15
"Quedarnos en el odio"
Miranda y Francisco
Miranda y Francisco habían estado en el mismo salón desde que eran niños, pero siempre se odiaban.
Miranda y Francisco estaban en el patio de la escuela, jugando con sus amigos. De repente, Francisco le quitó el juguete favorito de Miranda y ella se enfureció.
Miranda: ¡Devuélveme mi juguete, Francisco! ¡Eso es mío!
Francisco: No es justo, tú siempre tienes los mejores juguetes. Déjame jugar un rato.
Miranda: No, es mío y no te lo voy a prestar. Además, siempre me estás molestando y fastidiando.
Francisco: Eso es porque eres una niña llorona y siempre te quejas por todo.
Miranda: ¡No soy una niña llorona! Solo quiero que me devuelvas lo que es mío.
Francisco: No, no te lo voy a devolver. Además, ¿qué vas a hacer al respecto?
Miranda: ¡Voy a decirle a la maestra! Ella te va a regañar por ser tan malo conmigo.
Francisco: No seas tonta, la maestra no va a hacer nada. Además, no quiero jugar contigo, eres aburrida.
Miranda: ¡No soy aburrida! Tú eres el aburrido y siempre quieres hacer lo que tú quieres.
La discusión continuó por un buen rato, con ambos niños gritándose y acusándose mutuamente. Finalmente, la maestra intervino y les hizo devolver el juguete a Miranda y les pidió que se disculparan.
Miranda: Lo siento, Francisco. No debería haberme enojado tanto.
Francisco: Yo también lo siento. No debería haber tomado tu juguete sin permiso.
Miranda: ¿Quieres jugar juntos ahora?
Francisco: No.
Miranda: No, guácala.
Sus personalidades chocaban constantemente y cada encuentro era una batalla de voluntades. Sin embargo, a medida que crecían, Miranda comenzó a notar que Francisco no era tan malo como parecía.
.
Francisco estaba en la pista de baile, moviéndose al ritmo de la música con Paula, una de las chicas más populares de la fiesta. Miranda, que estaba en un rincón observando, no podía evitar sentirse incómoda al verlos juntos.
Miranda: (para sí misma) ¿Por qué me molesta tanto verlos bailar juntos?
Vanessa: (acercándose) ¿Qué pasa, Miranda? ¿Por qué tienes esa cara?
Miranda: (suspirando) No sé, me molesta ver a Francisco coqueteando con Paula.
Vanessa: ¿Tienes celos?
Miranda: (negando con la cabeza) No, para nada. Solo me parece ridículo que él esté actuando así con ella.
Vanessa: ¿Y por qué no te unes a ellos? Tal vez puedas robarle a Paula a Francisco.
Miranda: (frunciendo el ceño) No, gracias. No me interesa.
Vanessa: Vamos, Miranda. No seas tan amargada. Diviértete un poco.
Mientras tanto, en la pista de baile, Francisco notó la mirada de Miranda y decidió acercarse a ella.
Francisco: ¿Qué pasa, Miranda? ¿No te gusta verme bailar con Paula?
Miranda: (frunciendo el ceño) No me importa lo que hagas, Francisco.
Francisco: Oh, vamos. No te pongas así. Sabes que siempre has querido bailar conmigo.
Miranda: ¿Qué estás diciendo?
Francisco: (acercándose más) Siempre he notado cómo me miras cuando bailo. Y ahora que estoy con Paula, te das cuenta de que no me tienes a tu disposición.
Miranda: (sonrojada) Eso no es cierto.
Francisco: (acariciando su mejilla) Claro que lo es. Y te encanta.
Miranda: No sé de qué estás hablando.
Francisco: Sí lo sabes, Miranda. Y yo también sé que sientes algo por mí.
Miranda se quedó sin palabras, mirando a Francisco con una mezcla de sorpresa y atracción. Finalmente, decidió dejar de luchar contra sus sentimientos y se dejó llevar por el momento, bailando con él en la pista y descubriendo que, detrás de su actitud coqueta, había un hombre que realmente la hacía sentir especial.
De hecho, comenzó a darse cuenta de que le gustaba.
.
Miranda: Chicos, necesito hablar con ustedes.
Vanessa: ¿Qué pasa, Miranda? ¿Estás bien?
Damián: ¿Que ha pasado? Te noto rara desde mi fiesta.
Miranda: Eso es precisamente lo que quería hablarles. Desde hace un mes, he empezado a ver a Francisco de una manera diferente.
Vanessa: ¿Cómo es posible? ¿No se odian mutuamente?
Miranda: Lo sé, lo sé. Pero no puedo evitar sentirme atraída hacia él.
Damián: ¿Qué quieres decir con eso?
Miranda: No lo sé, es difícil de explicar. Simplemente, cuando estoy cerca de él, siento algo diferente. Algo que nunca había sentido antes.
Vanessa: ¿Y cómo es que empezaste a sentir esto?
Miranda: Fue después de la fiesta de cumpleaños de Damián. Estábamos hablando y riéndonos juntos y de repente me di cuenta de que me gustaba estar con él.
Damián: ¿Y qué piensas hacer al respecto?
Miranda: Eso es lo que no sé. No sé si debería decirle a Francisco lo que siento o simplemente ignorarlo y seguir como si nada hubiera pasado.
Damián: Miranda, creo que deberías hablar con Francisco y aclarar tus sentimientos.
Miranda: Tienes razón. No puedo seguir ignorando esto. Gracias por escucharme y darme su consejo.
Vanessa: Siempre estaremos aquí para ti, Miranda. Y esperamos que todo se resuelva de la mejor manera.
Miranda: Gracias, chicos. Los mantendré informados sobre cómo va todo.
.
Decidió darle una oportunidad a sus sentimientos y se acercó a Francisco para expresarle lo que estaba sintiendo.
Miranda: Francisco, necesito hablar contigo.
Francisco: (mirando su reloj) ¿Puedes ser rápida? Tengo una clase en media hora.
Miranda: No puedo seguir fingiendo que no siento nada por ti.
Francisco: (levantando una ceja) ¿De qué estás hablando?
Miranda: Siempre he estado enamorada de ti, Francisco. Desde que éramos niños, siempre te he admirado y deseado estar contigo.
Francisco: ¿En serio? ¿Estás bromeando?
Miranda: No, no estoy bromeando. Me duele verte coquetear con otras chicas, especialmente con Paula.
Francisco: (burlándose) ¿Y crees que yo estaría interesado en alguien como tú? Eres solo una amiga aburrida.
Miranda: (sintiendo una punzada en el corazón) ¿Por qué eres tan cruel conmigo?
Francisco: (encogiéndose de hombros) Porque me divierte. Me encanta verte sufrir por mí.
Miranda: (con lágrimas cayendo por sus mejillas) ¿Cómo puedes ser tan insensible? ¿No te importa en absoluto cómo me siento?
Francisco: No, no me importa. Nunca estaría contigo, Miranda. Eres patética.
Miranda: (sintiendo un nudo en la garganta) Entonces, ¿todo este tiempo has estado jugando conmigo?
Francisco: Por supuesto. ¿Qué más esperabas de mí? Nunca serías lo suficientemente buena para mí.
Miranda: (con voz temblorosa) Eres un monstruo, Francisco. Nunca pensé que fueras capaz de ser tan cruel.
Francisco: (encogiéndose de hombros) Así soy yo. Y ahora, si no tienes nada más que decir, tengo que irme.
Miranda se quedó sola, sintiéndose destrozada y humillada. Finalmente entendió que nunca podría cambiar los sentimientos de Francisco hacia ella y decidió seguir adelante con su vida, alejándose de él y de su crueldad.
Cuando comenzaron el último año, Miranda ya no sentía lo mismo por Francisco. Había aceptado que no iba a suceder nada entre ellos y decidió enfocarse en otras cosas.
Pero todo cambió. En un baile de la escuela para los de último año, en el cuál Miranda se arregló, haciendo que se viera incluso mas hermosa de lo que ya era. Francisco al verla no la reconoció.
Francisco: Wow, ¿Quien es ella?
Alya: Es Miranda, la chica que "odias".
Francisco: ¿En serio? Se ve hermosa.
Alya: Siempre lo ha sido, pero que ¿Te gusta?
Francisco: Bueno, digamos que la eh visto un poco diferente desde que se me declaro.
Alya: Oh por dios, ¿De verdad?
Francisco: Si, voy a hablar con ella.
.
Francisco: Hola, Miranda.
Miranda: Hola, ¿Estas bien? ¿Te sientes enfermo?
Francisco: No, ¿Por qué?
Miranda: Es la primera vez que me hablas sin insultarme o hacerme caras.
Francisco: Bueno es que creo que como ya es el último
Justo en ese momento, cuando Miranda había dejado de sentir algo por él, Francisco se enamoró de ella.
Francisco: Miranda, necesito decirte algo. He estado pensando mucho en esto y siento que ya no puedo contenerlo más. Desde el momento en que te conocí, supe que eras especial para mí. No puedo dejar de pensar en ti, en tu sonrisa, en la forma en que iluminas cada lugar en el que estás. No puedo seguir escondiendo lo que siento. Miranda, estoy enamorado de ti.
Miranda: Francisco, escucha, eres una persona maravillosa y aprecio mucho nuestra especie de amistad. Pero tengo que ser honesta contigo. Ya no siento lo mismo por ti. Lo que sentí por ti en el pasado ya cambió y no puedo forzar mis sentimientos. Lo único que puedo ofrecerte es mi amistad, nada más.
Francisco: Pero Miranda, ¿cómo puedes decir eso? ¿No sentías nada por mí? .
Miranda: Por favor Francisco, claro que me gustabas ahora ya no. Tu fuiste el que me dijo que nunca tendrías algo conmigo.
Francisco: Me equivoqué, lo aceptó. Pero te creó que en tan poco tiempo lo olvides y ya no sientas nada por mi.
Miranda: Francisco, entiende que sufrí cuando me dijiste eso. Fue muy difícil para mi, como para que ahora digas eso y que piense en ti. No puedo obligarme a sentir algo que ya no está en mi corazón. Te valoro mucho como amigo, pero no puedo darte más de lo que siento.
Francisco: Lo entiendo, Miranda. Es solo que me duele escucharlo. Pero prometo que seguiré siendo tu amigo y respetaré tus sentimientos. Gracias por ser honesta conmigo.
Miranda: Gracias a ti por entender, Francisco. Eres un gran amigo y valoro mucho nuestra relación. Seguiremos adelante juntos, pero como amigos.
Sin embargo, el tiempo ya había pasado y Miranda ya no sentía lo mismo. A pesar de los intentos de Francisco por conquistar su corazón, Miranda ya había superado esos sentimientos. Aunque ambos lamentaban no haber podido vivir su historia de amor, aprendieron a apreciar la amistad que habían construido a lo largo de los meses en los cuales dejaron de odiarse.
Al graduarse de la secundaria Francisco ya no supo nada de Miranda al igual que ella, pues sin decirle a nadie se había mudado pues no le gustan las despedidas, dejo con el corazón roto a sus amigos, en especial a Vanessa.
Pero al llegar a Argentina conoció a Ian, su actual pareja con el que esta a punto de casarse.
Francisco por su parte, con el tiempo logró superar a Miranda, no por completo pero si algo, a los dos años de graduarse conoció a Hannah, una compañera de trabajo con la cual lleva casado dos años y con una hija en camino al cuál llamarán "Miranda".
Fin
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro