Hunter
Reviso documentos sentado en mi escritorio, pero no logro concentrarme para nada en mi trabajo, estoy cansado y preocupado, pues ya van tres días desde que Aisha desapareció, la he estado buscando por la ciudad antes y después de trabajar, e incluso durante mi hora de comida y de patrullaje. Ella no está por ningún lado y cada vez estoy más y más desesperado por que le haya pasado algo, sólo puedo rezar por que se mantenga a salvó durante las noches en algún lugar luminoso, pues no logré ponerla al tanto de los seres oscuros que buscan volver como ellos a aquellos espíritus sin manchas, algunos terminan siendo anexados a bolas de energía maligna y se pierden al otro lado de La Frontera. Aisha es demasiada blanca y más porque no tiene recuerdos de su pasado y eso es más peligroso para ella.

Me levanté de mi asiento y fui al espacio de esparcimiento que la propia estación de policías tiene para nosotros, me acosté en la cama que hay en uno de los cubículos de descanso mientras frotaba mi cara con ambas manos y bufaba frustrado por la preocupación que tengo.

Aisha… ¿Por qué te fuiste? ¿A dónde fuiste? ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo estás? Tengo tantas preguntas que quisiera que me contestara ahora. Estaba tan sumido en mis pensamientos que me asustó el toque que le dieron al vidrio de mi puerta, mi compañero estaba al otro lado cuando la abrí informándome que una pareja vino a buscarme. Salí de mi área de descanso y me dirigí a una habitación con una mesa de madera al igual que las sillas que le hacían juego en el centro y un sofá debajo de la ventana de persianas. Dos personas estaban sentadas, una mujer de cabello castaño que no llegaba a ser claro, pero tampoco oscuro, usando una camisa blanca de tirantes y un suéter delgado color rojo con abertura por enfrente, y un pantalón oscuro con zapatillas negras; y un hombre con camisa azul de mangas largas junto a un pantalón de vestir gris oscuro y zapatos negros, es una pareja casada de unos cuarenta y tantos, traían consigo un retrato mientras la mujer lloraba un poco. Ambos se pararon enseguida apenas pasé la puerta para darme un fuerte apretón de manos.

–Por favor siéntanse. –dije ofreciendo con las manos a la vez que lo hacíamos– ¿En qué puedo ayudarles? –la mujer me dio el recuadro.

–Ella es mi pequeña, llevamos dos años buscándola. –el hombre la abrazaba por los hombros y él aclaraba su garganta antes de hablar.

–Vinimos con usted porque nos han dicho lo buen detective que es. Estamos desesperados por no saber dónde está.

–Por dos años hemos vivido un martirio, todos los días salimos a la calle preguntando a las personas si la han visto, pero… –lloraba con algo más de fuerza, entonces su marido tomó la palabra.

–Pero ya la gente ni siquiera presta tanta atención como en los primeros meses de cuando empezamos nuestra búsqueda, incluso la policía ya se ha rendido.

–Por favor detective, hace dos años casi perdemos a nuestro hija menor, y ahora su hermana mayor ha estado desaparecida por mucho tiempo. Ayúdenos.

Miré el retrato de esa chica que abrazaba a su hermanita con mucha alegría en una fiesta de cumpleaños de la menor, vi a la pareja y acepté ayudarles.

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Aisha
He pasado tres días con Zoe, tiempo que ha sido muy divertido, hemos paseado por todos lados, reído porque asusto a algunas personas sin causarles terror, visto el amanecer, atardecer y anochecer, esto último en lugares iluminados, claro. También jugamos con algunos perros y gatos, y siempre volvemos a la base secreta antes de que la noche oscura nos arribe. Ahí pasamos horas hablando casi de cualquier cosa. Ahora mismo estábamos carcajeándonos recordando cómo hice que un hombre de traje y siendo muy arrogante en su hablar, gritar con una voz aguda pareciendo de mujer.

–¡Es idiota! –exclamó riendo y golpeando su pierna con la palma abierta– Aisha, eres muy divertida.

–Tú también. –mencioné tranquilizando mi risa.

–Te dije que no necesitabas de ese Hunter.

Mi risa se cortó enseguida y ella me está sonriendo muy… feliz. Bajé la mirada fingiendo una sonrisa también. Yo… debería decirle, pero a la vez tengo miedo por cómo reaccione. Hunter me trajo para darme una respuesta a mi pasado, tengo que volver con él, pero tampoco puedo dejar a Zoe aquí sola, necesito convencerla de que se vaya conmigo y Hunter, sólo él nos puede ayudar.

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La noche llegó y con eso la hora de dormir de Zoe también, como siempre se colocó en el colchón con el frente a la pared y con su sueño, su pesadilla le acompañaba. Un grito y se despertó.

–¿Estás bien? –pregunté mirándole con una sonrisa, al principio ella estaba sudando frío, pero luego fingía haber hecho una broma.

–¡Por supuesto! Sólo quería intentar asustar al fantasma. ¡Jajaja! ¡Buenas noches! –se volvió a acostar dándome la espalda.

–Zoe ¿cómo crees que pudiste ver espíritus?

–¿Ah? –se volteó a mirarme.

–Dijiste que antes no los veías.

–Bueno –se reincorporó a sentarse frente a mí–, yo… fui atacada por un loco, estaba buscando sobras de comida y este tipo raro salió y me persiguió hasta el bosquejo de al lado, me estaba ahorcando y de alguna manera me solté y pude escapar. –su voz se escuchaba queriendo romper en llanto de vez en cuando, pero se mantenía forzando su sonrisa– Después de eso pude empezar a ver fantasmas y esas cosas.

–Ya veo… Lamento eso.

–Bueno, luego de eso ya no se apareció por aquí, tal vez creyó que lo atraparían y se fugó. –reía mostrando una enorme sonrisa, yo puse una.

–Duerme, ya es tarde.

–¿Y si no quiero?

–Sí quieres.

–Bueno sí. ¡Buenas noches!

Volvió a acostarse en su cama y en poco rato regresó a sus sueños, pero ya no se quejaba, estaba tranquila y eso me dio la oportunidad de salir por un momento a recorrer afuera. Fui al bosquejo apartado que está pegado al estadio, hay penumbra adentro, pero no siento que hayan cosas como aquella que me atacó antes, así que me adentré observando el lugar mientras la luz de la luna se iba descubierto poco a poco, no avancé mucho para encontrar eso.

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–¡No puedes atraparme! –vociferó Zoe divertida esquivando a las personas mientras que yo la persigo atravesándolas, estamos jugando.

Ambas llegamos hasta el parque de nuevo, por suerte la luz del sol está con nosotras. Ya han pasado otros dos días desde que encontré eso en aquel bosquejo, la verdad haberlo encontrado me preocupa mucho y no sé cómo comentar algo sobre eso con Zoe, pero mientras me mantengo sonriendo y feliz a su lado, que es como me siento con ella. Ahora estamos sentadas a la orilla del lago que refleja los rayos del sol en el agua mientras patos están flotando en él. Zoe se acostó en el pasto mientras cerraba sus ojos y el viento soplaba moviendo el césped, las hojas en los árboles y las que cayeron al suelo, incluso provocando unas pequeñas ondas en el agua.

–¿Sigues extrañando a ese Hunter? –yo asentí mientras me acostaba junto a ella– Ai, quiero que te quedes conmigo… –volteé a verla con sus ojos afligidos, me gustaría poder tomar su mano ahora…

–No me iré pronto… Hay algo de lo que me debo encargar ahora. –su sonrisa se pronunció a la vez que se puso de lado dedicándomela– Vamos a pasear.

–¡Sí!

Fuimos caminando por muchos lados, asustamos a un par de personas para entretenernos un rato y seguimos nuestro recorrido en los que Zoe me contaba como le gustaba el pan con mermelada y mantequilla de maní. Por mi parte sonreía al verla hablar con tanta viveza.

–¿Sabes? Te considero mi hermana mayor.

–¿En verdad? Me alegra. Yo era la menor de tres hermanos que somos. –reí bajo hasta que ella musitó algo.

–Hubieras sido mejor hermana que yo…

–¿Uhm?

–¡A que no me atrapas! –Zoe comenzó a correr y fui tras ella, aunque eso me pareció extraño.

Iba junto a ella corriendo feliz hasta que me detuve en una intercepción, Zoe también se detuvo mirándome confusa, y es que reconocí esta calle, este camino lleva a la estación de policías donde Hunter está.

–¿Ai? ¿Pasa algo? –la miré y sonreí.

–Sí. Quiero llevarla con él.

–Vámonos… –Zoe parece ser que se puso nerviosa, pues empezó a caminar en dirección contraria a donde está la estación– ¡Ai! ¡Rápido!

–Es-Espera, Zoe… –miré de regreso a donde estaba mi oportunidad de ver de nuevo a Hunter, visualicé a una pareja que caminaba por la acera de enfrente.

–¡Aisha! ¡Vámonos!

–¡Zoe! ¡Espera!

Comenzó a correr rápido, parecía asustada, fui tras ella preocupada hasta que llegamos de nuevo a la casa de Zoe, al entrar la vi acostada en su cama dándome la espalda.

–Zoe… ¿Qué pasó?

–¡Nada! Sólo… tenía sueño…

–¿Esas personas eran tus padres? –tuvo un pequeño tic cuando pregunté eso– La señora se parece mucho a ti. Son tus padres ¿no es así?

–¡No tengo padres!

–Zoe, no le levantes la voz, sólo es una pregunta. –dije siendo más seria.

–¡¿Ah?! ¡¿Quién te crees para preguntarme eso?! –se sentó a verme, quiere llorar.

–Tu hermana mayor ¿no? –sonreí y ella relajó su semblante– ¿Por qué dices que no tienes familia cuando sí la tienes?

–Tú no entiendes. –ocultó su rostro abrazando sus piernas.

–Explícame.

–Soy una asesina… Sí, es verdad. No quería hacerle daño… –su voz se escuchaba que empezaba a quebrarse– Tengo a mi papá y a mi mamá, y una hermana menor de 5 años. Un día estábamos jugando cerca de las escaleras, mamá siempre nos decía que no debíamos jugar ahí, pero me divertía mucho y Micky también. Me volteé sólo un segundo y ella cayó… Yo me quedé arriba aferrada de los barrotes viendo como terminó abajo tirada con algo de sangre en el piso… Mamá gritó muy fuerte cuando la vio y la tomó en brazos, luego mi papá salió de la habitación y bajó rápido las escaleras para luego llevarla en auto hasta el hospital.

–Zoe…

–Me llevaron con ellos y estábamos en la sala de espera por que el doctor llegara con noticias… hasta que lo hizo y mis papás fueron muy asustados y llorando con él.

–¿Lo dijo?

–No quise quedarme a escucharlo, así que ahí mismo aproveché que estaban distraídos para escaparme.

–Entonces no sabes si murió o no.

–¡Ella murió por mi culpa!

–¡No lo sabes! Tienes que volver y averiguarlo.

–¡¿Y si cuando lo haga resulta que murió?! ¡Mi padres de seguro me odian aunque Micky haya muerto o no!

–No lo sabes… Es mejor que lo sepas…

–No es cierto.

–Claro que sí, al menos tendrías una resolución y no ser como yo. Vamos Zoe, yo te acompañaré todo el tiempo…

–Quiero dormir…

Se recostó de nuevo dándome la espalda, yo no pude hacer nada más que sentarme a su lado dándole mi compañía y esperar, es todo lo que puedo hacer por ahora…

Las horas fueron pasando hasta que ya era de madrugada, Zoe está durmiendo y yo me levanté para dar un pequeña vuelta cerca de aquí mientras estaba siendo ayudada por lámparas brillantes que me salvaban de la oscuridad. Veía la luna que se me hacía tan extraña esta noche, tan nostálgica y asustada a la vez.

Zoe quiere olvidar todo su pasado y yo deseo recuperarlo, ¿y por qué? Según la historia que Hunter me ha narrado, mi vida no era muy grata que digamos, con padres desinteresados y hermanos indiferentes, una familia disfuncional, pero yo… ¿yo qué soy? ¿Quién era? ¿Qué va a ser de mí después de saber mi verdad? ¿Era buena persona? ¿Mi perdida de recuerdos es un alivio del que no me doy cuenta? ¿Y si… me arrepiento de recuperar mis memorias? ¿Qué tal si no soy esa versión que los demás conocían?

Pensaba tantas cosas que me daban miedo descubrir, hasta que ese sonido volvió a mis oídos… Ese tintineo de cascabel resonaba… ahora… llamándome dentro de ese bosquejo…