Capítulo 1: Tras escapar del pasado
El cielo se oscurecía a mis espaldas, y los truenos rebosaban en el aire, su sonido se expandía como la sangre que se derramaba en grandes charcos sobre el suelo destrozado en aquel momento.
-¿pero que has hecho James? – solo la agonía de una voz con temor resonaba en el abismó de oscuridad que pintaba el cielo en ese momento.
Mi poca fuerza basto para decir lo que pensaba –yo solo he querido protegerla –mi aliento se detenía y entre todo el dolor, una presencia hacia su aparición a mi lado.
-podrás haber Ganado esta vez hijo, pero tu tendrás que prepararte para ser algún día mi sucesor –sus ojos celestes se posaban en mi y su advertencia era como la de una víbora que podría haberme devorado, pero ese no era su objetivo –y recuerda, James, fuiste tu quien provoco su muerte, tu y solo tu.
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- ¡james! ¡el desayuno está listo! ¡ya vas tarde! –salome hacia su acto de presencia como todas las mañanas para evitar que me retrase al instituto.
Mi cuerpo se ruborizo y dio un brinco tomando asiento en la cama, sentía como varias gotas de sudor caían por mi frente, era una ves mas esta maldita pesadilla que me ha atormentado por años y que lo seguirá haciendo hasta que recuerde todo una ves mas.
Tome un gran sorbo de aire, mi vida era caóticamente perfecta, gran casa, estabilidad académica y un carácter del demonio, cosa que no me enorgullece demasiado.
Algo en mi me impedía hablar con los demás, el numero de amigos que podría tener era limitado y así me mantenía bien.
Me puse en pie, tome una ducha y baje de dos en dos los escalones hacia la cocina.
–buenos días James ¿Cómo dormiste? –pregunto salo notando mi presencia
–ya sabes, lo de siempre Salo, pero gracias ¿Cómo estuvo tu maratón de compras? –acababa de ver su top nuevo de ropa y no podía evitar quejarme al ver que no me había traído algo como unas hamburguesas–¿te gusta? lo vi de oferta en el súper, ¡¿verdad que esta genial?! –dijo mientras ponía los platos en la mesa con total entusiasmo, cosa que por un momento logro ruborizarme.
Salome era increíblemente hermosa y su edad no estaba tan por encima de la mía, solo eran 15 años de diferencia, pero eso no me importaba ella era una chica que sin duda alguna estaba bajo mis gustos, aun que he llegado a verla mas como una hermana tras la muerte de mama.
–aaaaammm –metí una cucharada de comida a mi boca y es que además de linda Salome cocinaba una maravilla si no fuera por su importante trabajo capturando criminales diría que le iría muy bien de chef en algún restaurante prestigioso.
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–el señor Colbert no tiene remedio señorita Salome su falta de atención y buena comunicación con los chicos del aula da mucho que desear, que a él no le importe nadie es su problema, pero involucrarse en una pelea es otra cosa, yo tenía buenas expectativas de él, pero no puedo pasar esto por alto –escuchábamos un poco del sermón de la directora Brand una mujer de unos cincuenta, con el cabello corto y lleno de canas.
Hablaba de mi pelea con Carl Wesley un idiota de mi aula al que puse en su lugar la semana pasada.
–no volverá a pasar directora Brand se lo aseguro, ¿verdad james? –se dirigió a mí con un tono de desagrado a lo que solo evite su mirada, no puedo culparla era como mi madre.
–eso espero señorita Salome, puede ir a su clase señor Colbert ya lo llamare luego para decirle cuál será su sanción
Me puse de pie y dirigí mi mirada a Salome quien poso sus ojos en mi logrando escandalizarme, era obvio lo furiosa que estaba.
Camine derecho hacia los casilleros para dejar varias cosas y tomar los libros de historia cuando sentí la presencia de alguien y regrese mi mirada hacia los grandes ventanales que daban hacia el patio trasero, una silueta se dibujaba a lo lejos, el de una chica que parecía estar perdida, sus ojos se posaban en el amplio cielo y un poco de tristeza recorría sus mejillas.
–¡oye amigo ¿si viniste?! – el grito de Cristian a mi lado casi me provoca la muerte -No sé cómo es que vienes a este colegio habiendo tantos pensionados prestigiosos en la ciudad –replico obligándome a verlo con una mirada asesina.
-te lo he dicho miles de veces, este instituto me agrada –dije volteando mi mirada una ves mas al patio, donde para mi sorpresa ya no había nadie.
–que vamos a hacer hoy en tu casa James ¿compraste la película que te dije? –dijo Willy con una voz extraña apareciendo junto a Cristian, su tono era tan neutral como el mío.
–con respecto a eso, creo que no será esta semana, la directora se enteró de mi pequeño accidente con Carl y me va a sancionar- dije levantando las manos -tengo que ir a verla después de clase y por supuesto Salome esta que vota humo
–¡¿Qué?!.... hermano no puedes hablar en serio, llevamos planeando esto una semana –dijo Cristian muy desconcertado
–vamos Cris lo dejaremos para la otra, recuerda que nosotros lo alentamos a darle una paliza a ese idiota
–bueno tienes razón, ahora abra que ayudarle en su castigo ¿no crees? además si lo hacemos entre los tres podremos acabar más rápido –de pronto Cristian cambio toda su actitud, siempre lograba encontrar lo bueno de las cosas
No dije nada ante su ofrecimiento voluntario a soportar mi castigo, pero me alivio saber que sus intenciones eran sinceras, por otro lado la pregunta de Willy fue demasiado oportuna y su tono de voz solo demostraba en cierta manera que ya sabia lo que sucedió.
Me despedí de ellos y me encamine a mi aula para la clase de historia, al llegar todos ya estaban sentados y Calvin ya estaba dando su hora de aburrimiento eterno.
Abrí la puerta y me puse en marcha hacia mi asiento, obteniendo las miradas de todos, odiaba tanta atención.
-Señor Colbert, lleva 5 minutos tarde –Dijo Calvin acercándose a mi pupitre.
–pues debería agradecer que no son 10 –replique provocando varias risas en el aula.
Su rostro se veía enfurecido, pero sabia que tratar con mi persona era complicado, así que se dio la vuelta y camino hacia la pizarra.
-creo que ya va siendo hora de dejar la consideración hacia usted por la muerte de su madre, Señor Colbert –aquello ultimo me tomo desprevenido y la ira irradio en mi interior.
Me puse en pie y me acerque al profesor, tan amenazante que dos chicos se pusieron en pie para detenerme.
-vuélvalo a decir y no vera el mundo con los mismos ojos –replique tomando mi maleta para salir del aula.
Su expresión era de poco interés por lo que hiciera, sin embargo al salir sentí la frente de alguien estamparse en mi pecho.
-losiento –su voz suave sonó mientras se llevaba una de sus manos a la nariz –profesor Corrigan lamento la demora ¿puedo pasar? –dijo la chica quitándose de enfrente mío.
-claro siga señorita ...... -me apresure a dejar el lugar y no alcance a escuchar como se llamaba aquella niña torpe, aunque tampoco es que me interesara saberlo.
Mientras caminaba por los vacíos pasillos del instituto sentía como un peso agitaba mi mente, tenia claro que había cosas que no sabia de este lugar.
Un texto llego a mi celular, tome asiento en una de las bancas del amplio patio para lograr responder.
-¿no estas en clases verdad? –no sabia como le hacia salome para saber todo este tipo de cosas.
-¿acaso me espías? –pregunte incrédulo
-tu maestro me ha llamado, si te sientes mal puedo ir para allá.
-no tienes de que preocuparte Salo, el tenia razón es tiempo de que la deje ir
-si necesitas algo dime ¿ok?
Su ultimo mensaje, me recordó tantas cosas, tanto dolor e ira.
Logre asistir a las demás clases y ahora me encontraba de camino a la dirección, seguro que la directora debe estar planeando un castigo digno de mi.
Pase por los pasillos y vi la silueta de aquella torpe chica de hoy en la mañana, acababa de abandonar la sala de la directora.
Di dos golpes a la puerta y una vos me permitió pasar del otro lado, la directora me invito a pasar y tomar asiento.
–se ve muy tenso señor Colbert, ¿quiere un té? –dijo amablemente
–café por favor, y sin mucha azúcar –se puso de pie para alcanzarme un vaso con dibujitos de animales a los que quede admirando un rato
–señor Colbert me sorprende que se haya involucrado en un problema de esta magnitud sus promedios no revelan que sea un mal chico ¿Qué paso?
Quisiera defenderme, pero no brotaban palabras de mi, supongo que se debía mucho a que no había excusa valida, tras un momento de silencio se dio cuenta que no diría nada.
–señor Colbert envista de que no va a hablar mejor le digo que es lo que tendrá que hacer
No lo podía creer ¿Qué escuchaban mis oídos? jamás hubiera imaginado algo así esto sí que era fatal ¡Dios llévame ahora!
–tendrá que asistir al club de dialogo social y Turismo a cargo de la estudiante Sawyer desde mañana, hoy tendrá que barrer los pasillos del campus –mi cara decía mucho de mi desacuerdo, no podía creerlo, desde un inicio no me interesaba ningún club y ahora menos, odiaba quedarme hasta tarde en el instituto, sobre todo por que a cierta hora un peso me irradiaba el alma–pero directora ¿Por qué tengo que ir a ese club? ¡eso no es justo! –me queje sin la esperanza de que me lo quitara
–hemos quedado en eso con Salome para mejorar tu comunicación con los demás así que desde mañana asistirás a ese club obligatoriamente. –se levantó y abrió la puerta para que saliera a limpiar los pasillos
Cristian y Willy se encontraban cerca arrimados a una pared con el móvil en mano, mi expresión daba mucho que desear, no entiendo que tenia todo esto de normal, por una parte sentía que no era la gran cosa, pero en mi interior se anidaba un resentimiento a la posibilidad de encontrar mas personas con las que hablar.
–vamos James no estés tan mal no fue tan grabe –dijo Willy mientras lavábamos las escobas después de barrer y de que les dijera todo sobre mi castigo.
–Willy tiene razón James, además me entere que la coordinadora de ese club es una maravilla ya sabes a ver si sientas cabeza –asomo Cristian por detrás de nosotros haciéndonos reír con sus ocurrencias
-no creo que necesite sentar cabeza con nadie –dije con la mirada perdida –pero tendré que hacerlo así que no se preocupen seguro me acostumbro
–así se habla amigo –dijo Cristian, creyendo mi simulada mentira sobre mi estado de animo.
Mi mente se sentía extraña, un escalofrío lleno mi cuerpo, he hizo que me tambaleara.
Mi celular sonó una ves mas, lo tome y mis ojos se abrieron tanto que juraría estaban por salirse de mi rostro, algo en mi se desato y en un momento me vi solo.
Cristian y Willy se quedaron en el bar del instituto y tras de mi la puerta de rejas se cerraba, Salome estaba en el hospital ¿de donde me escribían?.
Mi sentido de la razón disminuyo y mi caminar se agudizó, un dolor intenso me lleno la mente, varios gritos sonaban a lo lejos pero en este momento todo era secundario.
Unas manos cálidas me sujetaron, un rostro choco contra mi con su cabello naranja, entonces reaccione y un auto estaba por impactarnos, tome el brazo de la chica y nuestras miradas conectaron.
Un pulso eléctrico me lleno el cuerpo y entonces la saque del impacto recibiendo todo el golpe.
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