoha. El que se cree que es Orochimaru no se le ha visto salir de la aldea, más la otra persona sí. Al parecer está en el bosque de Konoha. No solo eso. Los Inuzuka han estado percibiendo un olor extraño provenir del bosque. Muchos olores mezclados. Se cree que hay aliados de Orochimaru en el bosque.

—¿¡Y por qué no lo dijiste antes!? ¡Convoca ahora mismo a los jounin del equipo 7, 8 y 10! ¡Ya!

—¡Entendido!

Seguidamente, el shinobi se retiró de la oficina. Tsunade se volteó con su silla y observó la ventana que daba hacia la aldea. No pensó que los problemas volverían tan rápido. Dedujo que Orochimaru descansaría unos días y luego volvería a actuar, como la víbora que es, pero esto era antes de lo previsto. Todos los chunnin y los jounin estaban ocupados monitoreando toda la aldea y ayudando a los civiles. Los únicos disponibles eran los genin. Tenía algo de duda con mandarlos, más al muchacho Uchiha con la marca de maldición, pero no tenía opción. Debían capturar a esos desconocidos antes de que los rumores se esparzan hasta los civiles y se arme un alboroto. 

—Espero no me fallen.— Observó a la luna por unos instantes y luego comenzó a recoger todos los papeles.

—Alguien se acerca. 

Boruto se había levantado al percibir que alguien se estaba cercando. Se concentró mucho y pudo distinguir al rededor de 10 ninjas. Sin dudar, levantó a sus amigos para poder marcharse. Era de noche. No habían pasado ni dos horas desde que encontraron esa cueva. Sería difícil movilizarse en la oscuridad, pero el manto de la noche podría servirles mucho. 

Todos despertaron ante la advertencia de Boruto y se prepararon para escapar. Salieron con cuidado de la cueva; visualizando si no había nadie a su alrededor. Cuando se determinó que no, salieron corriendo en dirección contraria a la que se sentían los chakras. 

—¡Se están moviendo! ¡Debemos atraparlos! 

Los ninja no dijeron nada y comenzaron a perseguir a los niños. Su velocidad era extraordinaria, por lo que no tardaron nada en alcanzarlos. Los del futuro se sorprendieron demasiado al verlos pisándoles los talones tan pronto, pero comenzaron a esquivar los kunais y shurikens que les mandaban. Haru fue el primero en notar el por qué.

—¡S-Son Anbu!

—¿¡Anbu!? ¿¡En serio nos ven como una gran amenaza!?— Exclamó Boruto mientras esquivaba un kunai.

—Al parecer sí. Debemos perderlos. Separarnos ya no es una opción. Estamos rodeados por completo.— Shikadai intentaba planear algún tipo de estrategia para poder escapar, pero un kunai diferente justo a su lado lo hizo reaccionar. O más bien, muchos de ellos.— ¡¡Papeles bomba!!

Todos se alertaron ante lo dicho por el Nara. Habían caído diferentes kunais con papeles bomba. Se cubrieron como pudieron de la gran explosión que hubo. Todos se habían dispersado y caído en diferentes partes de los árboles, los cuales estaban dañados por la explosión. Boruto había logrado observar a su hermano caer cerca de él. Luego de caer en unos arbustos, y aun estando muy adolorido, se acercó a su mellizo con toda su fuerza de voluntad. Parecía ser que su hermano estaba inconsciente. La sangre que bajaba por su cabeza era una prueba. Lo único bueno que sacó de esa explosión, fue que se alejaron de sus perseguidores, pero a que costo.

Su hermano estaba inconsciente y con heridas por todo su cuerpo. La sangre de su cabeza no paraba de salir y eso lo estaba preocupando. El cuerpo de Boruto estaba casi en las mismas condiciones. Heridas por todo el cuerpo, golpe en la cabeza, pero también tenía una herida en el pie. Al caer, una gran rama se había ensartado cerca de su tobillo. No podía caminar, pero debía. Esperaba que sus amigos estuvieran bien, pero por el momento, su única prioridad y preocupación era su hermano.

Lo cargó como pudo y comenzó a caminar. Casi se cayó por su tobillo, pero aguantó. Iba despacio, pero por lo menos avanzaba. Fue hasta que escuchó una voz a lo lejos que quiso acelerar. No podía correr. Su pie le estaba matando del dolor. Pero todo ese dolor, se fue hasta que escuchó una voz, esta vez, no lejos.

—¡Búsquenlos! Con esas heridas no irán muy lejos.

El Uzumaki estaba desesperado. Si los atrapaban, ¿Qué les harían? Si ellos morían en ese tiempo, ¿pasaría algo en su tiempo? o ¿no cambiaría nada al no ser relevantes en el pasado? No sabía cual era la respuesta a eso, pero no podía buscarla ahorita. Escuchó el ruido de lo que parecía ser agua y se dirigió hacía ahí; más por instinto que por nada. Al llegar, encontró su única salvación, que a la vez podía ser su muerte segura.

Una gran cascada caían con fuerza en lo que parecían ser aguas muy profundas. Reconocía la cascada. Dudó por unos instantes el tirarse, pero al escuchar las voces más cerca, tomó valor y se lanzó. Esperó por el impacto con el agua, pero no pensó que sería tan doloroso. Sus heridas comenzaron a arderle ante el contacto con el agua de forma tan brusca. De inmediato comenzó a nadar hacia donde el agua caía con fuerza, atravesó el agua y de inmediato comenzó a escalar. Tenía a su hermano bien sujeto, pero no sabía cuando se caería. La presión del agua lo hacia retroceder mientras más escalaba. Al final, utilizó todas sus fuerzas para llegar a lo que parecía una cueva. Entró de inmediato y se dirigió al fondo de esta; arrastrándose él y a su hermano.

A lo lejos, Boruto vio como los Anbu bajaban a revisar el perímetro, pero nunca se les ocurrió ver detrás de la cascada. Era un lugar que casi nadie sabía. Shino-sensei se lo había enseñado a todos en una de las tantas excursiones que tuvo con sus amigos en la academia. Agradecía que los Anbu no conocieran ese lugar. Se recargó en la pared y se sentó con cansancio. Estaba oscuro, la única luz era la de la entrada de la cascada. Acomodó la cabeza de su hermano sobre su muslo y luego cerró sus ojos; descansando de todo lo que había ocurrido. 

—¡Sigan buscando! Si no los encontramos, Danzo-sama nos asesinará.

Luego de buscar por la cascada, los Anbu que iba detrás de Boruto y Haru se reunieron con el resto del escuadrón, los cuales tampoco habían tenido éxito al buscarlos. Era como si se los hubiera tragado la tierra. Sus chakras casi imperceptibles por ser débiles, ahora estaban por completo imperceptibles. Los Anbu de raíz, quienes bajo las ordenes de Danzo perseguían a los "sirvientes de Orochimaru", estaban buscando incluso debajo de las piedras, pero nada. Bajo sus mascaras no había expresión absoluta, pero muy en el fondo, una pisca de miedo nacía por lo que su líder podía hacerles.

—No se preocupen, logré captar la cara de absolutamente todos.— Un joven niño de cabellos oscuros y piel pálida apareció montado en lo que parecía un ave en blanco y negro.

Los Anbu observaron al pequeño niño de 13 años con una mascara característica de Anbu. En sus manos tenía diferentes papeles con caras dibujadas en blanco y negro. El último que tenía era de un niño con una coleta baja. 

—¿Los encontraste? ¿En donde?

—No recuerdo.

—Debiste atraparlos.

—No era mi misión.

—Ve con Danzo-sama y entrégaselas.

—Entendido.

La conversación había sido aburrida y sin gracia. El pequeño niño sin nombre, solo se montó sobre su ave y se fue volando. Danzo había mandado a sus Anbu a buscar a los intrusos al solo enterarse. No confiaba en Tsunade para atraparlos, así que lo hizo por su propia cuenta. Aunque de alguna forma, los retratos del pequeño Anbu de raíz, llegarían a las manos de la Hokage. Y el artista, pagaría por dejar que su arte llegue a "malas manos".

—Y dime, ¿Cómo te llamas?— Sakura se acercó al peliceleste con una taza de té y se la entregó.

—Me llamo Mitsuki.— Recibió la taza con una sonrisa.

—Mitsuki. Que bonito nombre. ¿Puedo llamarte Mitsuki-kun?

—No hay problema.

Cuando Sakura encontró a Mitsuki, lo llevó de inmediato a su casa. Por suerte, no estaba lejos. Al llegar se adentró con rapidez y lo sentó en el sofá de la sala. Sus padres no estaban, por lo que estaba sola y podía meter a un perfecto desconocido herido a su casa. Lo curo de inmediato. Utilizó su aún un poco básico ninjutsu médico y un par de vendas. Hace menos de unas semanas estaba entrenando con la actual Hokage, Tsunade-senju, por lo que le costaba un poco todavía.

—Y dime, ¿Cómo terminaste tan herido?

Mitsuki se quedó callado y bebió de su té. No sabía que responderle.

—Oh bueno, entenderé si no quieres decirme. No te presionaré a que me digas.

—Preferiría no decirlo. Muchas gracias por no insistir, huh...

—Sakura, me llamo Sakura Haruno. Y no te preocupes. Aprendí a no ser tan insistente por las malas.— Murmuró mientras se iba hacia su cuarto. Conseguiría unas cuantas mantas para el peliceleste.

Mitsuki ladeó levemente la cabeza ante lo que murmuró, pero le restó importancia. Por el momento, estaba esperando con que Sakura no llegara a sospechar de él. Era un completo error el haber aceptado su propuesta, pero sus heridas le dolían tanto que sentía que desfallecía. Sakura fue como su salvación. 

—Bueno, espero que esto pueda servirte para esta noche. Fue lo único que encontré.— Le tendió unas mantas moradas y una almohada rosada.

—Está bien. Muchas gracias.

—No hay de que. Ahora, será mejor que descanses. Tus heridas deben sanar y lo mejor será que duermas.

Mitsuki asintió y luego la observó irse hacia su cuarto. Antes de irse, la pelirrosa había apagado las luces de la casa, por lo que todo estaba perfectamente oscuro. Mitsuki se paró del sofá y le dio una vuelta a la casa; inspeccionándola por mera curiosidad. Luego, se detuvo justo en medio de la sala y volteó a ver la única ventana. La luz de la luna estaba muy fuerte esa noche. Además de que notó que había comenzado a llover. 

Se preguntó por Sarada y sus amigos, pero más por Boruto: su sol. ¿Estarían bien? ¿Habrían conseguido refugio a tiempo o se habían mojado? ¿Los habrás descubierto? ¿Estarán encerrados o todavía seguían en el bosque? Esas preguntas le bloquearían un poco el sueño, pero más aun el saber si su sol se encontraba bien. Al final, se dirigió al sofá, acomodó su cabeza en la almohada y se arropó con la cobija. Se durmió en menos de lo que canta un gallo. Su condición, la comodidad y el clima favorecían mucho a eso.

Parece ser que no es peligroso.— Pensó Sakura mientras guardaba su kunai con cuidado de no hacer ruido.

Cuando se fue de la sala y apagó la luz, de inmediato ocultó su chakra y se quedó observando a Mitsuki. Puede que lo haya ayudado, pero eso no significaba que era una confianzuda. Su lado médico la hizo ayudarlo, pero su lado ninja la hizo no quitarle el ojo de encima. Cuando vio que se levantó del sofá y que comenzaba a dar vueltas por la sala, sacó un kunai con rapidez; pensando que iría hacia su cuarto, pero no, solo se quedó en la sala. Luego de eso, se fue a dormir de forma profunda.

Se fue caminando sin hacer ruido hacia su cuarto y, al entrar, no se cambió de ropa y se metió en la cama. Todavía no podía confiarse. Su sensei siempre le decía que tener demasiada confianza te podía perjudicar en el futuro. Por eso, cuando se acostó, colocó un kunai debajo de su almohada. Se quedó viendo el techo de su cuarto mientras pensaba. Estaba intrigada con respecto a sus heridas y su procedencia, pero tal vez lo averiguaría más adelante. Por el momento, debía dormir, pero todavía estar alerta.

Pero oh, claro que sabría quien es él.

Los cantos de los pájaros hicieron que sus bellos ojos jade se abrieran. La mañana había llegado rápido. Se restregó su ojo izquierdo con algo de pesadez y luego observó su cuarto. Todo parecía en orden. Se estiró un poco y luego se dirigió hacia la sala. Mitsuki aparentemente seguía dormido. De verdad que estaba cansado. 

Se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Hizo algo sencillo, huevo con tocino, unas tostadas y jugo de naranja. También hizo uno para Mitsuki. Estaba por taparlo para cuando se despertara, cuando de la nada, lo observó a su lado con una sonrisa rara. La pelirrosa se exaltó y pegó un gran grito. No lo vio venir.

—Perdón si te asusté.

—N-No... está bien. Te hice el desayuno. Espero que lo disfrutes.

Mitsuki estaba por hablar cuando de la nada, su puerta sonó tres veces. La pelirrosa dijo "ya voy" y se dirigió a la sala. Mitsuki aprovechó para comer, pero tampoco quitó la vista de la sala; pendiente de quien era la persona que buscaba a la pelirrosa.

—¡Oh, Sasuke-kun! ¿Qué te trae por aquí?— La sonrisa de la oji-jade se ensanchó mucho y comenzó a brillar al ver a su amado en su puerta.

—Hmp. Kakashi me dijo que nos necesita en frente de la torre Hokage en 30 minutos. Tenemos una nueva misión.

—¿Una misión?— Su sonrisa desapareció momentáneamente y se mostró confundida.— ¿Y sabes si será fuera de la aldea?

—No me dio detalles, pero teniendo en cuenta la situación actual, no lo creo.— La pregunta lo confundió un poco, pero lo ignoró.

No era normal que los genins tuvieran misiones. Después del ataque de Orochimaru, los únicos que iban a misiones eran los Jounin o los chunnin. Y como ninguno de los actuales genins se volvió chunnin, con excepción de Shikamaru, no entendía por qué les estaban dando una misión. Además, no quería dejar solo a Mitsuki. Aparte de que estaba herido, no quería dejarlo en su casa. No tenía información importante ni secreta, pero aun estaba su desconfianza. Volteó a ver por unos momentos al interior de su casa y luego observó a Sasuke con una sonrisa.

Bueno, no creía que pasara algo tan malo.

—Está bien, Sasuke-kun. Estaré ahí en cuanto me arregle.

Sasuke la vio de pies a cabeza.— Pero ya estás en tu atuendo ninja.

Sakura se dio cuenta de que era cierto y comenzó a sudar. Puede que estuviera en su atuendo de ninja, pero todavía no se había bañado. ¿Y si Sasuke le decía que olía mal? ¡Por Dios, no! Además, debía decirle a Mitsuki que saldría. No podía irse y dejarlo en la casa así como así.

—Eh... Eh... ¡Tengo cosas que hacer primero! ¡A-Adiós, Sasuke-kun!— Y sin que el azabache pudiera decir algo, la Haruno cerró la puerta de un solo.

Su actitud confundió mucho al azabache, pero le restó importancia y se dio media vuelta.

—Mitsuki-kun. Voy a salir. Volveré pronto. No te muevas mucho, tus heridas están recientes.

Ni siquiera dio un paso cuando escuchó eso. ¿Mitsuki-kun? 

—No hay problema, Sakura-san. La esperaré aquí.

¿Quién era Mitsuki-kun? El Uchiha volteó a ver la puerta de la casa Haruno. Desvió su mirada a la ventana de la sala, y dudó por unos momentos, pero no lo hizo. Al fin y al cabo, lo que Sakura hiciera o con quien estuviera, no era de su incumbencia. 

Aunque no negaría, que su sangre hervía al pensar en ella con otro chico.

Terminó yéndose con las manos en los bolsillos y muy enojado. No esperaba que Sakura estuviera con alguien. Siempre pensó que estaba enamorada de él. Aunque claro, teniendo en cuenta todo lo acontecido en el reciente ataque de Orochimaru, podía ser lógico. En ese ataque en donde no pudo salvar a Sakura de Gaara y Naruto tuvo que hacerlo, tal vez Sakura se dio cuenta de que en realidad no valía la pena. Que en realidad era alguien débil al que le faltaba mucho para poder pasar a Naruto. Se sintió muy impotente al decirle a Sakura quien fue en realidad su salvador.

Todo lo ocurrido solo reforzaba su decisión. 

Estaba decidido. Esta sería la última misión que haría con su equipo. Luego de eso, se iría en busca de más poder. Debía pasar a Naruto y, aun más importante, debía pasar a su hermano. Y si Orochimaru podía darle ese poder, lo seguiría.

En menos de 10 minutos, el azabache ya se encontraba con Naruto y, aparentemente, con el equipo 10 y 8. No le habían dicho que la misión era en conjunto a otros dos grupos, pero no se quejaría. Se posicionó al lado de Naruto, se cruzó de brazos, y comenzó a esperar a su sensei y a Sakura. Esta última llegó luego de 30 minutos. Se le notaba cansada por todo lo que había corrido, pues ya iba tarde.

—Perdón por llegar tarde. Estaba alistándome jeje.

¿O estabas con ese tipo?— Sasuke fulminó por unos segundo a Sakura, pero de inmediato apartó su vista.

—No te preocupes, Sakura-chan. Como siempre, Kakashi-sensei todavía no está aquí, ¡así que estás a tiempo 'ttebayo!— El rubio Uzumaki le sonrió con felicidad.

—Vaya, vaya, frente de marquesina. Tú no eres de llegar tarde solo por alistarte. ¿Acaso te estás alistando por Sasuke-kun?— La rubia de ojos celestes se acercó a Sakura con las manos en sus caderas.

Ambas ya eran amigas, pero todavía tenían la esperanza de entrar en el corazón del Uchiha. Por ende, a pesar de ser amigas, eso no significaría que tendrían una rivalidad por el amor del azabache. Por suerte, ya no era tan fuerte ni "seria". Se hacían las mismas bromas pesadas, pero esta vez, no iban con las intenciones de herir.

—¿Y tú Ino puerca? Hasta acá huelo todo el bote de perfume que te echaste para impresionarlo.— La Haruno se tapó la nariz en modo de burla.

—¡Ja! Pues por lo menos yo no huelo a perro.

—¡No es mi culpa que un perro use un shampoo tan bueno!

Ino se rio escandalosamente ante la cara de furia de Sakura. La pelirrosa iba a responderle a la Yamanaka, pero una cabellera platinada la hizo quedarse en shock. En frente suyo, Kakashi Hatake estaba con su típico semblante tranquilo, más no despreocupado.

—No vino dos horas tarde...

—Bueno, digamos que esta misión es de suma urgencia.

—Y aun así llegó 15 minutos después.— Naruto se cruzó de brazos.

—Sí, bueno, es que me entretuve trayendo un par de cosas necesarias para la misión.— Enseñó un pergamino que traía en su mano derecha.— Y hablando de misiones. Equipos, en fila, todos. Shikamaru, al frente conmigo.

Los equipos no dudaron y acataron la orden del jounin. Todos se pusieron en una fila. Primero iba Naruto, luego Sasuke, Sakura, Shino, Kiba, Hinata, Ino y por último Chouji. Shikamaru se posicionó al lado del Hatake.

—Esta misión es sumamente importante. Todos saben que luego del ataque de Orochimaru, la seguridad de la aldea se ha intensificado. Al parecer, se han detectado a varios desconocidos en el bosque de Konoha. Se cree que son sirvientes de Orochimaru.— Todos se sorprendieron por lo recién contado, con excepción de Shikamaru, quien había sido informado con anterioridad sobre lo que trataba la misión.

—¿De Orochimaru? Vaya, pensé que tardaría un poco más de tiempo antes de volver a atacar.— Akamaru ladró en modo de acuerdo con las palabras de Kiba.

—Sí, nosotros también. Pero se han logrado rastrear a 8 personas por completo desconocidas. Nos dijeron que eran niños, pero viniendo de Orochimaru, es esperable y no hay que confiarnos con ellos. En estos papeles están los rostros de ellos. Memorícenlos. Hay algunos rasgos interesantes.

El peliplata hizo un símbolo con su mano y de ahí salió una especie de pared de corcho. En ella habían 8 papeles con caras dibujadas. Todos observaron de inmediato a la pared, sorprendiéndose mucho por los parecidos físicos innegables entre algunos de sus compañeros y los de los papeles.

—¡S-Se parecen mucho a Naruto!— Observó a Boruto y a Haru.

—¡Ese se parece a Shikamaru!— Exclamó Ino mientras observaba a Shikadai.

—¡Y ese a Sasuke-kun!

—Se parecen mucho... a nuestros compañeros.

—Sí. Esos rasgos nos hacen creer que tal vez quieran hacerse pasar por alguno de ustedes para infiltrarse. Así que será necesario que todos tengan un distintivo oculto en alguna parte de su cuerpo. En este caso, utilizarán una cinta blanca y la atarán en su tobillo; oculta por sus sandalias ninja, pero no podrán removerla hasta que termine la misión, ¿entendido?

—¡Entendido!

El jounin les dio a cada uno la cinta blanca, y todos comenzaron a amarrarla en donde no se viera. Luego de eso, se dividieron en dos grupos. El equipo 7 al conjunto de Shino, liderados por Kakashi, iban hacia la parte este, mientras que el equipo 10 al conjunto de Hinata y Kiba, liderados por Shikamaru, iba a la parte oeste. 

—Casi lo olvido. También se avistaron a dos desconocidos entrando a la aldea. Aparentemente, uno escapó hacia el bosque, mientras que el otro sigue en la aldea, pero está herido. El que escapó está cerca del área de Shikamaru, por lo que también deberán buscarlo.— Hurgó en sus bolsillos y luego sacó dos papeles algo arrugados.— Este fue quien se fue hacia el bosque.— Le entregó el papel a Shikamaru para que lo vieran.— Y este es el que está en Konoha.

Sakura no podía creerlo.

Continuará...

Algo así son los dibujos. Claramente no se parece al estilo de Sai (y Shikadai está medio-muy raro), pero ustedes imaginen que si se parece ;)

Me piro vampiro~

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