Capítulo 4: Llamado
El vecindario de Hunter es muy bonito con todas esas personas paseando y hablando muy felices entre ellos, en especial con los niños y animales jugando en los jardines y parte de la calle bien cuidados en los que se nota el mantenimiento. Me gusta como lucen las casas con el pasto verde y sus flores, hay algunas personas regando agua con mangueras y otras se abastecen del líquido por el suelo con unos curiosos aparatos que dispersan el agua y lo dejan caer como el rocío de la mañana. Esta vista me hace recordar mi último hogar, el que recuerdo o quizás el único que tuve: el bosque.
Extraño esa frondosidad llena de vida y calma en las partes más accesibles que transmitían la paz absoluta, pero también donde hay luz suele haber oscuridad, pues el centro del bosque está completamente prohibido de cruzar porque es peligroso para los vivos, y para los muertos aunque solo seamos estos últimos lo que lo sepamos. El bosque siempre protege, él arrastra los malos pensamientos y sentimientos a su centro y los resguarda para que no hagan daño, eso lo sé porque me lo ha contado…
–Aisha. –la voz de Hunter me sacó de mi melancolía haciendo que le mirara como sostenía su taza de café mientras que de fondo se escuchaba la televisión.
Se había parado a un lado de mí, estoy sentada en el espacio extra que hay en la ventana como si fuera un balcón. Él está usando un pantalón de punto de algodón con una camisa de manga y unas… pantuflas de conejo… Son lindas, me gustaría poder usar unas ahora mismo.
–Anoche ya no quisiste hablar, ¿qué ocurrió?
–No sé, algo me asustó. –volví a mirar por la ventana sin decir nada y hundiéndome en ese sentimiento de querer preocuparme menos por algo que no sé ni qué es. –Ese chico podía ver la luz. –no lo miraba, yo seguía viendo a las personas que interactuaban– Dijo que era lindo y cálido… ¿Será que ya lo veía antes o sólo lo pudo ver después de que supieran la verdad? ¿Yo podré verla si recuerdo todo? ¿Cuando tenga justicia o una historia?
–Aisha…
–Dijiste que has ayudado a fantasmas ha hallar su verdad. ¿Alguna vez te has topado a alguno en mi situación? Que no recuerde su vida, lo que hizo y quién fue…
–Algunos no se han dado cuenta que han muerto o olvidaron como muriendo, pero siempre me han tocado espíritus que recuerdan su vida. Tu caso es… un nuevo reto para mí.
Volteé a verlo dedicándome una sonrisa amable siendo acompañada de una mirada gentil por esos ojos oscuros en los que siento que puede ver a través de las cosas. Me contagió el gesto y regresé mi vista afuera divirtiéndome con la alegría que reinaba en este vecindario tan tranquilo.
–¡Hunter!
Grité y me hice para atrás cuando un tipo alegre de bigotes y lentes con la misma edad de Hunter apareció golpeando con la mano abierta al vidrio de la ventana. Lo curioso de eso fue que algunos cojines que estaban ahí se cayeron casi como si hubieran sido empujados.
–Oh por Dios… ¡Actividad espectral! ¡Abre esa maldita puerta!
Él estaba muy feliz por no sé qué, Hunter le abrió y pasó con algo en su mano, una mochila un poco abultada y dando un par de vueltas como si buscara algo, yo me levanté mirando raro a ese tipo que no dejaba de preguntar que dónde estaba el espectro, supongo que habla de mí. Hunter señaló hacia mi punto y él extendió su mano como si pudiera tomarla, Hunter sólo se reía.
–Tú hiciste lo mismo. –le dije mientras calmaba su risa y hacía señas a su amigo de que no era posible tomar su mano.
–Ah cierto, cierto, ¡pero! –el tipo es realmente muy alegre haciendo algunos ademanes. –Tengo esto. –sacó una especie de casco bastante peculiar por no decir que es extraño.
–¿Qué es eso? –Hunter se acercó tomándolo como si lo analizara.
–No lo vayas a romper. –lo tomó de regreso– Es mi forma de ver espíritus~
Se lo colocó con mucha paciencia como queriendo disfrutar del momento, y lo hacía, pues su sonrisa era notorio mientras más se lo ponía hasta que terminó de hacerlo y luego empezó a ver a los lados alzando las manos sin sonreír.
–Eh… ¿Está en este punto?–preguntó con las manos al frente.
–Sí, ¿puedes verla?
–Bueno… verla no es un término que usaría aunque tampoco podría decir que sí. ¡Ah! –se lo quitó soltando un suspiro de irritación –Necesita mejoras, sólo veo un bulto de luminiscencia.
–¿Quién es él? –pregunté señalándolo y alzando una ceja.
–Su nombre es Shaun, un amigo y un obsesiono por los fantasmas que trata de verlos. –daba un sorbo a su café mientras se sentaba en el sofá largo –¿Qué haces tan temprano aquí? ¿Y qué se supone qué es eso? –él señaló al casco de su amigo.
–He estado haciendo experimentos y he querido probar esto, pero como necesito tener a un espectro para comprobar su efectividad, venir contigo es la mejor opción, ya que siempre estás rodeado de esas cosas. –bien, eso me ofendió y crucé los brazos formando un puchero. Hunter aclaraba su garganta como forma de hacerlo entender que sigo aquí y que me molesté –Oh, lo siento. ¿Y qué tipo es? ¿Puede manifestarse?
–No, ella no sabe usar su energía.
–¿Acaba de morir?
–¿Recuerdas que te conté sobre el caso de Aisha Forest?
–Sí, ¿cómo olvidarlo? Es historia tiene muchas historias, jajaja. La chica tuvo que haber estado drogada o loca o algo así para ir allá en medio de la noche. –hizo una pequeña risa burlona y eso me enojaba tanto junto a ese comentario.
–Shaun.
–Porque no me imagino a alguien cuerdo ir tan lejos de su hogar sin pensar que todo va a estar bien. –bajé mis brazos y ahora apretaba mis puños frunciendo el ceño –Bueno, quizás quería juguetear un poco con algún tipo que encontró y que la mató en vez de divertirse.
–Vete al diablo. –mencioné rabiosa por esas palabras. No le había dado importancia a la televisión que empezó a tener estática por enfocarme en ese enojo.
–Ah… –él tipo cerró los ojos e hizo una mueca. –¿Es ella? –Hunter suspiró molesto y puso su bebida en la mesa de centro. –Lo siento Aisha, en verdad, ay Dios, ¿me va a poseer?
–Debería, pero no sabe. –respondió Hunter poniéndose a mi lado. –Tranquila, Shaun podrá ser un tarado, pero es un buen tipo. Sólo es un bocón.
Me tranquilicé un poco y junto a eso la estática de la televisión también, pero me sentía algo extraña. Hunter explicó cosas que no entendía en un principio, cosas de mi estado como él dice. Hay diferentes tipos o niveles de espíritus, algunos de ellos pueden interactuar a su manera con las cosas, personas o animales. Están desde los que siguen a una persona todo el tiempo y a todos lados hasta los que pueden mover objetos y poseerlos, incluso a personas. También dijo que hay desde los pacíficos hasta los agresivos.
–Y en tu caso eres de los que me siguen a todas partes y de mis favoritos, los pacíficos.
–Algunos los llaman parásitos. –agregó Shaun –Pero yo no, yo les digo… ah… En realidad no les llamo de ningún modo... Mejor me callo.
–Es un idiota. –dije mirando a Hunter que rió habiendo terminado su café.
–¿Qué dijo? ¿Está enojada conmigo? ¿Me va a seguir ahora a mí? Sería genial.
–En serio ¿quién es este tipo?
–Jajaja, ya, tranquila Aisha, te contaré en el camino.–Hunter se levantó dejando su taza en el lavadero. –Escucha Shaun, iremos a tu casa en cuanto termine mi turno.
Eso alegró mucho al sujeto porque estaba casi que su sonrisa se salía de su cara, se disculpó conmigo antes de irse con prisa hasta su bicicleta que había dejado aparcada cerca de la escalera de la puerta de la casa. Seguí preguntándole a Hunter quién era, pero sólo me dijo que era un amigo de su infancia, el único que le creyó cuando le contó sobre su habilidad de ver y hablar con los fantasmas y cuya fascinación por ellos ha mantenido a lo largo de los años, tanto que desea poder entablar una comunicación con nosotros por motivos personales que no quiso revelarme.
×~×~×~×~×
Acompañé a Hunter a su trabajo de nuevo en donde permanecía revisando y respondiendo llamadas a través del teléfono de su escritorio mientras yo estaba sentada encima de su mesa viendo lo que hacía y hablaba con los demás y mirando alrededor de la estación.
–Puedes ir a rondar por ahí si quieres. –él disimulaba que estaba leyendo algo en su computadora –No tienes que estar aquí todo el tiempo.
–Está bien, me gusta acompañarte.
–Me alegra que te entretenga, pero… No me sigas ahora por favor.
Eso me extrañó y sorprendió mucho, en cierta manera también me hizo sentir mal, pero mantuve mi serenidad y asentí levantándome.
–¿A dónde vas?
–A caminar por ahí, te daré espacio, lo siento.
Recorría la estación para conocer mejor el lugar de trabajo de Hunter. Creo que ahora entiendo por qué a los que seguimos a los vivos a todos lados los llaman parásitos, creo que me tomé literalmente la invitación de Hunter y apenas tengo un par de días con él, pero me he divertido mucho a su lado.
Caminaba por los pasillos cerca de la entrada de doble puerta de vidrio transparente de la estación, iba a pasar de largo para recorrer la otra mitad del lugar cuando escuché el sonido del cascabel de forma tenue. Me detuve por un momento en la salida abierta y volteé a ver afuera, me puse de frente con la vista a algo sin saber qué exactamente, pues no es que hubiera algo en especial que llamase mi atención, al menos no de forma física, sino que era algo más abstracto.
Otro tintineo suave, mi collar no lo produce porque se escucha a lo lejos. Comencé a dar pasos saliendo de la estación yendo hacia donde siento me llama ese sonido cada vez más claro conforme más me alejo de Hunter…
Hunter
No encuentro a Aisha. Hace un par de horas que mi turno terminó y estoy afuera de la estación observando alrededor. Estoy preocupado por ella porque falta poco para que el sol se ponga, no puede andar por ahí sola ya que es un espíritu impoluto, Aisha se ha estado manteniendo limpia y sin manchas durante más de 50 años dado que ha vivido en el bosque sin que las sombras la hallan alcanzado. Alguien tan pura como ella debe de estar acompañada, debo encontrarla antes de que el abismo lo haga primero.
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