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Capítulo II

El club.

Les dije, le patina el coco.

Sony.

—Es que juro que no es una buena idea llevarla—les digo a las chicas. Ellas me ven desde el otro sofá, se encuentran de brazos cruzados, resignadas a escucharme—Ella es nueva aquí y no sabe cómo funcionan las cosas.

—Creo que ahora Sony tiene razón—dice Perla, ya entrando también en razón—La Harp es nueva y con todo lo que pasa dentro del pueblo en estos momentos no creo que sea muy bueno exponerla ante muchos malotes.

—Su mamá dijo que no está muy bien de su cabeza, ¿Qué pasa si se le mete el chamuco cuando estemos allá?—pregunto con algo de exagero—No, lo he decidido, yo me quedo con ella y ustedes váyanse al vacanal.

—Ay, pero que exagerados, yo veo a Harper bien, solo hacen un drama—Aria suelta fastidiada.

—Esa niña no está bien, hace rato la vi hablando sola y me dio miedo—Perla dice y hace una reacción como si la piel se le erizara—Creo que habla con el novio, pobrecita.

—Agh, ya cállense, los únicos dementes son ustedes por hablar de esa manera de nuestra amiga, ¿no sienten vergüenza?—Aria nos regaña y se vuelve a ubicar los lentes. —Harper se encuentra bien de su cabeza, si le vuelven a decir loca les meto un palo por el ano a cada uno.

Pongo mis ojos en blanco y suelto una enorme calada de aire.

—Cuando pase algo no digas que no te dijimos—digo mientras me cruzo de brazos—A ella le patina el coco y su madre nos los dijo.

—Y enserio, ¿A qué hora baja Harper?, ya como que se tardó, ¿no?—Perla dice viendo a las escaleras.

—Dijo que solo se cambiaria—Aria le dice a Perla. Y como si la hubiesen invocado la chica con cabello de Dora la exploradora baja por las escaleras—Sip, un gran cambio—la ironía en su voz me hace reír.

—Solo se puso zapatos—murmuro tratando de contener las ganas que tengo de reír.

—Y unos muy feos—agrega Perla con pasmo.

—Oigan, ¿ustedes por casualidad no vieron una pinza del pelo?, es color azul con manchitas blancas, creo que se me cayó por aquí—ella inclina todo su cuerpo y revisa por debajo de las escaleras. Ni siquiera nos da mucha atención—¡AAAAAAHHHH!, y solo traje esa, ¡Dios!, dame memoria—y como si hubiera reaccionado se incorpora de golpe—Aquí esta—mete su mano dentro del bolsillo de la sudadera y saca la pinza que buscaba, al ver nuestras caras con el Windows reiniciado, su entrecejo se frunce—¿Qué?, ¿A caso ustedes nunca han buscado su celular con la linterna del celular?, no me vean así y vámonos.

Ella se ata el cabello y su rostro queda descubierto. Tengo muy en claro que Harper es una chica con una belleza curiosa, pero ahora hay algo que la hace resaltar.

—¿Piensas ir vestida así?, te puedo jurar que no es una pijamada—Perla le dice con horror.

—¿Qué tiene de malo mi ropa?, me siento cómoda—Harper le responde sonriente.

—Te van a comer viva.

—El primero que se atreva a decir algo de mi le arranco la lengua—ella hace una seña con sus manos como ya estuviera matando a la persona—No es por presumir, pero me he vuelto muy buena tratando con la gente criticona y hablona.

Los tres nos vemos entre si y creo que no es una buena idea seguir diciendo algo respecto a Harper.

—Y si no hay nada que decir, vámonos—Harper dice y nos pasa por delante.

Ella sale de casa. Las chicas sueltan un suspiro. Vemos bajar a Dalila, ella nos sonríe desde su punto. Siempre he dicho que esa mujer no me da buena espina. Es muy rara.

—Cuiden a mi sobrina, está en sus manos. —y sin decir otra cosa nos da la espalda y desaparece.

—Todos los de esta familia están medio chiflados—dice Perla viendo el lugar en donde una vez estuvo parada Dalila.

—Cuidado, que la locura es contagiosa—les digo y me dispongo en salir.

[***]

Aunque la noche ya nos ha abrazado, todo seguía como si fuera de día.

El aire chocaba contra mi rostro, cerraba mis ojos mientras sentía el tacto suave de Jasper sobre mis mejillas. Me encantaba que me acariciara de esa manera, me hace sentir tan bien. Aunque la música era fuerte, me trataba de concentrar en mi chico. Mi bello chico.

—¿Y desde cuando fue que se hicieron novios?—Harper le preguntaba con suma intriga.

—Llevamos seis meses juntos—Jasper le respondía con tranquilidad.

—Te puedo asegurar que ni en mis mejores sueños hubiera imaginado que el Sony nos iba a salir gay—ella comenta todavía con sorpresa. Al abrir mis ojos me doy cuenta que se encuentra fumando y bebiendo—Pero me da gusto, solo sean jodidamente felices, carajo.

Giro mi cabeza en busca de mis otras amigas y ellas se encuentran charlando con unos tipos en otra mesa. Es que no pierden el tiempo.

—Mi mamá solía decirme que si las personas se gustan se gustan, ella no anda con esa mierda de hacerle el fushi a nadie... Cuando iba al grupo de jóvenes de la iglesia me gustaba la cordi, estaba bien culona la desgraciada—Harper sigue diciendo con mucha pasión—Pero era una puta homofóbica, así que me salí cuando entré a la uni y pues luego conocí a mi novio y me di cuenta que prefiero un pito que un par de tetas.

Eso hace reír a Jasper.

—Tu amiga es un poco especial—Jasper me dice en un murmuro.

Asiento muy de acuerdo a lo que ha dicho. Harper sin duda en muy especial. Ella sigue hablando, pero la verdad es que dejo de prestarle atención en el preciso instante cuando a lo lejos veo al grupo de los Coex, los cuales ven con mucha curiosidad a Harper. Joder, eso no es muy bueno.

Cuando Perla por casualidad gira a verme le hago una señal con mis ojos para que vea a la pandilla a nuestro costado. Ella reacciona al instante y sin tardar mucho se sienta en nuestra mesa.

—Es como medio curioso este club, nunca había visto uno tan extraño—Harper hizo mención observando a todos lados—Y todo esta gente me causa una sensación desagradable.

Todos nos vemos entre sí, la vemos y no la contradecimos.

—Harp, ¿No quieres ir por un...?—Perla no termina sus palabras ya que Harper la interrumpe al instante.

—¡Esa es mi rola!—grita con emoción. Se levanta y cuando de momento se sube a la mesa junto con una botella que le sirve de micrófono, siento que ya valimos verga—¡Porque me vale, vale todo!—ella canta tan fuerte que todos empiezan a centrar su mirada en nuestra mesa y a murmurarse cosas.

Aria al ver la escena no duda en venir casi corriendo.

—Hay que bajarla—ella nos dice demandante.

Harper sigue cantando y bailando. Jasper el cual tiene la intención de ayudar le pide que se baje.

—Sony, bájala cargada—Perla me dice.

—¿Y yo por qué?—digo cruzándome de brazos.

—Porque si no lo haces nos van a...—y otra vez Perla es interrumpida por Harper.

—¡Pero qué carajos!, yo te conozco—todos volteamos inmediatamente a ver la dirección en que Harper señala. Y solo puedo maldecirme mil veces por haber dejado que la inútil de Aria haya ganado en traer a Harper. Vemos como se baja de la mesa de un solo brinco. Dando zancadas se acerca a la chica pelirroja que se encuentra sentada justamente en la mesa de los famosos A—¡Hey!, ¿te acuerdas de mí?

Los cuatro nos acercamos rápidamente y nos posicionamos a su espalada. La tomo de un brazo para llevármela, pero ella de golpe se suelta.

—¡Porque yo me acuerdo!, ¿y sabes qué?, ¡eres una maldita desgraciada a la que quiero hundirle la cabeza de una patada!—Harper le grita a la chica que conozco por Frany, la novia de Axel—No me das miedo, ya no me intimidas.

Frany se levanta para retarla, pero uno de los hermanos, los cuales no tengo idea si será Alex u otro de los dos la enfrenta. Harper se ve pequeñita, pero no intimidada. A diferencia de nosotros, que se nos acaba de salir el alma del cuerpo.

—¿Y tú qué?, ¿también quieres una patadita?—Harper lo reta con la mirada y se le acerca para provocarlo.

—Aria, ¿tu trajiste a esta loca?—el tipo le pregunta a mi amiga.

—Es una amiga, pero es mala copa—ella le responde con una risita nerviosa.

—Desaparécela ahora mismo—le ordena. Este se vuelve a sentar, ignorándonos por completo.

—¿Recuerdas cuando te burlabas de mi?, me decías cosas feas y siempre rompías mis cosas—Harper le dice duramente a la chica—Incluso me hiciste lamer tus zapatos, ¿lo recuerdas?, porque yo no olvido nada, y ahora te voy a matar.

Cuando Harper se le quiere ir encima a Frany me apresuro y la tomo por la cintura.

—¡Te voy a matar!, ¡Voy a matar a todos!, juro que te mataré, primero te arrancaré la lengua y luego los ojos... ¡Vas a morirte!—Harper se remueve para que la deje en libertad, pero no lo hago y me la llevo de arrastras. —¡ESTAS MUERTA!

Harper se mueve como un gusano y eso me hace enfadar. Las chicas que vienen a mi costado tratan de abrirnos paso, Jasper me ayuda con Harper, entre los dos es más fácil. Los Coex siguen viendo a Harper con curiosidad, como si fuera un bichito curioso para ellos.

Cuando salimos y la montamos al coche siento un verdadero alivio.

—Esa maldita me las va a pagar—Harper sigue diciendo, llena de ira.

—Joder, acabas de firmar tu muerte—Aria le dice casi lloriqueando.

—No me dan miedo—ella dice con decisión.

—Pues deberías temer, esta gente es peligrosa y acabas de amenazar de muerte a una de ellos—Aria trata de hacerla entrar en razón.

—Pues también deben temerme—y entonces cierra la puerta del auto con mucha fuerza, dejando a Aria con la palabra en la boca.

Veo a las chicas con enfado total, en especial a Aria. Esto es su culpa.

Les doy la espalda, para ir en busca de Jasper, pero ellas son más rápidas y me detienen.

—Sony, debemos hacer algo—Perla me dice con temblor en su voz. —No quiero mo...

—¡No se te ocurra decir eso!—la cayo de inmediato y ella asiente—Les dije, le patina el coco.

—¿Qué pasa si ellos la buscan?—la que pregunta ahora es Aria—Se cómo trabajan y no creo que le espere algo bueno después de esto.

—Lo peor es que ella estaba con nosotros—Perla agrega—¡Es que joder!, ¡joder, joder!, nada bueno va a salir de esto.

—Los Coex no le quitaban la mirada de encima—les digo y eso las asusta todavía más.

—Es verdad, vi como la miraban—dice Perla tratando de controlar sus nervios.

—Mierda, esos idiotas no son de fiar—digo ya alterado.

—Creo que ya valimos verga—Aria se pasa una mano por el rostro, tratando de encontrar paciencia. —Aunque si a uno de ellos les interesa la Harp, entonces puede que los trillizos no la toquen.

—¡Pero qué pendejada dices!—es que no puedo creer que Aria suponga eso. Es ridículo. —No tenemos que dejar que los Coex se le acerquen, mucho menos Alex, Axel y Alexis. Nos las hemos jugado muy bien estos años para poder mezclarnos entre ellos sin que nos maten, así que si tocan a Harper nos tocan a todos.

Las chicas se ven entre si y luego me ven a mí.

—¿Qué va a pasar ahora con el asunto de los desaparecidos?, hay más gente extraviada dentro del pueblo y con esto vamos a tener que parar la búsqueda de pistas—Perla dice. Hay preocupación en su rostro—Ayer la policía encontró a una persona muerta, en medio de la carretera que entra a Dinnen.

—Era la muchacha de la farmacia del centro, ella despareció hace seis meses y de la nada aparece muerta y con cortaduras por todo el cuerpo—Aria agrega con desconcierto—Algo está mal, muy mal. Y no debemos hablar de eso aquí, hay oídos por doquier.

Ella tiene razón, no debemos hablar estas cosas al oído de muchos. Es peligroso hacerlo aquí. No podemos confiar en nadie, pero ni en la misma Harper.

Voy por Jasper, el cual me espera pacientemente recostado sobre un poste de luz. Tiene el rostro adormilado.

—Ven, te iremos a dejar tu casa—él me sonríe y me abraza.

—Durmamos esta noche—me pide con una nota de picardía en la voz—Que las chicas se hagan cargo de Harper.

—No puedo dejarlas solas, al menos no por hoy—le susurro. Nos separamos. Beso su frente y eso lo hace sonrojar. Amaba verlo así—Te amo mucho.

—También te amo, no lo olvides.

Beso sus labios.

Besarlo me hace sentir cosas diferentes, como si no importara cada cosa.

Yo quería Jasper más que nada en el mundo. Él era el chico de mi vida y simplemente me resignaba a dejarlo, no había futuro si él no estaba incluido. Por eso quería que nos casáramos e hiciéramos una vida fuera de Dinnen. Quería que formáramos una familia fuera de este pueblo disfuncional.

—Vamos, hay que irnos—le digo al separarnos. Dejo un beso corto en sus labios. Jasper asiente sonriente y empezamos a caminar de la mano—¿Qué te parece si la próxima semana vamos a cenar a algún lugar lindo?

—No es una mala idea—me dice.

Lo veo de reojo y me digo que tengo suerte al tener a alguien tan bueno y hermoso como él.

Cuando llegamos al auto las chicas me ven y si antes estaban asustadas, ahora están cagadas.

—¿Qué pasa?—veo el interior del auto y Harper no está—¿Y Harper?

Sus caras pálidas y manos temblorosas y no por el frio me hacen estremecer.

—Cuando subimos ya no estaba—dice Perla.

—Hay que buscarla, no debe estar lejos—les digo.

—¿Y si fue a buscar a la Frany?—me pregunta con algo de miedo.

—Si fue a pelear no va quedar ni para contar el chiste—Aria le responde. Seria y temerosa a la vez. Como si en sus pensamientos se reflejara el espantoso final de Harper.

—Me caía mejor cuando no buscaba broncas. —les digo y sin esperar otra palabra por ellas, suelto la mano de Jasper y me dispongo en ir a buscarla dentro del club.

Del maldito club en el que ella solo será una dulce oveja frente a manada de lobos hambrientos.

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