Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16: Tu yo

Tres días han pasado desde que volvimos a nuestra ciudad, Aisha ha estado muy decaída, no ha querido salir de la casa ni acompañarme a ningún lado, sólo se queda en la ventana mirando afuera todo el día… y todo la noche. Con respecto a Cooper, bueno… él se suicidó. Se mordió la lengua en su celda durante la noche, no hubo nada que hacer, se desangró hasta morir. Las investigaciones siguen, aunque no con muchas oportunidades de aclarar algo

–Aisha… por favor, vamos.

–Hoy no Hunter. –su voz es pesada y cortante, casi expresando molestia, y eso me estaba doliendo.

–Por favor, no me gusta que te quedes sola.

–¡Hoy no Hunter! –exclamó con rabia habiendo bajado su cabeza ocultando su rostro con el largo de su cabello y apretando su brazo izquierdo– Lo siento… Pero en verdad no me apetece nada. Por favor, quiero estar aquí…

–Déjame sentirte.

–No…

Suspiré entristecido ante su respuesta, no quería irme, cada que lo hacía sentía que me alejaba más de ella, pero Aisha ahora estaba distante, no quería ni siquiera venir a la cama conmigo, tenerla me hace dormir tranquilo, en especial por su aroma tan agradable que me relaja de sobremanera. Me despedí de ella sin que me dedicara una mirada y tomé rumbo a mi trabajo en el auto, sólo espero que ella me permita acercarme de nuevo cuando vuelva.

Aisha
Hunter se fue por fin, no soporto tenerlo cerca ahora porque siento que si lo hace y ve mis ojos, sabrá lo que le oculto. El maldito de Dominic se suicidó y no aclaró nada, tampoco pagó por haberle hecho daño a Zoe y a otros, y para colmo, mis memorias no regresan como quisiera, sólo son simples destellos y cosas dispersas sin sentido, y lo peor… –un tintineo– ¡Ese maldito ruido suena con más frecuencia y con más fuerza! Es mucho peor por la noche cuando son las 12 y se intensifica conforme la oscuridad se va alzando más, baja cuando el día se acerca, pero es una tortura, al menos Hunter no lo escucha… y hablando de él… tampoco sabe lo que hago cuando no está…

×~×~×~×~×

Pasado de las seis de la tarde, Hunter volvió de su trabajo y se sentó a hablarme sobre su día y el cómo ayudó a un anciano que murió de un infarto dándole su último mensaje de amor a sus hijos, lo escuché mirándolo por intervalos, me da miedo dejarle ver mis ojos, y también sonreí, me gusta como habla, aunque su voz es ronca tiene cierta suavidad por su amabilidad y gentileza. Trajo su plato de la cena a comer conmigo en la ventana, en verdad se preocupa por que mantengamos nuestra conexión.

–¿Quieres venir hoy a la cama?

–Lo haré más tarde.

–Aisha, me preocupas mucho.

–Estoy bien.

–Últimamente te ves cansada y…

–Hunter, te agradezco que quieras devolverme el favor de haberte salvado, pero tampoco tomes responsabilidades más allá, es posible que jamás encuentres a mi asesino y no quiero que te mates buscándolo, no soy nada tuyo, ni siquiera tu esposa para tener que acompañarte todas la noches en tu cama.

–Lo siento… Buenas noches.

Maldición… Sus ojos en verdad se veían tristes… Hasta a mí misma me dolió lo que le dije porque le miré fijamente. Tal vez debería irme y dejar de molestarlo…

Me recosté de la ventana con la noche avanzando y este dolor también… –subí la manga de mi sudadera del brazo izquierdo– Carajo, se ve peor… La mancha negra se está extendiendo más y arde como mil demonios –bajé de nuevo la manga y recosté otra vez mi cabeza en el vidrio desatando mis muecas de dolor por el ardor en mi brazo–. Cada vez que Hunter se va a trabajar yo salgo de casa por la ciudad a buscar mis propias respuestas.

Voy por los callejones para hallar a esas cosas negras que una vez me atacaron para ver si me dan algo de provecho, siempre de día, pero casi no encontraba ninguno y si lo hacía, no hablaban y eran tan asustadizos que no dejaban de gritar con voces agudas que lastiman mis oídos, así que ayer por la noche salí cuando Hunter dormía.

Fui a aquel callejón cuando me perdí por primera vez, pude “hablar” con ellos, pero me decían puras cosas incoherentes y además, no dejaban de llamarme Laylah ni siquiera si les decía que mi nombre es Aisha. Mientras me decían que les trajera luz, uno de ellos me tomó del brazo y me jalaba hacia la penumbra, pero hice que el foco cerca se iluminara más logrando lastimarlos y huir, he aprendido a controlar la luz artificial por así decirlo. Y ahora esta cosa negra se extiende cada vez más como si me quemara.

Miré a la puerta de la habitación de Hunter, puedo escucharlo quejarse en sus sueños… Podría ir e intentar calmarlo, pero dudo que lo haga ahora como estoy. Perdóname.

×~×~×~×~×

Me levanté de la ventana y salí de casa recorriendo de nuevo las calles pasando los callejones manteniéndome alerta por cualquier cosa…

Solo deberías unirte a ellos.

Me exalté mirando a los lados en busca de esa voz, pero no encontré nada…

Ya no estaríamos solas.

¿Solas?

Hey, aquí, voltea. –eso hice, giré mi cabeza al lado de la ventana de una tienda– ¿Qué tal? Por fin me ves y por fin me oyes. –Sonreía muy alegre… Me volteé a mirarle incrédula, no entendía qué pasaba y por qué veía lo que veía…

–¿Quién eres?

–¡Soy tú! –era yo… al menos en su apariencia, pero era como si no tuviera brillo.

–¿Qué eres?

–Ya te he dicho que soy tú.

–¿Yo?

–Síp, tú lado oscuro, aquel que se encarga de que nada se vaya al carajo. –esto no tiene sentido, es tan surrealista que decidí ignorarlo y seguir caminando para no verla–. Oye, no trates de ignorarme, que eso no funcionará.

–No es real, no es real, sólo es el abismo que trata de llevarme con engaños. –decía para calmarme.

Ese Hunter no te explicó bien. Todos somos el abismo, la diferencia es que somos más libres cuando nuestro contenedor se rompe.

–¿Nuestro contenedor? –me detuve.

Sí, verás, Aisha, somos dos caras de la misma moneda, el alma, en realidad son dos, una es luz que se alimenta del sol, la otra es oscuridad que se deja ver por la noche. Tú eres luz, yo soy la oscuridad, somos la misma y a la vez somos dos seres separados.

–No entiendo…

Todo es simple, coexistimos en un contenedor, un cuerpo, la luz es la que toma el control del recipiente, es decir tú eres el titiritero, por eso puedes moverte durante el día y debes dormir en las noches, porque ahí es donde yo me relevo, todo aquello negativo que acumulaste mientras estabas despierta, me las como para que al día siguiente estés descansada cuando mi turno acabe.

–¿Qué?

Por Dios, ¿no escuchas? En pocas palabras soy tu otro yo, digamos que tu otra personalidad, normalmente no nos dividimos a menos que un trauma lo haga, en tu caso, cuando él nos mató, pero tampoco fue tan malo, tú ya querías morirte.

–¡¿De qué hablas?! ¡¿Quién es él?! –respiraba más rápido, no entiendo nada de esto, debo de estar alucinando, no hay otra explicación.

Cuando nuestro cascarón ya no sirve, uno de los dos es asimilado por el otro, pude haberte comido, pero todo ese tiempo que pasaste en ese maldito bosque me jodió todo, me robó todo el alimento que reuní en años, por eso no recuerdas, por eso no me conoces, ¡porque ese estúpido bosque me apartó de ti! Pero~ ahora estás afuera, con muchas tentaciones y delicias que puedes hacer~

–¿Qué?

¡Ay niña! ¿Qué no conoces otra palabra que no sea esa? Lee más, te hace falta expandir tu vocabulario. Te voy a explicar algo, esas masas negras son los lados oscuros que prevalecieron luego de que sus cascarones se rompieron. Los que logran pasar a la asquerosa luz pues es la parte que ganó ante su oscuridad.

–¿Por qué yo no la veo?

Porque ninguna de las dos ha asimilado a la otra. Mientras más cosas malas acumules ahora que estamos muertas, yo iré ganando terreno, y si insistes en permanecer limpia, pues mis amigos de la noche te verán más jugosa, como los hombres que mamá traía a casa y que te desnudaban con la mirada. ¿Los recuerdas no?

–No…

No me mientas, hace poco lo recordabas, por pedazos, pero lo hacías. Recuerdas cómo despertaste en tu cama durante la noche cuando ese hombre acariciaba tu mejilla, mami estaba en la puerta feliz de haberlo dejado pasar sin siquiera cobrarle para que manoseara a su linda niña.

–No… –sentía que lloraría esas lágrimas negras que quemaban.

¿Qué edad tenías?

–Veinte…

¡Sí! Estás recordando, ¿y qué más pasó? –preguntó con entonación.

–Me… tapó la boca y me inquiría a que me callara… Mamá se acercó a sentarse a mi lado a acariciar mi cabello… Le pedía ayuda…

¿Qué hizo ella?

–Le ayudó a cubrir mi boca y a sostener un brazo mientras él se encargaba de sujetar el otro y… tocarme…

Sí, así es, mami quería que nos hicieran daño, pero escapaste, lo golpeaste en las bolas y a tu madre le mordiste para correr descalza y salir por la puerta trasera para huir por el bosque, fuiste a buscarlo porque ahí se quedaba a vivir y ahí tenías tus encuentros.

–¿Qué pasó luego?

Recuérdalo por tu cuenta. Recuerda lo que sus ojos de lobo hicieron por ti.

Lo recordaba… sí, lo hacía… No veía su rostro, pero recuerdo… cómo es que él apuñaló sin remordimiento su estómago y luego… como me lancé a sus brazos a llorar… Me sentía tan protegida… tan querida, tan amada… Él mató por mí…

Dirigí mi mirada a mi mano izquierda… la mancha negra se había extendido más, me está cubriendo, me está consumiendo.

Aisha, en el abismo no estás sola, y él nos lo prometió.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro