Shaun
Bostezo estirando mis brazos parado frente a la cafetera lista para servirme mi bebida caliente. Tuve que quedarme en casa de Hunter para cuidarlo a él y a Aisha, he estado durmiendo en su sofá y estoy preocupado, ayer tuve que ir a mi casa por un cambio de ropa, ellos dos llevan dormidos por dos días, fue un poco difícil llevarlos a la cama porque no se soltaban las manos, Hunter fue ayudado por su tío y yo llevé a Aisha. Ver a Hunter tan feliz me hace sentir igual, ya ha pasado por mucho con la muerte de sus padres y el rechazo de su hermano, ni qué decir de las burlas de cuando éramos niños.

Sonreí al recordar cómo nos conocimos, él estaba siendo molestado por un grupo de cuatro niños de nuestra edad, en ese entonces teníamos 10 años. Me metí a pelear contra ellos, Hunter era demasiado asustadizo, irónicamente no le daba miedo ver fantasmas, también era tímido. Yo siempre he sido muy creyente de los espíritus de las personas y a veces eso me ocasionaba problemas, pero nada más grande que los que tenía Hunter cuando aseguraba que podía verlos, los adultos lo tomaban como broma, otros como locura cuando era tan ferviente defensor de su palabra. Yo no nunca he podido verlos… Según me contó Hunter, la mayoría de los niños dejan de verlos a los 7, los que no, poco a poco van perdiendo esa habilidad hasta que dejan de hacerlo y lo olvidan, pero en mi caso, la explicación que me dio fue que mi energía era muy débil para poder ver uno.

–Gracias… –dijo llorando mientras frotaba sus ojos.

–Defiéndete, siempre te veo siendo molestado.

–A la maestra Katia no le gusta que pelee. Hoy me dijo que debía decirle a Marlon que estudiara más.

–¿Katia? ¿Nuestra maestra? ¿La que murió hace un año? –él asintió mirando al suelo tratando de retener sus lágrimas… sin éxito.

Suspiré vencido y lo tomé de la mano llevándolo para caminar rumbo a la enfermería. Me encantaba el tema sobre espíritus, aún lo hace por supuesto, pero pretendía que no para que nadie me molestase, porque si lo hacían me iba a los golpes, pero Hunter… él era muy blando, y demasiado llorón. Así que decidí ser su protector por así decirlo, poco a poco fuimos volviéndonos más cercanos, ya no escondía mi fascinación sobre el tema y Hunter me explicaba las cosas y su madre con más detalle, esa mujer era muy dulce, llegó a ser mi amor platónico de la niñez.

El padre de Hunter y su hermanito dos años menor que él también estaban enterados de sus dones, sin embargo, a Will no le agradaba eso, aunque él no heredó el don y estaba feliz con eso porque recuerda a los espíritus que veía cuando era más joven, le daban miedo.

Todo estaba bien relativamente hasta que Samantha, la madre de Hunter y Will, murió cuando ellos tenían 13 y 11, Hunter aún la veía y Will le recriminaba por decirle que su alma aún estaba con ellos, lo culpaba fervientemente por su muerte y eso le golpeó hondo, estuvo a punto de cortarse las venas, por suerte llegué antes de que lo hiciera, pero en el forcejeo me lo clavó a mí en un costado.

–Lo siento mucho Shaun. –me dijo en el hospital, sus lágrimas no paraban.

–Ay ya cállate. Estoy enojado contigo.

–No quise… –lo interrumpí.

–No hablo por enterrarme el cuchillo, no fue tu culpa eso.

–¿Entonces por qué? –me miró con su llanto.

–Nos prometimos que nos contaríamos todo por ser mejores amigos, tú te alejaste de mí y no me decías nada. ¡No quiero que te guardes tu tristeza para ti cuando tienes a tu padre y a mí!

Hunter empezó a llorar de nuevo y se me lanzó a la cama en ese instante, mis padres no le impidieron seguir viéndome, entendían que fue un accidente y que su intención no era lastimarme a mí. Su padre iba a tomar cartas en el asunto, pero su tío se inmiscuyó empeorando todo, lo acusaba de no poder ayudarlo a procesar la muerte de Samantha, y el hecho de que Hunter admitiera desde pequeño que podía ver fantasmas no lo ayudaba, iba a llevárselo a un hospital psiquiátrico, casi le quitan la custodia a su padre.

Una noche, Hunter y yo planeamos escapar, lo habíamos logrado… por una hora. Un oficial nos vio tratando de saltar una cerca y nos llevaron a la estación de policías para que nos recogieran, no supe nada de Hunter hasta el día siguiente que se presentó a mi puerta con una enorme sonrisa confesándome que su madre le ayudó a que su tío entendiera que él no estaba loco, otorgándole así su don. Para arreglar las cosas con el departamento de familia, Hunter tuvo que fingir que la terapia psicológica le ayudaba a procesar que los espíritus no existen, y que el alma de su madre en realidad era una forma de lidiar con su muerte, fue doloroso para él tener que negar su don, pero gracias al apoyo de su padre e incluso de su tío, pudieron resolver todo y así ayudar a su manera a las almas sin revelar su habilidad y sin parecer locos.

Hunter en verdad se esfuerza por ayudar, y eso le ha causado ciertos roces con su tranquilidad emocional, no es como que pueda ir con un psicólogo a hablar bien, después de todo ¿qué le va a decir? ¿Me siento deprimido porque no pude ayudar a un alma a cruzar al más allá? Por eso siempre lo escucho cuando lo necesita, él lo ha hecho conmigo y mi esposa luego de lo que nos ocurrió…

Subí las escaleras y me adentré a la habitación de Hunter mirándolo aún dormido y tomado la mano de Aisha, me acerqué a la cama y me quedé viendo la tranquilidad con la que ambos parecen complementarse. Y a todo esto, John nunca me dijo cuándo van a despertar, yo mismo tuve que avisar a la estación que Hunter estaba enfermo y que no asistirá por lo menos una semana. Me agaché a observar con los ojos entrecerrados la cara de él, a veces me pregunto cómo es vivir con esa habilidad de poder mirar a los seres fallecidos todo el tiempo. Pegué mi frente a la de Hunter cerrando los ojos como si quisiera encontrar de qué manera obtener su don.

Hunter
El viento fresco estando sentado en una manta como si estuviera en un picnic frente al lago de Duckout, el aroma de aquella flor y la esencia de los pinos, y también, la encantadora figura de Aisha con un vestido azul, su cabello suelto, sus profundos ojos azules, sus labios… su rostro tan dulce… Ambos estamos juntos y yo la tengo entre mis brazos haciendo que su fragancia me embriague mejor y se quede impregnado en mi ser. Una vez más, como casi todos mis sueños que tengo cuando está conmigo, me separo y observo cada fracción de su cara, pero en especial, a sus labios, como siempre, me acerco peligrosamente, y como siempre… me despierto…

–Shaun… –él abre sus ojos con pena– ¿Qué haces?

–Tengo mi frente pegada a la tuya…

–¿Por qué?

–Ah… Bueno… Mejor me alejo.

Se levantó e hizo dos pasos atrás mirándome haciendo muecas y pasando su vista de un lado a otro, yo enarqué una ceja junto a una sonrisa por lo raro de la situación, fue entonces que él me señaló algo al lado, viré el mirar al otro lado para ver qué Aisha está acostada a mi lado… ¿Qué? Me reincorporé más que sorprendido, pues tengo… tomada de la mano a Aisha…

Shaun me contó lo que pasó luego de que me desmayara, me comentó que mi tío dijo que fortalecí mis lazos con ella y con él, que traspasé un poco de mi luz a ellos y que por eso los tres podemos interactuar entre nosotros.

–Te dejaré solo un rato. –dijo cerrando la puerta.

Me quedé apreciando a Aisha dormir, aún no le suelto la mano y no quiero soltarla. Con mi otra mano acariciaba su rostro sintiendo la textura de su piel, se siente suave y cálida, pasaba los dedos y mis nudillos con la delicadeza como si el simple roce la fuera a romper, peinada su cabello con los dedos y también toqué con las yemas sus labios… Estuve realmente hipnotizado al sentirlos, hasta que aparté mi mano con el deseo de tocarlos de otra forma…

–Por cierto Hunter… –Shaun abrió la puerta haciendo que gruñera irritado– Uhm… Interrumpí ¿verdad?

–No, para nada, tu abrupta entrada era lo mejor que podía haber pasado.

–No tienes porqué ser sarcástico amigo. Lo siento.

Se fue cerrando la puerta lentamente hasta que se retiró y yo bufé divertido. Regresé mi vista a Aisha y a su boca, puedo besarla ahora, pero… creo que no puedo, así que la aferré sintiendo aún mejor su cuerpo en mis brazos.

×~×~×~×~×

Aisha

–¡Estábamos tan cerca!

Gritó irritada lanzando maldiciones a todo, incluyendo a Hunter, Shaun, el tío de Hunter y a mí. Soledad está dando vueltas caminando con furia inconmensurable, yo la estoy mirando sentada en el suelo con toda la oscuridad alrededor nuestro, pareciera que estamos en un espacio negro y totalmente desolado.

–¡¿Y tú por qué estás tan malditamente tranquila?!

–No es como que pueda hacer algo ¿verdad?

–¡Todo esto es tu culpa! –su voz resonó en el eco del vacío en el que estamos– Si no te hubieras involucrado con ese cara bonita nosotras ahora estaríamos acompañadas.

–¿Cara bonita? –levanté una ceja y torcí la boca en una sonrisa burlona.

–Bueno, Hunter es guapo, no lo voy a negar. ¡¿Por qué estamos hablando de él?! –me carcajeé por su actitud calmada y que cambió por la molestia– ¡No te rías! –dejé de hacerlo, pues está llorando.

–¿Puedes contarme sobre nosotras? ¿Sobre aquel chico pelirrojo de ojos dorados? ¿Quién es?

–¿Por qué preguntas sobre lo que somos? Ya recuerdas tu vida y lo recuerdas a él.

–Sólo hasta donde lo conocí, lo demás es un misterio. –se relajó y se sentó frente a mí.

–No puedo hablar mucho, el abismo está conectado entre sí, debería esperar a que haya un momento de bloqueo, pero en tu estado, eso es casi imposible, todos te desean.

–¿Por qué?

–Porque eres pura.

–Quería acabar con mi vida, ¿qué parte de eso es puro?

–Yo también me lo pregunto todos los días. Ahora estoy confundida gracias a tu amante –la miré confusa ante ese comentario tan extraño con el que susurró esa última palabra–. Él no estará tan contento cuando sepa quién es el que está desapareciendo tu vínculo.

–Soledad… ¿de qué hablas?

–Ni yo misma lo entiendo, pero… Hunter no me desagrada tanto. Nunca creí que alguien más pudiera aceptarme.

–Es una gran persona.

–Sí, lo es…

–Tú también.

–¿Y ahora de qué hablas tú?

–Soledad, yo no te puedo negar, tú mismo lo dijiste, somos la misma, gracias a ti había estado viviendo porque te encargabas de mi oscuridad. Eres importante. Negarte a ti es negarme a mí, por eso… no quiero que me dejes ni quiero alejarme de ti, Hunter también lo dijo, que nos quedaremos con él. –su mirada era asombro y confusión, luego empezó a reír extrañándome.

–Ustedes dos son demasiado raros –ahora yo reía con ella–. Supongo que después de todo, esa historia no era nuestra historia.

–¿Qué?

Miré a mi alrededor, la negrura se está yendo y la luz está iluminando nuestro espacio, me preocupé mucho por Soledad, pues ella no puede ser tocada por la luz, pero me sorprendió que ahora me esté abrazando.

–Gracias… –correspondí su gesto cerrando mis ojos.

–¿Qué te va a pasar?

–Nada, sólo vamos a regresar, tú vas a regresar con él, y yo voy a seguir con ustedes. Toda luz necesita a su sombra que se ocupe del trabajo sucio ¿no?

Reímos estando así, tan unidas como nunca, yo abrazando mi oscuridad, mi oscuridad amándome como su luz.

Siempre pensé que nadie podría aceptarnos, siempre deseé una conexión que me hiciera sentir bien, que alejara lo que tanto creía malo en mí, pero Hunter me hizo verlo, soy la primera con quien debo tener aceptación, ahora lo hago… Y ahora… quiero verte…