Donde todo comenzó (Ficción General)
Mientras Carlos observa los ostentosos edificios convertirse en vastos llanos a través de la ventana del tren, saca de su maleta un pequeño cuaderno, muy maltratado y con las hojas amarillentas, lo que para muchos podría parecer desagradable; para él es un tesoro, lleno de recuerdos y algunas de sus memorias escritas en el; saca también un pequeño bolígrafo de su saco y comienza a escribir:
"Muchos podrían pensar que he fracasado.
Me mude a la ciudad con los ímpetus de un joven que quiere comerse al mundo hace como 3 años y aunque al principio fue difícil adaptarme al bullicio y la gente de aquel lugar, conseguí un buen empleo, no ganaba más que para la comida y el apartamento, pero era suficiente para mí mientras hiciera lo que me gustaba.
Llevando una vida modesta, un año después de eso conocí a Paula; no muchos pueden decir que han amado a alguien más allá de solo el placer, ambos teníamos una conexión especial, ese algo que todos buscan para sentirse completos, éramos felices; hasta que ella tuvo que escoger, trate de entenderla entonces, pero aún después de todo este tiempo no puedo hacerlo, ella escogió a su esposo por encima de mí y no es que eso me molestara, solo que la decepción se apodero de mí y no la volví a ver.
Julia, Marco y Ariel, se convirtieron en más que mis compañeros de trabajos, fueron como hermanos para mí, en realidad jamás los he tenido, pero quiero creer que lo que sentía estando con ellos se parece a la hermandad; me enseñaron los hábitos y las mañas de la ciudad, nos cuidamos mutuamente. Aún después de que el periódico quebró y cada uno tomo su camino, intentamos mantenernos en contacto, pero debido a la Gran Depresión eso fue muy difícil.
Ahora me encuentro en un tren de vuelta a casa donde todo comenzó, mis sueños, mis ilusiones, mi vida; y viéndolo desde mi perspectiva, no gane el suficiente dinero, ni viví con lujos, no me case como anhelaba mi madre, vuelvo casi exactamente como me fui; pero he conocido personas y vivido experiencias maravillosas, emociones que no soy capaz de describir con palabras.
Cuando baje del tren se que las personas del pueblo no verán eso en mí, solo creerán que fracase, pero no he fracasado, me han lastimado, he reído y también he llorado, he vivido y por eso estoy orgulloso...
La voz del encargado del tren hace que Carlos despegue la mirada de su pequeño cuaderno, anunciado la siguiente parada:
— Parada final, Bardstown, por favor señores pasajeros revisen su equipaje y sus pertenencias antes de bajar del tren.
Las personas comienzan a alistarse para bajar del tren y a lo lejos en la estación se puede ver a varias personas aguardando su llegada, con algunos minutos de tiempo Carlos anota unas últimas palabras:
"Y aunque las cosas resultaran de esta forma, lo volvería a hacer sin pensarlo dos veces"
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